Así hemos vivido el final de una de las series más grandes de la televisión
Nos gustase o no Daenerys cambió radicalmente su manera de actuar y de igual manera nos guste o no el final de la serie ha llegado. Los Siete, R’hllor o la deidad que queráis ha dictado sentencia y ‘Juego de Tronos’ ha finalizado su camino. El quinto episodio nos dejó con uno de los últimos giros más inesperados y discutidos de la historia basada en las novela de R.R. Martin y para darle respuestas en su conclusión nos han reservado juicios, muerte, viajes y reapariciones.
El opening ha cambiado para este 8×06 y ha mostrado esa gran quema de la reina Targaryen, esa gran destrucción de Desembarco del Rey. Y con ella arranca por supuesto un episodio lleno de ceniza en el que vemos como las consecuencias del acto de la nueva regente hacen que surjan nuevos bandos, enfrentamientos y disputas, no solo entre los personajes, también entre los espectadores cuyas sensaciones con esta temporada han sido muy dispares.
Puede que os guste o no el final que Benioff y Weiss le han dado a la serie, se parezca o no al que tiene Martin en mente, pero es el que tenemos, se pongan iniciativas o peticiones en marcha o no. Una de las conclusiones más claras que tenemos al aparecer los títulos de crédito, tras la última secuencia que nos brindan, es que hay una familia claramente vencedora. Esto responde de nuevo al fan service que ha dominado la serie durante varios años y que ha marcado la trama de algunos personajes. En algunas ocasiones se ha logrado mantener la esencia de los protagonistas y en otras sea desfigurado, como pudimos ver la semana pasada cuando Arya se daba media vuelta a las puertas de completar un objetivo importante de su lista.
Es innegable que la fotografía del tramo final de la serie es apabullante. La epicidad y el dramatismo fotográfico que tiene esta temporada está a la altura de las portadas de los libros, ilustradas en España por Corominas. Pero más abrumador va a ser para muchos el destino que sufren algunos de los personajes o la manera en cómo les llega. Por fin conocemos a la persona que gobernará Dorne, el Dominio, el Valle… En mis quinielas estaba el destino del Trono de Hierro y me ha gustado cómo se ha rodado, la escena tiene un encanto visual y poético innegable. Pero estoy seguro que nadie o muy pocos se esperaban quien acaba gobernando Poniente. Yo no apostaba por este desenlace. Una persona que no imaginaba nunca como regente de este mundo pero cuyas primeras decisiones, las cuales podemos ver al final de este episodio, me han gustado. Esta elección final es uno de los puntos que serán más debatidos en todos los foros de la serie.
Tras un momento tan intenso como el del penúltimo episodio y con una duración de hora y cuarto había que dar espacio para que todos los principales nombres de ‘Juego de Tronos’ apareciesen y conociésemos su final. Desde una Danerys temida u odiada por todos hasta un Tormund resguardado del frío en el norte conocemos el destino de cada uno de ellos.
Uno de los momentos más importantes de este último capítulo por supuesto está protagonizado por Daenerys. Ya vimos como abrasó la capital a si es que estaba claro que viviría aquel instante que le profetizaron temporadas atrás llegando hasta el trono, pero el dramatismo de la escena a ratos es bueno y a ratos flaquea. Y otro gran protagonista, Jon Nieve, su amante, también acapara el centro de atención. Hay un momento en el que Snow dice en este episodio «no importa lo que yo haga». Pues parece ser que no porque ciertamente en toda la temporada no ha hecho realmente nada reseñable. El sobrino e hijastro de Ned Stark había pasado del «no sabes nada Jon Nieve» al «no haces nada Jon Nieve». Pues por fin le vais a ver hacer algo. Por cierto que la serie empezó con conversaciones entre Jon y Tyrion y acaba con estos dos personajes parlamentando. Pero ambos están muy cambiados y sus posiciones vais a ver que en un solo episodio también cambian tan rápido como el viento.
Rápido es un término que hemos tenido que usar mucho últimamente. Al final del episodio tenemos un salto de tiempo que nos lleva a un peculiar reencuentro con reaparición de muchos personajes. Esto nos habla y nos recuerda lo atropellada que ha sido esta última temporada que como decían muchos de los actores efectivamente nos deja un sabor agridulce, pero no solo por el destino de alguno de sus personajes, si no por la calidad de sus episodios, ya sea argumental como técnicamente.
Incluso podemos decir que hay cosas ciertamente cutres en este último episodio dirigido por los mismísimos David Benioff y D.B. Weiss. Tenemos una despedida muy a lo Gandalf y Frodo con los Hobbits pero con peor resultado, no conmueve igual. Y aún más relacionado con Tolkien está un detalle que vemos al final y que recuerda a un gesto que tiene Bilbo siempre al final de sus viajes.
Parece que nos dejan entrever la posibilidad a spin off de algún personaje. Lo que si que está claro es que no siempre es fácil cerrar una serie y satisfacer a todo el mundo, menos aún cuando casi literalmente queremos decir A TODO EL MUNDO. ‘Juego de Tronos’ es una serie que trata de un reino dividido e irónicamente ha unido a espectadores de toda índole. La etiqueta de histórica no se la puede negar nadie nos haya gustado más o menos su cierre.