Crítica: ‘Blanco perfecto’

Sinopsis

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Un grupo de jóvenes viajan en coche por una carretera solitaria. El reventón de un neumático les obliga a detenerse. Lo que debería haber sido un viaje de placer entre amigos se convierte en un auténtico horror: un francotirador oculto comienza a disparar sobre ellos. Los jóvenes quedan atrapados en medio de la carretera con el coche como única e inútil protección. El enigmático francotirador los tiene a su merced y va eliminándolos uno a uno.

Crítica

Absurda y sin lógica así es ‘Blanco perfecto’

Esta semana se estrena la que quizás es la peor película que he visto en lo que lleva de año, pero he de admitir que al verla en la Muestra SYFY de Madrid, se ha convertido en una de las cintas que más me ha divertido en una sala de cine.

Con una premisa sencilla, la cinta nos lleva con un grupo de jóvenes atrapados en medio de una carretera desierta y asediados por un francotirador que va hacerles la vida imposible.

En esta película fallan muchas cosas, los actores y el guión sobretodo. La fotografía y ese toque gore de cine japonés es quizás lo mejor de la cinta, las muertes exageradas son un punto fuerte para una cinta que empieza muy rápido y luego aburre a cualquiera.

Si veis en serio la película es realmente mala, hay que verla en un ambiente distendido y con amigos para poder superar todas las situaciones absurdas que Ryûhei Kitamura nos planta en pantalla.

Hay escenas míticas, como todas las sufridas por el personaje de Todd Costa, (uno de los lemas principales de la Muestra SYFY fue gracias a él ‘A Toda Costa’) pues aunque no lo parezca, realmente es el héroe de la película. O también cualquier escena en la que aparezca Eric (Anthony Kirlew), todas ellas sin lógica ninguna.

Quiero pensar que Ryûhei Kitamura haya realizado esta cinta para que nos lo pasemos bien y no como una película de terror de verdad, porque lo único que ha conseguido es que salgan risas  y más risas o bostezos, según se tomaran la película los espectadores.

Eso sí, lo mejor sin duda es el final, completamente inesperado y muy bien ejecutado. Te deja sin palabras y con una ganas terribles de aplaudir.

Lo dicho, ‘Blanco perfecto (Downrange)’ tenéis que verla con la mente abierta, no vais a ver una película de terror, vais a divertiros, porque si vais en serio con ella a mitad de la película solo querréis salir del cine por puro aburrimiento. 

Ficha de la película

Estreno en España: 25 de mayo de 2018. Título original: Downrange. Duración: 90 min. País: Estados Unidos. Dirección: Ryûhei Kitamura. Guión: Ryûhei Kitamura y Joey O’Bryan. Música: Aldo Shllaku. Fotografía: Matthias Schubert. Reparto principal: Kelly Connaire, Stephanie Pearson, Rod Hernandez, Anthony Kirlew, Alexa Yeames, Jafon Tobias, Aion Boyd. Producción: Genco, Eleven Arts, Distribución: a Contracorriente Films. Género: Thriller. Web oficial: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/851/blanco-perfecto-downrange/

Así es ‘Matar al Padre’, protagonizada por Gonzalo de Castro

Tragicomedia ácida con un padre que daría ardores de estómago.

Tenemos nueva serie que se estrenará el viernes 25 de mayo en Movistar+, poniéndose ese día al completo bajo demanda. En ella durante quince años acompañamos a la familia Vidal encabezada por Jacinto Vidal. ‘Matar al padre’ está compuesta por cuatro episodios de unos cincuenta minutos cada uno y nos muestra cuatro etapas distintas de este clan en un período desde mediados de los boyantes años noventa hasta muy cerca de nuestros días, quedándose en plena crisis económica. Una historia en la que matar al padre no es una opción pero si un deseo constante.

Porque el cabeza de familia que está interpretado magistralmente por Gonzalo de Castro (serie ‘7 vidas’, ‘Las furias’) es un individuo de mucho cuidado pero también de mucho cuidarnos. Me explico. Jacinto es alguien que cuida a su gente, que odia la traición, que valora la amistad y la familia por encima de todo y eso lo mima. Pero también quiere las cosas a su manera cueste lo que cueste, persiguiéndolo todo con tozudez y para ello lleva a los que le rodean hasta el extremo. Por desgracia para él no todos tienen su sistema de valores y no todo le sale como él piensa y las cosas se le tuercen o le llevan la contraria. Muchas son las desventuras que vive y su carácter hace que las vivamos tras un filtro tragicómico.

Tragicomedia. Le viene que ni pintado ese apelativo o esa categorización. La serie dirigida por Mar Coll y escrita por ella misma más Valentina Viso y Diego Vega combina drama y comedia de un modo muy bestia y sincero. No sé si ácida es la palabra más acertada para definir esta comedia pero desde luego a mí un padre como Jacinto Vidal me daría ardores de estómago. Está muy bien llevada la evolución de los personajes a través de esas cuatro fases poco separadas de sus vidas. Sentimos intensamente tanto sus penas como sus alegrías y aún así podemos reírnos ante lo surrealista de sus situaciones, que pese a ser altamente perturbadoras caben dentro de lo factible.

Lo cierto es que la canción que abre la serie no podía estar mejor elegida. «Mi viejo» de Piero. Su letra se la podría cantar Jacinto a su padre o los hijos de Jacinto a este. Ya que la serie trata temas bastante profundos, no se queda en lo superficial de la crisis que tantas producciones andan mostrando últimamente. El legado, la creación de hijos a imagen y semejanza, el modo en que queremos pasar nuestros días, el fracaso o éxito en la educación…  Para ello, con o sin simbolismo Mar Coll hace que los protagonistas se traten como perros pero que aún así se quieran entre ellos. Una relación de amor odio, de dependencia mutua que está cargada de mucha hipocresía también, de limosnas tanto materiales como emocionales.

Mini serie de cuatro capítulos. Pero decir que es «mini» es quedarse corto. Eso solo vale para su duración pues al igual que otras series como ‘Life’s too short’ su extensión desmerece su alcance. Y al igual que ese serial de Warwick Davis, Ricky Gervais y Stephen Merchant, pero con un humor ligeramente distinto, ‘Matar al padre’ nos aporta un pasatiempo amargo pero a su vez cómico. Es muy difícil alcanzar este punto de equilibrio y no es la primera serie que recientemente nos otorga Movistar+ de similares características, recordemos ‘Vergüenza’. Con personajes como el de Paulina García encontramos el lado más humano y comprensivo, con Greta Fernández quizá el más hipócrita o emberrenchinado y con Marcel Borràs tenemos la mejor réplica para Gonzalo de Castro. Ambos son los que como padre e hijo recorren el hilo central de la trama y tienen un constante toma y daca digno del que hemos visto en presencia de las cargantes madres del propio Hitchcock. Incluso Gonzalo de Castro llega a recortar en silueta como el famoso director.

¿Si os podéis acabar encariñando y pidiendo más de un personaje controlador, histérico, hipocondríaco, que se empeña en aguantar estoico y en encajar los golpes casi en solitario o que asfixia con su amor paternal? Ya os digo que Gonzalo de Castro hace que sí. Al final volveréis a él de igual modo que siempre acaban volviendo los Vidal a él, porque al fin y al cabo, cual Jedi y con la Fuerza, la ironía de la vida siempre le acompaña.

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