Si estáis al día con ‘Dark’ (impresiones de la segunda temporada aquí) y si además habéis desentrañado bien toda su relación de eventos y personajes, os alegraréis de esta noticia. Netflix ha lanzado el tráiler y la fecha de estreno de la temporada tres, la que supuestamente es la última de la serie. El próximo 27 de junio podremos seguir con la historia de los habitantes de Winden creada por Baran bo Odar y Jantje Friese.
La última temporada de ‘Dark’ acabó, que raro, con un final enigmático que parece que nos adelanta la existencia de múltiples dimensiones que se sumarán a las variantes temporales de la serie. Algunos personajes seguro que se alían con su yo del futuro o del pasado, esa riqueza y esa trama sin fallos es lo que ha hecho de ‘Dark’ una de las mejores series de toda la historia de Netflix.
El director de cine Lucas Figueroa (‘Despido Procedente’, ‘Viral’) está rodando su próximo largometraje ‘Renaceres a 8k’, durante el período de cuarentena, y profundiza sobre la oportunidad del ser humano de resurgir en una versión mejorada después de un hecho trascendental. Se trata de un proyecto multidisciplinar que incluye un largometraje documental, una serie, una exposición y un experimento literario.
La película rodada a una calidad de 8K (cuatro veces más que la resolución que se ve en un cine), toma el confinamiento como punto de partida a un viaje introspectivo sobre la grandeza humana a través de los escenarios vacíos de España, en plena cuarentena y que poco a poco vuelven a la normalidad en las distintas fases.
Figueroa ha obtenido unas imágenes en movimiento únicas que pueden ser catalogadas para la Memoria Histórica de España, y las generaciones venideras pueden ver con otros ojos lo que fueron estos días de confinamiento. Es importante tener un documento visual de los espacios vacíos, de las calles solitarias y de la oportunidad de renacimiento e introspección que significó este frenazo forzoso. Por otro lado, captar esos lugares con su vuelta a la normalidad, que nunca será la misma es un documento de gran valor.
Pero no todo son ciudades vacías, ‘Renaceres a 8k’ se rodó también en los hospitales junto a los sanitarios, en las calles junto a la Policía y en los barrios junto a los vecinos en sus balcones. Ahora toca la etapa de la llamada ‘desescalada’ que arroja también un sin fin de imágenes únicas de personas sociabilizando de una manera distinta.
El rodaje se ha hecho con la máxima calidad de grabación cinematográfica de hoy en día. Una imagen a 8K ya 60 cuadros por segundo (en una película se proyecta a 24 cuadros por segundo), hace que todo se perciba en cámara lenta como si de un sueño o una película de ciencia ficción se tratase. Los planos llevan un movimiento armónico de la mano del talento Steadycam Álvaro Carla, hijo del primer Steadycam español, Tito Carla.
Figueroa comenta, «Con Álvaro colaboramos desde que hice el corto. Porque hay cosas que nunca se olvidan y somos inseparables desde entonces cuando pienso en planos con movimientos armónicos, que las imágenes sean únicas».
Este largometraje producido por Mr Monkey de Figueroa y New Frequency, productora centrada en contenido documental, cuenta con el apoyo técnico de cámaras 8K de IsabelBaselga (Catts) y el soporte en postproducción de Sergio Salas (Scope).
Fue realizado bajo la supervisión previa de la Policía Nacional, y con las más estrictas medidas de seguridad, con un equipo mínimo, pero con una cuidada calidad técnica y de composición. Estas cualidades son características en la obra de este director y vienen generadas por su trayectoria en la dirección de cine público y en procesos de postproducción como montador para Disney durante años en sus comienzos. El director de esta obra audiovisual comenta » Soy un optimista por naturaleza, un soñador si se quiere. Me quedo con la grandeza del ser humano, que se percibe y se ve en estos momentos extremos. Somos luz y en la calle lo hemos visto y es lo que hemos querido captar. El sanitario aplaudiendo al policía, y el transeúnte aplaudiendo al sanitario, es el ejemplo más gráfico, pero hay vecindarios de personas que no se conocían y que de balcón a balcón llegaron a ese vínculo natural que tenemos entre humanos, queremos compartir nuestro amor. Queremos ser amados y amar «.
En ‘Renaceres a 8k’, el uso de ópticas angulares y de planos compuestos a lo Terrence Malik o Stanley Kubrick nos lleva a un viaje hipnótico por las urbes y sus calles. Como sucedió en la trilogía ‘Qatsi’ (Godfrey Reggio, 1983) o ‘Baraka’ (Ron Fricke, 1992), el peso de las imágenes sin palabras se transforma en un discurso arrollador guiado por una música que invita a la reflexión inmediata.
‘Renaceres a 8k’ será también una exposición y una manifestación literaria. Cada plano habla por sí solo, cada plano es un «cuadro» y en este caso el lienzo es una pantalla con una resolución de 8K (8000 líneas de resolución, el HD son 1080 líneas).Diversos artistas de reconocido prestigio están poniendo su voz a los cuadros, recitando poemas, en homenaje a los grandes maestros y maestras de la literatura española. Un plano, un cuadro, un artista. La obra final es un cuadro vivo que genera una emoción y reflexión distinta en cada espectador. Estas piezas formarán parte de una exposición itinerante por diferentes museos y salas.
«Quiero poner en manos de tod@s parte de estas imágenes para cada un@ las haga suyas y les ponga su música, su poesía y su mensaje. Y que, de esta manera, co-creemos un mensaje de unión y amor, que es, en definitiva, lo que somos . Es un buen momento para volver a la poesía, las expresiones mínimas, desde un lugar menos racional y más sentido . ‘Renaceres’ nos inspira a través de las imágenes a la oportunidad de reinventarse que surge luego de un hecho histórico en esta aventura, tan frágil y hermosa, que es la vida».
‘Renaceres a 8k’, se centra en el discurso HUMANO. No en la tragedia, sino en la reflexión de quienes somos desde la imagen desnuda de las ciudades. Estará en cines el 18 de diciembre.
Para los amantes de la noche pero no de los vuelos
Un vuelo que va a salir desde Bruselas es secuestrado, así comienza ‘Into the night’. El único y armado secuestrador apremia a despegar al piloto y a la poca gente que había embarcado en el avión ya que asegura que si les coge el amanecer todos morirán. Comienza ahí una auténtica carrera para mantenerse siempre en la cara sombría de la tierra. Así es la primera serie belga original de Netflix creada por Jason George, productor de ‘El vicio del poder’ o ‘Narcos’.
Antes de hablar de otros pormenores de la serie debéis saber que ‘Into the night’ no termina, se queda abierta. Sí que es verdad que llega a un punto final, a una meta, pero no se soluciona el problema de los protagonistas quedándose pendiente para una posible segunda temporada.
Pero ‘Into the night’ con sus seis episodios es más que satisfactoria. Consigue intrigar desde sus primeros instantes y engancha con los problemas/soluciones que va planteando. Hace por ejemplo lo que ‘The Walking Dead’ no se ha atrevido a hacer nunca, ni en la serie ni en los cómics. Da explicación al incidente que está acabando con la gente y más allá de eso explora sus consecuencias en diferentes ámbitos de nuestras vidas, formando parte de la aventura en la que se ven sumergidos los pasajeros.
Esta es una serie que va a contrareloj, que a veces consigue ser trepidante o agobiar por la falta de recursos o conflictos surgidos. No tiene prisa en mostrar todas sus cartas y se agradece su tensión y su ritmo. Tenemos algún personaje estereotipado pero gran parte de las veces consigue romper moldes para nuestra sorpresa y para así además conseguir ser más creíble. Está por ejemplo el italiano y el alemán que tiene prejuicios contra los polacos y los árabes, pero que luego demuestran ser más humanos de lo que parece. Por cierto que todo esto sale de una novela procedente de Polonia.
‘Into the night’ es coral pero cada episodio nos muestra en su inicio el pasado de alguno de los personajes, justificando casi siempre su presencia en el avión y olvidándose de ese precedente a veces. Nos puede recordar así muchas veces a ‘Perdidos (Lost)’. Tal vez en ese sentido si peca de catastrofista la serie sembrando en todos los protagonistas demasiados claroscuros. Al fin y al cabo todos somos humanos y la serie maneja sus situaciones de una manera totalmente natural, con reacciones y efectos muy humanos muy espontáneas. Tanto por su tratamiento como por alguno de sus personajes me ha recordado a ‘La niebla’ de Frank Darabont. Podemos decir que este es un buen thriller con unos límites muy bien estudiados.
Si os cuesta saber qué elegir ante la avalancha de estrenos en la infinidad de plataformas digitales que tenemos hoy en día sabed que esta es una miniserie que pasa literalmente volando y os dejará para bien enganchados a la expectativa de que salga una segunda parte.
Entre ‘The office’ y ‘Hot shots!’, una Space Force falta de de combustible
Si no me equivoco Estados Unidos tiene siete u ocho ramas militares. Una de ellas es la Space Force o Fuerza Espacial. Esta unidad está en marcha desde el pasado 2019 dentro de las iniciativas de Trump pero ya se llevaba barruntando la necesidad de este cuerpo de defensa desde hace unos veinte años. Greg Daniels (‘The office’, ‘Upload’) que siempre es capaz de mostrar una gran y peculiar visión de la actualidad ha sido el primero en atreverse a contar los orígenes de este organismo tan singular del ejército. Podréis ver su nueva serie en Netflix el próximo 29 de mayo.
Y para hacer los diez episodios de ‘Space Force’ ha contado con su gran amigo Steve Carell quien como todos sabemos entre otras cosas protagonizó la versión norteamericana de ‘The office’. Comparar esta serie con ‘The office’ es inevitable. Pero hay que tener claro que Carell solo interpreta un papel con ciertas similitudes, que el humor está mucho más americanizado y que su absurdez se sale de lo cotidiano, no llegamos a reírnos por la remota posibilidad que pueda pasar lo mostrado en la serie en nuestras vidas, que es lo que muchos monólogos o series como ‘The office’ conseguían. Aunque Daniels fue showrunner de la versión británica de ‘The office’ hay que atribuir su éxito a Ricky Gervais y Stephen Merchant. La versión de USA siguió su ejemplo y estela. A ‘Space Force’ no le habría venido mal la mano de estos dos humoristas pues parece que quiere hacer algo muy similar pero se va por las ramas y no llega a sus niveles de acidez e inconsciencia voluntaria.
Con ‘Space Force’ te ríes bastante. Pero su humor va más por los derroteros de la parodia y no se va tanto a lo ridículo o patético. La serie es una pantomima del ejército estadounidense y llega a tener momentos surrealista al más puro estilo ‘Los Simpsons’ (serie en la que trabajó Daniels) o a ser una especie de nueva versión de ‘Armageddon’. Ojalá hubiese sido un nuevo ‘Hot Shots!’ pero tanto su ritmo como los papeles de Lisa Kudrow (la actriz de ‘Friends’ hace de la esposa de Carell) y Diana Silvers (hija de Carell en la ficción) reducen mucho la cadencia de los gags o los hacen desaparecer. A la serie le falta tener más mordiente o aumentar su número de chistes. Me atrevería a decir que a lo que más se parece es a ‘Miracle Workers’ donde además se intenta hilar una historia a través de la ruptura de algo infalible, en este caso la preponderancia de USA, en el caso de la serie con Buscemi y Radcliffe la infalibilidad de Dios.
Haciendo uso de mucho más presupuesto Daniels y Carell han introducido un esquema similar al de ‘The office’. Tenemos a un jefe, no tan estúpido, pero con sus torpezas y carencias. De él depende no el destino de una empresa de papelería si no el de un país que está descubriendo que ha perdido su supremacía por culpa de los Chinos. Junto a él está el fiel asistente que está un poco ido de la olla (el que sería Dwight Schrute aquí es el general Brad Gregory). En las versiones de ‘The office’ siempre había un contrapeso cuerdo y sensato como el que fueron Martin Freeman y John Krasinski que aquí está representado por John Malkovich. Y los empleados o soldados de la Space Force parecen gente sensata pero también tienen sus taras, como los empleados de Dunder Mifflin.
No le faltan elementos actuales. Community managers que están a muerte por el postureo, nuevos multimillonarios que llevan la tecnología por delante de lo que la lleva su nación, proyectos de hábitats lunares… Todo eso va apareciendo en una base que también busca sacarnos la sonrisa con referencias visuales y burlas como la que vemos en su comedor representando el alzamiento de la bandera en Iwo Jima con astronautas. Seguro que a más de uno le va a gustar o a hacer gracia el uniforme de camuflaje repleto de cráteres lunares o va a querer un helado de Meal Armstrong.
Yo diría que por encima de todo ‘Space Force’ nos retrata de un modo irrisorio a un país que derrocha recursos, sobredimensiona presupuestos y tiene al volante a auténticos ineptos. Los episodios están hilados entre sí con el fin de plantearnos si este proyecto de soldados es capaz de llegar a la Luna en 2024. Pero más que mantener expectación por esa meta tenemos intriga por la situación del personaje de Lisa Kudrow.
Otra cosa que no hacía ‘The office’ es dejarnos en stand by hasta una siguiente temporada, no de un modo tan mayúsculo. ‘Space Force’ no tiene confirmada una segunda tanda de episodios pero nos deja asumiendo con bastante obviedad que quieren hacer más. Hay varias respuestas por responder y me gustaría ver como las desarrollan, sobre todo si es con aún más comedia.
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