El festival sobre películas germanas se inaugura con ‘Free conuntry’. Un remake de ‘La isla mínima’. La célebre película de Alberto Rodríguez, que en 2014 ganó 10 Goyas, es el referente de esta película que traslada la acción a 1992, dos años después de la reunificación de Alemania. Así arrancará el 22º Festival de Cine Alemán, que este año se traslada a Filmin ofreciendo 11 largometrajes y 13 cortos de la última cosecha del mejor cine del país del norte de Europa.
Por otro lado ‘Mi nombre es Bagdá’ será uno de los títulos a subrayar de la Mostra de Fims de Dones de Barcelona. La última ganadora del premio Generation 14Plus del Festival de Berlín, dirigida por Caru Alves de Souza, es un fresco y espontáneo retrato de una joven skater brasileña. Es uno de los 16 largos (+ 6 cortos) que integran la programación de la 28ª edición del festival barcelonés, que este año rinde homenaje a la cineasta latinoamericana MartaRodríguez.
Dante es un ladrón profesional que subsiste a base de pequeños trabajos muy bien escogidos. Su nuevo objetivo es un caserón aislado y que el cree que estará vacío. Pero en esa incursión va a descubrir que no está solo en el interior de la casa. Repentinamente se encuentra de frente a una extraña pareja cuya reacción no es otra que invitarle a desayunar.
El sorprendido ladrón acepta la anómala invitación con el fin de evitar que avisen a la policía y de ese modo se convierte en partícipe activo del extraño juego.
Crítica
No es una obra maestra pero por lo menos podría haber rozado lo rocambolesco
Tres películas lleva Juanra Fernández (‘De púrpura y escarlata’, ’Para Elisa’) y ahora va a estrenar en Filmin ‘Rocambola’. No sé cómo serán sus otros dos largos pues no he tenido el gusto de verlos, pero me he sorprendido al documentarme y ver que esta no era una ópera prima. Su concepción y realización me recuerdan a películas de estudiantes. Por ejemplo, el etalonaje difiere mucho de un escenario a otro, lo cual pasa manifiestamente en muchas películas en las que se usan planos con drones (que hoy en día nos salen hasta por debajo de las piedras).
Este es un thriller donde a los veinte minutos se ve el percal. Una historia que al principio desconcierta y luego se precipita. Va de robos y desesperaciones, también de viejas rencillas. Leyendo su sinopsis y viendo sus primeros compases he llegado a pensar que podría ser un ‘Funny games’ al a inversa pero pronto me he llevado el chasco.
Aprecio y respeto que Jan Cornet sea un ganador del Goya. Pero su actuación en esta película no me parece digna de alguien que ostenta tal galardón. Cuando se encara con rabia o dureza no me parece creíble, aunque cuando hace de acobardado si está más eficiente. No obstante, su actuación no es la más carente de matices y naturalidad. Sheila Ponce habría necesitado un poco más de garra y de mano del director para llevar a cabo su personaje. Un rol que se enfrenta y alía constantemente al de Juan Diego Botto, que es el que parece que ha buscado más tonos para su actuación.
‘Rocambola’ no llega a explicar el significado de su título, pero si deja ver clarísimamente que es un intento inconfundible de hacer un descenso a los infiernos. No hay indirectas, hay alusiones directas a la Divina Comedia de Dante: la frase de inicio, el nombre del protagonista y el título de los capítulos. Los pasos están bien marcados en el guión si lo que se quería era hacer un calvario. No estoy diciendo que la película se haga un martirio, de hecho, no se hace lenta, si no que se ha buscado un via crucis para los personajes. Pero esa senda que recorren está realizada de manera bastante novel, en gran parte por la falta de elegancia o sutileza a la hora de usar las referencias.
Si se ha buscado acción no se ha conseguido, si acaso algo de suspense. Si se ha querido crear algún tipo de ambiente claustrofóbico tampoco lo he percibido. El sonido de la película es uno de los factores que te saca. Más allá de querer ser realista está repleto de reverberaciones en las paredes y de frases que se entienden poco.
Los paralelismos con la Divina Comedia están bien establecidos, aunque son demasiado evidentes. Más que esa falla ‘Rocambola’ tendría que sobreponerse a la poca sorpresa de sus giros y a la falta de verosimilitud, que no siempre salen obras maestras, pero por lo menos estaría bien que se acercase a lo rocambolesco.
Ficha de la película
Estreno en España: 5 de junio de 2020. Título original: Rocambola. Duración: 82 min. País: España. Dirección: Juanra Fernández. Guion: Juanra Fernández. Música: Pedro Pablo Morante. Fotografía: Juan Miguel Morante. Reparto principal: Juan Diego Botto, Jan Cornet, Sheila Ponce, Elisa Matilla, Ana Álvarez. Producción: Marcianetes Films. Distribución: Begin Again Films, Filmin. Género: thriller. Web oficial:http://beginagainfilms.es/
La reseña que probablemente nunca leeréis de la serie que nunca pensaríais ver
La serie de Netflix ‘Betaal’ junta zombies vampíricos trepamuros, maldiciones, posesiones, mercenarios, ingleses colonialistas y por supuesto hindúes. Esta mezcla más variada que un plato especiado del restaurante Taj Mahal podría repeler a muchos. Solo aquellos amantes de las películas chuscas o del terror más recóndito podrían atreverse a enfrentarse a ‘Betaal’. Pero si aceptáis mi recomendación os meteréis de lleno en esta miniserie, sin intentar tomárosla como una propuesta seria sino más bien desenfadada.
El nombre Betaal viene del espíritu vetal de la India. En esa cultura este ente posee cadáveres y se presenta como una especie de vampiro o zombie que se dedica a atormetar. En esta serie, que es ya la quinta original de Netflix en la India, tenemos a ese espectro dentro de un soldado inglés de alto cargo. Pero este soldado está muerto, es del siglo XIX y ha permanecido encerrado en un túnel con su ejército hasta la actualidad. Un plan de construcción de una autopista y unos soldados sin escrúpulos hacen que los lugareños de la zona deban enfrentarse de nuevo a la amenaza de los no muertos.
El británico Patrick Graham (‘Ghoul’) es el principal cerebro de ‘Betaal’. Ha contado en parte con la producción de la Blumhouse Productions. De hecho parece que la serie está hecha con la calderilla que le ha sobrado a Jason Blum. Son solo cuatro episodios y tanto el nivel actoral como a veces el de puesta en escena es bastante escaso. Esta serie es como la copia barata de ‘Kingdom’. Pero como suele ser costumbre o tradición en las películas de la Blumhouse se saca provecho a lo que hay y si uno sabe a lo que va disfruta de ‘Betaal’. Y a lo que hay me refiero a que esta es una serie de infecciones, con pocos escenarios y con un argumento que parece surgido de un videojuego más que básico. La verdad es que podrían costearse una segunda parte, la trama da para ello y así podría desmadrarse más.
Y es que la miniserie se contiene e intenta estar acotada a los cánones occidentales del género. Creedme, he visto películas hindús donde todo lo que vemos aquí parecería normalito, que al menos nos han ahorrado las escenas musicales tan típicas de allí. Si películas como ‘Zombies Nazis’ u ‘Orgullo y prejuicio y zombies’ os parecían raritas esperad a ver a estos zombies escaladores que disparan con mosquetes y tocan el tambor. ‘Betaal’ es excéntrica y quiero creer que por tener un director británico sigue clichés como el introducir la típica frase «si me convierto en una cosa de esas mátame».
A pesar de que la trama es bastante pobre, con fallos y que no hay un acabado de superproducción sí que hay algunos personajes muy bien maquillados. La iluminación sobre los zombies (enmascarados o maquillados) parece sacada de un videojuego japonés, tipo ‘Resident Evil’ o ‘Project Zero’. Pero no elevéis en exceso vuestra expectativa, también hay no muertos recreados con máscaras y guantes que parecen sacadas de AliExpress, con ojos brillanes hechos con bombillitas rojas. Me han recordado a los Morlocks de ‘La máquina del tiempo’. Aunque también he detectado varias veces imágenes homenajeando al ‘Demons’ de Dario Argento.
Vineet Kumar es uno de los protagonistas (prácticamente es el principal de ‘Betaal’) y suma así su segundo título para Netflix y Red Chillies Production. Aunque este sea el protagonista la actuación más valorable es la de Siddharth Menon quien tiene una secuencia de terror e diálogos muy interesante, rescatable sobre todo por lo que decía del maquillaje.
La serie mete sus mensajes en sus escenas pues deja ver que aún hay un grave distanciamiento de clases en la India. Las creencias y la humildad se enfrentan al racismo y la avaricia. Es peor la codicia de algunos o la cerrazón del ejército que la propia maldición de ‘Betaal’. Con toda esta abundancia de cosas en la serie os invito a verla, total, su montaje es ágil y su duración corta, no os arrepentiréis.
Surgida de un manga creado por Q Hayashida (editado en España por ECC) tenemos ya en Netflixla serie de doce episodios de veinticinco minutos ‘Dorohedoro’. Un anime que os digo desde ya que tenéis que ver si sois consumidores habituales de anime y añoráis las series de los años noventa. También os gustará si os va el estilo directo, el humor macabro y los argumentos estrafalarios y fantásticos. Me ha encantado por ser capaz de devolverme al estilo sin tapujos de hace más de veinte años acompañado además de un dibujo similar al de aquella época e incorporando algunos movimientos y detalles que claro está, son debidos a las técnicas actuales.
Yûichirô Hayashi (‘Batman: Gotham Knight’, ‘Kakeguri’) dirige con algún que otro director de apoyo y Hiroshi Seko (‘Ataque a los titanes’, ‘Inuyashiki’) escribe. Este mundo en el que el estudio Mappa y Netflix nos invitan a entrar está ambientado en la ciudad de Hole (Agujero). Un lugar sucio y se podría decir que futurista desde el que pasamos a otro mundo mágico. Es ahí donde el protagonista es víctima de un experimento de un mago que le deja convertido en un hombre con cabeza de reptil, que además pasa a ser inmune a la magia. Eso despierta el interés de otros magos que empiezan a perseguirle mientras él añora recuperar su memoria y su rostro.
Caiman es un personaje con cabeza sauria que podría haber salido perfectamente de la película de ‘Super Mario Bros.’, por su dibujo y por su carácter. Es un tontorrón y osado protagonista que sigue casi los mismos esquemas de los personajes principales de series como ‘Golden Boy’, ‘Trigun’ o ‘Louie, el guerrero de las runas’. Es osado, a veces inconsciente, algo pardillo y muy glotón. Te partes con él aunque se encuentre embadurnado en sangre en plena pelea.
Se topa con una compañera de armas (Nikaidō) que le ayuda en su búsqueda gracias a sus habilidades y su cocina. Juntos se tienen que enfrentar a todo tipo de magos, con especialidades muy variopintas. Dos de ellos me recuerdan mucho a los personajes Hazel y Cha Cha de ‘The Umbrella Academy’ y también a Travolta y Jackson en ‘Pulp Fiction’. Ningún personaje en esta serie está en sus cabales, todos tienen alguna rareza y eso la hace muy divertida y versátil.
La trama lleva a Caiman a momentos cada vez más peligrosos, según va desentrañando su pasado. Algunas teorías apuntan a que ‘Dorohedoro’ viene de traducir el título por partes: barro (doro) y lodo (hedoro). Podemos aprovechar muy convenientemente la expresión “de aquellos barros estos lodos” para aplicarla a lo que le pasa a Caiman y a las consecuencias derivadas de lo que ha hecho en su pasado.
¿Cómo investiga? Matando y metiendo la cabeza de los magos a los que se enfrenta en sus fauces, para que el hombre que tiene dentro vea si les reconoce y averiguar así si alguno de ellos es el causante de su mágica mutación. Hay mucha sangre y magia entremezclada en este anime. Si la acotamos hay que introducirla en las series de tipo seinen, para adultos. Es un disfrute de momentos ridículos con amputaciones y despellejamientos de caras.
También cabe señalar que es muy rarita. Los magos realizan su magia a través de un humo que exhalan. Y esto pueden hacerlo a través de su boca o mediante heridas autoinfligidas en los dedos, por ejemplo. No solo experimentan poniendo cabezas de pulpo o loro a las personas, también les convierten en kafkianas criaturas como una cucaracha gigante o en setas comestibles. Los magos, por cierto, llevan todos máscaras, algunas de ellas con formas tan excéntricas como un corazón humano o un pavo (si, a lo Friends).
Me ha encantado ese capítulo en el que unos monjes recorren la ciudad cual Moza de Ánimas en La Alberca y luego todo desemboca en una cacería anual de muertos vivientes. Hechiceros, zombies, demonios, mutantes, tecnología ciberpunkarra… Enganchado a ‘Dorohedoro’. Quedo a la espera de ver si os gusta tanto como a mi y si llegan a España las seis OVA’s que van a lanzarse a parte de esta serie, creo que en futuros lanzamientos en formato Blu-ray, porque de ellos va a depender el desenlace de esta historia que por desgracia se ha quedado colgada.
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies