Crítica: ‘La mujer del espía’

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1940, Japón. La noche anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el comerciante local Yusaku Fukuhara deja a su esposa Satoko en casa y viaja a Manchuria con su sobrino. Allí es testigo casual de un acto bárbaro y decide tomar medidas para revelarlo al mundo. Tras un malentendido inicial, su esposa descubre las verdaderas intenciones de su marido y decide protegerlo de forma incondicional. ¿En quién se puede confiar?

Crítica

Sin la tensión y la profundidad del género de espionaje

Con ‘La mujer del espía’ tengo la impresión de que va a dividir mucho a los espectadores. Pienso en ella muchos días después de haberla visto y no cambia mi opinión o no me ha hecho reflexionar, eso por lo general suele ser malo. Lo que sucede con la película de Kiyoshi Kurosawa es que es muy probable que a algunos les maraville por retomar maneras solo aptas para nostálgicos de la era dorada del cine. Pero a aquellos que gusten de actuaciones más naturales y menos exageradas les va a hastiar tanto como a mí.

‘La mujer del espía’ está sobreactuada a más no poder. La mera coreografía de los personajes por los escenarios saca a relucir la meticulosidad de los japoneses cuando quieren controlar con todo lujo de detalles sus obras. La impasividad del sargento o el dramatismo de la propia esposa y protagonista solo nos brindan personajes planos, sin riqueza o trasfondo, sin más matices que una o dos directrices que los definan. Estoy acostumbrado a consumir cine nipón y sé que suelen tender a ser melodramáticos, pero también que dotan a sus películas de mucha duración con el objeto de aportar profundidad a la historia, en este caso eso no sucede.

Y me cuesta decir esto pues este Kurosawa es el autor de películas que me gustan como ‘Pulse’, una cinta de terror moderno que me encantó, o la intrigante y cargada de mensaje, ‘Cure’. Me sorprende encontrarme en ‘La mujer del espía’ con una película de escasa moraleja, tan redundante y con unas maneras tan anticuadas de concebir su historia. Todo el trayecto de los personajes se queda en algo baladí, como silenciado por un último giro de los acontecimientos, como si no tuviese repercusión alguna y te acabas preguntando, ¿entonces para qué?

La película podría haber sido perfectamente un dorama. Podría haberse dividido en 20 capítulos como cualquier otro drama televisivo y tendríamos una telenovela japonesa en toda regla. Nos llevan al Japón de la II Guerra Mundial y ahí se juega con un triángulo amoroso que adivinamos pronto. Aunque sea parcialmente predecible al respecto en todo esto he de reconocer que a ‘La mujer del espía’ no le falta ni elegancia ni finura. Incluso a la hora de homenajear a la propia ‘Casablanca’ el director hace uso de cierta mordacidad.

Quizá sus pinceladas de metacine o los fortuitos giros de guión convenzan a más de uno. Pero desde luego no es una película excesivamente sesuda. Bien es cierto que sin necesidad de ser gráfica, la película consigue devolver a la actualidad los horrores de la guerra y casi siempre además con escenarios sencillos. El valor que extraigo de ‘La mujer del espía’ es que se embarra en un asunto político que se planta de frente ante el famoso orgullo japonés. Y con esto demuestra que los japoneses son una cultura con exceso de autoestima pero también capaz de aprender de su pasado.

Ficha de la película

Estreno en España: 9 de julio de 2021. Título original: Spy no tsuma. Duración: 115 min. País: Japón. Dirección: Kiyoshi Kurosawa. Guion: Ryûsuke Hamaguchi, Tadashi Nohara, Kiyoshi Kurosawa. Música: Ryosuke Nagaoka. Fotografía: Tatsunosuke Sasaki.   Reparto principal: Yû Aoi, Issei Takahashi, Ryôta Bandô, Chuck Johnson, Yuri Tsunematsu, Minosuke, Hyunri, Masahiro Higashide, Takashi Sasano. Producción: C&I Entertainment, Incline, NHK Enterprises. Distribución: Sherlock Films. Género: drama, suspense. Web oficial: https://www.amuse-s-e.co.jp/title/wos/

Crítica de ‘The White Lotus’

Un paraíso y una serie que distan de ser encantadores

‘The White Lotus (El Loto Blanco)’ es una miniserie de seis episodios de una hora de duración que llegará a HBO España el 12 de julio. Una producción dirigida y escrita por Mike White que pretende a través de drama y un humor un tanto moderado o puntual, contarnos la historia de unos personajes de vacaciones en un resort de Hawái que da nombre a la serie.

Seis episodios para narrar una semana en la que vemos como unos personajes van a pasar página, otros a escribir una nueva en el libro de su vida y otros simplemente están en una pausa estival. Una mujer de luto, una familia, unos recién casados, el gerente del hotel… este reparto podría pertenecer perfectamente a una novela de Agatha Christie y la verdad es que el primer episodio, que no es más que una prolongada presentación, nos lo pinta así.

El problema es que durante toda la serie estamos expectantes a ver si pasa algo que vaya más allá de lo mundano y de lo cotidiano. Da la impresión de que a ‘The White Lotus’ le falta más locura o algo de crimen. Si toda la serie hubiese sido como el último episodio o si lo que pasa en él hubiese sucedido antes sí que estaríamos ante una historia con gancho y con interés. Esta obra de HBO, que no creo que esté al nivel de lo que suele ser HBO, no es encantadora precisamente. Y no digo que no lo es por su escenografía, su localización da ganas de coger el billete de avión ahora mismo. Creo que no es encantadora porque no es capaz de generar interés en nosotros y por un par de escenas escatológicamente gráficas que de repente te rompen el tono.

Un buen espejo en el que mirarse para esta serie habría sido ‘Puñales por la espalda’. Una obra moderna, con estilo, con drama y capaz de seducir con su narrativa. Lo único que consigue sacar a relucir Mike White son los llamados problemas del primer mundo. En ‘The White Lotus’ contemplamos como hay que aguantar al cliente tiquismiquis, manejar a unas adolescentes creídas, soportar el lloriqueo de los materialistas, resistir a las paranoias de un funesto marido, convivir con una adicta al trabajo que no para ni en vacaciones… Por lo menos se han resistido a explotar el cuerpo de Alexandra Daddario y desarrollan con ella un discurso sobre las esposas trofeo que me parece acertado, salvo en su final.

Murray Bartlett en el papel del manager del hotel es el más capaz de divertirnos, qué paciencia y cómo cambia el personaje. Junto al de Daddario o el de LuKas Gage son los que tienen más evolución. Muy por encima de las sobreactuaciones de Jennifer Coolidge, que no ha sabido hacer nada potable desde su participación en ‘Friends’ o ‘Joey’.

Todos, absolutamente todos los actores tienen repartido el protagonismo. Y también absolutamente todos se van cargando poco a poco hasta estar de psicólogo. Si os contase lo que les va sucediendo sonaría mejor sobre el papel que viéndolo. Mayormente porque a ‘The White Lotus’ le falta pisar el acelerador. Y todo esto que digo no es porque la serie no haya sido lo que yo me esperaba pues realmente no sabía de esta serie casi hasta el momento de darle al “play”. Es surrealista por ejemplo el momento de la cena romántica mezclado con el lanzamiento de cenizas, pero está tan mal gestionado que se queda entre dos tierras, la de la comedia y la del drama. Igual sucede con los instantes de música coral hawaiana, que no les veo poesía alguna, quizá es un material más apto para instagramers.

Crítica: ‘Miss Marx’

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Brillante, inteligente, apasionada y libre. Así es Eleanor “Tussy” Marx (Romola Garai), la hija pequeña de Karl Marx, una de las primeras feministas que continuó con el legado de su padre y de su compañero Engels. Luchadora incansable por los derechos de los trabajadores, por la abolición del trabajo infantil, por los derechos de las mujeres y en general por muchas injusticias; menos de las de su vida privada, dónde su atracción por el desenfrenado y presumido Edward Aveling pone del revés todo lo que Eleanor defiende en su vida pública.

Crítica

Suena punk pero se ve pastel

Eleanor “Tussy” Marx, interpretada por Romola Garai, es la protagonista de ‘Miss Marx’. Una película sobre una de las primeras feministas, entendiendo ese adjetivo como alguien que quiere realmente iniciar un movimiento por los derechos de las mujeres de una manera francamente activa. Creo que tanto el filme como yo tenemos el mismo concepto de feminismo, pero el problema de esta cinta es el poco tiempo que dedica su directora y guionista Susanna Nicchiarelli a esbozar realmente aquellas acciones que convirtieron a la hija pequeña de Karl Marx en una de las primeras mujeres en poner en marcha el verdadero cambio para su género.

No puedo entender el guión de este filme si no es enfocándolo como un mal ejemplo de feminista o esgrimiendo el dicho “en casa del herrero cuchara de palo”. Porque la mayor parte de ‘Miss Marx’ nos muestra realmente a una mujer sometida. Una persona que está subyugada pese a sus esfuerzos a un mundo de hombres y a una relación francamente destructiva. Si lo que quiere este filme es mostrar a alguien que gritaba en calles y fábricas por los derechos de los menos favorecidos mientras que en su casa hacía totalmente lo contrario siendo concesiva con aquello que la menospreciaba, misión cumplida.

El filme y la figura que trata prometía ser un acto de rebeldía cargado de irreverencia. Y su banda sonora está sorprendentemente repleta de momentos punk o rock. Pero esos compases solo funcionan en algunos momentos, entre los que no incluyo ni el de “La Internacional” ni un final que a la desesperada busca suscitar el nervio que nos ha ido apagando con un cover punk de “Dancing in the dark” de Bruce Springsteen.

Sin duda se buscaba el contraste o la ironía en esta película. Pero la vertiente sentimental se come de calle a la panfletaria. Únicamente hay un discurso y una ruptura de la cuarta pared que sirven realmente como argumento de fuerza para retratar a este personaje. Porque cuando nos sumergen en las sucias y peligrosas fábricas de finales del siglo XIX la película parece más un vídeo de prevención de riesgos laborales que la muestra de una consecución del legado de Marx y Engels a través de las generaciones a las que directamente educaron.

El desenlace llega por sorpresa si como yo no conocíais como terminó la historia de esta marxista y también por lo poco que aportan al respecto los momentos previos. Me quedo con el símil que establece Nicchiarelli martirizando a las mujeres y a la clase obrera por igual, siendo ambos grupos conscientes de las tropelías que viven pero asimilando tristemente su opresión. Si es cierto que con una o dos escenas parece que ‘Miss Marx’ va a levantar el vuelo y se va a desarrollar una historia de autodependencia y agitamiento, pero ni hay disturbios ni nos descubren nada más valioso de lo que nos desvelan los cartelones finales.

Ficha de la película

Estreno en España: 9 de julio de 2021. Título original: Miss Marx. Duración: 107 min. País: Italia. Dirección: Susanna Nicchiarelli. Guion: Susanna Nicchiarelli. Música: Gatto Ciliegia Contro il Grande Freddo. Fotografía: Crystel Fournier. Reparto principal: Romola Garai, Patrick Kennedy, Felicity Montagu, Karina Fernández, Oliver Chris, Emma Cunniffe, John Gordon Sinclair, Philip Gröning, George Arrendell, Célestin Ryelandt. Producción: Vivo Film, Rai Cinema, Tarantula, VOO, BE TV. Distribución: BTeam Pictures. Género: hechos reales, drama. Web oficial: https://bteampictures.es/miss-marx/

Crítica: ‘Queridos camaradas’

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Inspirada en hechos reales. Lyudmila es miembro del partido comunista local y una gran defensora de los ideales del régimen. Durante una huelga laboral en una fábrica de motores ve cómo el ejército, enviado por el Gobierno, dispara a los manifestantes produciéndose así una masacre.

Este suceso cambiará sus ideales y valores políticos para siempre. Con la ciudad destruida y agitada por las revueltas, mucha gente resulta herida o desaparecida, entre ellas la hija de Lyudmila, lo que la obligará a buscarla entre el caos de la ciudad.

Crítica

Un filme de ideales desdibujados y pequeños gestos magnificados

Una fábrica en huelga, una ferviente defensora del partido comunista y su hija obrera son los ingredientes principales de ‘Queridos camaradas’. En la URSS en 1962 estalla una protesta por las medidas adoptadas por algunos patrones que buscan abaratar la mano de obra, la madre está entre los responsables de solucionar esa situación, la hija entre los que se manifiestan y declaran en huelga. Cuando la joven desaparece empieza una búsqueda desesperada que pone muchas cosas en tela de juicio.

Esta es una película de rabia, miedo y desengaño. Pero sobre todo es un filme que va anunciando el fin de una era. La protagonista vive de repente un desenamoramiento comprobando como bajo el mando de Jrushchov se disuelve la obra de Stalin. En este filme se ve como con mucho tiempo se fragua el fin de la URSS y de un estado que se aleja de sus ideales, que va perdiendo partidarios. Algo tremendamente similar a lo que perpetraron los grises y una guarnición de reserva en la “matanza del 3 de marzo” en Vitoria-Gasteiz pocos meses después de morir Franco. Equiparando ambos sucesos, que tienen variaciones obvias en su trasfondo, me gustaría remarcar mi firme creencia de que ningún régimen (sea del color que sea) se libra de la sospecha de querer controlar con violencia a su pueblo en cuanto este se manifiesta inquieto. Eso también parece querer señalar ‘Queridos camaradas’.

Siendo como soy prácticamente nihilista me he visto este filme con la mente lo más abierta posible. El título, ‘Queridos camaradas’, podría sonar a película propagandística. Pero lejos de eso la cinta de Andrei Konchalovsky sirve más como carta de despedida. Un título rodado en blanco y negro que parece rogar que de una vez por todas se cambie de era, que intenta mostrar que las corrientes han cambiado, justo ahora que irónicamente se cumplen exitosamente 75 años del nacimiento del Partido Comunista Chino. La película cuenta con el beneplácito de Rusia pues fue la escogida para representar al país en los últimos Oscars y no deja nada bien a los dirigentes pasados de su país poniéndolos de autoritarios, pero tampoco a su pueblo a quien califica de inculto.

Esa dualidad del filme me ha gustado. Aunque su balanza se inclina hacua cierta parte consigue ser casi imparcial. Este es otro reflejo más de cómo eran las reuniones del Partido Comunista y de cómo se desdibujaban o reconducían sus prioridades. Lo hace casi de igual modo que la serie ‘Chernobyl’. No llega a tener tanta carga informativa pero igualmente nos arroja a la cara un acontecimiento real que tiene una intensidad dramática considerable.

Me quedo con la escena del tiroteo como mejor momento de este filme. Uno de esos en los que hay tragedia y los pequeños gestos se hacen más evidentes e importantes que nunca. Tanto esa secuencia como todo el filme está protagonizado por una irregular Julia Vysotskaya pero eso no evita que ‘Queridos camaradas’ mantenga su foco en no ser sensacionalista con este negro episodio.

Ficha de la película

Estreno en España: 9 de julio de 2021. Título original: Dorogie tovarishchi! (Dear Comrades!). Duración: 120 min. País: Rusia. Dirección: Andrei Konchalovsky. Guion: Elena Kiseleva, Andrei Konchalovsky. Fotografía: Andrey Naydenov. Reparto principal: Julia Vysotskaya, Vladislav Komarov, Andrei Gusev, Yulia Burova, Sergei Erlish. Producción: Production Center of Andrei Konchalovsky. Distribución: Vercine. Género: drama, hechos reales. Web oficial: http://pc.konchalovsky.ru/cinema/artistic

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