Más tensión y un villano que da miedo
Casi dos años después de su estreno tenemos de nuevo en Movistar Plus+ ‘La unidad’ T2. La segunda etapa de la serie de Dani de la Torre y Alberto Marini será lanzada el 18 de marzo. Ambos, director y guionista, vuelven a encargarse de la concepción y grabación de la historia. Con ellos ‘La unidad’ nos vuelve a contar el trabajo de unos agentes que velan por nuestra seguridad, cuya especialidad es el terrorismo, pero en esta segunda parte deberán cuidar más que nunca de su propia integridad.
Los protagonistas vuelven a ser los mismos. Agentes interpretados por Nathalie Poza, Michel Noher, Marián Álvarez, Luis Zahera, Raúl Fernández, Carlos Blanco, Fele Martínez… y alguna incorporación nueva como la de Aroa Rodríguez. Ellos están la mar de correctos sobre todo cuando la serie nos hace ver procedimientos que pueden formar parte de la rutina de la policía. Pero he mentido, los protagonistas son los mismos en el bando de los buenos, pero por parte de los villanos tenemos muchas novedades y ahí está el principal atractivo de ‘La unidad’ T2. La principal amenaza para la unidad viene por parte de un padre doliente interpretado por Kaabil Sekali. Ese nuevo enemigo da miedo por el hecho de que juega a dos e incluso tres bandas a la vez, pero también porque la actuación del actor benaventano es intachable. De lo afable pasa a lo amenazador de un modo que quita el hipo.
De nuevo la temporada se compone de 6 episodios y las únicas pegas que les encuentro es la falta de riesgo, el atreverse a ser más impactantes con sus giros. Sorpresas que además se ven venir pues el guión ha caído en los típicos romances o en eventos que nos están anunciando casi a gritos. Por ejemplo, el giro del quinto episodio está sacado de la manga y la revelación del principio del sexto resulta bastante obvia. Eso sí, el final… tremendo. Esperemos que no pase nunca algo así.
Otro aliciente para esta temporada dos es el conocer un poco más a los protagonistas. Al ser el objetivo directo de los terroristas los guionistas se han visto en la casi obligada tarea de extender más los detalles de la vida privada de estos policías. De ahí que haya más suspense y emoción que en la temporada uno. Y aunque da la sensación de que los protagonistas se exponen en exceso para la situación que viven (si pensamos en lo estrictamente procedimental) sí que hay detalles que denotan un discurso o una intencionalidad. Y en mi opinión no es otra que la de sacar a relucir los prejuicios, los cuales, en este caso sacan a relucir también a la paranoia o por lo menos contribuyen a acrecentarla.
La serie acaba con unos momentos de tensión bastante bien gestionados y como siempre cerrando la trama. Si Movistar renueva por otra temporada estupendo, compro, pero si se cancela la serie tendremos la historia finiquitada.