Crítica: ‘La acompañante’

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Sinopsis

La muerte de un multimillonario desencadena una serie de acontecimientos para Iris y sus amigos durante un viaje de fin de semana a su finca junto al lago.

Crítica

Repleta de cuestiones actuales… y sangre

En ‘La acompañante’, Drew Hancock nos entrega un filme que, lejos de limitarse al terror enlatado, apuesta por un convertir su relato en una aventura sangrienta con materia a tratar. La película plantea preguntas incómodas sobre las dinámicas de poder en las relaciones, el papel del individuo en una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología y lo que realmente significa ser humano en un mundo que nos reduce a meros consumidores o acompañantes. Sin entrar en detalles específicos, el relato aborda temas como el empoderamiento y la resistencia en una sociedad que, a menudo, cosifica y deshumaniza tanto a las mujeres como a aquellos que dependen sentimental o económicamente de sus parejas.

Sophie Thatcher, a la que pudimos ver recientemente en ‘Heretic’, registra una actuación que sorprenderá a muchos. Su interpretación es sutil, compleja y cargada de matices. Logra transmitir una mezcla de vulnerabilidad y fuerza que eleva la película de un simple ejercicio de terror a un relato que aborda sentimientos y conciencia. Hancock aprovecha su talento al máximo, dándole escenas que son emocionalmente limite sin perder de vista el horror y diversión que subyace en la narrativa.

El casting nos proporciona, desde un simpático boy scout a una versión rusa de Charlie Sheen, ofreciéndonos el abanico de posibilidades de esos survival horror o slasher en los que sabes que va a morir hasta el apuntador, pero no sabes cómo o en qué orden. Quien busque un divertimento sanguinolento debe recordar que este director ha sido guionista en series de Adult Swim como ‘Mr. Pickles’, a si es que lo tiene asegurado. Quien busque terror quizá se decepcionará porque el propio cartel del filme vende más miedo del que realmente hay. Pero la película tiene más que ofrecernos, mucho más que no hay que leer entre líneas precisamente.

A partir de aquí hablaré en clave de spoiler ya que los propios tráilers de Warner Bros. mostraban abiertamente lo que vamos a tratar.

Precedentes como ‘Muñeco diabólico (Child’s play)’ o ‘Pequeños guerreros’ son el germen moderno de películas como ‘La acompañante’, pero estamos ante un cine que se atreve o se ve obligado incluso a desarrollar otros argumentos, ya sea por evitar la repetitividad o por poner sobre la mesa otras cuestiones. Recientemente hemos tenido nuevas versiones de Chucky, la muñeca bailarina de ‘M3gan’ o siguiendo con ese nombre la película que protagonizaba hace unos meses Megan Fox (‘Alice. Subservience’). Lógicamente en ‘La acompañante’ también está aquel miedo que sembró en su día ‘Terminator’, el cual, hoy por hoy se ha tornado real entre los artistas con el creciente uso de las inteligencias artificiales. Por supuesto están muy presentes las leyes de la robótica de Asimov y el hecho de que vivimos en un mundo con coches y casas automatizadas. A esto hay que añadirle que pasamos por una época en la que el entretenimiento audiovisual no parece tener límites y quién mejor para protagonizar una película que contiene connotaciones sexuales y violencia que uno de los protagonistas de ‘The Boys’ como Jack Quaid. Toda esta serie de referencias o símiles no suponen el nacimiento de esta película de Drew Hancock pero sí nos ponen contexto y precedentes suficientes. Llegamos con ello a una de las lecturas que extraemos de ‘La acompañante’, que no es otra es que el ser humano tiene una naturaleza violenta y el hombre en concreto es visto como un maltratador. No creo que el director haya querido retratar a todos los hombres como artífices de violencia de género pero sí, mostrar que estamos ante una generación que cree que puede controlar a sus parejas simplemente con un teléfono móvil. Esa lectura es escalofriantemente real y al margen del entretenimiento sangriento y cómico que supone ‘La acompañante’ hemos de saber apreciarla.

Ficha de la película

Estreno en España: 31 de enero de 2025. Título original: Companion. Duración: 97 min. País: EE.UU. Dirección: Drew Hancock. Guion: Drew Hancock. Música: Hrishikesh Hirway. Fotografía: Eli Born. Reparto principal: Sophie Thatcher, Jack Quaid, Harvey Guillén, Rupert Friend, Megan Suri, Lukas Gage, Marc Menchaca.  Producción: BoulderLight Pictures, New Line Cinema, Vertigo Entertainment. Distribución: Warner Bros. Género: terror. Web oficial: https://www.instagram.com/boulderlightpictures/

Crítica: ‘Memorias de un caracol’

En qué plataforma ver Memorias de un caracol

Sinopsis

En la Australia de los años 70, la vida de Grace está marcada por la desgracia y la pérdida. Cuando su unidad familiar se desmorona y es separada de su hermano gemelo, Gilbert, desarrolla una afición a coleccionar adornos de caracoles para calmar su soledad. Grace encuentra esperanza cuando desarrolla una amistad con una anciana excéntrica, Pinky, quien la inspira a salir de su caparazón y dejar de lado las cosas que alborotan su hogar y su mente.

Crítica

Un talentoso stop motion chocando con una historia para nada animada

‘Memorias de un caracol’ es una obra que, aunque visualmente está muy elaborada y entra por la vista, sobre todo se queda grabada por como profundiza en cuestiones humanas de una forma sombría y desgarradora. Dirigida por Adam Elliot, la película aborda temas como la soledad, el duelo y el bloqueo que impide avanzar por adversidades autoimpuestas. La protagonista, Grace, se convierte en un símbolo del encierro emocional y la búsqueda de liberación, encapsulada en la analogía del caracol y su caparazón. Es una historia que invita a reflexionar sobre cómo los seres humanos procesan sus cicatrices y encuentran fortaleza en sus conexiones con los demás.

La relación de Grace con Pinky, una anciana excéntrica y maternal, brilla como el eje emocional de la trama. Pinky no solo actúa como mentora, sino que también ofrece una perspectiva optimista frente al dolor, ayudando a Grace a enfrentar sus propias limitaciones. Esta dinámica es la única en la que el espectador encuentra algo de luz. Esta relación está muy bien interpretada por Sarah Snook y Jacki Weaver, cuyos matices vocales llenan de vida y profundidad emocional a los personajes. Sin embargo el resto del filme nos embadurna de depresión y pesadumbre, cuidado si buscáis un título optimista porque ‘Memorias de un caracol’ está muy lejos de ser algo así.

El filme no se conforma con explorar el duelo desde un punto de vista tradicional. Desde los conflictos internos de Gilbert, el hermano de Grace, hasta la representación de un mundo opresivo que asfixia a sus protagonistas, la película ahonda en una visión cruel de la realidad. Las tragedias que enfrentan, desde el abuso hasta la pérdida, no son solo giros argumentales, sino vehículos para subrayar la resiliencia y miseria humana. En particular, el final (que también es el comienzo), donde Grace encuentra motivación en las palabras finales de Pinky, es un recordatorio de que avanzar, aunque lento y arduo como el andar de un caracol, sigue siendo el único camino posible.

A pesar de su riqueza emocional, la narrativa puede resultar pesada por momentos, lo que hace que algunos espectadores puedan desear un ritmo más ágil. Si bien esta lentitud puede considerarse un defecto, también refuerza la atmósfera reflexiva de la obra. Si eres de los que disfrutan el stop motion puedes tener momentos de gran poder visual y complejidad ya que esta película no tiene nada que envidiar a las que surgen de factorías como Aardman o Laika. Por otro lado si eres fan de Tim Burton encontrarás en ‘Memorias de un caracol’ una digna sucesora.

En última instancia, ‘Memorias de un caracol’ es una película que, aunque no apta para quienes buscan entretenimiento ligero o animado, ofrece una experiencia visual y emocional profunda. Es un recordatorio de que el stop motion sigue siendo un medio poderoso para explorar las emociones humanas y los temas universales que nos conectan a todos, prueba de ello es su presencia en Annecy o los próximos Globos de Oro.

Ficha de la película

Estreno en España: 31 de enero de 2025. Título original: Memoir of a Snail. Duración: 95 min. País: Australia. Dirección: Adam Elliot. Guion: Adam Elliot. Música: Elena Kats-Chernin. Fotografía: Gerald Thompson. Reparto principal (doblaje original): Jacki Weaver, Sarah Snook, Charlotte Belsey¸ Agnes Davison, Mason Litsos, Daniel Agdag, Eric Bana, Saxon Wright, Dominique Pinon¸ Selena Brennan, Adam Elliot. Producción: Arenamedia, Screen Australia, Snails Pace Films. Distribución: Alfa Pictures, Mader Films. Género: drama, comedia. Web oficial: https://alfapictures.com/sp/amy_movie/memorias-de-un-caracol/

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