Como decíamos en la anterior reseña parece que algo gordo se aproxima, los reinos y los nuevos contendientes se preparan para una nueva guerra. De momento podría decirse que es el mejor episodio de la temporada, por fin avanza algo la trama creando nuevos arcos originales y nuevas interacciones entre personajes. No porque le suceda algo gordo o malo a algún protagonista, si no por las posibilidades que se abren tras él.
Sobre el título del capítulo solo entendemos que se refiera a las palabras que el Gorrión Supremo le dedica a Margaery Tyrell, por que sean del libro del Desconocido, nada relevante. Al margen de eso seguimos con episodios corales, con hasta tres encuentros familiares (unos más intensos y cariñosos que otros), un posible flechazo en el Castillo Negro, un tenso encuentro entre asesinas de reyes, Tyrion ejerciendo sus artes políticas en un mundo ajeno a él y lo mejor de todo, se lía una buena en Vaes Dothrak.
Cabe destacar que por fin hay dos personajes que empiezan a tomar las riendas de su pasado y le echan leña al fuego. También que los guionistas parecen no darse cuenta que en la vida real el tiempo ha pasado para los actores, pero en la historia no han pasado tantos años, como parece rezar la frase de Jon Nieve “Éramos niños”.