Una serie de Tom Kingsley llena de momentos divertidos
Nos llega ahora la serie británica ‘Fantasmas (Ghosts)’ y lo hará a través de Movistar+ desde el 26 de febrero. Una historia cómica, muy divertida, que está esperando estrenar su tercera temporada y que inicia su andadura en España. Debido a esto Movistar nos ha permitido ver el primer episodio y lo primero que debemos decir es… ¿Por qué no ha llegado antes?
‘Fantasmas’ es una serie con ese sarcasmo inglés que tanto se agradece en cuanto vemos que han sido capaces de desprenderse de la famosa sofisticación y refinamiento inglés. Una serie sin pelos en la lengua, que no por ello ha de considerarse de clasificación R, pero si que no tiene límites a la hora de ser descabellada o absurda.
Y para muestra su argumento. Una familia habita una gran mansión. Los Button velan por la Button House pero lo curioso es que no lo hace atemorizando a sus ocupantes, si no que cuidan y observan atentamente sus vidas, ya que todos comparten apellido, se preocupan porque su clan mantenga el hogar ancestral. Y eso es porque cada fantasma se ha ido incorporando con el paso del tiempo, son de diferentes épocas. Por eso tenemos un cavernícola, una dama cortesana, un militar del siglo XIX, un boy scout, un político, una mujer quemada por brujería… ¿Qué sucede? Pues que la última Button fallece sin descendencia y hereda la casa un familiar lejano, desarraigado, que quiere convertir el otrora majestuoso lugar en un hotel. Estando desacuerdo con esa transformación los fantasmas deberán aprender a asustar a sus nuevos inquilinos.
La comedia de esta serie viene sobre todo de la incapacidad y la torpeza de sus espectrales protagonistas. Llevan décadas e incluso siglos viviendo juntos en las tierras que han sido siempre de su familia y aun así no consiguen llevarse bien. Pero también son inútiles a la hora de asustar y esa absurda idea es de las que más juego dan. Absurda pero no única. En la famosa película ‘Ghost’ ya le pasaba eso a Patrick Swayze, no conseguía interactuar con el mundo de los vivos. A la ya clásica escena del movimiento de la moneda se le hace un guiño en ‘Fantasmas’.
Los guionistas Jim Howick y Mathew Baynton (que interpretan además a dos de los espectros protagonistas) desarrollan también sus gags a partir de las diferencias o contrastes que resultan evidentes nada más ver cómo va ataviado cada uno de ellos. Lo obvio es pensar que el enfrentamiento entre el mundo sobrenatural y aquellos que aún no se han ido al otro barrio es la principal arma de ‘Fantasmas’. Pero extrae muchas situaciones a partir de enfrentar los clichés de cada época.
En cierto sentido estos fantasmas tontorrones me recuerdan a los traicioneros hermanos de ‘Stardust’, son igual de bobalicones y se les coge cariño rápidamente. Pero a lo que más me ha recordado esta serie es al filme ‘El hotel de los fantasmas’, la película protagonizada por Steve Guttenberg y Daryl Hannah que nos enseñó el término esqueletear. Más allá del evidente símil que nos muestra su título, lo digo por el heterogéneo reparto y su capacidad para tomarse a broma el género fantástico de una manera bastante sana.
La serie tiene cierta candidez en sus argumentos y también algo de misterio, pues no sabemos si se acabarán llevando todos bien, si finalmente se convertirá en un hotel o simplemente por el hecho de ir descubriendo cómo murió cada uno de ellos. ¿Por qué el fantasma del político va siempre sin pantalones? Si toda la serie es como el primer episodio lo iremos descubriendo con sumo gusto.