Estupenda vuelta de ‘Sex Education’ con sus extraños alumnos
El 17 de septiembre vuelve la tercera temporada de ‘Sex Education’ a Netflix. Volvemos a Moordale, el llamado Instituto del Sexo, con una nueva directora, Hope, de armas tomar. Los alumnos se enfrentan a un curso de desinformación y miedo.
Otis y Meave han dejado el consultorio y con ello su amistad. Ambos están enfrascados en distintas historias que les están haciendo aprender y crecer. La historia de Meave e Isaac va perdiendo poco a poco interés, pero sí que tiene más de un momento bonito. Mientras Otis y Ruby, crean una extraña pareja que creo que os va a encantar.
Adam, poco a poco comienza a sentirse mejor con él mismo, es sin duda el personaje que más me ha gustado esta temporada. Su evolución es real y está magníficamente plasmada gracias, Connor Swindells, actor que lo interpreta.
Su relación con Erik hará que descubra muchas cosas y logre poco a poco abrirse al mundo a su manera, por supuesto.
En esta nueva temporada contaremos con alienígenas, magdalenas vaginales y animales de compromiso.
Vemos también que al igual que en las relaciones adolescentes comienzan a conocer el dolor, la alegría y el amor. Las relaciones de los personajes adultos van por el mismo camino, ilusiones y desilusiones a partes iguales.
Como siempre las actuaciones en general están genial. Un reparto joven, pero que borda todo lo que les ponen. Al final son todo personajes distintos y bastante peculiares y la verdad que es una de las esencias de la serie. Tenemos dos caras nuevas, Jemima Kirke, dando vida a la profesora Hope y a Jason Isaacs, que da vida al insoportable tío de Adam.
Si que se nota un montón la evolución de todos. Adultos y adolescentes, pero los chavales están creciendo y dándose cuenta de que la vida es bastante complicada. Cuando hay ciertas situaciones que no son todavía capaces de superar pese a creerse adultos.
Esta temporada trata mucho del crecimiento personal, de lograr pasar al siguiente nivel sabiendo que en la vida van a tener que llorar, reír y sobrevivir. Aceptarse a sí mismo y a los demás. También el saber dejar marchar y dejarse volar por mucho que quieras a una persona.
Al igual que la anterior temporada me dejó un poco floja por ciertos acontecimientos que ocurrían. Esta tercera, vuelve a su curso para devolvernos esa locura especial que la caracteriza. Esperemos que vuelvan pronto para conocer como les ha ido en verano a nuestros personajes.