Junto a otros medios y tras el photocall de la mañana, pudimos charlar con tres de las estrellas de “Toro”. Una de ellas precisamente interpreta a un personaje cuyo nombre es Estrella, Ingrid García Jonsson (“Gernika”). Esta brillante actriz, que empieza a despuntar, estuvo escoltada por dos grandes actores. Uno que no tiene nada que demostrar, José Sacristán (“Magical girl”), y otro que está constantemente demostrando su valía, Mario Casas (“Palmeras en la nieve”). Entre los tres nos han hablado de “Toro” y de lo que ha rodeado al rodaje de este film.
Mario, Kike (el director), dice que en esta película vemos al mejor Mario Casas.
Mario Casas: ¡Hombre, que va a decir el! (risas). Yo diría lo mismo de mis actores si fuese director.
Es tu vuelta a un papel de tipo duro, malote y con una preparación física de aupa.
MC: Si, es decir, al final es un personaje interesante con una peli interesante, con un gran elenco. Kike nos ofrece el proyecto yo creo que primero cuando no había guión ni había nada. Ya tenía bastante claro el mensaje y lo que quería contar. Me contó un poco el tipo de personaje que quería y enseguida dijimos que sí tanto Luis como yo y al año nos llega la primera versión de “Toro”. Enseguida me apetecía hacerlo. También venía de una serie de personajes que tal vez desde “Carne de neón”, que es una peli más cercana a “Toro”, no había hecho. Estaba con “Palmeras”, con la comedia también con Alex y me apetecía un thriller, al final de acción.
¿Y toda la parafernalia de religión, de creencias que tiene el film que creéis que le aporta a la película o al personaje de José en concreto?
Me parece formidable la conexión entre mundos de tradiciones y de ancestros y de costumbres y de puñetería de esta índole, contrastadas con las imágenes de este mismo mundo retratado por Kike que en ocasiones parece “Blade Runner”, la ciudad esta. De pronto este mundo con la procesión, por un lado, las vírgenes por otro… esta cosa insólita de estas moles de hormigón y estas persecuciones de coches creo que son… Lo difícil de hacer películas de género es que no se agredan unos a otros, que en ocasiones suele ocurrir. Con ese intento de contar todo y para todos, y que a todo el público le guste, luego no acaba gustándole a nadie. En este caso creo que los elementos se complementan y los géneros se suman.
MC: Yo me acuerdo con José que siempre con el tema de la religión y tal desde el primer momento siempre estaba como enfocando ahí que le parecía lo más interesante. Hay una secuencia al principio de todo cuando él está tallando la virgen y demás, lo peleó lo peleó, eso no estaba en el guión. Lo propuso como para ir introduciendo todo eso dentro del personaje de Romano y al final se la coló a Kike (risas), es una cosa chula.
JS: Está la talla, pero si, luego va a pasar lo que va a pasar con el personaje de Estrella, la talla esta es Andalucía. Incluso yo le propuse un discurso enorme sobre las peripecias de la pobre Santa Lucía (risas) que quedó reducido a lo que hay en la película.
Pero es un malo maravilloso porque tiene una doble moral absoluta.
JS: Maravilloso no es la palabra (risas).
Maravilloso como personaje (risas).
JS: Lo maravilloso del personaje es, como los grandes autores, Macbeth por ejemplo es un malvado cojonudo de interpretar. A mí lo que me parece emocionante de este personaje es que Toro es un muchacho que trata de escapar de un territorio moral determinado, y entonces Romano no quiere que se vaya por una cuestión de afecto, de amor filial. La única manera que tiene de retenerle es agrediéndole. Es el discurso, la perversión del poder. El poder es tan perverso, el poder religioso quema a Giordano Bruno, porque es tan insolente este muchacho porque dice que la tierra da vueltas alrededor del sol. Si yo soy el que está en posesión de la verdad, si Dios nos ha creado a nosotros, como viene este energúmeno, a este habrá que quemarle. La insolencia del poder es esa, que no se para. Y lo estamos viendo en la tele y más con estos muchachos que salen con los papeles de Panamá.
Le pasa a mi personaje que estoy haciendo de Mamet en “Muñeca de porcelana”. El poder cuando se instala en lo político, en lo económico, en lo social… incluye lo moral. Hay un código moral que si tú te quieres ir yo voy a por ti. Y ciego y mato por principio de retener algo que supuestamente me pertenece y como tiene el poder ¿por qué lo va a perder? Y lo ejerce a su manera.
Tomando como ejemplo a Kike con “EVA” y con “Toro” ¿creéis que los actores jóvenes tienen menos envidia del cine que se hace en Hollywood?
JS: Esas envidias yo creo que no conviene intentar compararse porque son dos mundos totalmente distintos. No tienen nada que ver. Yo por ejemplo estoy haciendo una función que ha estrenado un tal Al Pacino. Ayer fui a Valdelaguna, un pueblo cercano al mio, Chinchón, y tú dices “¿Sabes quién es Al Pacino?” y todo el mundo lo sabe. Y en Wisconsin nadie sabe quién es Pepe Sacristán. Intentar hacer estas comparaciones es mortal de necesidad. Lo vuelvo a decir por mi experiencia, más de 100 películas. Me gusta películas como “Toro” que tienen como raíz o punto de partida algo que está aquí perfectamente reconocible y a partir de ahí demuestra la mirada de Maíllo que es un hombre de cine y que es un tío que tiene una brillantez en la puesta en escena y en las imágenes y en el montaje…
JS: Hay una diferencia abismal en los comienzos. Porque el director joven la consciencia de la imagen en movimiento la tiene desde que nace prácticamente. Desde niño ya tiene una Play Station, un móvil o la oferta de televisión que tiene en su casa… Mientras que hace no tanto tiempo había que ir al cine. En el cine ocurría el milagro, ni siquiera la televisión duraba todo el día. Esa familiaridad con la imagen en movimiento lógicamente, cuando te pones a manejar cámaras que ahora son más fáciles de utilizar, te da una facilidad a la hora de manejar la forma pero cuidado con los fondos. Porque caes en un mimetismo… eso del problema de la envidia. En España ya hay cineastas como Monzón, Vermut… que hacen unas películas con una buena marca. A nivel de producto acabado podemos competir y dar la cara en cualquier otra latitud.
Siendo una película de acción es una película que tiene un trasfondo emocional en los personajes. Al final son distintos tipos de amor lo que une a los personajes. El amor de Estrella hacia Toro, o el de Romano hacia Toro…
JS: Si o el amor de Toro hacia su hermano y hacia su sobrina. La imposibilidad de escapar de un territorio perverso, jodido, violento… precisamente por la lealtad a unos sentimientos, que parece que es la diferencia de esta película con otras de género al uso, ¿no? Por otra parte, el personaje de Luis remite casi a los pícaros de toda la tradición, desde el “Lazarillo de Tormes”. Hay una constante carpetovetónica que me gusta mucho de esta película.
Mario, tu que has aprendido de Pepe, y viceversa.
“Toro” es una película que exige, en todos los sentidos tanto física como emocionalmente ha sido una peli dura. Los jóvenes actores, junto con Luis que es una generación más arriba con José Sacristán, debemos aprender, observar y no simplemente como interpretan, si no la manera que tienen de llevar todo lo que han llevado hasta ahora y por algo siguen estando ahí y por algo siguen estando en el número uno de su generación.
JS: Pero todo esto es recíproco Mario, lo digo con toda la satisfacción del mundo. Como decía Don Antonio Machado, “no hay camino, se hace camino al andar” y en este oficio pobre de aquel que crea que lo sabe todo o casi todo. Eso sería un coñazo de aburrido que es y luego no es cierto. Esto es recíproco, se aprende permanentemente. Uno aprende de los que vienen detrás, pero sin género de duda. Esto de hacer creer a los demás que eres Hamlet, Otelo… ¿Qué disciplina resume o asume esto así sin más? Para mi empieza en el bajo vientre y es el crío que todos llevamos dentro, las ganas de ser mosqueteros, gangters, piratas… Agradezco que me lo comentes Mario porque es la razón de mi vida. Llevo 60 años en esto y van de la mano, mi vida y mi trabajo. Es la ilusión del crío que en Chinchón de los años cuarenta del año pasado vio una película en el cine de su pueblo y decidió que quería ser eso.
Y triunfando en todos los medios. Porque en el cine, nos has mencionado el teatro y estás en televisión también con “Velvet”.
JS: Se ha incorporado mi amiga Concha Velasco. El otro día ya rodamos una escena y nos dimos unos besos (risas). Emilio (su personaje) rodaba su segunda película con Angela, cuando rodamos en Colmenar de Oreja una película que se llamaba, el primero que se ría le pego dos hostias, se llamaba “No quiero perder la honra”, tenía lo suyo. Estoy contento en la serie, me tratan muy bien.
Mario, tu hace mucho que no vuelves a la televisión. ¿No se ha dado la oportunidad te apetece hacer más cine?
MC: No, pues por que se ha dado así. Al final hoy en día la televisión y el cine van de la mano. Cuando empecé hubo el bullicio de la televisión y los actores televisivos que daban el salto al cine. Creo que eso se ha dado la vuelta. Ha sido por que no ha llegado el proyecto y compaginar muchas veces el cine… es complicado meterte en la televisión.
JS: El problema de la tele, siendo prota en la tele que yo lo he hecho, es que es una hipoteca. Yo ahora a estas alturas es como oxigenante el poder estar haciendo teatro, televisión, cine… El prota de una serie de televisión son muchas horas. Y como tenga éxito pues te pasa lo que Imanol, que estás ahí… como ir a la oficina (risas).
MC: Al final no ha sido porque yo diga “voy a hacer las escenas de acción porque me gusta y quiero vivir la adrenalina”, es porque hay algo. Me gusta el thriller, me gustan las pelis de acción, aunque sean malas me entretienen. Pero hay algo que no me gusta, que me mientan en el supuesto buen thriller de acción, que me escondan al personaje. A mí me gusta ver al actor y en lo que pueda hacer las escenas, que me lo estén mostrando. Con Kike hemos conseguido que la peli en sus escenas de acción esté bastante creíble porque él puede enseñar constantemente mi cara. Yo tenía la necesidad de que para el personaje esa acción o esa violencia explicaran a este tío. La infancia que ha tenido o como es él por dentro. No era una cosa de poner yo ahí mis cojones y decir “¡No, lo voy a hacer yo!”. Al final era interesante ver a Toro haciendo las cosas realmente, me parecía que la acción cogía más envergadura.
Ingrid en tu caso, ¿una nominación a los Goya te cambió algo te abrió más puertas?
IG: Te vuelve mucho más gilipoyas (risas). No sé qué decirte. La verdad es que desde la nominación no he parado de currar, he tenido mucha suerte, en mi caso sí. No les ha pasado a mis compañeras, a si es que no sé.
¿Desde tu experiencia José?
JS: Yo soy el primero en celebrarlo cuando toca el monigote, como yo los llamo. Pongo la mejor de mis sonrisas y doy las gracias. Pero pobre de aquel que viva pendiente del reconocimiento de los demás. Yo me dedico a algo que no es competitivo. Se sabe quién mete más goles, quién llega primero a la meta… pero quién es el mejor en esto… Como siempre depende del criterio de unos o de otras… Cuando te toque a ti de puta madre y si no a otra cosa mariposa. Fernando Fernán Gómez lo decía muchas veces: “van a ser muchas más veces que no, que las que sí te digan que eres el mejor”. Honradamente tiene que haber muchos casos en los que compañeros digan “ese trabajo es mucho mejor que el mio”.
IG: Yo creo que laboralmente si ayuda, porque te coloca en el punto de mira de alguna manera. De pronto la gente sabía quién era.
JS: No siempre ocurre eso también te digo.
IG: Ya, no siempre, hablo en mi caso particular. A mí me ha ayudado.
JS: En este oficio, de todas maneras, en un oficio como este ejercido en un país como este, que decía mi amigo Fernán Gómez: “la mayor medida del éxito es la continuidad en el trabajo”.
Nos quedamos con esta gran verdad. No podemos más que agradecer que hayáis estado con nosotros.