Crítica de ‘Sentimos las molestias’

Dos glorias (actores y personajes) en un duelo cómico/dramático

Hemos visto ya el primer capítulo (de seis) de ‘Sentimos las molestias’ en las instalaciones del Teatro Real de Madrid. Antonio Resines, Miguel Rellán, Melina Matthews y Fiorella Faltoyano son los personajes principales de una comedia de fácil digestión en lo que viene a ser el nuevo proyecto televisivo de Movistar+ de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, responsables de la más provocadora ‘Vergüenza’. Podréis verlo a partir del 8 de abril.

De nuevo nos presentan una comedia (esta vez menos irreverente) que se sustenta en un guión desenfadado y sobre todo en la buena química de sus protagonistas, destacando a Resines y Rellán, que se llevan la mayor parte del protagonismo.

Rafael Müller (Antonio Resines), un aclamado director de orquesta, y Rafael Jiménez (Miguel Rellán), una vieja gloria del rock, nos van a llevar en un viaje donde las risas y los gestos de complicidad están asegurados. Dos músicos veteranos que se conocen hace décadas a los que la vida ha llevado por diferentes caminos con más o menos fortuna y esos caminos se vuelven a cruzar para mostrarnos a dos personas septuagenarias luchando contra la edad y la soledad.

Mención aparte para los personajes femeninos, que, aunque en este capítulo apenas disfrutan de unos minutos, se les intuye carácter y además ponen el conflicto en bandeja a los dos protas con sus acciones.

Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero nos comentaban que querían hacer una serie más amable que ‘Vergüenza’. Querían explorar un nicho menos visto donde lo común hoy son las historias en las que los personajes principales son de entre 30 y 50 años. Lo que sí nos dejaron claro es que desde el principio querían contar con Antonio Resines y Miguel Rellán para que la protagonizaran y finalmente así lo hicieron.

El tono fresco y desenfadado de esta serie de dos “viejos cascarrabias” (o boomers) en una época donde lo digital está a la orden del día hace que el contraste, y por defecto el humor que se puede sacar de ello, te dibuje una sonrisa en la cara mientras estés viendo a estos dos en los diferentes escenarios y situaciones que nos vayan a plantear a lo largo de la serie.

Una serie que aunque es del género que es, tiene también su drama y los conflictos de los personajes ya se exponen en este primer capítulo.

‘Sentimos las molestias’ es una comedia de amistad, con matices amargos (porque una comedia no se concibe sin drama o al menos es lo que opino yo) que tienen que ver ya no solo con la cuestión de envejecer, sino también con la madurez de uno mismo, lo relativo a todo lo que tiene que ver con la soledad y de encontrar tu sitio en la sociedad actual.

Un mensaje que al final tratará de calar en el espectador con ‘Sentimos las molestias’, entre risas y ternura: Que hay que aceptar el paso del tiempo pero no rendirse a vivir aunque ya no se puedan hacer ciertas cosas. Siempre se podrán hacer otras ¿no?

Lo mejor: El carácter desenfadado, la buena química entre los dos actores protagonistas y la ligereza con la que se pasarán los capítulos de alrededor de media hora.

Lo menos bueno: al poder ver un sólo capítulo y de media hora, no poder contaros más sobre los personajes femeninos, que espero que cobren más fuerza a lo largo de los episodios, aunque debo admitir que creo que Resines y Millán se llevarán la mayoría de los minutos de metraje.

Crítica: ‘Tokyo Vice’

El trabajo más maduro de Ansel Elgort hasta la fecha

El próximo 8 de abril llega a HBO Max ‘Tokyo Vice’. Una serie de 10 episodios creada por J.T. Rogers (‘Oslo’) que consiste en una historia de suspense con tintes policiales y periodísticos. Pero da visibilidad a una parte debilitada de la historia e incluso de la tradición de Japón, la de la mafia. Esos matones que tanto ha retratado Takeshi Kitano vuelven a nuestras pantallas, pero vistos de una manera diferente, menos caricaturizada y más realista. Este Max Original no proviene del imaginario del director que presentaba ‘Humor Amarillo’, sino de las experiencias descritas en el libro del reportero Jake Adelstein.

Ansel Elgort se mete en la piel de un joven judío occidental que vive en el Japón del 99. Allí enseña inglés y aplica para trabajar en un periódico. Pronto se ver frente a una historia criminal y esto le sumerge en lo más bajo de Tokio. Su intención es escribir sobre el Tokio que no muestran las películas y para ello ha de convertirse en un ciudadano más. ‘Tokyo Vice’ es un viaje que va desde la cotidianidad hasta lo más suburbano, llevándonos hasta las entrañas de la yakuza. La serie está llena de costumbrismo nipón pero también de una gran carga de intriga.

El piloto está dirigido por Michael Mann. Y se nota pues esta serie navega por corruptelas, violencia y mafiosos contemporáneos, pero sobre todo se patea las calles de la urbe. ‘Tokyo Vice’ es una historia oscura, nocturna pero que a la vez está llena de luz y color, pues las estrechas calles de Tokio están repletas de fluorescentes de colores y carteles luminosos.

A pesar de lo excelente que fue ‘Baby Driver’ y de haber actuado en ‘El jilguero’ creo que este es por fin el trabajo más maduro de Ansel Elgort. Aunuqe seguimos a algún personaje más, Elgort tiene toda la carga del protagonismo y el reto de tener que aprender a hablar mucho en japonés, de hecho más de la mitad de la serie está subtitulada porque tiene más texto en japonés que en inglés. Con él observamos el choque cultural pero también la pugna por abrirse paso en dos mundos, uno tan exigente como es el laboral en Japón y otro peligroso, como el yakuza de los noventa.

Igual de hostil es el ambiente para la mujer en Japón. Y más hace treinta años, cuando no estaban tan integradas en el trabajo o en los puestos de poder, cosa en la que aún tiene el país asiático una gran oportunidad de mejora. Esa faceta se explora con el papel de Rinko Kikuchi ‘Pacific Rim’.

Además hay un discurso paternalista o sobre el adoctrinamiento sobre la marcha, pues entra en escena el siempre impecable Ken Watanabe. Él interpreta a un detective experimentado que le lleva de la mano. Sin duda esa relación es la materialización de la propia experiencia del equipo de rodaje que ha tenido que enfrentarse, no solo la burocracia nipona o al parón por el COVID-19, sino también al conflicto que supone para los japoneses dejar que los norteamericanos entren hasta la cocina para hablar de un tema tan delicado y atemorizante como el de los mafiosos, para muchos símbolo y para otros vergüenza para el sol naciente.

Crítica de ‘One perfect shot’

Sin llegar a ser educativa es muy descriptiva y reveladora

Desde hace mucho tiempo sigo una cuenta de Twitter que se llama One Perfect Shot y que se dedica a recordarnos o compartir aquellas tomas que se nos quedaron grabadas durante el visionado de una película. No todo el mundo le da a la fotografía el reconocimiento que se merece o le presta la debida atención. El cine es imagen y un solo fotograma nos puede decir muchas cosas: tono, temática, sentimientos, época… El documental de Ava DuVernay (‘Un pliegue en el tiempo’, ‘DMC’) se centra en la cinematografía de películas de distintos cineastas de toda índole, para así servir muy bien como material educativo. Para que cuando el espectador se refiera a la fotografía no se refiera a ella solo como tabú para sacar algún valor a una película que no le ha gustado, sino como un lenguaje con sus códigos.

Desde el 5 de abril se podrá ver en HBO Max esta serie documental de seis episodios de 25 minutos cada uno. Todos ellos introducidos por Ava DuVernay con la cual he de decir que me he congratulado. Hace poco escribía que no es una directora con la que encaje y nunca he tenido que retractarme tan rápido de algo. Al poco he visto ‘One Perfect Shot’ y puedo decir que por lo menos en los documentales la directora si tiene buen ojo y buen hacer. La docuserie son entrevistas en las que los directores y directoras recorren su filmografía enumerando sus técnicas e influencias hasta llegar a alguno de sus icónicos títulos. Y todos imprimen su firma con luz sobre los instantes más icónicos de sus películas, cuando consiguen lo que se puede considerar un “instante perfecto”. Un momento que se muestra en 3D de manera inmersiva.

El primero es sobre Patty Jenkins, una directora capaz de hacer que veamos a actrices tan hermosas como Charlize Theron y Christina Ricci de un modo más feo que su compañero de reparto Bruce Dern. El documental habla de ‘Monster’ pero sobre todo de cómo ha conseguido esa asignatura pendiente que tenía el mundo de los cómics en el cine, tener una gran heroína femenina. Y lo consiguió sacando brillo a la armadura de Wonder Woman en un mundo luminoso y desde el amor al mundo de los superhéroes, en concreto bajo la influencia del Superman de Christopher Reeve.

El segundo que habla es Aaron Sorkin. DuVernay pone énfasis el en gran ritmo que imprime a sus películas. El episodio se centra en su título más reciente, ‘El juicio de los 7 de Chicago’, que inicialmente iba a hacer Spielberg. Su escena es la trifulca entre protestantes y policías en Grant Park. Como todos, nos pone en contexto realizando un breve repaso a sus influencias y su recorrido cinematográfico, siempre muy incisivo con asuntos judiciales o políticos. Os quedará claro que es alguien muy comprometido con el cine y con las causas con las que está alineado política y moralmente.

En el tercero el foco es Kasi Lemmons. Actriz y directora a partes casi iguales. La habéis visto en ‘El silencio de los corderos’, ‘Blanco humano’ o ‘Candyman’ desde que comenzó trabajando con Spike Lee. Pero es su labor como directora lo que la trae a ‘One Perfect Shot’ es su trabajo tras las cámaras. Nos ofrece un viaje por ‘Harriet’ y su preciosa e intensa puesta de sol. La protagonista, Cynthia Erivo, conversa con la directora y esta nos lleva al que es uno de los One Perfect Shot más bonitos del documental.

En el cuarto nos vamos con Jon Chu. Definido por DuVernay como alguien dulce y divertido es el autor de películas como ‘Ahora me ves 2’ o ‘’. Le han convocado a él para hablarnos de su comedia romántica ‘Crazy Rich Asians’. En concreto el instante de la entrada de la novia en la iglesia, rodeada de invitados y de mucha vegetación. El director habla de esta película y la conecta con sus años más jóvenes.

El quinto se centra en Malcolm Lee. ‘Plan de chicas’ es la película de donde se ha extraído una icónica escena. El director de la vapuleada ‘Space Jam: Nuevas leyendas’ hizo esta película tras venir de estrenar ‘Scary Movie 5’ o ‘La barbería: Todo el mundo necesita un corte’. Como otros de los entrevistados tiene a Spike Lee como un referente. Quizá es el filme más intrascendente de todos los entrevistados en ‘One Perfect Shot’ pero bien es cierto que la escena tiene su atractivo visual por el columpio que usó a modo de tirolina y los colores de las calles.

Y el sexto se toca la obra de Michaell Mann y su estreno de 1995. ‘Heat’ es la película que más nos hace retroceder en el tiempo para buscar un gran instante cinematográfico. Más productor que director Mann puede hablar de instantes potentísimos en sus películas, como los vistos en ‘El último mohicano’ o ‘Collateral’. Él ha escogido hablar del momento en el que los protagonistas disparan con su metralleta en medio de la calle, una secuencia que en el rodaje llamaron III Guerra Mundial.

Crítica ‘El Internado: Las Cumbres’, segunda temporada

‘El Internado: Las Cumbres’ regresa con nuevos misterios y terribles sucesos

Este próximo 1 de abril llega a nuestras casas, gracias a Prime Video, la segunda temporada de ‘El Internado: Las Cumbres’. Con 8 nuevos episodios, regresan este grupo de amigos que lo único que quieren es escapar de ese internado que les está quitando la vida, literalmente.

Ya os conté cuando vi la primera temporada, (aquí tenéis la crítica), que no había visto en su día ‘El Internado: Laguna Negra’ y por fin este año hice los deberes y he de reconocer que me entusiasmo bastante y que he encontrado varias similitudes entre esta primera y esta nueva serie. Los líos amorosos, los misterios que ocultan en el colegio, las desapariciones de alumnos y las extrañas sectas. Además se repiten la manera de entrar a los distintos pasadizos secretos.

En ‘El Internado: Las Cumbres’ seguimos exactamente en el momento donde terminó la primera temporada, una nueva muerte cae sobre el internado y Amaia, Paul y sus amigos quieren intentar averiguar que es lo que pasa. Además, por supuesto, que siguen con la esperanza de que Manu siga con vida.

Hemos tenido la oportunidad de ver los 8 episodios y vuelve a dejarnos con un final bastante abierto. Con lo que nos dan a entender que tendremos una tercera temporada, si todo va bien. Eso sí, para mal de sus personajes, pues en esta temporada, aunque descubrirán muchos de las incógnitas que tenían, también se les abre un mundo lleno de asesinatos.

El internado no cambia, sigue siendo un lugar donde tratan mal al alumnado y no dejan de humillarles y castigarles por cualquier motivo. Saben de las desapariciones y lo achacan a que son basura de la sociedad. Pero en realidad estas desapariciones vienen dadas por culpa de los experimentos hacia el alumnado. 

En el reparto volvemos a tener a Albert Salazar, Asia Ortega Joel Bosqued, Mina El Hammani, Claudia Riera, Daniela Rubio, Natalia Dicenta entre muchos otros. Aunque también veremos caras nuevas como Clara Galle, la cual tiene un papel un tanto insoportable, pero que dará que bastante que hablar.

Se que no es la mejor serie del mundo, la primera temporada tampoco lo era. Pero admito que logra entretenerme y aunque muchas de las situaciones que ocurren sean bastante previsibles, termina dándome igual. ¿He disfrutado la temporada? Si y además tengo ganas de ver como siguen la nueva temporada después del final que nos han dado. Una de las cosas que más me han gustado es que nos explican por fin la historia de León e Inés. Y la verdad que me ha parecido super bonita y muy bien resuelta.

Poco más tengo que comentar, ocurren un montón de cosas en los ocho episodios, pero no os puedo desvelar nada pues lo importante es que la disfrutéis por vosotros mismos.

Crítica: ‘Ser o no ser’

Una serie muy cuidada, humana y natural como la vida misma

Presentada en el Festival de Málaga, llega a PlayzSer o no ser’. La serie producida por RTVE en colaboración con Big Bang Media (The Mediapro Studio). ‘Ser o no ser’ llegará a la plataforma este próximo 30 de marzo.

Hemos tenido la oportunidad de ver la serie al completo y tengo que decir que me ha gustado mucho, su naturalidad y sencillez logra que nos metamos en esta historia desde el minuto uno y además nos deje con ganas de más.

La serie nos presenta a Joel, un joven trans de 16 años, que desea convertirse en actor. Para ello ha comenzado sus estudios en el bachillerato artístico junto con sus dos mejores amigos, Laia y Ricky. Allí comienza una nueva aventura para él, pues nadie sabe que es trans y por primera vez en su vida no tendrá por qué esconderse. Pero como pasa siempre y más en plena adolescencia, se le complicarán las cosas al enamorarse.

Me ha gustado mucho como tratan todo este tema. Y ya no solo como lo tratan, con muchísima naturalidad, que es como se tiene que tratar, sino que, además, van explicando todo a través de los diálogos con sus amigos, su madre o incluso la profesora de teatro.

Pero no solo vemos todos los problemas de Joel, sino también nos muestran los de madre (Anna Alarcón). Ella que le apoya en todo y le ayuda en toda esta transición, la vemos leer libros y aprendiendo. Ambos, poco a poco, comienzan a ser valientes y juntos hacen que todo parezca mucho más fácil.

Dirigido por Marta Pahissa (‘Polseres vermelles’) y con guion de Coral Cruz (‘Hierro’), logran un trabajo muy bonito. Esta comedia dramática logra visibilizar a un colectivo desconocido para muchos o mal entendidos por otros. A través de situaciones normales en un instituto, con adolescentes con las hormonas por las nubes, aprendiendo a crecer y a avanzar en este mundo que se les pone por delante.

En el reparto tenemos a Ander Puig, encargado de dar vida a Joel. Júlia Gibert, que es Ona. Ambos personajes, logran crear una bonita historia de amistad. Lion Armas, Eduard Torres, Enzo Oliver, Nil Carbonell, Anna Bernal y Berta Galo, son el resto de compañeros y amigos encargados de hacer todo un poco más fácil o difícil a nuestro protagonista. En general todo el reparto convence, sin duda, al menos en mi opinión, destaca por encima de todos la naturalidad y fuerza de Berta Galo, me parece tremenda y va a dar mucho que hablar.

Os recomiendo muchísimo esta serie, son seis episodios de unos 25 minutos aproximadamente que como he comentado al principio, deja con ganas de más aventuras de estos estudiantes.

Crítica de ‘800 metros’

En caliente, sobre un tema que no debemos olvidar que aún está candente

Elías León Siminiani dirige ‘800 metros’, la serie que Netflix estrena este 25 de marzo. Un documental que analiza los atentados yihadistas sucedidos en Cataluña en agosto de 2017. La sentencia se dio a conocer en agosto del año pasado y ahora que estamos cerca del quinto aniversario sale esta serie que recorre meticulosamente esos 800 metros que recorrió el letal furgón y todo lo que sucedió tanto antes como después.

El 17 de agosto de 2017 una furgoneta arrollaba a decenas de personas en La Rambla de Barcelona. Antes se había producido una sospechosa explosión y días después un tiroteo. Eventos que han trastocado muchas vidas pero que no han conseguido su objetivo, el terror, más bien lo contrario, la cohesión. Esa es la conclusión de esta obra que, teniendo en cuenta la velocidad de nuestra justicia, surge en caliente.

Elías León Siminiani junto a Ramón Campos han realizado esta docuserie. ‘En el corredor de la muerte’, ‘El caso Alcasser’ o ‘Fariña’ son las cartas de presentación de los autores de ‘800 metros’. Rodajes sobre sucesos reales que vienen avalados por Bambú Producciones (‘Jaguar’, ‘Malasaña 32’, ‘Las chicas del cable’). Con todo el respeto y ofreciendo la justa visión de todas las partes posibles, la serie habla acerca de los sucesos que provocaron más de una decena de muertos y más del centenar de heridos. Pero las casualidades existen. Netflix tenía programado este estreno y justo días antes se ha producido un atropello masivo en Bélgica con más de una treintena de atropellados. Sin embargo, esta obra de investigación cree más en la causalidad y nos habla de las causas que provocaron este triste hecho histórico.

Es por ello que los títulos de los episodios son ‘Un grupo de amigos’, ‘Qué ha pasado en La Rambla’ y ‘Dos horas después’. ‘800 metros’ se centra primero en los jovencísimos terroristas, recrea posteriormente cada paso antes, durante y tras esos fatídicos 800 metros y por último relata cómo acabaron los miembros de la célula terrorista y los afectados.

Por lo tanto ‘800 metros’ reconstruye muy correctamente lo sucedido, desde la explosión de Alcanar hasta el momento del “héroe de Cambrills”. Recordemos que esto sucedió hace menos de cinco años, cuando estaba en auge el Estado Islámico, cuando era rutina ver en las noticias atentados, como los de la Sala Bataclan, Niza o el Charlie Hebdo. Y aunque está tremendamente reciente el documental no evita ir directo al grano y ser ampliamente explicativo con ayuda de infografías. Me ha gustado como se fija en tantas caras de la misma moneda y en tantas maneras de tratar el tema. Sobre todo como demuestra que hay esperanza, que uno de los bandos, el nuestro, es capaz de tener una reacción pacifista y unificadora, antiterrorista, por desgracia entrenada por E.T.A.

Pero lo más duro es escuchar a los protagonistas. Y no me refiero solo a los conocidos de los asesinos o a las desgarradoras palabras de las víctimas. Me refiero al material en vídeo y audio que se tiene de los propios terroristas, que no es poco. Se demuestra con esto la estupidez de los mismos y el trabajazo de recreación de los equipos de investigación, tanto policiales como periodísticos. En concreto en este caso hay que destacar las pesquisas y el puzle compuesto por Anna Teixidor, Nacho Carretero y Jesús García. Es aplastante oír a aquellos que han perdido a seres queridos o que sufren secuelas psicológicas. Pero es igual de descorazonador ver como unos jóvenes han sufrido tal lavado de cerebro que pierden todo amor a la vida.

Espero que se vea mucho este documental, pero no por pretender fomentar la islamofobia, otro aspecto que se toca de soslayo al final de esta serie. Tampoco quiero que se vea por seguir la moda de los “true crime”. Me gustaría que sirviese para que no bajásemos la guardia, ante aquellos que quieren imponer el terror y ante aquellos que olvidan a los damnificados o solo los recuerdan cuando hay que hacer campaña.

Crítica de ‘Los Guardianes de la Justicia’

Popurrí comiquero a lo ‘Kung Fury’

No sé si ‘Los Guardianes de la Justicia’ es algo con un carácter de marcada serie B por disponer de poco presupuesto o si se ha querido hacer en este formato para rendir culto al género. Lo que sí que sé es que la serie es consciente de su factura y de lo enormemente paródica y referencial que es, por lo que a la hora de darle al play también hay que estar predispuesto a que lo que vamos a ver es un galimatías con un acabado de lo más básico posible.

Digo básico, pero tengamos en cuenta que estamos en el siglo XXI y las tecnologías permiten llevar a cabo escenarios con efectos muy superiores a los que veíamos en los 80. Paródicamente, con un vestuario más propio de un cosplayer de la ComicCon que de una producción lanzada en Netflix ‘Los Guardianes de la Justicia’ nos cuenta una historia que nos recuerda a un sinfín de cómics o películas.

La miscelánea visual y argumental de esta serie de siete episodios de tintes fanmade nos lleva a una distopía muy al estilo ‘Watchmen’ en la que la Tierra ha tenido una historia diferente durante el siglo XX y ha llegado a producirse una III Guerra Mundial. Conflicto que es detenido por un alienígena dotado de superpoderes. La trama gira en torno a ese visitante y a la muerte que uno de sus compañeros justicieros comienza investigar. Así se genera una trama que nos recuerda también a ‘Invincible’.

Si te gustó otro fanmade como fue ‘Kung Fury’ estoy seguro de que te gustará esta serie que se puede ver ya en Netflix. Realmente debo reconocer que esta es una serie de, por y para flipados, pero es lo bueno que tiene, sobre todo porque le permite ser desatada y contar su trama sin tapujos y sin cortarse con la violencia como hace por ejemplo ‘The Boys’.

Si cuando he descrito la trama habéis pensado en Omni-Man de ‘Invincible’ o por supuesto en Superman, habéis acertado. Marvelous Man, ese extraterrestre que viene a poner paz en la Tierra también se llama a Kal, también se casa con una chica con nombre dotado de aliteración como Lois Lane, tiene su kryptonita… Y los héroes con los que se junta son como la Liga de la Justicia de DC cómics. Sobre todo el protagonista de la historia que es una mezcla entre el Búho Nocturno de ‘Watchmen’ y Batman, con su Robin, villanos y demás.

Pero cuando realmente le encuentro valor a esta serie llena de escenarios de poca monta es en los momentos en los que se retuerce la figura del superhéroe y su impacto en nuestra sociedad o en el otro sentido, la influencia de esta sobre la vida de aquellos que se dedican ser un justicieros de manera altruista. Es por lo tanto interesante la idea de mostrar a una humanidad tan poco respetuosa con la vida que es capaz de hacer que un todopoderoso extraterrestre que vela por nuestra paz se canse hasta el punto de darse por vencido y suicidarse. También el discurso sobre lo beneficiosa que es para la opinión pública la bendita ignorancia, algo que también predica ‘Watchmen’ y muchos cómics de Batman. Como también ha sido visto muchas veces en viñetas el miedo como herramienta o el fascismo, de hecho es ahí cuando puede recordar más a ‘Injustice’ o a ‘Hijo rojo’.

La verdad es que el que hayan cogido de un descarado tapadillo tantos elementos conocidos de los cómics para armar su propia historia, mola y parece fruto de algún tipo de juego de rol. Pero ‘Guardianes de la Justicia’ también consigue ser atractiva porque la serie cuenta con distintos directores de animación que han incluido en la trama numerosísimas escenas dibujadas. Hay animación de todo tipo, desde 8-bits a lo arcade como ‘Streets of rage’ o ‘Mortal Kombat’ llegando a lo cartoon Disney e incluso al anime a lo ‘Dragon Ball’.

Y otra sorpresa es que al igual que ‘Kung Fury’ pudo contar con David Hasselhoff para su promoción, han podido fichar a rostros conocidos, y no me refiero al villano asiático que nos recuerda al Lo Pan de ‘Golpe en la pequeña China’. Como en toda buena película en la que el Reloj del Juicio final está a pocos minutos de las doce el presidente es negro, en este caso es Christopher Judge de ‘Stargate’. Y tienen papeles secundarios Denise Richards (‘Starship Troopers’), RJ Mitte (‘Breaking Bad’), Jane Seymour (‘La doctora Quinn) o Will Yun Lee (‘Altered Carbon’) como Marvelous Man. Adenás hay algún que otro cameo de archivo.

‘Los Guardianes de la Justicia’, obra de Adi Shankar, combina de todo, hasta villanos tipo Cobra de los G.I. Joe. El productor de ‘Dredd’, ‘Castlevania’ o del próximo remake de ‘I saw the devil’ se ha montado un caos que llega cuando los superhéroes tienen asentado su propio género audiovisual y hace falta aire fresco. La calidad es patente que no es la mejor y quizá con todo lo que está pasando con Rusia no llegue en el momento más oportuno, pero desde luego es una reinvención de la que muchos pueden tomar nota.

Os hablamos de la serie y del cómic ‘DMZ’

Acierta en la premisa pero no en cuál es el punto clave

La unión de Warner, DC y HBO sigue dando a luz nuevas adaptaciones. A partir del 18 de marzo en HBO Max podremos ver ‘DMZ’ la serie que adapta el cómic de DC Vertigo. Un cómic escrito por Brian Wood entre 2005 y 2012 que contó con el dibujo y las tintas de Riccardo Burchielli y el propio Wood mientras que el color lo puso Jeromy Cox.

‘DMZ’ es una distopía que se antoja cercana. En ella se produce una Segunda Guerra Civil Norteamericana. Una disputa entre entre el gobierno federal de los Estados Unidos de América y los ejércitos de los Estados Libres, un grupo independentista. Obviamente una de las plazas más disputadas en esa guerra es la de Nueva York y ahí conocemos a nuestros protagonistas.

DMZ significa zona desmilitarizada, Una tierra de nadie, en disputa y en proceso de independizarse al no estar en poder de ninguna de las dos facciones. Nunca mejor dicho, es tierra de oportunidades. Esa DMZ está delimitada por la isla de Manhattan. Fuera de allí luchan por lo que tienen en el DMZ, una oportunidad para empezar de nuevo, un lugar que abogue por la paz, aunque la violencia sea la herramienta más empleada, lo cual no deja de ser contradictorio.

El cómic se centra en Matty Roth, un reportero encerrado por accidente en la DMZ. Ahí es donde los lectores de los cómics encontramos la primera gran discrepancia. El foco no es el reportero que tiene la duda de si quedarse en esa zona hostil participando de manera imparcial para poder dar testimonio a todo el mundo o si huye a un lugar seguro. Pero el guión de Roberto Patino emplea la figura de una médica que busca a su hijo Christian, perdido durante la evacuación de la isla. Rosario Dawson es Alma Ortega, una sanitaria convertida en lideresa por sorpresa. Se entiende que ese personaje es un trasunto o desarrollo de la Zee Hernández del cómic.

Se percibe que se ha intentado comprimir mucho en muy poco espacio de tiempo. El cómic ‘DMZ’ se recopila en varios tomos que Vertigo fue publicando en grapas y que en España edita ECC Comics. A causa de eso la serie está totalmente exenta de discurso, por lo menos de uno mínimamente profundo. La serie ‘DMZ’ no ahonda en su propuesta y se centra básicamente en plantearnos una situación caótica, más propia de un patio de cárcel en el que se pelean distintas bandas cuyos miembros van vestidos todos de la misma manera, ni que fuesen los pintorescos secuaces del Joker, Dos Caras y compañía. Mientras que el cómic aborda de un modo contemporáneo el secesionismo y la disputa federal o “libre”. La serie es una lucha de gallitos y la búsqueda desesperada por parte de una madre. Si el cómic surgía de las inquietudes del autor en la época del 11-S la serie podría haber partido de nuestra actualidad, marcada por eventos como el asalto al Capitolio. Coger ese pulso le habría venido de maravilla a esta producción. Pero desperdician la oportunidad, otro chasco, como el de ‘Y, el último hombre’.

Si en algo acierta la serie es en hacer un retrato, destructivo y postapocalíptico, de Nueva York. El cómic atina a usar la figura del reportero para escudriñar en las posibilidades de la idea que plantea. Pero también para llevarnos cual turistas por la ciudad que nunca duerme en modo ‘Mad Max’. De China Town al Upper pasando por el Soho la serie de HBO Max plantea distintos escenarios. Una pequeña nación de unos cuantos de cientos de miles de habitantes en pleno proceso de ebullición. Y en otras cosas que acierta es en mostrar las luchas por los recursos, con la misma vileza y apatía característica de la especie humana.

La serie iba a ser producida inicialmente para SYFY, canal en cuya muestra vimos el desastre bochornoso que supuso ‘Un pliegue en el tiempo’. Precisamente su directora, Ava DuVernay, es la productora y directora del piloto de la serie. La responsable de ‘Selma’ se queda a medio camino entre su fango y su techo. Deja muy de lado la guerra ficticia entre los EE.UU. y los Estados Libres así como toda la historia de supervivencia o adaptación que el aislamiento en Manhattan supone, como si no hubiese cogido bien el quid de la cuestión en del cómic. E igual puedo decir de Ernest R. Dickerson, quien ha dirigido los otros tres episodios. El director de ‘The Walking Dead’ se lo ha llevado al mismo terreno y acabamos teniendo más charlatanería y relaciones familiares que eventos relevantes.

En zona desolada de Nueva York, Manhattan, a lo ‘Soy leyenda’. Aunque, tal y como se ha planteado la serie el simil más obvio es ‘1997: Rescate en Nueva York’. Más quisiera DuVernay tener el gancho y el carisma de Carpenter. Y en su desarrollo recuerda más a las contiendas y politiqueos de ‘Gangs of New York’, pero más quisiera Benjamin Bratt (Parco Delgado) tener la garra de Daniel Day-Lewis. No obstante, el personaje de Parco Delgado, “la voz del pueblo”, está bien tratado. Es definido por ECC Comics como una mezcla de Hugo Chavez, Che Guevara y Al Sharpton. Y aciertan pues es una especie de revolucionario, posicionándose cercano al pueblo llano, con palabrería y discursos.

El cómic tiene muchos guiños a DC Comics y la serie te pone la música de Rosalía cuando salen los hispanos. Habrá que conformarse. Falta discurso e incluso falta muchísima acción. Tengo claro que DuVernay no es una directora de mi agrado.

Crítica de ‘La unidad’ T2

Más tensión y un villano que da miedo

Casi dos años después de su estreno tenemos de nuevo en Movistar Plus+ ‘La unidad’ T2. La segunda etapa de la serie de Dani de la Torre y Alberto Marini será lanzada el 18 de marzo. Ambos, director y guionista, vuelven a encargarse de la concepción y grabación de la historia. Con ellos ‘La unidad’ nos vuelve a contar el trabajo de unos agentes que velan por nuestra seguridad, cuya especialidad es el terrorismo, pero en esta segunda parte deberán cuidar más que nunca de su propia integridad.

En mi opinión creo que como serie policíaca española quizá quedó injustamente tapada por el éxito de ‘Antidisturbios’ (serie que recordaréis esta segunda temporada por una escena rodada también en una clásica corrala madrileña). Podréis leer aquí mi crítica de la primera temporada pero en resumen lo que me cautivó es que atrapa con su trama y con la manera en cómo nos llevaba por diferentes localizaciones. Y consiguió eso por su manera de rodar (De la Torre) y por los miedos que abarca y los giros con los que nos sorprende (Marini). En esta segunda temporada se mantiene el ritmo y la intensidad de sus argumentos, pero si es cierto que se ve venir por donde va a tirar, aunque nos da más de un susto.

Los protagonistas vuelven a ser los mismos. Agentes interpretados por Nathalie Poza, Michel Noher, Marián Álvarez, Luis Zahera, Raúl Fernández, Carlos Blanco, Fele Martínez… y alguna incorporación nueva como la de Aroa Rodríguez. Ellos están la mar de correctos sobre todo cuando la serie nos hace ver procedimientos que pueden formar parte de la rutina de la policía. Pero he mentido, los protagonistas son los mismos en el bando de los buenos, pero por parte de los villanos tenemos muchas novedades y ahí está el principal atractivo de ‘La unidad’ T2. La principal amenaza para la unidad viene por parte de un padre doliente interpretado por Kaabil Sekali. Ese nuevo enemigo da miedo por el hecho de que juega a dos e incluso tres bandas a la vez, pero también porque la actuación del actor benaventano es intachable. De lo afable pasa a lo amenazador de un modo que quita el hipo.

‘La unidad’ T2 está dedicada a la memoria del actor Florin Opritescu y del policía de la CGI Miguel Cerviño (oficial de enlace de terrorismo en la oficina española ante EUROPOL en La Haya). Y al igual que la anterior temporada sirve como tributo a todos esos agentes o funcionarios que velan por el fin del terrorismo. Personas que están emplazadas en multitud de ubicaciones. Es por eso que de nuevo la serie de Movistar Plus+ nos lleva por Madrid, Marruecos, Granada, Canarias, un portaviones en el Golfo de Guinea, Jordania, una plataforma petrolera… Puede que no haya sido rodada exactamente en esos sitios, pero el hecho de viajar ficticiamente por esos escenarios ayuda a mantener un buen ritmo y a ofrecer cuán magnitud tiene la investigación y actuación contra las amenazas violentas o los fanatismos.

De nuevo la temporada se compone de 6 episodios y las únicas pegas que les encuentro es la falta de riesgo, el atreverse a ser más impactantes con sus giros. Sorpresas que además se ven venir pues el guión ha caído en los típicos romances o en eventos que nos están anunciando casi a gritos. Por ejemplo, el giro del quinto episodio está sacado de la manga y la revelación del principio del sexto resulta bastante obvia. Eso sí, el final… tremendo. Esperemos que no pase nunca algo así.

Otro aliciente para esta temporada dos es el conocer un poco más a los protagonistas. Al ser el objetivo directo de los terroristas los guionistas se han visto en la casi obligada tarea de extender más los detalles de la vida privada de estos policías. De ahí que haya más suspense y emoción que en la temporada uno. Y aunque da la sensación de que los protagonistas se exponen en exceso para la situación que viven (si pensamos en lo estrictamente procedimental) sí que hay detalles que denotan un discurso o una intencionalidad. Y en mi opinión no es otra que la de sacar a relucir los prejuicios, los cuales, en este caso sacan a relucir también a la paranoia o por lo menos contribuyen a acrecentarla.

La serie acaba con unos momentos de tensión bastante bien gestionados y como siempre cerrando la trama. Si Movistar renueva por otra temporada estupendo, compro, pero si se cancela la serie tendremos la historia finiquitada.

Crítica: ‘El Desafío: 11M’

Prime Video nos trae esta miniserie sobre los atentados del 11 de marzo de 2004

El 11 de marzo de 2004, Madrid sufrió uno de los atentados más graves de Europa en los últimos años. 10 explosiones en distintos trenes terminaron con 192 muertes en una fatídica mañana. Aunque ya han pasado casi veinte años, el dolor, el odio y las distintas conspiraciones siguen en la boca de muchos.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de esta miniserie, es el recuerdo difuso de esos días y de lo rápido que se trabajó en general para intentar conseguir detener a los culpables.

La miniserie consta de 4 episodios, en los que vemos los atentados y todas las confusiones acerca de quienes fueron los artífices de la masacre. El tema político, el jueves 11 de marzo fueron los atentados y el 14 de marzo se celebraban elecciones generales. La guerra y manera de utilizar estos atentados por parte de todos fue tremenda. Luego nos cuentan toda la trama de Asturias, de donde vinieron los explosivos, el capítulo que sin duda me ha parecido más interesante y ya para terminar vemos los juicios.

Como he dicho, todo esto contado con las distintas opiniones de cargos políticos, policiales y también el punto de vista de las víctimas, las cuales siguen dolidas por como las utilizaron.

El Desafío: 11M’ creo que está bien llevado, no se planta de un lado u otro. Nos muestran mucho material de aquellos días y de toda la confusión que se tuvo de una manera u otra.

Carlos Argulló ha sido el encargado de dirigir los cuatro episodios de esta miniserie. Y entre los entrevistados podemos ver a Baltasar Garzón, José María Aznar, Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos, Alfonso del Álamo, Alberto Ruiz Gallardón, Lorenzo Milá, Alfredo Urdaci, entre muchos otros, que nos dan sus diferentes opiniones y también sus sentimientos y recuerdos de aquellos días.

El Desafío: 11M’ que nos ayuda a conocer, a escuchar desde muy diferentes puntos de vista y para mí lo más importante, conocer a parte de las víctimas, sus sentimientos y como se jugó con ellos. Ya fuesen víctimas directas como indirectas, creo que terminar con el discurso de Pilar Manjón indignadas por el jolgorio en el Congreso, es la mejor manera de cerrar y lograr debatir sobre estos días terribles que sufrimos.

El Desafío: 11M‘ llega a nuestras pantallas en Prime Vídeo, este viernes 11 de marzo de 2022.

Crítica de ‘The Boys Presents: Diabolical’, una antología de ‘The Boys’

Dibujos animados para adultos con estética infantil

En junio de este 2022 llegará por fin la tercera temporada de ‘The Boys’. Su rodaje y en consecuencia, su estreno, se han retrasados por motivos obvios relacionados con la pandemia. Pero Prime Video ha querido darnos cuanto antes nuestra dosis de Garth Ennis y Darick Robertson con una antología animada llamada ‘The Boys Presents: Diabolical’.

A partir del 4 de marzo podréis ver ‘The Boys Presents: Diabolical’ que consiste en ocho episodios de 13 minutos (alguno llega a los 20) con historias sueltas dentro del universo de ‘The Boys’. Se pueden considerar como precuelas de la serie y los cómics pues nos narran muchas aventuras (más bien desventuras) de muchos de los protagonistas cuando eran más jóvenes.

Si, la serie tiene dibujos tipo ‘Invincible’, el otro éxito de superhéroes de Prime Video. Pero ‘The Boys Presents: Diabolical’ es antología no solo porque cada nueva entrega nos narre una historia distinta sino porque al estilo ‘Love, death & robots’ o ‘Animatrix’ cada episodio nos lleva a un estilo diferente. Así pues, podemos ver desde el moderno corte americano, pasando por los recientemente exitosos dibujos de Adult Swim a lo Ricky y Morty incluyendo algo más infantil como la estética de los Looney Tunes y dos tipos diferentes de anime, uno más detallista y el otro más chibi. A continuación tenéis una galería con los estilos usados.

Y como digo en el titular este sigue siendo un contenido para adultos. Sigue siendo políticamente incorrecta y aunque tengamos la adorable cara de un bebé o el colorido de los dibujos de Hanna-Barbera la sangre tiñe constantemente la pantalla. Hay muertes de lo más bestiales, malsanas y retorcidas.

Si no me equivoco solo el actor de Patriota (Antony Starr) es el único en prestar su voz al personaje que ha interpretado. Me parece curioso que ya que hayan cogido a otros actores famosos para doblar a los personajes y no hayan contado con los actores de la serie para sus propios personajes. Por ejemplo, Butcher (Carnicero) está doblado por Jason Isaacs, que tiene muy buena voz pero la de Karl Urban está muy vinculada ya al cazador de superhéroes, aquí llamados “súper”. Si a los actores de doblaje les fastidia que les quiten el trabajo estrellas que trabajan delante de las cámaras, me gustaría que saber qué ha pasado o que piensan los actores de la serie de acción real de ‘The Boys Presents: Diabolical’. Quizá su agenda no les ha permitido poner sus voces al estar sumergidos en el rodaje de la temporada tres.

La verdad es que la serie resulta muy divertida, sobre todo porque al presentarse en formato cortos de animación permite ser vista en cualquier momento o lugar. Aporta poco a la historia troncal de los 7 o de Vought pero por lo menos respeta el canon. A continuación os relato de qué va cada episodio para que sepáis qué os vais a encontrar.

‘I’m your pusher’: Seguimos a un camello de los Súper. Este contempla las consecuencias de lo que pasa al mezclar drogas de diseño con superpoderes. Kieran Culkin pone su voz a O.D. y Simon Pegg a Hughie, entre otros. El estilo es muy propio de las películas animadas de Warner/DC.

‘An Animated Short Where Pissed-Off Supes Kill Their Parents’: Nos trasladamos una especie de academia de desechos, de errores producidos por el Componente V, el producto de Vought para convertir bebés en superhombres. Esos rechazados se ponen en busca de la venganza hacia sus progenitores que les abandonaron por no salir como ellos querían. En esta serie con personajes a lo ‘Rick y Morty’ Kevin Smith dobla a un hombre cuyos ojos son tetas.

‘Nubian vs Nubian’: Un matrimonio de héroes afroamericanos trabaja en tándem. Pero a su hija no le gusta cómo se llevan el trabajo a casa y su relación amenaza ya roza el divorcio. La solución de la hija para reconciliar a sus padres no puede ser más retorcida. Don Cheadle interpreta al príncipe nubio y el estilo vuelve a ser muy norteamericano y moderno.

‘Laser Baby’s Day Out’: Uno de los más divertidos y tiernos. Es la aventura de uno de los científicos de Vought y la niña que es sujeto de sus pruebas. Recuerda a ‘El peque se va de marcha’ y está animado como los dibujos de los Looney Tunes.

‘John and Sun-Hee’: Un empleado de limpieza de Vought hace todo lo que está en su mano para salvar a su moribunda y enferma esposa. Pero todo se malogra pues acaba imbuyéndole un poder incontrolable. Aquí se usa un poder muy a lo ‘Elfen Lied’ y el estilo de animación también es anime. Youn Yuh-jung es la que presta su voz a la anciana protagonista.

‘BFFs’: Awkwafina dirige y dobla a la protagonista en esta historia de unas adolescentes y sus amigas, las cuales, buscan drogarse y pasárselo en grande. La cosa desemboca en una reinvención del Sr. Mojon de ‘South Park’. El episodio da grima pero es tierno y divertido. Lógico que se haya empleado anime tipo chibi.

‘Boyd in 3D’: Dos jóvenes obsesionados con los cánones de las redes y de nuevo una droga de diseño. Mala combinación que nos habla del ser fieles a uno mismo y del peligro de la envidia y el postureo. Es un poco tipo ‘El profesor chiflado’ y está dibujada como la película ‘Atlantis’.

‘One Plus One Equals Two’: Los primeros días de Patriota como uno de Los 7. La mente perturbada del líder de los súper vuelve a hacer de las suyas. El dibujo vuelve a hacer homenaje al ya inmenso universo animado de DC.

Crítica de ‘Nuestra bandera significa muerte’

Las desventuras de unos piratas que lucen banderas con abalorios

Acabamos de ver 5 de los 10 capítulos de ‘Nuestra bandera significa muerte’. Una serie con episodios que rondan la media de 30 min. cada uno que empezarán a estar disponibles en HBO Max este 3 de marzo de 2022.

‘Nuestra bandera significa muerte’ narra el navegar de Stede Bonnet (Rhys Darby) quien fue conocido como “El Caballero Pirata”. Está vagamente inspirada en sus hechos reales y nos descubre cómo ese acomodado inglés quiso dar un giro de timón a su vida abandonando a su familia y embarcándose en aventuras presumiblemente piratas. Pero la cosa se le malogra una y otra vez. Muy quijotesco todo ello.

‘Nuestra bandera significa muerte’ ha sido creada por David Jenkins y producida por Taika Waititi. Los creadores de ‘People of Earth’ y de ‘Jojo Rabbit’, respectivamente, nos cuentan como este capitán y su peculiar tripulación se enfrentan a los peligros del mar. Pero también nos cuenta la relación entre ese aprendiz de pirata y Barbanegra (interpretado por Waititi). Un hecho es real, Bonnet tuvo que ceder el mando de su barco a Barbanegra para que este le enseñase a capitanearlo, vamos, que le hizo una masterclass práctica. Como también es cierto que innovó dándole un sueldo a sus corsarios, para ganarse su favor.

Tiene su gracia esta serie sobre malogrados piratas en la edad dorada de la piratería. Su capitán parece que les quiere convertir en personas ilustradas, que cultivan cuerpo y mente mientras él quiere seguir los pasos del legendario Barbanegra. Pero a la tripulación… no le gusta eso. En vez de estar matando, saqueando, bebiendo o escondiendo tesoros les tiene en talleres de costura, partidos de tenis, sacando brillo a las bolas de cañón, en reuniones de amanerados… La gracia de esta producción está en cómo la aversión del capitán por la violencia y su negativa a comandar mentes embrutecidas choca con el salvajismo de sus marineros, los cuales tienen también detalles contrarios a los piratas. Porque un pirata, tal y como el tópico los concibe, nunca reconocería estar a gusto vistiendo ropa refinada o manifestando sus dudas existenciales y debilidades. Son gente recia, endurecida por el mero hecho de que no tiene otra alternativa para subsistir.

Al igual que ‘Lo que hacemos en las sombras’ usa la fórmula de parodiar el género y los personajes a través de grupos variopintos y heterogéneos o de momentos bochornosos. La ridiculización el estereotipo es la constante en ‘Nuestra bandera significa muerte’, el título es un mero sarcasmo para una tripulación que a priori parece incapaz de pillar aunque sea una pulmonía o matar a un arenque. Y como en ‘The office’ en lo que consiste también es en incrustar “taras” en cada uno de los personajes y sobre todo en disponer de un líder inútil y mucho menos capaz que sus subordinados. Podríamos pensar que un referente actual es la parte cómica de ‘Piratas del Caribe’ pero si uno se acuerda más de ‘Monkey Island’ o de los piratas voladores de ‘Stardust’ estará atinando mejor.

Rhys Darby (‘A la caza de los ñumanos’) es el mencionado capitán y por ende el protagonista de la serie. Su alter ego, cada vez más presente según pasan los capítulos es el Barbanegra de Waititi. Pero entre los tripulantes y los distintos personajes que van apareciendo encontraréis a otros actores como Kristian Nairn (‘Juego de Tronos’), Ewen Bremner (‘Trainspotting’), Joel Fry (‘Juego de Tronos’), Leslie Jones (‘Cazafantasmas’), Rory Kinnear (‘Penny Dreadful’) o… Nacho Vigalaondo (‘Colossal’) que hace una breve aparición. La verdad es que el tipo de comedia de la serie le pega al director español.

Crítica de ‘Operación Marea Negra’

Una historia que espero que no se quede sumergida en el océano de estrenos

Cuatro episodios, ni más ni menos. A veces con una miniserie es suficiente para contar una historia que incluso se podría resumir en una película. Con cuatro entregas de casi una hora cada una nos cuentan la historia de ‘Operación Marea Negra’. Una serie que surge de un caso real y Prime Video estrenará el 25 de febrero.

Lo de ‘Operación Marea Negra’ nos toca muy de cerca, tanto geográficamente como temporalmente. En Galicia en 2019 se materializó lo que hasta entonces era más leyenda que realidad. Se tuvo constancia del primer narcosubmarino en las costas de Europa. Una embarcación que confirmó que los cárteles usaban una arriesgadísima ruta de tráfico de drogas. Casi toda la historia de esta serie transcurre en uno de esos llamados “Big Foot” pero también en Galicia que de nuevo (‘Quien a hierro mata’, ‘Fariña’, ‘Matalobos’) es delatada como una de las grandes puertas de la droga en Europa.

La serie se centra en un personaje, el que interpreta Álex González emulando a Agustín Álvarez (la persona real). De la lona al mar, boxeador y pescador, dos profesiones para partirse el lomo y bastante ingratas. Pero su tiempo está empleado también en ser guardia de seguridad en la lonja de su pueblo y aun así está sin blanca. Encima se encuentra en una edad tardía para ser profesional del boxeo, se le acaba el tiempo, es carne de cañón para convertirse en un Heisenberg o un Byrde. La diferencia es que a Nando (Álex González) le viene de familia pues quien está metido en la droga es su prima (Nerea Barros) y su tío (Miquel Insua).

La serie cobrará relevancia si más allá de la trivialización o comercialización del tema consigue concienciación. El caso del Che (así se llamaba el narcosubmarino) está bien documentado en lo que se refiere a la actuación policial y la cooperación entre miembros de diferentes países, de hecho cuenta con la colaboración de la Guardia Civil de Pontevedra. Pero donde adquiere más interés es en la etapa del viaje donde la acción se centra en los tres protagonistas. En forma de thriller la odisea se convierte en el viaje de Colón y los Pinzón a la inversa, de América a España en condiciones cada vez más precarias y hostiles.

Justo esta semana Movistar Plus+ ha estrenado ‘Narcogallegos’, un documental que analiza el narcotráfico en las costas gallegas. Parece que hay inquietud por el tema o que sale rentable en pantalla. En concreto la serie de Prime Video surge del libro homónimo escrito por el periodista Javier Romero. A partir de testimonios de policías, testigos o jueces cuenta los hechos llevados a cabo por Agustín Álvarez, Pedro Roberto Manzaba y Luís Tomás Manzaba. Y más allá del daño que hace la droga en esta “aventura” se pone en relevancia el daño colateral que se genera cuando alguien se implica en tan abyecto negocio. Se trata la duda y consecuencias ser una mula, un mandado que ha elegido lado cuando lo que está en la balanza es el dejar una vida en la que al menos se tiene decencia y humildad.

‘Operación Marea Negra’ está realizada por Daniel Calparsoro (‘El silencio de la ciudad blanca’ o ‘El aviso’) junto a Oskar Santos (‘Los favoritos de Midas’, ‘Hierro’, ‘Zipi y Zape y el club de la canica’) y el portugués Joao Maia (‘Casos da vida’, ‘One-way ticket’). Es cierto que Calparsoro no me entusiasma, sobre todo porque nunca consigue sorprenderme con sus giros. Pero la serie cuenta con esos otros directores y con guionistas como Patxi Amezcua (‘Bruc: El desafío’, ‘La sombra de la ley’, ‘Séptimo’) o Natxo López (‘Perdida, Caronte’, ‘Vivir sin permiso’) y la cosa mejora.

Pero además otro factor que hace que me haya congratulado con la serie es el trabajo de Álex González. Está estupendo en el papel de alguien algo pasado de rosca, de un boxeador casi sonado y que actúa cual perro acorralado. Es de las mejores interpretaciones que le he visto sobre todo teniendo en cuenta que ha tenido que trabajar su acento y potenciar su físico (aunque cara de boxeador tiene), pero sin dejar de lado la parte de tormento que tiene su personaje.

En el plano técnico la serie también está muy conseguida. Desde el maquillaje y peluquería que hacen que creamos que González es el machaca más chungo de nuestro gimnasio hasta el diseño de producción que nos sumerge literalmente en la cápsula del submarino casero. Desde luego los escenarios naturales ayudan mucho. Solo le pondría como pega el sonido de las armas o los puñetazos, algunos helicópteros hechos con CGI, la música de Carlos Jean y la interpretación de Lúcia Moniz.

Crítica de ‘Nasdrovia’ temporada 2

Perfecta hasta el final, ‘Nasdrovia’ nos deja con ganas de más

Es una pena, pero este 25 de febrero llega la temporada final de ‘Nasdrovia’, con 6 nuevos episodios, Edurne y Julián nos dicen adiós.

Dirigida por Marc Vigil y con el reparto de la anterior temporada, ‘Nasdrovia’ vuelve pisando fuerte y con un ánimo un poco más lúgubre que su primera temporada.

Después del terrible final en el que Edurne se da cuenta por fin de donde se ha metido. Nuestros abogados están obligados a trabajar para la mafia rusa. Comenzamos con el Nasdrovia quemado y Franky desaparecido. A partir de aquí Edurne y Julián intentan sobrevivir. Cada uno a su manera, ella trágica y dramática se adentra en una depresión que la lleva a los bares nocturnos, donde conoce a un sinfín de personajes. Mientras que Julián es de los que piensa, que mejor no morder la mano que te puede matar e intenta ayudar en todo lo posible a Boris y sus amigos.

No falta el humor en esta temporada, pero sí que es una historia bastante más turbia. Al final nuestros protagonistas están metidos en un lío del que es muy difícil salir y eso se tiene que notar en todo. Y sin duda lo consiguen, la oscuridad de las escenas, el humor, mucho más sarcástico y estos rusos que son tan graciosos, los vemos cada vez más sanguinarios.

Leonor Watling, está como siempre perfecta. La evolución de su personaje es brutal. De ser una mujer fuerte, que no le tiene miedo a nada y segura de si misma, pasa a ser una mujer que se ha dado cuenta de todo lo que ha liado y que se ha quedado sin libertad.

Hugo Silva no se queda atrás, pero su personaje es ahora el que intenta tirar hacía adelante y seguir con vida.

Al igual que Edurne, el personaje de Luis Bermejo, pega un bajón de ánimo en esta segunda temporada enorme, ve todo el lío montado y lo único que quiere es lograr unos zapatos nuevos a Boris.

Atentos a Julián Villagrán, que, aunque hace un papel pequeñito, es tremendo.

Yan Tual, Michael John Treanor, Anton Yakovlev y Kevin Brand, siguen dando guerra a nuestros protagonistas y aunque sus personajes realmente les tienen mucho aprecio a estos dos abogados, tienen poca evolución y más o menos vemos las mismas actuaciones.

Es una pena la verdad que termine ‘Nasdrovia’. Admito que no le dan mal final y realmente, cuanto mas lo pienso, creo que es lo mejor que han hecho y le pega un montón a la serie. Pero aun así, me da pena saber que no vamos a tener más aventuras de Edurne y Julián.

Así que ya sabéis, a partir del viernes 25 de febrero, podréis ver ‘Nasdrovia’ en Movistar+ y si no habéis visto la primera temporada, ya estáis tardando.

Crítica de ‘¡La serie de Cuphead!’

Netflix se lo pasa pipa jugando con los aventureros con cabeza de taza

Desde el 18 de febrero se puede ver en Netflix ‘¡La serie de Cuphead!’ que adapta el juego de los canadienses StudioMDHR que en su día califiqué como “un Dark Souls a lo retro” en mi blog personal. Seguro que si habéis jugado a ese videojuego estáis de acuerdo conmigo en cuanto a su dificultad. Lo cierto es que es uno de los grandes videojuegos de los últimos años, todo un bombazo de los hermanos Chad Moldenhauer y Jared Moldenhauer.

Esta serie tiene 12 episodios de 15 minutos cada uno dirigidos en los impares por Adam Paloian y en los pares por Clay Morrow a partir de los guiones que han escrito junto a Deeki Deke, Cosmo Segurson y Dave Wasson. Este último es quien ha desarrollado la serie. Y no es de extrañar que Wasson haya estado implicado en el proyecto pues de 2013 a 2019 estuvo trabajando en los nuevos dibujos animados de Mickey Mouse, personaje y universo con el que los protagonistas conservan un cercanísimo estilo visual.

Por supuesto en ‘¡La serie de Cuphead!’ se ha conservado al estilo de los dibujos animados antiguos con todo lo que eso conlleva, títulos de crédito, escenarios, todo tipo de personajes antropomórficos, movimientos… Es un shoot ‘em up con movimiento en 2D lateral, pero para la serie obviamente se han incorporado técnicas modernas que sirven para la narrativa. Hay algunas veces que se realizan movimientos casi 3D en los que parece que se ha rodado con maquetas, unas que por cierto podrían ser de Tim Burton. El estilo es tan retro que entre los diversos personajes que aparecen en los episodios podrían figurar las versiones antiguas de Goofy, Mickey o el gato Félix y se integrarían de sobra. De hecho, hay un guiño a ‘Fantasía’ y Cuphead tiene el traje de Mickey en su armario.

¿De qué va ‘¡La serie de Cuphead!’? Básicamente de dos gamberretes y descerebrados aventureros que se meten en líos. Entre lance y lance vemos como van evitando que el Diablo se haga con el alma de Cuphead. Si te gustan los gameplays también te gustará esta serie pues al fin y al cabo es ver las travesuras y persecuciones de los dos hermanos con cabeza de taza. De hecho, aparecen muchísimos personajes del videojuego, predominando los jefes finales, a los cuales se les da algo de contexto e historia. En esta primera parte de la serie (si, estos son los 12 primeros de más episodios que habrá) están Ribby and Croaks, The Root Pack, King Dice y por supuesto The Devil entre otros muchos.

En esas aventuras se produce un ambiente bastante demencial. Miedo, angustia, conductas imitables y violencia es lo que rezan las advertencias que pone Nerflix junto a la categoría de edad. No obstante, se nota que la serie carece de cualquier tipo de crítica, es naif y si no fuese por ciertas groserías o momentos cafres podría ser apta para público infantil. Es un poco ‘Animaniacs’ o sigue las locuras de muchas series de Nickelodeon pero para espectadores un poco más creciditos, es decir, los que han podido jugar a videojuego. De todos modos mejor que unos niños no la vean y tengan ganas de jugarlo porque se pueden volver majaras con su dificultad.

Por supuesto la música, como en el juego, está omnipresente. La serie suena al blues, jazz y soul con el que se acompañaban los dibujos de principios del siglo XX. Dado el carácter liante de los hermanos (Cuphead es un buscalíos y Mugman la voz de la conciencia) y la música que tiene ‘¡La serie de Cuphead!’ podría llamarse ‘Granujas a todo ritmo’, como el filme de John Landis. Alude visual o musicalmente a muchos Blues Man históricos. De hecho cuando sale King Dice rememora totalmente al Minnie the Moocher de Cab Calloway.

Cabe señalar, aunque sea con un par de líneas, que las canciones están muy bien adaptadas al castellano, en traducción y en voz, al nivel de ‘Hora de aventuras’. Y el doblaje más de lo mismo. En el juego no tenemos las voces de los personajes y aquí se ha contado con Best Digital quien ha escogido a actores de doblaje como Rafael Romero, David Robles, Guillermo Romero o Carlos Ysbert (Homer Sipmson).

No se puede ser más audiovisualmente nostálgico que ‘¡La serie de Cuphead!’. Con este estilo Disney de los años 30 pero con su a veces toque un tanto macabro la serie me ha gustado. Aunque tenga un tono un tanto infantil nos divierte y devuelve a aquellos muñequitos de Mickey y sus amigos que nos tocaban en los huevos Kinder.

Crítica de ‘Resident alien’ temporada 2

Harry se queda, pero Harry no atina a adaptarse

Muchas son las visitas de alienígenas que nos ha recreado la ficción audiovisual y no siempre con ánimo de ejemplificar una invasión. Algunas veces y por distintos motivos los extraterrestres se quedan a vivir entre nosotros y hacen de las suyas a escondidas o con el conocimiento de unos pocos. Alf es un clásico, Roger (‘Padre made in USA’) es un ejemplo más moderno, ‘Extraterrestres en apuros’ una desconocida que recomiendo o un clásico más gamberro es el de ‘Los caraconos’. Desde el año pasado podemos meter en esta lista a ‘Resident alien’.

Como expliqué en la crítica de la primera temporada, esta historia surge del formato comiquero. Las viñetas hoy en día parece que se van salvando de tanta corrección política y a la hora de trasladar este título a serie se ha mantenido el tono. Podréis comprobar el 28 de febrero a las 22h (es cuando el canal SYFY estrena la segunda temporada) como la historia sigue teniendo su mala leche habitual, sus momentos incómodos o incluso asquerosos y su humor negro.

Pero aunque ‘Resident alien’ sigue siendo una comedia disparatada y de personajes ridículos, continua teniendo momentos serios, dentro de lo que cabe. Aún mantiene su discurso sobre la condición humana y todo lo que la constituye. A través de Harry, el alienígena que interpreta Alan Tudyk, el escritor Chris Sheridan (‘Padre de familia’) hace un retrato en el que nos podemos sentir identificados muchas veces.

En la segunda temporada de ‘Resident alien’ vais a ver como Harry sufre una peligrosa amnesia, como gana un compañero de piso y como intenta ponerse en la piel de una mujer, entre otras muchas cosas. Y todo ello con tremenda gracia pues Alan Tudyk vuelve a demostrar que es la elección perfecta de casting para el protagonista pues es capaz de poner cara de alelado y a la vez usar una mirada propia del cabroncete abusón de tu colegio.

‘Resident alien’ es de esas series de las que nos alegramos que haya esquivado las cancelaciones derivadas de la pandemia. Su estilo de comedia estúpida y maquiavélica hace que su visionado nocturno suponga un cierre de día lleno de endorfina. Tudyk pilota la serie estupendamente pero delega mucho más en las historias de Asta o de la pareja de niños que para mí es la que más gracia tiene. Max y Sahar se meten en más de un lío y eso que están algo más de parte de Harry. Son dos trastos lejos de ser inocentones e intentan lidiar con el hecho de que Harry esté de nuevo cautivo en la tierra por su culpa.

Si no tenéis SYFY en vuestra parrilla de canales ‘Resident alien’ junto a ‘Chucky’ es un buen atractivo, siempre y cuando os gusten las historias fantásticas con toques adultos, discursos en segundo plano y algo de carnaza.

Crítica de ‘Reacher’, las novelas de Lee Child se convierten en serie

Alan Ritchson se convierte en un Reacher demasiado infalible

La serie ‘Reacher’, basada en los libros de Lee Child, que ya tuvo adaptación en cines protagonizada por Tom Cruise, se estrenará en exclusiva en Prime Video el 4 de febrero de 2022. La jugada con este original es la misma que Amazon hizo con ‘Jack Ryan’, cambiando el protagonista de Chris Pine a John Krasinski. Las películas dirigidas por Christopher McQuarrie fueron trepidantes e intrigantes, dotando al personaje del carisma habitual de Cruise. Ahora es Alan Ritchson quien interpreta al personaje, un actor ya ha demostrado su rudeza en series como ‘Titans’ y ahora el reto al que se enfrenta es el de mantener el rácord emocional de un tipo con un talante mucho más estoico y menos impulsivo.

La acción nos traslada a un bar de carretera en Margrave, Georgia. De ese modo la historia, como en las películas, arranca en rincones puramente estadounidenses, de hecho lo primero que suena es el Howlin’ Wolf – Smokestack Lightnin’. La primera escena es muy similar a la que protagonizó Cruise en 2016 pero pronto vemos que la historia es diferente.

El protagonista sigue siendo ese agente militar que quiere pasar al anonimato, a la vida civil. Pero el implacable Jack Reacher se ve inmerso en una búsqueda de justicia y honor pues hay una injusta acusación de asesinato que se produce mientras está visitando en ruta el país que desde la sombra siempre ha protegido. Una muerte que la primera secuencia ya nos deja ver que es premeditada y realizada por un profesional, además de reservarnos una sorpresa.

Nick Santora es el responsable de escribir esta nueva adaptación y ha escogido ‘Zona peligrosa’, la primera novela, para arrancar con la serie. El guionista está acostumbrado a este tipo de series pues ya gestó los episodios de ‘Scorpion’ y ‘Prison Break’. El estilo es similar, tenemos una aventura de búsqueda de un villano y entre medias algunas escenas de acción. Pero este Reacher se comporta de un modo un poco más valentón o altanero. El físico de Ritchson no es para menos, pero dice mucho de él que no nos recuerda a su interpretación como Hawk. Eso sí, le viene muy bien el entrenamiento de lucha que ha tenido tras interpretar al superhéroe o a la tortuga ninja Raphael pues aquí tiene muchas escenas de acción sin armas. No obstante esta es una historia más de investigación, de tirar del hilo, que de tiros y persecuciones. De hecho viendo al bigardo que está hecho el protagonista, el cómo se mueve o el ingenio del que le han dotado, la serie impide que en ningún momento sintamos que su vida corre peligro.

Además de Ritchson tenemos otras caras conocidas como las de Willa Firzgerald (serie ‘Scream’), Harvey Gillén (‘Lo que hacemos en las sombras’) o Kristin Kreuk (‘Smallville’). Todos ellos compañeros de Reacher en algún momento. Como hacen otras series, ‘Reacher’ aprovecha el espacio que da el tener muchos minutos de rodaje para explorar el pasado del protagonista. En este caso volvemos a 1998, cuando Jack Reacher pasaba el tiempo con su hermano. Pero la verdad es que la serie no aporta gran cosa. Termina pareciéndose a tantas series policíacas que se emiten en los canales en abierto durante sus emisiones lineales.

Crítica: ‘Feria: La luz más oscura’

Un thriller fantástico que no defrauda

El 28 de enero llegó a Netflix ‘Feria: La luz más oscura’. Creada por Carlos Montero (‘El desorden que dejas’) y Agustín Martínez (‘La caza. Monteperdido’) nos traen una serie llena de misterios en la Andalucía profunda.

Dos hermanas se van a celebrar la noche de San Juan, mientras que sus padres marchan fuera de su casa. Al día siguiente 23 cuerpos aparecen muertos al lado de una mina.

Dirigidos por Jorge Dorado y Carles Torrents, tenemos 8 episodios de unos 41-58 minutos aproximadamente cada uno. En ellos vamos conociendo poco a poco el secreto de los padres de Eva y Sofía. Mientras tanto, ellas sufren del acoso del pueblo y también sus propios secretos.

No le tenía muchas ganas la verdad, he de admitir, que, aunque Paraíso logré verla y bueno, con sus fallas no me disgustó, si que se me quedó bastante floja y pensé que ‘Feria: La luz más oscura‘ iría por el mismo camino. Y que equivocada estaba. Pues ‘Feria: La Luz más oscura’ nos da algo distinto y una historia mejor contada.

Sin duda el punto fuerte son las dos protagonistas. Ana Tomero (‘La Templanza’) y Carla Campra (‘Verónica’) y es que su actuación le da credibilidad y mucha fuerza a la historia.

Pero no solo ellas, en general todo el reparto está estupendo. Desde Marta Nieto, Salva Reina, Ernest Villegas, Patricia López Arnaiz, Pablo GómezPando, Ángela Cremonte, Kandido Uranga hasta Manolo Caro.

Otro de los puntos fuertes es todo el diseño de producción. Un trabajo grandísimo, que hace que nos adentremos perfectamente en los años 90. Además de ir cambiando poco a poco la atmosfera de la serie para que veamos la evolución que está sufriendo el pueblo.

Los efectos especiales no están mal. Si que hay una criatura que aparece de vez en cuando que bueno, podría mejorarse. Esa criatura, por cierto, la manera en la que aparece me ha recordado a la serie de ‘Nuevo sabor a cereza’.

El final queda abierto, pero aun así, se puede dejar así perfectamente. Así que si tenéis oportunidad de verla, os la recomiendo.

Crítica de ‘The responder’

Una de las actuaciones más intensas de Martin Freeman en los últimos años

Con ‘The responder’ Movistar Plus+ nos trae de vuelta a partir del 31 de enero al Martin Freeman de los dramas, alejado de las aventuras como ‘El Hobbit’ o comedias como ‘The office’. Se mete en la piel de un policía, un agente de la justicia también distinto al Watson que nos mostró también en la televisión. De hecho es un policía al borde de un ataque violento que le puede hacer pasarse al otro lado. Este es un intenso drama callejero, que puede hacer algo de gracia por lo extrovertido de sus personajes y la relación del protagonista con ellos, pero tiene mucho de trágico.

La serie nos lleva por unos turnos agotadores e ingratos. Lo que nos cuenta ‘The responder’ es el hartazgo de alguien que ha perdido la pasión a causa de la falta de empatía, humanidad y responsabilidad de sus conciudadanos, también por su escasa suerte. El protagonista es el vivo ejemplo de que tenemos el destino que nos forjamos, no el que nos llega de manera pre-escrita por los astros, por muy buenos que queramos ser. El título alude a la manera en como se denomina a aquellos que como servicio de emergencias responden en primer lugar. Pero ‘The responder’ es un grito de auxilio que podría estar emitiendo en la vida real un sanitario harto de trabajar sin medios, un dependiente de un comercio cansado de soportar a clientes que nunca tienen la razón o un profesor derrotado por tener que suplir la educación que ha de recibirse más allá de las puertas del colegio.

La serie consta de cinco episodios y muchos la llamaran algo así como un “Training day británico”. Ha sido creada y dirigida por Tony Shumacher pero el castigo y estrés que sufre el personaje recuerda a la reciente y excelente ‘Hierve’ (crítica aquí), con la que comparte guionista, Philip Barantini. Ambas historias son ejemplos de presión y desquicie. En resumen ‘The responder’ nos habla de compromiso ya que los efectos del día a día se acentúan o impactan más sentimentalmente cuando alguien se involucra intensa y emocionalmente. Cuando el trabajo se torna casi una cruzada la vida personal se resiente inevitablemente.

Quizá es porque es el tema de moda o tal vez porque es algo que básicamente nos afecta a todos, pero el cuidado de la salud mental un aspecto que toca mucho esta serie. Mientras Chris (Martin Freeman) está intentando mantenerse a flote aferrado a un madero astillado en medio de un mar tempestuoso se cruzan en su vida dos mujeres (una yonkie y una novata) que tensan aún más la situación. ‘The responder’ tiene un sabor agridulce que se mantiene muy bien durante toda la trama. La patrulla de Chris podría estar trazada por el Londres de Guy Ritchie o alternar por los pubs de Edgar Wright pero nos muestra la noche más criminal y más desquiciante de la ciudad de The Beatles.

‘The responder’ es una de esas series donde los personajes se mueven por impulsos generados por sentimientos como la rabia, la bondad, el deseo o la desesperación. Es el retrato de alguien muy real que puede asistir impasible a auténticos dramas de la vida o desmoronarse con el más nimio de los detalles. Además la moral de este personaje es un tema que daría para mucho debate. ¿Se relaciona con la peor calaña para ayudarles realmente o está inmerso en una espiral autodestructiva? En determinado momento Freeman dice “la vida es una mierda, a si es que no pasa nada por llorar alguna vez” y creo que así define lo resignado y dañado que está. Esta miniserie nos viene a decir que no existe eso que llamamos karma y que la vida es como tu te la quieras tomar o como la quieras conducir.

Crítica de ‘Raised by wolves’ temporada 2

Los personajes evolucionan por la misma senda recolectando más misterios

La primera temporada de ‘Raised by wolves’ sorprendió a propios y a ajenos. Nos ofreció una visión distinta de la humanidad en un futuro colonizador y además otra forma de concebir nuestra relación con la tecnología. Pero una de las grandes sorpresas fue que recuperamos al Ridley Scott de la auténtica ciencia ficción, ese que era capaz de sorprendernos y de generar sus propios argumentos.

Scott produce esta serie que realmente ha sido creada por Aaron Guzikowski, aclamado guionista que está detrás de la alabada película ‘Prisioneros’. La dupla Scott/Guzikowski ha generado un nuevo universo que además levantó multitud de teorías, como es habitual siempre relacionadas con el ámbito relifioso, como las que establecen que ‘Raised by wolves’ se basa en ‘El libro de Enoc’. Pero también hay quien ha incluido esta serie en el imaginario de ‘Blade Runner’ o ‘Alien’ y ‘Raised by wolves’ temporada 2 no ha sido menos, seguirá alimentando esas pajas mentales que todos nos montamos.

Lo que está claro es que aunque Scott no es el guionista de la serie su influencia está ahí, hasta el punto de que el primer episodio va dedicado a Tanna Young, difunta ejecutiva de Soctt Free. Esta sigue siendo una historia galáctica, con violencia y androides, además de criaturas extraordinarias. En ‘Raised by wolves’ temporada 2 descubrimos más caras de Kepler-22b, esa nueva Tierra Prometida que se disputan ateos y creyentes. La serie retorna sembrando nuevos misterios y resolviendo pocos, al menos en los primeros episodios, de los que quedaron sin responder al final de la primera temporada. Conocemos a más personajes y aparecen criaturas nativas del hostil planeta que hacen que Madre y Padre evolucionen más allá de su programación inicial, lo cual me ha parecido muy interesante, es algo que no ha hecho Scott en la franquicia ‘Alien’ con sus Ash y David.

El 4 de febrero HBO Max inicia la retransmisión de ‘Raised by wolves’ y lo que hemos podido ver anticipadamente hasta ahora sigue la senda de la primera temporada. Delirios religiosos, estrictas normas tecnócratas, mezcolanza de edad media con civilización interplanetaria, aventuras de unos niños más maduros de lo habitual… La serie sigue delegando la trama en diferentes personajes y estos van cambiando de un modo bastante coherente, dejando que sean los cruces entre ellos los que nos den sorpresas. Marcus, el suplantador interpretado por Tavis Fimmel, es el que a priori parece que nos va a reservar más giros de guión.

Esta nueva temporada sigue protagonizada por Amanda Collin como Madre, Abubakar Salim como Padre, Travis Fimmel como Marcus, Niamh Algar como Sue y Kim Engelbrecht como Decima. También cuenta con Winta McGrath, Jordan Loughran, Matias Varela, Felix Jamieson, Ethan Hazzard, Aasiya Shah, Ivy Wong, Peter Christoffersen, Selina Jones, Morgan Santo, James Harkness y Jennifer Saayeng. Como veis no son pocos y hay caras nuevas.

A los que les gustase la primera les va seguir encandilando esta nueva tanda de episodios. Sí que es cierto que el montaje en alguno de ellos nos lleva por la historia un poco a trompicones y que falta por ver si ‘Raised by wolves’ no se va a convertir en una serie tipo ‘Lost’, con un final insatisfactorio que deje muchos cabos sueltos. Para mí el verdadero misterio es cómo consiguen meterse Collin y Salim en esos trajes. Quizá lleguemos a verlo.

Crítica: ‘Operación Búfalo’

Sacándole los colores a la Commonwealth

Apuntaos estas fechas: 27 de septiembre de 1956 y 18 de enero de 2022. La primera es la fecha en la que empezó la Operación Búfalo en Maralinga (Australia) y la segunda marca el momento en el que Filmin pondrá a disposición de sus usuarios la serie que narra lo sucedido allí.

Todos los episodios comienzan con la frase “Esta es una obra de ficción histórica, pero gran parte esta terrible historia ocurrió de verdad”. De este modo sabemos que, aunque tengamos mucha comedia hay un subtexto muy serio. También tenemos en todos ellos a modo paródico un noticiero radiofónico que suena de vez en cuando incitando al patriotismo, aunque lo que estén llevando acabo allí sea una misión temeraria en la que dan palos de ciego con la energía nuclear y su consecuente radiación. Lo que pasó en Maralinga es que el ejército británico tiró bombas atómicas en las antípodas.

‘Operación Búfalo’ es una serie Australiana de 6 episodios de 52 minutos cada uno. Transcurre en una base militar disfuncional, indisciplinada que como en otras historias del mismo corte está gestionada por un líder experimentado pero despreocupado o inconsciente, interpretado por James Cromwell. La serie ha sido creada por Peter Duncan (‘Rake’). Aunque Cromwell encarna los remordimientos del Imperio Británico no es el único protagonista, realmente quien hila la narración es el personaje de Ewen Leslie (‘The Nightingale’).

Leslie interpreta al segundo militar más veterano de la base, un héroe de la Gran Guerra. Hace poco vi ‘The White Lotus’ y en ella el regente de un resort se volvía loco por mantener el orden y evitar un escándalo. Esa es la estresante labor del segundo al mando en la ‘Operación Búfalo’, correr de un lado para otro velando por el buen funcionamiento de la base tratando de localizar a una prostituta introducida sin autorización en la base en la víspera de un ensayo nuclear y la visita de unos ministros (de justicia y defensa). “Nunca es fácil” repite constantemente.

El guión dispone conversaciones propias de los Hernández y Fernández de Hergé, en medio de la tormenta conservan la calma y la locuacidad. Son seis capítulos con multitud de sucesos. Nos mantiene enganchados con muchos giros y misterios. Pero bajo todo eso hay un discurso sobre el abuso de poder, los atentados ecológicos, todo ello en aras del imperialismo británico y un mal llamado progreso. Y sobre todo a la apropiación indebida de tierras pertenecientes a aborígenes. De hecho el primer episodio va dedicado a Ningali Lawford Wolf, una actriz aborigen australiana.

Las intrigas se suceden, los compromisos se complican, las situaciones peliagudas son una constante en una serie que más que cómica es ilustrativa y reflexiva. Más que como un entretenimiento humorístico ‘Operación Búfalo’ funciona para poner en entredicho los supuestos valores honorables y benefactores de la Commonwealth.

Crítica: ‘Express’

Veloz y divertida así es ‘Express’

El 16 de enero llega a StarzplayExpress’, la primera serie original de Starzplay en España producida por The Mediapro Studios. Hemos tenido la oportunidad de ver sus cuatro primeros episodios y la verdad que hemos quedado muy satisfechos con ella y con ganas de ver el desenlace de esta primera temporada.

Bárbara, una psicóloga criminal fue víctima de un secuestro express, encerrada en un maletero y a expensas de que su marido contestara el teléfono a los secuestradores, el miedo y sufrimiento hicieron que pasara el peor día de su vida. Cuatro horas que fueron decisivas para muchas cosas, también para estar en paz con ella misma dentro de aquel maletero.

Express’ es una serie muy dinámica, vamos saltando de escena en escena de manera muy veloz. Sus episodios duran unos 40-45 minutos aproximadamente de duración. Esto es gracias al trabajo de los directores, que dan mucha energía a esta serie. Nos muestran la velocidad de nuestras vidas, del trabajo a casa, de casa al trabajo, de cómo no nos enteramos ni de lo que hacen nuestros hijos ni nuestros familiares por la vida tan precipitada que vivimos.

Después de una serie de circunstancias, Bárbara deja su puesto de trabajo en la policía para adentrarse en una aseguradora, Zentral Risk, crear un equipo de expertos para lograr detener este tipo de secuestros. Algo con lo que lleva soñando desde lo que le ocurrió.  Esta aseguradora se dedica a ayudar a sus clientes y asegurar que van a salir con vida de los secuestros express de los que mucha gente adinerada está siendo víctima.

Iván Escolar (‘Vis a vis’) es el guionista y creador de esta serie. También en el equipo de guionistas encontramos a Antonio Sánchez Olivas y Martín Suárez Fernández. Y en el equipo de directores tenemos a Gabe Ibáñez, director de ‘Autómata’ e Iñaki Peñafiel (‘La cocinera de Castamar’).

Otro de los puntos fuertes es el reparto. Encabezado por Maggie Civantos, que para mí hace uno de los mejores papeles en los que la he visto. Le da a Bárbara una personalidad única, una mujer que no sabe ni lo que hace muchas veces, pero que intenta estar cuerda para cuidar de sus hijas.

En el resto del reparto encontramos a Kiti Mánver en el papel de jefaza, y en el equipo de ‘El grupo Express’ encontramos a Bernardo Flores, que interpreta a Leo Malasangre, un delincuente experto en este tipo de secuestros. Vicente Romero, nos regala uno de los personajes más pesados de la serie, Santiago Roldán, un ex soldado misógino, homofóbico y racista, que con su humor lleno de ironía hace que en el fondo le tengas algo de aprecio. Ana Marzoa, da vida a Maribel Rivera, una mujer con poca visión, pero con un oído tremendo. Loreto Mauleón interpreta a Dulce Morelos, una mujer con mucho carácter encargada de manejar drones. Y para terminar encontramos a Omar Banana que da vida a Zero, un hacker.

Así que ya sabéis, a partir del 16 de enero no os perdáis esta nueva serie que podéis ver en Starzplay y disfrutarla mucho, porque creo que va a sorprender.

Encuentro con Raphael tras ver ‘Raphaelismo’

«Hay que tener capacidad para asimilar cosas y no convertirse en un gilipollas»

Movistar+ nos ha invitado a una rueda de prensa en la que ha estado el cantante Raphael. ¿El motivo? La serie documental que estrena el próximo 13 de enero y relacionada con él se ha inaugurado una exposición en la flagship de Gran Vía muy jugosa para los “phans”. Un documental en el que el artista ha estado plenamente implicado junto a su familia, RLM Management y Universal Music Spain (GTS Entertainment). Este proyecto ha sido creado y dirigido por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega de Dadá Films & Entertainment, nominados al Goya por ‘Anatomía de un Dandy’, un documental que es una credencial más que suficiente como para darle un voto de confianza a esta nueva propuesta.

los directores nos contaron cómo arrancó esto: «Empezó de un modo mágico. Literalmente el día que fuimos a hablar con el le vimos bajar del cielo. Bajaba en su ascensor de cristal». Entre risas Raphael puso la guinda a la anécdota: «Doctor Jekyll y Mr. Hyde es lo mejor que he hecho. Pero era agotador, a veces dos funciones al día. Por eso… en casa ascensor».

‘Raphaelismo’ es una docuserie de 4 episodios de 50 minutos que vienen a describir una figura que dentro de España es casi una religión. Jorge Ortiz de Landázuri (Gerente de Contenidos de #0 y de Producción Propia de Movistar+) dijo en la rueda de prensa: «a Raphael no le gusta demasiado echar la vista atrás, verse en esas imágenes en blanco y negro. Nos ha ayudado mucho la familia». «No me gusta mirar hacia atrás, estoy siempre pensando en el mañana. Siempre saco defectos, es una falta que tengo, pero creo que me hace mejorar. Que la gente no piense que lo tengo todo aprendido en el escenario. Sé algo. Tengo mucho que aprender» apuntó Raphael que hizo alarde de cercanía durante todo el acto.

Los 60 años que lleva el cantante sobre los escenarios, siempre presente en nuestras televisiones, nuestra cultura o en las listas de referentes de cantantes actuales. El título de la serie lleva el sufijo «-ismo» pero podría haber estado acompañado de «istmo» pues el linarense ha unido a muchas generaciones con sus cuerdas vocales. Y se lo podría tener creído e ir por la vida de divo, pero a eso Raphael dice: «Hay que tener capacidad para asimilar cosas y no convertirse en un gilipollas».

Como es obvio el opening lleva su voz, está acompañado de una de sus canciones más famosas. Es una potente pieza realizada por Monógrafo que recorre, con una mezcla de imágenes de archivo estupenda, la vida del artista. Si hubiese un premio al mejor opennig ya tendría un claro candidato. No es para menos pues este documental viene a celebrar los 60 años de Raphael en los escenarios. Es por eso que una de las primeras cosas que descubrimos es el cómo antes tuvo que trabajar lo suyo. Estuvo en una sastrería, vendiendo melones, cantando en misa… hasta realizó una gira que acabó bautizada como “la gira del hambre”. ‘Raphaelismo’ ilustra de una manera muy terrenal a tan gigantesco cantante que a un servidor, que días después iba a coincidir en la misma sala con él, le intimidaba. ¿Cómo estar a la altura de tal monstruo de la canción? ‘Raphaelismo’ está al nivel necesario y se encarga muy bien de mostrar a la persona que está tras el personaje, humanizando al astro.

¿De dónde viene el «ph» en el nombre? ¿Soy el único que tiene la sensación de que está perenne en nuestras navidades? ¿Por qué siempre procura actuar vestido de negro? ¿Por qué se lo tiene tan merecidamente creído? Encontraréis respuestas a todas esas preguntas en esta docuserie. «La gente ha oído hablar de que he ido a Rusia y demás, ahora lo pueden ver» señaló entusiasmado El niño de Linares.

Para tocar diferentes aspectos y épocas de Raphael hablan frente a la cámara Natalia Figueroa, Iñaki Gabilondo, Víctor Manuel, Jose Ramón Pardo, Bunbury, Álex de la Iglesia, Miguel Ríos, Manuel Martos (y demás hijos del artista), Perales, Bisbal, Calamaro, Ismael Ferreiro, Soledad Jara (viuda de Paco Gordillo, manager de Raphael)… y otros muchos que se recuperan desde los archivos del pasado. ‘Raphaelismo’ cuenta con el beneplácito del cantante y él es uno más de los entrevistados. Si hay algo que se percibe en todos los testimonios es que es gente que ha vivido una época muy feliz o próspera gracias a su voz y carisma.

Más que un repaso, el documental es un sentimiento. Podría ser la nostalgia pero el que prevalece es el sentimiento de transgresión. ‘Raphaelismo’ demuestra que Raphael fue pionero y símbolo de cambio en un país que aún estaba a más de una década de celebrar su transición. Es el retrato de un mito viviente que es consciente de su origen humilde pero que carece de humildad, que tiene asumido con honestidad su carácter de artista, showman y estrella mundial.

El documental está muy bien estructurado. En formato casi estrictamente cronológico logra subrayar correctamente los dilemas del cantante. Consigue explorar muchas de sus facetas personales, de su carrera y del contexto histórico que le rodeó en todo momento. Todo esto rozando algunas polémicas, como su supuesta alineación con el franquismo, pero sin entrar en cotilleos. No se mencionan ridículos cono aquel anuncio de Navidad con Montserrat Caballé o se alude al temerario concierto en pandemia como algo «necesario» o «apoteósico», sin duda es un documento adulador. No obstante ‘Raphaelismo’ no se queda solo en la figura mitificada del cantante y muestra sus vulnerabilidades. Sobre todo me gusta que se destaque algo que muchos artistas no se esfuerzan en sacar a la luz, como la figura de aquellos que componen sus canciones, como Manuel Alejandro o Perales.

Sobre cuándo va a terminar su vida artística el cantante declaró: “Jamás habrá una gira de despedida. Seria una gira muy amarga, llorando continuamente. Sufrir y gratis, pues como que no. Cuanto llegue el momento lo sabré y me iré todo lo dignamente que pueda. Pero eso está muy lejos amigo mío”. Sobre cuál es su meta… «Ojalá la gente me recuerde, como soy, como alguien cercano a mi publico y a mi gente». Charlie Arnaiz quiso reconocer al respecto que «la carta de naturalidad que le da Raphael a cosas extraordinarias que ha hecho, como aparecer en el show de Ed Sullivan, me fascina».

Relación y descripción de episodios

EPISODIO 1 – DE LA NIÑEZ A LOS ASUNTOS

Año 1965. Raphael debuta en el Teatro de la Zarzuela y lo hace a su manera, generando un tsunami en la historia de la música en España. Acaba de nacer el artista con “ph”, el que dignifica definitivamente la profesión.

En este episodio, Raphael rememora, además, sus orígenes humildes, sus inicios como cantante, el triunfo en el festival de Benidorm, la tournée del hambre y su primera aparición en televisión con “El Tamborilero” para cerrar a punto de emprender su primera aventura internacional.

EPISODIO 2 – ¡VIVA RAPHAEL!

Raphael aparece en el Festival de Eurovisión y provoca un efecto boomerang en toda Europa. Seremos testigos de la escalada del éxito en el Olympia de París, su triunfo en Latinoamérica, Londres, Nueva York, el show de Ed Sullivan… Y cuando parece que Raphael no tiene límite, se encuentra con su primera crisis en Las Vegas. En este episodio conoce a Natalia Figueroa, su gran amor, y persona definitiva en su carrera. Sin embargo, los años 80 y el cambio social, político y musical que se avecina vuelven a hacer que Raphael tenga que luchar, de nuevo, contra la adversidad.

EPISODIO 3 – QUÉ SABE NADIE

Los años 80 han provocado que muchos artistas que han triunfado durante las décadas anteriores se centren en nuevos mercados. Cuando algunos piensan que Raphael está acabado, lanza una serie de nuevos éxitos que lo llevan de nuevo a lo más alto. En este tercer episodio, Raphael muestra además su faceta más íntima y personal de la mano de su familia. Rememora sus problemas de salud, la enfermedad y su paso por el teatro musical, con la obra “Jekyll & Hyde”.

EPISODIO 4 – INFINITOS BAILES

Tras su trasplante de hígado y su vuelta a los escenarios, Raphael se sigue adaptando a los nuevos tiempos. Regresa al cine de la mano de Álex de la Iglesia, participa en festivales indies como Sonorama y se abre a colaborar con jóvenes talentos del mundo de la música. En este último episodio, se analiza el fenómeno “phan” y su secreto para llevar sesenta años sobre los escenarios.

Crítica de ‘El Pacificador’

Tan fresca como estúpida

Cuando una serie empieza su primerísimo episodio piloto con un clásico “anteriormente en…” y sus escenas proceden de una disparatada película (‘El Escuadrón Suicida’) ya nos podemos imaginar el tono burlesco que va a tener. Pero es que además ‘El Pacificador’ arranca con un opening en el que los protagonistas bailan en plan musical sobre un escenario a ritmo del glam metal de Wig Wam. La parodia, la mofa y el heavy metal están omnipresentes en esta serie de HBO Max que se estrena el 13 de enero. Un lanzamiento que arrancará permitiendo ver tres episodios de los ocho que tiene la serie. Esta reseña la escribo tras haber visto siete de ellos, todos con escena post-créditos.

Segunda serie de James Gunn. El director de ‘Guardianes de la galaxia’ vuelve a la misma sintonía de su serie de 2008 titulada ‘PG Porn’ aunque rebajando un poco el tono grosero para acercarlo a la gran audiencia. Se nota que la calidad viene garantizada por el presupuesto de HBO Max y DC Comics pero eso no resta que la serie esté repleta de sangre, palabrotas y desnudos. A James Gunn le funcionó aplicar su pasado en la Troma para resucitar al escuadrón más desastroso de DC Comics y ahora con este spin-off secuela volverá a conquistar a gran parte de la audiencia. Aunque no puedo evitar seguir sintiendo a ‘Doom Patrol’ como la mejor serie de DC que HBO Max tiene en su catálogo.

El Pacificador de John Cena ha perdido la epicidad y luce muy poco la puntería demostrada en ‘El Escuadrón Suicida’, pero conserva su estupidez. Con la serie vemos que es más patriota que pacificador. Es tan “americano” que vive en uno de esos pintorescos parques de caravanas en una casucha pintada con la bandera norteamericana. La serie llega para plantar unos cuantos huevos de pascua con respecto a los cómics (como los múltiples cascos) pero no plantea nada serio salvo algunos datos del pasado del protagonista. Básicamente solo es una historia de acción y comedia. A Cena se le da bien hacer el tonto, pero no actuar. Viene del espectáculo que viene, pero aún le falta mucha escuela interpretativa. Se lo notamos sobre todo cuando tiene que hilar muchas frases o en los momentos dramáticos… A si es que lo mejor de la serie es la acción y los momentos incómodos. La frase “Si vis pacem, para bellum” (“Si quieres paz, prepárate para la guerra”, ya usada en ‘The Punisher’), es la máxima de Pacificador, solo que él no va directo a la confrontación, se tropieza de una manera obtusa con ella.

Junto a Cena está el reparto de agentes que a las órdenes de Amanda Waller (Viola Davis) monitorizaban las misiones del Escuadrón Suicida. Tienen el encargo de acabar con una amenaza mundial ideada para la serie, “Las mariposas”, una especie de invasión de los ultracuerpos un tanto diferente a la que ‘El Escuadrón Suicida’ planteó con Starro. Y para ampliar la trama se incorpora otro villano que si proviene de las viñetas, Judomaster (Nhut Le), una especie de guardaespaldas canijo que no hace más que comer snacks. Además hay otras sorpresas o enemigos que prefiero no desvelar.

Pero las novedades no vienen solo de parte de los villanos. Descubrimos que quien provee de trajes y armas al Pacificador es su padre, interpretado por Robert Patrick (el T-1000 de ‘Terminator 2’). Parece que va a ser su propio Alfred pero pronto descubrimos que esconde una personalidad y sorpresas diferentes. Al igual que la especie de Robin que se le une, encarnado por Freddie Stroma. Me refiero a Adrian Chase cuyo alter ego es El Vigilante, un personaje ya aparecido en la serie ‘Arrow’ interpretado por Josh Segarra.

Pero si hay una incorporación divertida es la del águila. Eagly es la mascota y compañera del Pacificador y resulta la mar de simpática. Está estupendamente recreada por ordenador y aunque se nota a veces que falla el punto al que miran los personajes y donde está realmente colocado el ave, es tan realista que lo pasamos por alto.  La personalidad de este personaje es tan tierna como traicionera, no descartemos que tenga un papel importante en el último episodio.

Sinceramente, me trae sin cuidado todo el trasfondo dramático de los personajes secundarios. Creo que duermen la trama. Sobre todo se adormece cuando los agentes, que más bien son oficinistas que tienen que trabajar obligados por Amanda Waller (si habéis visto ‘El Escuadrón Suicida’ sabréis por qué), nos plantean sus inquietudes o miedos. ‘El Pacificador’ funciona cuando el antihéroe se muestra fascista, racista, sexista… sin ser consciente de lo que es realmente. Cuando se ve que es un tipo que intenta ser superhéroe pero que a veces es villano. En la serie no lo es tantas veces como debería y se separa en ese sentido de ‘El Escuadrón Suicida’, quitándole parte de la gracia.

Crítica de ‘Dan Brown: El símbolo perdido’

Quizá si es el Langdon de los libros, pero no el de las películas

Las novelas de Dan Brown continúan dando el salto al audiovisual. El cine se encargó de trasladar la historia de ‘El código Da Vinci’ y ‘Ángeles y demonios’ de manera desordenada y posteriormente saltamos a ‘Inferno’. Una trilogía de Ron Howard que aunque en constante decadencia y carente ya del elemento sorpresa supone un entretenimiento bastante sugerente. Esas adaptaciones se saltaron el que es realmente el tercer libro, ‘El símbolo perdido’, que transcurre tiempo después de ‘El código Da Vinci’ y que la televisión nos rescata ahora en formato serie de 10 episodios.

En Estados Unidos ya fue estrenada pero en España podremos verla a partir del 19 de diciembre, a través de Movistar+. Y esta nueva versión televisiva llega con un nuevo actor para interpretar a Robert Langdon reemplazando pero no sustituyendo a Tom Hanks. Larga es la sombra de Hanks e inimitable su estilo. Ashley Zukerman (el sheriff de ‘La calle del terror’) se encarga de rellenar el espacio entre ‘El código Da Vinci’ e ‘Inferno’ en la vida del profesor de simbología de Harvard. No es mala la interpretación de Zukerman pero se observa un estilo distinto, que si bien es fiel a los libros deja aparcadas las maneras de Hanks.

Jay Beattie (‘American Horror Story’) y Dan Dworkin (‘The crossing’) son los creadores de esta nueva aventura de Langdon para la NBC. Un proyecto que cuenta con el beneplácito de Brown y Howard y que por supuesto tiene mucho simbolismo, peligro y fantaseo, mezclando conspiraciones, historia y teogonía. Elementos como la Cruz de Leviatán o la Mano de los misterios abren esta historia que muy rápidamente nos lleva por los cauces de la masonería, sumergiéndonos en la primera aventura de Langdon en suelo yankie.

Casi que lo más lúcido y críptico de ‘El símbolo perdido’ es su apertura, con la frase “It’s buried out there”. Entiendo que alude a Kryptos (que viene de “oculto” en griego), la enigmática escultura ubicada en propiedades de la CIA en Langley que oculta cuatro mensajes de los cuales falta uno por desencriptar. Solo he podido ver los dos primeros capítulos pero me aventuro a pensar que esa escultura tendrá alguna relevancia. Y es que la CIA está muy presente en ‘El símbolo perdido’, repitiendo patrones de las anteriores entregas.

Una vez más Langdon acaba emparejado con una talentosa mujer, con un amigo como víctima inicial de la historia, en busca de expertos que le ayuden en su búsqueda mientras la ley le pisa los talones y un despiadado sicario le acosa en paralelo. Langdon sospechosamente vuelve a estar en el ojo del huracán, atrae tanto a los misterios como Jessica Fletcher a los asesinos. Parece que la obra de Dan Brown tiene cierta métrica repetitiva, quien sabe si no esconde alguno de sus famosos significados.

En esta historia el profesor es citado por su amigo pero cuando este llega al lugar le han dado plantón, aunque no del todo, su amigo está presente pues su mano aparece cercenada con la posición de la Mano de los Misterios, un símbolo alquímico que supone el punto de partida para alcanzar un objetivo totalmente quimérico.  Como decía esta es una historia que sucede a ‘El Código Da Vinci’ y cuesta no tener a Tom Hanks y la música de Hans Zimmer. Pero al menos sigue atrayendo nuestro interés con los secretos y los significados mal interpretados o tergiversados, las herramientas habituales de Brown. Era inevitable que antes o después Langdon se cruzase en el camino de los masones, el secreto a desvelar en esta ocasión es la llamada ubicación de la Pirámide Masónica la cual contiene el emplazamiento de la Palabra Perdida, la cual a su vez concede el conocimiento absoluto de todo. Como a Brown le encantan las casualidades y rizar el rizo, el amigo de Langdon se llama Solomon, como el sabio rey de la Biblia.

La obra de Dan Brown se ha convertido en serie tipo ‘El mentalista’ o ‘Elementary’. Al transcurrir todo en USA y juguetear con secretos ocultos en sus edificios el recuerdo de ‘La búsqueda’ es inevitable. Acertijos, trampas con cierto grado de peligro… lo único que evita que esto sea lo mismo, aparte del toque que para bien o para mal solo Cage sabe darle a sus películas, es que la trama retrocede a unos años en el pasado de Langdon aportando profundidad al personaje y que los acertijos tienen ese toque misterio ancestral que solo Brown consigue. Seguimos percibiendo esa mezcla de datos reales y poco conocidos con apuntes ficticios que permiten generar una trama de persecuciones y logias.

Langdon sigue siendo ese sabio y miedica profesor que se aleja mucho de otros héroes tipo Indiana Jones. Vuelve a ser una historia en la que el protagonista está entre la espada y la pared, obligado a descubrir un secreto centenario en solo unas horas. ‘El símbolo perdido’ es una golosina para las mentes más conspiranoicas y para aquellos que gusten de las tramas llenas de acertijos. Una serie de puzzles para intentar completar un puzzle que quizá se les quede grande y que Ron Howard ya demostró que podía plasmarse en formato película, tres veces.

Crítica de ‘Sin novedad’

Parejas que se transforman dentro de su cómica rutina

Seguro que alguna vez habéis ido por la calle y junto a un coche, al ver una pila de colillas, habéis pensado aquello de… “aquí ha estado alguien esperando durante horas”. Eso es lo que sucede en ‘Sin novedad’, pero lo que se acumula junto a la ventanilla son vasos desechables de café. Precisamente de la imaginación de uno de los guionistas de ‘Camera café’ y de otro de ‘Me resbala’ surge esta serie de seis episodios que se puede ver en HBO Max a partir del 19 de noviembre.

Habiendo trabajado Rodrigo Sopeña y Álex Mendíbil con Arturo Valls en las dos producciones que he mencionado la presencia del actor y presentador valenciano parece casi obligatoria. Junto al volante de la serie también está Carlos Areces y figuran ambos como protagonistas principales de esta historia que adapta un formato que llega directamente de nuestras antípodas. En ella unos policías aguardan tediosamente dentro de su coche a que se produzca actividad en una nave industrial donde esperan interceptar un importante cargamento, lo llaman la Operación Picatoste. Con ese éxito intentarán dar un giro a sus carreras, pero lo que gira es su relación. La serie trata a cerca del compañerismo y de cómo las horas y horas que pasamos codo con codo junto a alguien nos puede ir cambiando o abriendo. Y es que las otras protagonistas son dos policías (Pilar CastroAdriana Torrebejano) que en sala de control velan por la coordinación de la misión y dos sicarios (Toni Acosta y Omar Banana) que velan por que el cargamento llega a buen puerto.

Hay series en las que dices cuando las recomiendas… “aguanta los primeros que luego mejora”. La monotonía de ‘Sin novedad’ a veces juega en su contra pues nos lleva a saltos a través de solo tres localizaciones y su estática no está tan bien compensada como en ‘Cámera Café’, donde los gags se sucedían continuamente. Con seis episodios hay poco margen de reacción, pero es verdad que ‘Sin novedad’ gana impulso según acumula chistes recurrentes y según nos va dejando con diferentes personajes “colgados”. En su episodio final es cuando resuelve y estalla, llegando a sus momentos más disparatados y “ridículos” para los protagonistas, cuando hace más gracia.

Hasta entonces, para mi gusto, quienes mantienen la serie son los dos “villanos” de la historia. Dos maleantes de esos a los que consiguen que les cojas cariño. Una especie de “Bullet-Tooth Tony” en mujer que hace guardia junto a un trasunto de “El Luisma” de Paco León. Interpretados por Toni Acosta y Omar Banana respectivamente nos dan los momentos más cómicos sobreponiéndose a las situaciones que tienen los dos cabezas de cartel. La relación entre los policías interpretados por Arturo Valls y Carlos Areces es la que más se explora ya que como he dicho se antoja como el eje de la serie. Cuando Areces sufre las insoportables bromas de Valls en la ficción es cuando mejor parece que funcionan como dúo.

Cuando se ha promocionado la serie se ha dicho que habría cameos o apariciones especiales y pensaba que o bien serían más copiosas o bien aparecerían más caras conocidas. Bien es cierto que Goyo Jiménez, Rober Bodegas o Hénar Álvarez son humoristas que hacen que me ría con gran facilidad, pero imaginaba apariciones más tipo ‘Extras’ o ‘Life’s too short’, sobre todo cuando he comprobado que la serie tiene un poco de la mala baba de Gervais.

Si no agarráis el mando durante los créditos de los tres últimos episodios os enteraréis de qué pasa con ciertos personajes además de descubrir de cómo la serie ha intentado reducir su huella de carbono. Quizá no sea grande la huella que deje ‘Sin novedad’ en nuestro recuerdo, pero algunos momentos o diálogos la convierten en un entretenimiento bastante grato.

Crítica de ‘Station Eleven’

Alegato sobre el arte y las re-interpretaciones que le damos a nuestra vida

‘Station Eleven’ comienza con un reputado actor (Gael García Bernal) sufriendo un infarto sobre el escenario mientras representa al rey Lear. Pero la muerte está presente a escala global ya que de lo que trata es de que un brote de una gripe porcina conocida como “gripe de Georgia” merma la población de la Tierra. Podríamos pensar que este es otro trasunto de la pandemia actual pero la fuente es anterior y el foco está en otros objetivos.

Aunque la trama salta a menudo, caóticamente y con flashes al pasado realmente se ambienta en lo que se da veinte años en el futuro para contarnos los derroteros de la Sinfonía Itinerante, un grupo de actores que va por los Grandes Lagos interpretando Shakespeare, muy romántico todo ello. Su camino les lleva hacia un asentamiento llamado el Museo de la Civilización. Mientras, la protagonista (Mackenzie Davis) va tras los restos de Arthur, ese actor muerto sobre las tablas. Busca seguir la estela de esa persona y se aferra a unas novelas gráficas que este le regaló, se llaman ‘Station Eleven’ y las hizo su exesposa. Ella estaba en esa funesta función teatral, cuando era solo una niña, ese día conoció a Jeevan (Himesh Patel) un crítico de entretenimiento. Juntos comienzan a vivir una desoladora extinción y los distintos momentos de sus historias son los que llenan casi todos los episodios.

El 16 de diciembre, en HBO Max, se lanza la serie de diez capítulos. Una obra de Patrick Somerville, el creador de la extraña ‘Maniac’. ‘Station Eleven’ está basada en una novela de 2014, pero claro, ahora viene como anillo al dedo y se suma a otra serie más que rememora la pandemia. En este caso hablamos de una novela visionaria pues se publicó hace más de seis años, pero también es cierto que ya estamos hartos de recibir advertencias o alarmas que ya conocemos. Por eso es bien recibida, porque los riesgos y miedos producidos por un arrollador virus están solo en sus inicios, la serie va más bien de lo frágil que es nuestra civilización o cultura.

La novela ganó el premio Arthur C. Clarke, que está destinado a obras de ciencia ficción, pero aquí no hay naves ni robots… Esta es ciencia ficción de la que imagina futuros cargados de naturaleza e indaga en el humanismo. Hiro Murai (‘Atlanta’, ‘Barry’) es el director del grueso de la serie. Él se ha ocupado de que la producción tenga reflexiones sobre la protección, la soledad, la felicidad… Pero principalmente se habla de los recuerdos y los conflictos.

‘Station Eleven’ nos propone una reconstrucción, partir de un nuevo Año Cero. Todos hemos dicho alguna vez que 2020 es un nuevo comienzo, que nada será igual desde el coronavirus. La realidad nos ha enseñado que somos más cobardes de lo que la ficción muestra y las comodidades nos impiden coger las riendas de nuestra vida y romper aquello que hemos visto que está mal… y continúa mal. “Ya se encargarán otros”. La serie si tiene ese valor y como arma esgrime el poder sanador y evasivo del arte, ya sea el teatro, la música o los cómics.

Aunque entretenida y muy valorable la serie peca muchísimas veces de pretenciosa, gafapastil o de corrientes extremadamente indies. Las rarezas tipo ‘Maniac’ están algo más contenidas pero no he podido olvidarme de películas como ‘I think We’re alone now’, la cual me pareció que tenía más adornos que contenido. Esto se percibe principalmente en algunas de sus interpretaciones y en la elección de la banda sonora.

Si tenéis algún libro recurrente, alguno que re-leáis más de una vez, seguro que os ha pasado que según en qué estación de vuestra vida estáis os cala u os llama más la atención una frase u otra. ‘Station Eleven’ nos habla también de esas reinterpretaciones que le damos a lo que tenemos delante o lo que se nos pasa por la cabeza. La narración salteada es uno de los puntos fuertes de esta propuesta de HBO Max. Con ella se impide que la historia se estanque, que zigzagueemos por los diferentes personajes y que recibamos novedades contantemente.

Hemos empezado la T2 de ‘The Witcher’ acompañados de Henry Cavill

La T2 comienza subsanando errores de la anterior

El Hombre de Acero, Sherlock Holmes, Teseo, Charles Brandon… desde que se convirtió en una estrella que venía de ‘Stardust’ Henry Cavill ha ido en franco ascenso. Con solo una treintena de películas se ha convertido en una superestrella, impulsada sin duda por la “S” de Superman. Pero sobre todo su simpatía y cercanía con el público más friki ha hecho que se gane un sitio especial en el corazón de la audiencia.

Esos modales tan próximos a los fans los ha demostrado en la premiere de la temporada 2 de ‘The Witcher’ que ha tenido lugar en Kinépolis Madrid. Tras una exhibición de Versus Madrid y una versión del “Toss a coin to your witcher”, Henry Cavill ha posado para nuestras cámaras y nos ha hablado de su trabajo. Posteriormente ha llegado la proyección del 2×01 que llegará a Netflix el 17 de diciembre.

A continuación, podéis ver de manera íntegra el Q&A que hemos podido tener con él, dirigido por Daniel Borrás de la revista GQ. Más abajo nuestra opinión del episodio.

Más allá de la emoción de contar con la presencia del actor que interpreta a Geralt de Rivia podemos decir de manera objetiva que la serie, por lo menos en el primer episodio, parece haberse decidido por un tono. La anterior temporada era muy dispar en cuanto a su género (aventura, género, drama, comedia). De un episodio a otro cambiaba la dinámica y ese aspecto hizo que muchos fans se descolgasen. Lo mismo pasaba con el diseño de producción, desigual en cuanto a calidad de unas localizaciones a otras, fallando sobre todo en interiores.

En el primer capítulo, dirigido por Stephen Surji (‘The Umbrella Academy’) se nota más inversión de tiempo o dinero y sobre todo se nota que se ha tomado nota del feedback de la audiencia. ‘A grain of truth’ es el nombre del episodio y adapta otro de los capítulos de la serie. En concreto los fans se van a encontrar con Nivellen (magníficamente realizado) y con su historia que adapta otro cuento clásico. Sigue esa relativa fidelidad con los libros, que para mí es el punto flaco a pulir. Basarse tanto en historias ya conocidas desluce una trama que tiene bastantes aspectos originales como para necesitar andar colgada de otras referencias. Pero eso estaba en los libros y seguirá estando en la serie.

La temporada retoma exactamente el mismo punto en que acabó la primera. Tenemos a una nueva bestia a derrotar mientras que Geralt y Ciri buscan a Yennefer. La guerra entre el norte y Nilfgaard vuelve a fraguarse tras la devastadora acción de Yennefer. El arranque es francamente violento en ciertos destellos. Aunque Henry Cavill afirmó hace poco que su personaje iba a ser menos malhablado el tono de la temporada se ha tornado más oscuro. Pese a ello la comedia sigue presente en ciertos momentos.

Sin haber visto aún toda la temporada 2, ni haberse estrenado siquiera, Netflx ya nos ha confirmado que habrá tercera. Lo cierto es que con el primer episodio parece que la cosa se ha reconducido, como ya auguraba la precuela animada ‘The Witcher: La pesadilla del lobo’, a cuyos hechos Geralt hace alusión en el 2×01.

Antes de todo este evento pudimos fotografiar a varios influencers que se acercaron al evento. Entre ellos estaban Loulogio, Keunam & Hermoti, Pascu y Rodri (Destripando la Historia) o Jota Castellano, el cual, aparece en varios episodios de la serie. Podéis ver aquí todo el photocall.

Las fotografías han sido realizadas por Vicky Carras. Todas las imágenes proceden de nuestro perfil de Google Photos y están protegidas con copyright, si deseáis que os enviemos alguna podéis solicitarla en nuestra sección de contacto.

Hemos visto ‘OVNIS’, la serie producida por J.J. Abrams

Intenta poner seriedad al asunto recordando que la ufología ya no es cosa de cuatro frikis

El nombre de J.J. Abrams como productor y el título ‘OVNIS’ (‘UFO’) son suficiente reclamo como para interesarse por este proyecto de Bad Robot para Showtime que estrena Movistar+ este diciembre. Tras este sugerente cartel, se encuentra una miniserie documental de 4 episodios que repasa el fenómeno OVNI desde que irrumpiera en la opinión pública en 1947 hasta nuestros días, abordándolo desde distintos puntos de vista, pero sobre todo desde el político y social, con entrevistas a protagonistas de avistamientos y a responsables gubernamentales.

‘OVNIS’ toma como punto de anclaje el libro ‘OVNIS: La más amplia recopilación de documentos oficiales desclasificados, y testimonios de pilotos, generales y funcionarios involucrados’ de Leslie Kean, una periodista que revolucionó EEUU en 2017 junto a Helene Cooper y Ralph Blumenthal al publicar un artículo en el New York Times que destapaba una división del Pentágono encargada de investigar avistamientos OVNIS a lo largo y ancho del país. Un departamento, El AAITP o “Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales”, que funcionó (oficialmente) entre 2007 y 2012 recibiendo 22 millones de dólares de financiación, aunque recientemente se supo que al menos ha seguido activo hasta 2017, ya que su responsable, Luis Elizondo, dimitió en ese año alegando falta de medios ante una amenaza tan real como peligrosa. ‘Hay pruebas convincentes de que no estamos solos. Signifique lo que signifique esto’, declaraba el más alto mando del Pentágono destinado a estudiar a los platillos volantes. Todo ello desembocó en una desclasificación masiva de documentos a principios de 2021 que ha supuesto el auge de la ufología en los medios de comunicación generalistas y, de rebote, la proliferación de unos documentales sobre el tema que antes se limitaban a aparecer en los canales Historia y Discovery Channel (ya sabéis, aliens y nazis, por separado o en armonía, 24 horas). En agosto fue Netflix la que se adelantó con ‘OVNIS: Proyectos de alto secreto desclasificados’, de Jan Stehlík, con un enfoque algo más sensacionalista, y ahora llega a Movistar+ (5 de diciembre) esta ‘OVNIS’, a secas, que intenta poner seriedad al asunto y nos recuerda, insistentemente, que la ufología ya no es cosa de cuatro frikis.

Y es que, objetivamente, los OVNIS existen. Es innegable, ante la cantidad abrumadora de pruebas gráficas y testimonios, que hay “Objetos Voladores No Identificados” surcando los cielos y que, en algunos casos, no hay ninguna explicación razonable para ellos. Y eso es la razón principal del documental. Si los OVNIS existen, las preguntas realmente son… ¿Qué son? ¿Son de origen extraterrestre? ¿El gobierno sabe su origen?, y, sobre todo, ¿Cuánto sabe y cuánto nos oculta?

Sin embargo, la manera de exponer estas preguntas y su acercamiento a las respuestas es, al menos en este primer capítulo al que hemos tenido acceso, caótica y atropellada. ‘OVNIS’ pasa de los orígenes del fenómeno (Roswell y el Proyecto Blue Book, sobre el que os recomendamos la seriaza homónima de 2019 producida por Robert Zemeckis) a la reciente desclasificación, centrándose brevemente en casos sonados como las luces de Phoenix de 1997 o el incidente del aeropuerto de Chicago en 2006, pero lo hace de manera aleatoria, sin orden y sin una estructura narrativa sólida más allá de, por momentos, nombrar datos y enseñar imágenes a lo loco. Además, el doblaje no ayuda, y algunos detalles del original se pierden al no ser una traducción fiel sino una interpretación, a veces errónea al no entender los referentes.

Veremos si en los siguientes capítulos ‘OVNIS’ endereza el rumbo, ya que el tema y el nivel de producción son prometedores y de aquí podría salir algo muy, muy interesante.

Crítica de ‘Rumbo al infierno (Hellbound)’

La inquisición en la Corea del siglo XXI

Viral es aquello que se convierte en mundialmente conocido por circular por las redes a toda velocidad tras ser compartido en masa. Los confinamientos de 2020 nos han hecho partícipes de muchos retos o momentos que se han transformado en virales, extendiendo su concepto. ‘The ring’ ya trataba ya en 1998 un fenómeno viral, el boca a boca hacia pasar la cinta maldita. El que le daba al play a su VHS veía un extraño vídeo y recibía la llamada de Sadako. A los días esta se le presentaba para matarle. Algo así pasa en ‘Rumbo al infierno (Hellbound)’, donde unos coreanos comienzan a recibir la visita de un supuesto ángel y tiempo después unas despiadadas criaturas van a ajusticiarle.

La violencia es lo primero que llama la atención de esta historia. Cuando esta tiene lugar es bastante burra y sanguinolenta, aunque no llega al gore. Pero la misteriosa índole del fenómeno paranormal y asesino es el mayor aliciente para seguir con la serie que Netflix estrenó el 19 de noviembre. Sin seguir con su saga de zombies Yeon Sang-ho, el director de ‘Train to Busan’, nos resarce con más terror oriental tras la mala secuela que fue ‘Peninsula’. Nos da una nueva historia sangrienta y fantasiosa que como en otras de sus narraciones descarga su peso en conceptos como la redención o el sacrificio. La grandísima faena es que decepciona sin mucho progreso en la trama, hasta el punto de dejarnos sin explicación y abiertos a una segunda temporada, por la cual reconozco que tengo ya curiosidad pues la serie se cierra con un desconcertante cliffhanger. Ya tengo claro que lo de explicar el origen o fundamento de sus monstruos no es algo que se le dé bien a Sang-ho.

La historia tiene seis episodios y en sus tres primeros seguimos a unos policías. Ellos andan tras la pista de esas bestias pardas del infierno y para ello tienen que sumergirse en las entrañas de una nueva religión. El líder puede recordar a Light de ‘Death note’. De hecho el culto a la muerte que generaban los actos de los shinigamis en esa historia se percibe como una influencia en esta serie. También tienen varios giros de guión bastante… cabroncetes. No quiero llevar a equívocos, en ese aspecto se parece pero la historia es muy diferente. ‘Hellbound’ no tiene ese guión inteligente basado en estratagemas. De igual modo que se nota la influencia de las nuevas tecnologías como sucedió en ‘Llamada perdida’. Internet se convierte en una puerta a un martirio infernal retransmitido casi en streaming. Y como otras producciones que hemos visto juega con el peligro e histeria que a veces se genera en la red de redes.

El foco está en la locura religiosa y los cambios a conveniencia más dignos de la Edad Media, cuando la Iglesia católica tenía su brazo armado o cuando su inquisición actuaba impunemente impartiendo su “justicia divina”. Se produce un pacto de miedo y adoración casi inconsciente o ciego, como el que se le rinde al vampiro de ‘Misa de medianoche’ o como el que se tiene al dictador del país vecino. Pero ‘Rumbo al infierno’ se ríe de las religiones emergentes y falsas. Salvando las distancias no he podido evitar acordarme de la solución final del Dr. Manhattan de ‘Watchmen’. El miedo hace que la gente se comporte bien o caiga en la inacción a través del conocimiento de un ente superior que puede castigar de manera implacable.

Al fin y al cabo, como pasa en relatos como ‘La niebla’, todo trata a cerca de la interpretación de los hechos, en confundir la justicia divina con la humana. Queda claro también que la buena salud de las producciones coreanas le está abriendo las puertas por todo el mundo. Falta ver cuántos huevos de oro tiene en su interior esta nueva gallina audiovisual. Por lo pronto creo que no fallaré al decir que ‘Rumbo al infierno’ no alcanzará las cotas de éxito de ‘Train to Busan’ o el reciente bombazo de ‘El juego del calamar’.

Crítica de ‘Yrreal’

Juvenil, descarada, violenta y desmadrada

El próximo miércoles 17 de noviembre tendréis en la parrilla de RTVE Play la serie de 6 episodios llamada ‘Yrreal’. Un título juvenil, descarado, violento y desmadrado. Una historia que pese a recordar a dramas como el de Marta del Castillo o Diana Quer logra divertir y sensibilizar a partes iguales.

En ‘Yrreal’ una chica (Veki Velilla) busca con la ayuda de las redes a su hermana desaparecida. Pero precisamente el social media se vuelve en su contra cuando es grabada secuestrando al principal sospechoso del caso. Comienza así una persecución en compañía de una excéntrica compinche (Angy Fernández).

La trama de la serie es del tipo carrera a contrarreloj, Coyote versus Correcaminos. Seguimos los pasos de dos agentes que van en busca de las protagonistas y los de estas en busca de la solución del misterio. El camino que siguen está lleno de tensión pero sobre todo predomina el humor negro y la violencia. La pareja de esta especie de buddy movie se convierte en un equipo justiciero de andar por casa que a la vez esconde un misterio extra.

El devenir de las dos jóvenes puede recordar al de muchos personajes de Guy Ritchie por su carácter delictivo y torpe. ‘Yrreal’ tiene ese punto cómico y sarcástico del director británico y al estar dirigida a una audiencia más bien joven me parece una buena propuesta que puede sembrar el gusto por este tipo de historias. Pero uno de sus mayores ganchos, que nos aportan ese sabor tan moderno y actual, es la animación. La serie tiene muchos momentos en los que la imagen se adorna o enfatiza a través de efectos animados 2D, al más puro estilo ‘Scott Pilgrim’. Sin duda la serie de Alberto Utrera bebe del manga o el anime y Nuño Benito lo plasma muy bien con sus dibujos.

Salvando las distancias a otra historia que me ha recordado es a ‘Kick-ass’. Los personajes están bastante trastornados, las justicieras son totalmente novatas, la violencia no se camufla y se trata un fenómeno viral de carácter cuestionable. Está claro que Utrera, director de ‘Smoking club’, tiene estilo y sentido del humor, algo que empieza a ser la marca de MoA Studio. Con ‘Yrreal’ logra un resultado más satisfactorio que con su película de 2017. Ambas tienen mucho diálogo y fumeteo pero hablando coloquialmente con la serie se ha flipado más pues introduce muchos efectos visuales y bastante acción. Y usa esos elementos para enarbolar una trama de venganza femenina, de justicia ciudadana.

Hay que reconocer que se nota diferencia entre Veki y Angie, es decir, que una tiene más tablas o talento que la otra. Aunque al cabo de poco importa muy poco esa diferencia porque el personaje de Angie está tan zumbado que divierte mucho. La verdad es que viéndola en esta historia me han dado más ganas de ver a Veki Velilla en ‘¡García!’ la serie que adaptará el cómic que os reseñamos aquí.

Con mayor o menor acierto en España se van sacando producciones que se quitan los corsés clásicos y que reciben apoyo o financiación para poder adaptarse a los nuevos tiempos. Ejemplos son el ‘Xtremo’ o ‘El vecino’ de Netflix. Y ahora con muchísimo más tino ‘Yrreal’.

Crítica: ‘Vida perfecta’ segunda temporada

Leticia Dolera y su perfecta manera de contar historias

Que ganas de volver a ver a estas tres mujeres tan imperfectas y tan perfectas. Por fin este 19 de noviembre vuelve a nuestras casas gracias a Movistar+ la segunda temporada de ‘Vida perfecta’. Ya os hablamos de su primera parte en 2019 y la verdad que nos gustó mucho. Aquí podéis leer nuestra crítica.

Hemos tenido la oportunidad de ver al completo la nueva temporada y si he tardado un poquito más en escribir la crítica ha sido porque los he visto con tranquilidad y disfrutando cada uno de los episodios.

De nuevo tras las cámaras encontramos a Leticia Dolera, la cual se ha encargado también del guion junto a Manuel Burque. Vuelve a traernos temas «tabú». Si los pongo entre comillas porque aunque debería ser algo normal hablar de estos temas, terminan siendo algo que no gusta ni mencionar. Y es que la depresión postparto es uno de esos tabúes y es uno de los temas principales de esta nueva temporada. Además de el amor, la amistad, el avanzar y seguir hacia adelante pese a todas las malas rachas que puedan venir.

Me gusta mucho la manera de contar historias de Leticia Dolera. Mucha gente la atacará de que siempre habla sobre lo mismo y puede que sea verdad. Pero al fin y al cabo es de las pocas personas que se lanzan a escribir sobre estos temas y lo hace de una manera bastante natural.

La evolución de los personajes me gusta mucho. María, ella que tenía tan claro ser madre soltera, que iba ser perfecta y que era algo que quería se ve de repente sumida en una gran depresión que no puede controlar y que niega constantemente. Es maravilloso como poco a poco vuelve a quererse e intenta luchar para seguir avanzando dentro de su vida imperfecta.

Esther (Aixa Villagrán) en esta temporada está en un mar de dudas, es feliz, muy feliz y a la vez el avanzar la da un miedo terrible. Ese salto a lo desconocido que está a punto de dar la hace ser un mar de nervios.

Mientras que Cristina (Celia Freijeiro), aunque es la que menos evoluciona, su situación se veía venir y poco a poco intenta aceptarla como puede.

En cuanto a los protagonistas masculinos, Gari (Enric Auquer) en esta temporada le vemos frustrado por culpa de su discapacidad. Aunque el siempre se ha aceptado el ser padre se le está haciendo duro al no poder estar al 100% con su hijo.

Mientras que Xosé (Manuel Burque) y Pablo (Font García) van a sufrir, cada uno a su manera por amor.

Como siempre la fotografía, el color escogido para la serie es muy bonito. Imágenes sencillas con colores fríos que hacen que lo que realmente importe son las interpretaciones y la historia que nos están contando.

No sé si tendremos una tercera temporada, pero la verdad que no me importaría, porque me he quedado con ganas de mas.

Crítica del live action de ‘Cowboy Bebop’

Flipados y complacidos por cómo se parece

Netflix estrena el próximo el 19 de noviembre la serie de acción real inspirada en el anime ‘Cowboy Bebop’. Aunque decir inspirada es en este caso quedarse un poco corto. Por suerte los 10 episodios de esta nueva versión son una excepción a la norma y los norteamericanos han dado en el clavo. Mis sensaciones son como las que tuve con ‘Sin City’, una obra que adaptaba un cómic de los considerados sagrados y que acertó en su estilo visual, tratamiento de personajes, respeto a la trama original…

Para los que no conozcan esta historia. Es una serie que surgió de un manga, como suele ser habitual. Nos traslada a un futuro en el que la humanidad vive desperdigada por nuestro sistema solar. Para viajar por el espacio de manera muy rápida se utilizan unas puertas o relés de masa a lo ‘Mass Effect’ que nos teletransportan a las inmediaciones de otros planetas. Pero uno de esos portales provoca un accidente y como daño colateral se daña la Luna y se origina un cataclismo en la Tierra de proporciones tipo Emmerich o Bay. Comienza así una vida de peligros para los humanos, propia de aquellos que en su día exploraron y habitaron el far west.

El nombre de la serie viene en parte por la nave en la que viajan los protagonistas. La Bebop es el hogar de unos cazarrecompensas que viajan por el espacio al son de música jazz y el gruñir de sus hambrientos estómagos. Pero el nombre de la serie también es muy descriptivo en cuanto a su estilo narrativo. Cowboy hace referencia obvia a los vaqueros, a una trama propia del western con bandas y buscavidas. Be bop nos traslada a un estilo de jazz y eso hace que cada personaje vaya a su ritmo, posea en su superficie un estilo frívolo, improvisado, sin melodía, pero en ese caos se percibe una armonía fruto del trabajo en equipo. Así se reflejaba tal cual en el anime y ese es uno de los mayores aciertos del live action, calca el estilo.

‘Cowboy Bebop’ está lleno de espontaneidad, música y acciones muy locas por parte de los personajes. Me gustaría conocer la opinión del director original, Shinchiro Watanabe, pero no me quemaré si pongo la mano en el fuego afirmando que le va a gustar. Si hay alguien que adapta muy bien los manga/anime es Takashi Miike y puedo decir que la serie de Netflix es fruto de su escuela. No se comete el error de convertir a los actores en monigotes mal disfrazados al estilo cosplay cutre. Se ha acertado a la hora de hacer el casting o el vestuario, pero eso no ha impedido que la serie mantenga su humor propio de un chiflado, ni su carácter fatalista, propio del cine negro. Dicho esto es obvio decir que aparecen elementos tan locos como el noticiero de los cazarrecompensas con sus dos divertidos y eufórocos presentadores, Judy y Punch.

Es fantástico el cómo más allá del opening o los títulos de crédito, la música se ha respetado, algo que se antojaba casi obligatorio. Y a nivel visual los planos, casi siempre inclinados, mantienen la vertiginosidad de la serie, se clavan muchas tomas. Calca escenas míticas e incluso episodios casi completos. Los fans reconocerán momentos del pasado de Spike y por supuesto identificarán el interior de la Bebop. Los escenarios de ciencia ficción son apabullantes, muy elegantes a la par que caóticos. Se ha respetado hasta la tipografía del anime en todas las letras que aparecen. El tratamiento de color, a todos los niveles, ha sido vital para tan satisfactoria adaptación.

Era también algo imperativo que ‘Cowboy Bebop’ tuviese mucha acción. Y la tiene, con unas escenas vibrantes. Entre la gallardía y picardía de los protagonistas vuelan los tiros y las patadas. Los personajes son unos fuera de serie, pero en el fondo pringan siempre. Son héroes miserables y condenados constantemente al fracaso, incluso en sus momentos más épicos. Esto es porque son capaces de aparcar sus diferencias y bromas en los instantes más difíciles para entregarse a la acción o a su sentido de la justicia.

Esta adaptación se antoja un poco más adulta, con detalles que digamos que son más violentos y libertinos. Seguramente esto sea fruto de las políticas de Netflix o de satisfacer a una audiencia que desde el original ha crecido lo suyo, por no decir que nos han salido canas. Eso nos lleva también a corregir la tan criticada sexualización de vestuario que tenía Faye Valentine, se nota que los tiempos han cambiado la visión del personaje y el foco está en su personalidad, no en su físico.

Vais a reconocer perfectamente a los personajes de esta space opera. Spike (John Cho) se mantiene como el héroe pícaro y bravucón de bromas sin gracia y pasado oscuro. Jet Black (Mustafa Shakir) es el gruñón capitán con un perpetuo sentido de la responsabilidad. Valentine (Daniella Pineda) sigue siendo una bocazas metomentodo también con un pasado desconocido. Julia (Elena Satine) también se conserva con acierto como la mujer fatal de la historia. El único que no me ha convencido es Alex Hassell como Vicious, el final boss de esta serie. Y… no digo quién más aparece.

Se ha criticado mucho a Netflix por el doblaje en España, pero esta serie me la he visto en versión doblada ya que así fue como experimenté el anime. En cuanto he escuchado a Jet  Black con la misma voz del anime (Francesc Belda) me han conquistado. El resto de protagonistas tiene nuevas voces pero están totalmente acordes.

En Netflix se ha publicado también el anime original ‘Trigun’, otro de mis favoritos. Si os gusta esta mezcla, a veces cyberpunk, de naves espaciales con el estilo western echadle un vistazo. El nuevo ‘Cowboy Bebop’ tiene solo uno o dos episodios aburridos, como el 9 que me parece demasiado sobre-explicativo. Es ciencia ficción con reminiscencias a ‘Blade Runner’, tiroteos a lo spaghetti western e incluso bailes a lo ‘Banda aparte’ de Godard. Pronto descubriréis por qué ‘Cowboy bebop’ fue una serie de tanto éxito. Antes equiparaba el grado de éxito que va a tener esta serie a la adaptación cinematográfica de ‘Sin City’. La segunda parte de la obra de Frank Miller en forma de largometraje supuso un profundo chasco. Espero que no pase lo mismo con la más que probable segunda temporada de ‘Cowboy Bebop’. Hasta la vista cowboy del espacio.

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