Crítica de ‘Reacher’, las novelas de Lee Child se convierten en serie

Alan Ritchson se convierte en un Reacher demasiado infalible

La serie ‘Reacher’, basada en los libros de Lee Child, que ya tuvo adaptación en cines protagonizada por Tom Cruise, se estrenará en exclusiva en Prime Video el 4 de febrero de 2022. La jugada con este original es la misma que Amazon hizo con ‘Jack Ryan’, cambiando el protagonista de Chris Pine a John Krasinski. Las películas dirigidas por Christopher McQuarrie fueron trepidantes e intrigantes, dotando al personaje del carisma habitual de Cruise. Ahora es Alan Ritchson quien interpreta al personaje, un actor ya ha demostrado su rudeza en series como ‘Titans’ y ahora el reto al que se enfrenta es el de mantener el rácord emocional de un tipo con un talante mucho más estoico y menos impulsivo.

La acción nos traslada a un bar de carretera en Margrave, Georgia. De ese modo la historia, como en las películas, arranca en rincones puramente estadounidenses, de hecho lo primero que suena es el Howlin’ Wolf – Smokestack Lightnin’. La primera escena es muy similar a la que protagonizó Cruise en 2016 pero pronto vemos que la historia es diferente.

El protagonista sigue siendo ese agente militar que quiere pasar al anonimato, a la vida civil. Pero el implacable Jack Reacher se ve inmerso en una búsqueda de justicia y honor pues hay una injusta acusación de asesinato que se produce mientras está visitando en ruta el país que desde la sombra siempre ha protegido. Una muerte que la primera secuencia ya nos deja ver que es premeditada y realizada por un profesional, además de reservarnos una sorpresa.

Nick Santora es el responsable de escribir esta nueva adaptación y ha escogido ‘Zona peligrosa’, la primera novela, para arrancar con la serie. El guionista está acostumbrado a este tipo de series pues ya gestó los episodios de ‘Scorpion’ y ‘Prison Break’. El estilo es similar, tenemos una aventura de búsqueda de un villano y entre medias algunas escenas de acción. Pero este Reacher se comporta de un modo un poco más valentón o altanero. El físico de Ritchson no es para menos, pero dice mucho de él que no nos recuerda a su interpretación como Hawk. Eso sí, le viene muy bien el entrenamiento de lucha que ha tenido tras interpretar al superhéroe o a la tortuga ninja Raphael pues aquí tiene muchas escenas de acción sin armas. No obstante esta es una historia más de investigación, de tirar del hilo, que de tiros y persecuciones. De hecho viendo al bigardo que está hecho el protagonista, el cómo se mueve o el ingenio del que le han dotado, la serie impide que en ningún momento sintamos que su vida corre peligro.

Además de Ritchson tenemos otras caras conocidas como las de Willa Firzgerald (serie ‘Scream’), Harvey Gillén (‘Lo que hacemos en las sombras’) o Kristin Kreuk (‘Smallville’). Todos ellos compañeros de Reacher en algún momento. Como hacen otras series, ‘Reacher’ aprovecha el espacio que da el tener muchos minutos de rodaje para explorar el pasado del protagonista. En este caso volvemos a 1998, cuando Jack Reacher pasaba el tiempo con su hermano. Pero la verdad es que la serie no aporta gran cosa. Termina pareciéndose a tantas series policíacas que se emiten en los canales en abierto durante sus emisiones lineales.

Crítica: ‘Feria: La luz más oscura’

Un thriller fantástico que no defrauda

El 28 de enero llegó a Netflix ‘Feria: La luz más oscura’. Creada por Carlos Montero (‘El desorden que dejas’) y Agustín Martínez (‘La caza. Monteperdido’) nos traen una serie llena de misterios en la Andalucía profunda.

Dos hermanas se van a celebrar la noche de San Juan, mientras que sus padres marchan fuera de su casa. Al día siguiente 23 cuerpos aparecen muertos al lado de una mina.

Dirigidos por Jorge Dorado y Carles Torrents, tenemos 8 episodios de unos 41-58 minutos aproximadamente cada uno. En ellos vamos conociendo poco a poco el secreto de los padres de Eva y Sofía. Mientras tanto, ellas sufren del acoso del pueblo y también sus propios secretos.

No le tenía muchas ganas la verdad, he de admitir, que, aunque Paraíso logré verla y bueno, con sus fallas no me disgustó, si que se me quedó bastante floja y pensé que ‘Feria: La luz más oscura‘ iría por el mismo camino. Y que equivocada estaba. Pues ‘Feria: La Luz más oscura’ nos da algo distinto y una historia mejor contada.

Sin duda el punto fuerte son las dos protagonistas. Ana Tomero (‘La Templanza’) y Carla Campra (‘Verónica’) y es que su actuación le da credibilidad y mucha fuerza a la historia.

Pero no solo ellas, en general todo el reparto está estupendo. Desde Marta Nieto, Salva Reina, Ernest Villegas, Patricia López Arnaiz, Pablo GómezPando, Ángela Cremonte, Kandido Uranga hasta Manolo Caro.

Otro de los puntos fuertes es todo el diseño de producción. Un trabajo grandísimo, que hace que nos adentremos perfectamente en los años 90. Además de ir cambiando poco a poco la atmosfera de la serie para que veamos la evolución que está sufriendo el pueblo.

Los efectos especiales no están mal. Si que hay una criatura que aparece de vez en cuando que bueno, podría mejorarse. Esa criatura, por cierto, la manera en la que aparece me ha recordado a la serie de ‘Nuevo sabor a cereza’.

El final queda abierto, pero aun así, se puede dejar así perfectamente. Así que si tenéis oportunidad de verla, os la recomiendo.

Crítica de ‘The responder’

Una de las actuaciones más intensas de Martin Freeman en los últimos años

Con ‘The responder’ Movistar Plus+ nos trae de vuelta a partir del 31 de enero al Martin Freeman de los dramas, alejado de las aventuras como ‘El Hobbit’ o comedias como ‘The office’. Se mete en la piel de un policía, un agente de la justicia también distinto al Watson que nos mostró también en la televisión. De hecho es un policía al borde de un ataque violento que le puede hacer pasarse al otro lado. Este es un intenso drama callejero, que puede hacer algo de gracia por lo extrovertido de sus personajes y la relación del protagonista con ellos, pero tiene mucho de trágico.

La serie nos lleva por unos turnos agotadores e ingratos. Lo que nos cuenta ‘The responder’ es el hartazgo de alguien que ha perdido la pasión a causa de la falta de empatía, humanidad y responsabilidad de sus conciudadanos, también por su escasa suerte. El protagonista es el vivo ejemplo de que tenemos el destino que nos forjamos, no el que nos llega de manera pre-escrita por los astros, por muy buenos que queramos ser. El título alude a la manera en como se denomina a aquellos que como servicio de emergencias responden en primer lugar. Pero ‘The responder’ es un grito de auxilio que podría estar emitiendo en la vida real un sanitario harto de trabajar sin medios, un dependiente de un comercio cansado de soportar a clientes que nunca tienen la razón o un profesor derrotado por tener que suplir la educación que ha de recibirse más allá de las puertas del colegio.

La serie consta de cinco episodios y muchos la llamaran algo así como un “Training day británico”. Ha sido creada y dirigida por Tony Shumacher pero el castigo y estrés que sufre el personaje recuerda a la reciente y excelente ‘Hierve’ (crítica aquí), con la que comparte guionista, Philip Barantini. Ambas historias son ejemplos de presión y desquicie. En resumen ‘The responder’ nos habla de compromiso ya que los efectos del día a día se acentúan o impactan más sentimentalmente cuando alguien se involucra intensa y emocionalmente. Cuando el trabajo se torna casi una cruzada la vida personal se resiente inevitablemente.

Quizá es porque es el tema de moda o tal vez porque es algo que básicamente nos afecta a todos, pero el cuidado de la salud mental un aspecto que toca mucho esta serie. Mientras Chris (Martin Freeman) está intentando mantenerse a flote aferrado a un madero astillado en medio de un mar tempestuoso se cruzan en su vida dos mujeres (una yonkie y una novata) que tensan aún más la situación. ‘The responder’ tiene un sabor agridulce que se mantiene muy bien durante toda la trama. La patrulla de Chris podría estar trazada por el Londres de Guy Ritchie o alternar por los pubs de Edgar Wright pero nos muestra la noche más criminal y más desquiciante de la ciudad de The Beatles.

‘The responder’ es una de esas series donde los personajes se mueven por impulsos generados por sentimientos como la rabia, la bondad, el deseo o la desesperación. Es el retrato de alguien muy real que puede asistir impasible a auténticos dramas de la vida o desmoronarse con el más nimio de los detalles. Además la moral de este personaje es un tema que daría para mucho debate. ¿Se relaciona con la peor calaña para ayudarles realmente o está inmerso en una espiral autodestructiva? En determinado momento Freeman dice “la vida es una mierda, a si es que no pasa nada por llorar alguna vez” y creo que así define lo resignado y dañado que está. Esta miniserie nos viene a decir que no existe eso que llamamos karma y que la vida es como tu te la quieras tomar o como la quieras conducir.

Crítica de ‘Raised by wolves’ temporada 2

Los personajes evolucionan por la misma senda recolectando más misterios

La primera temporada de ‘Raised by wolves’ sorprendió a propios y a ajenos. Nos ofreció una visión distinta de la humanidad en un futuro colonizador y además otra forma de concebir nuestra relación con la tecnología. Pero una de las grandes sorpresas fue que recuperamos al Ridley Scott de la auténtica ciencia ficción, ese que era capaz de sorprendernos y de generar sus propios argumentos.

Scott produce esta serie que realmente ha sido creada por Aaron Guzikowski, aclamado guionista que está detrás de la alabada película ‘Prisioneros’. La dupla Scott/Guzikowski ha generado un nuevo universo que además levantó multitud de teorías, como es habitual siempre relacionadas con el ámbito relifioso, como las que establecen que ‘Raised by wolves’ se basa en ‘El libro de Enoc’. Pero también hay quien ha incluido esta serie en el imaginario de ‘Blade Runner’ o ‘Alien’ y ‘Raised by wolves’ temporada 2 no ha sido menos, seguirá alimentando esas pajas mentales que todos nos montamos.

Lo que está claro es que aunque Scott no es el guionista de la serie su influencia está ahí, hasta el punto de que el primer episodio va dedicado a Tanna Young, difunta ejecutiva de Soctt Free. Esta sigue siendo una historia galáctica, con violencia y androides, además de criaturas extraordinarias. En ‘Raised by wolves’ temporada 2 descubrimos más caras de Kepler-22b, esa nueva Tierra Prometida que se disputan ateos y creyentes. La serie retorna sembrando nuevos misterios y resolviendo pocos, al menos en los primeros episodios, de los que quedaron sin responder al final de la primera temporada. Conocemos a más personajes y aparecen criaturas nativas del hostil planeta que hacen que Madre y Padre evolucionen más allá de su programación inicial, lo cual me ha parecido muy interesante, es algo que no ha hecho Scott en la franquicia ‘Alien’ con sus Ash y David.

El 4 de febrero HBO Max inicia la retransmisión de ‘Raised by wolves’ y lo que hemos podido ver anticipadamente hasta ahora sigue la senda de la primera temporada. Delirios religiosos, estrictas normas tecnócratas, mezcolanza de edad media con civilización interplanetaria, aventuras de unos niños más maduros de lo habitual… La serie sigue delegando la trama en diferentes personajes y estos van cambiando de un modo bastante coherente, dejando que sean los cruces entre ellos los que nos den sorpresas. Marcus, el suplantador interpretado por Tavis Fimmel, es el que a priori parece que nos va a reservar más giros de guión.

Esta nueva temporada sigue protagonizada por Amanda Collin como Madre, Abubakar Salim como Padre, Travis Fimmel como Marcus, Niamh Algar como Sue y Kim Engelbrecht como Decima. También cuenta con Winta McGrath, Jordan Loughran, Matias Varela, Felix Jamieson, Ethan Hazzard, Aasiya Shah, Ivy Wong, Peter Christoffersen, Selina Jones, Morgan Santo, James Harkness y Jennifer Saayeng. Como veis no son pocos y hay caras nuevas.

A los que les gustase la primera les va seguir encandilando esta nueva tanda de episodios. Sí que es cierto que el montaje en alguno de ellos nos lleva por la historia un poco a trompicones y que falta por ver si ‘Raised by wolves’ no se va a convertir en una serie tipo ‘Lost’, con un final insatisfactorio que deje muchos cabos sueltos. Para mí el verdadero misterio es cómo consiguen meterse Collin y Salim en esos trajes. Quizá lleguemos a verlo.

Crítica: ‘Operación Búfalo’

Sacándole los colores a la Commonwealth

Apuntaos estas fechas: 27 de septiembre de 1956 y 18 de enero de 2022. La primera es la fecha en la que empezó la Operación Búfalo en Maralinga (Australia) y la segunda marca el momento en el que Filmin pondrá a disposición de sus usuarios la serie que narra lo sucedido allí.

Todos los episodios comienzan con la frase “Esta es una obra de ficción histórica, pero gran parte esta terrible historia ocurrió de verdad”. De este modo sabemos que, aunque tengamos mucha comedia hay un subtexto muy serio. También tenemos en todos ellos a modo paródico un noticiero radiofónico que suena de vez en cuando incitando al patriotismo, aunque lo que estén llevando acabo allí sea una misión temeraria en la que dan palos de ciego con la energía nuclear y su consecuente radiación. Lo que pasó en Maralinga es que el ejército británico tiró bombas atómicas en las antípodas.

‘Operación Búfalo’ es una serie Australiana de 6 episodios de 52 minutos cada uno. Transcurre en una base militar disfuncional, indisciplinada que como en otras historias del mismo corte está gestionada por un líder experimentado pero despreocupado o inconsciente, interpretado por James Cromwell. La serie ha sido creada por Peter Duncan (‘Rake’). Aunque Cromwell encarna los remordimientos del Imperio Británico no es el único protagonista, realmente quien hila la narración es el personaje de Ewen Leslie (‘The Nightingale’).

Leslie interpreta al segundo militar más veterano de la base, un héroe de la Gran Guerra. Hace poco vi ‘The White Lotus’ y en ella el regente de un resort se volvía loco por mantener el orden y evitar un escándalo. Esa es la estresante labor del segundo al mando en la ‘Operación Búfalo’, correr de un lado para otro velando por el buen funcionamiento de la base tratando de localizar a una prostituta introducida sin autorización en la base en la víspera de un ensayo nuclear y la visita de unos ministros (de justicia y defensa). “Nunca es fácil” repite constantemente.

El guión dispone conversaciones propias de los Hernández y Fernández de Hergé, en medio de la tormenta conservan la calma y la locuacidad. Son seis capítulos con multitud de sucesos. Nos mantiene enganchados con muchos giros y misterios. Pero bajo todo eso hay un discurso sobre el abuso de poder, los atentados ecológicos, todo ello en aras del imperialismo británico y un mal llamado progreso. Y sobre todo a la apropiación indebida de tierras pertenecientes a aborígenes. De hecho el primer episodio va dedicado a Ningali Lawford Wolf, una actriz aborigen australiana.

Las intrigas se suceden, los compromisos se complican, las situaciones peliagudas son una constante en una serie que más que cómica es ilustrativa y reflexiva. Más que como un entretenimiento humorístico ‘Operación Búfalo’ funciona para poner en entredicho los supuestos valores honorables y benefactores de la Commonwealth.

Crítica: ‘Express’

Veloz y divertida así es ‘Express’

El 16 de enero llega a StarzplayExpress’, la primera serie original de Starzplay en España producida por The Mediapro Studios. Hemos tenido la oportunidad de ver sus cuatro primeros episodios y la verdad que hemos quedado muy satisfechos con ella y con ganas de ver el desenlace de esta primera temporada.

Bárbara, una psicóloga criminal fue víctima de un secuestro express, encerrada en un maletero y a expensas de que su marido contestara el teléfono a los secuestradores, el miedo y sufrimiento hicieron que pasara el peor día de su vida. Cuatro horas que fueron decisivas para muchas cosas, también para estar en paz con ella misma dentro de aquel maletero.

Express’ es una serie muy dinámica, vamos saltando de escena en escena de manera muy veloz. Sus episodios duran unos 40-45 minutos aproximadamente de duración. Esto es gracias al trabajo de los directores, que dan mucha energía a esta serie. Nos muestran la velocidad de nuestras vidas, del trabajo a casa, de casa al trabajo, de cómo no nos enteramos ni de lo que hacen nuestros hijos ni nuestros familiares por la vida tan precipitada que vivimos.

Después de una serie de circunstancias, Bárbara deja su puesto de trabajo en la policía para adentrarse en una aseguradora, Zentral Risk, crear un equipo de expertos para lograr detener este tipo de secuestros. Algo con lo que lleva soñando desde lo que le ocurrió.  Esta aseguradora se dedica a ayudar a sus clientes y asegurar que van a salir con vida de los secuestros express de los que mucha gente adinerada está siendo víctima.

Iván Escolar (‘Vis a vis’) es el guionista y creador de esta serie. También en el equipo de guionistas encontramos a Antonio Sánchez Olivas y Martín Suárez Fernández. Y en el equipo de directores tenemos a Gabe Ibáñez, director de ‘Autómata’ e Iñaki Peñafiel (‘La cocinera de Castamar’).

Otro de los puntos fuertes es el reparto. Encabezado por Maggie Civantos, que para mí hace uno de los mejores papeles en los que la he visto. Le da a Bárbara una personalidad única, una mujer que no sabe ni lo que hace muchas veces, pero que intenta estar cuerda para cuidar de sus hijas.

En el resto del reparto encontramos a Kiti Mánver en el papel de jefaza, y en el equipo de ‘El grupo Express’ encontramos a Bernardo Flores, que interpreta a Leo Malasangre, un delincuente experto en este tipo de secuestros. Vicente Romero, nos regala uno de los personajes más pesados de la serie, Santiago Roldán, un ex soldado misógino, homofóbico y racista, que con su humor lleno de ironía hace que en el fondo le tengas algo de aprecio. Ana Marzoa, da vida a Maribel Rivera, una mujer con poca visión, pero con un oído tremendo. Loreto Mauleón interpreta a Dulce Morelos, una mujer con mucho carácter encargada de manejar drones. Y para terminar encontramos a Omar Banana que da vida a Zero, un hacker.

Así que ya sabéis, a partir del 16 de enero no os perdáis esta nueva serie que podéis ver en Starzplay y disfrutarla mucho, porque creo que va a sorprender.

Encuentro con Raphael tras ver ‘Raphaelismo’

«Hay que tener capacidad para asimilar cosas y no convertirse en un gilipollas»

Movistar+ nos ha invitado a una rueda de prensa en la que ha estado el cantante Raphael. ¿El motivo? La serie documental que estrena el próximo 13 de enero y relacionada con él se ha inaugurado una exposición en la flagship de Gran Vía muy jugosa para los “phans”. Un documental en el que el artista ha estado plenamente implicado junto a su familia, RLM Management y Universal Music Spain (GTS Entertainment). Este proyecto ha sido creado y dirigido por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega de Dadá Films & Entertainment, nominados al Goya por ‘Anatomía de un Dandy’, un documental que es una credencial más que suficiente como para darle un voto de confianza a esta nueva propuesta.

los directores nos contaron cómo arrancó esto: «Empezó de un modo mágico. Literalmente el día que fuimos a hablar con el le vimos bajar del cielo. Bajaba en su ascensor de cristal». Entre risas Raphael puso la guinda a la anécdota: «Doctor Jekyll y Mr. Hyde es lo mejor que he hecho. Pero era agotador, a veces dos funciones al día. Por eso… en casa ascensor».

‘Raphaelismo’ es una docuserie de 4 episodios de 50 minutos que vienen a describir una figura que dentro de España es casi una religión. Jorge Ortiz de Landázuri (Gerente de Contenidos de #0 y de Producción Propia de Movistar+) dijo en la rueda de prensa: «a Raphael no le gusta demasiado echar la vista atrás, verse en esas imágenes en blanco y negro. Nos ha ayudado mucho la familia». «No me gusta mirar hacia atrás, estoy siempre pensando en el mañana. Siempre saco defectos, es una falta que tengo, pero creo que me hace mejorar. Que la gente no piense que lo tengo todo aprendido en el escenario. Sé algo. Tengo mucho que aprender» apuntó Raphael que hizo alarde de cercanía durante todo el acto.

Los 60 años que lleva el cantante sobre los escenarios, siempre presente en nuestras televisiones, nuestra cultura o en las listas de referentes de cantantes actuales. El título de la serie lleva el sufijo «-ismo» pero podría haber estado acompañado de «istmo» pues el linarense ha unido a muchas generaciones con sus cuerdas vocales. Y se lo podría tener creído e ir por la vida de divo, pero a eso Raphael dice: «Hay que tener capacidad para asimilar cosas y no convertirse en un gilipollas».

Como es obvio el opening lleva su voz, está acompañado de una de sus canciones más famosas. Es una potente pieza realizada por Monógrafo que recorre, con una mezcla de imágenes de archivo estupenda, la vida del artista. Si hubiese un premio al mejor opennig ya tendría un claro candidato. No es para menos pues este documental viene a celebrar los 60 años de Raphael en los escenarios. Es por eso que una de las primeras cosas que descubrimos es el cómo antes tuvo que trabajar lo suyo. Estuvo en una sastrería, vendiendo melones, cantando en misa… hasta realizó una gira que acabó bautizada como “la gira del hambre”. ‘Raphaelismo’ ilustra de una manera muy terrenal a tan gigantesco cantante que a un servidor, que días después iba a coincidir en la misma sala con él, le intimidaba. ¿Cómo estar a la altura de tal monstruo de la canción? ‘Raphaelismo’ está al nivel necesario y se encarga muy bien de mostrar a la persona que está tras el personaje, humanizando al astro.

¿De dónde viene el «ph» en el nombre? ¿Soy el único que tiene la sensación de que está perenne en nuestras navidades? ¿Por qué siempre procura actuar vestido de negro? ¿Por qué se lo tiene tan merecidamente creído? Encontraréis respuestas a todas esas preguntas en esta docuserie. «La gente ha oído hablar de que he ido a Rusia y demás, ahora lo pueden ver» señaló entusiasmado El niño de Linares.

Para tocar diferentes aspectos y épocas de Raphael hablan frente a la cámara Natalia Figueroa, Iñaki Gabilondo, Víctor Manuel, Jose Ramón Pardo, Bunbury, Álex de la Iglesia, Miguel Ríos, Manuel Martos (y demás hijos del artista), Perales, Bisbal, Calamaro, Ismael Ferreiro, Soledad Jara (viuda de Paco Gordillo, manager de Raphael)… y otros muchos que se recuperan desde los archivos del pasado. ‘Raphaelismo’ cuenta con el beneplácito del cantante y él es uno más de los entrevistados. Si hay algo que se percibe en todos los testimonios es que es gente que ha vivido una época muy feliz o próspera gracias a su voz y carisma.

Más que un repaso, el documental es un sentimiento. Podría ser la nostalgia pero el que prevalece es el sentimiento de transgresión. ‘Raphaelismo’ demuestra que Raphael fue pionero y símbolo de cambio en un país que aún estaba a más de una década de celebrar su transición. Es el retrato de un mito viviente que es consciente de su origen humilde pero que carece de humildad, que tiene asumido con honestidad su carácter de artista, showman y estrella mundial.

El documental está muy bien estructurado. En formato casi estrictamente cronológico logra subrayar correctamente los dilemas del cantante. Consigue explorar muchas de sus facetas personales, de su carrera y del contexto histórico que le rodeó en todo momento. Todo esto rozando algunas polémicas, como su supuesta alineación con el franquismo, pero sin entrar en cotilleos. No se mencionan ridículos cono aquel anuncio de Navidad con Montserrat Caballé o se alude al temerario concierto en pandemia como algo «necesario» o «apoteósico», sin duda es un documento adulador. No obstante ‘Raphaelismo’ no se queda solo en la figura mitificada del cantante y muestra sus vulnerabilidades. Sobre todo me gusta que se destaque algo que muchos artistas no se esfuerzan en sacar a la luz, como la figura de aquellos que componen sus canciones, como Manuel Alejandro o Perales.

Sobre cuándo va a terminar su vida artística el cantante declaró: “Jamás habrá una gira de despedida. Seria una gira muy amarga, llorando continuamente. Sufrir y gratis, pues como que no. Cuanto llegue el momento lo sabré y me iré todo lo dignamente que pueda. Pero eso está muy lejos amigo mío”. Sobre cuál es su meta… «Ojalá la gente me recuerde, como soy, como alguien cercano a mi publico y a mi gente». Charlie Arnaiz quiso reconocer al respecto que «la carta de naturalidad que le da Raphael a cosas extraordinarias que ha hecho, como aparecer en el show de Ed Sullivan, me fascina».

Relación y descripción de episodios

EPISODIO 1 – DE LA NIÑEZ A LOS ASUNTOS

Año 1965. Raphael debuta en el Teatro de la Zarzuela y lo hace a su manera, generando un tsunami en la historia de la música en España. Acaba de nacer el artista con “ph”, el que dignifica definitivamente la profesión.

En este episodio, Raphael rememora, además, sus orígenes humildes, sus inicios como cantante, el triunfo en el festival de Benidorm, la tournée del hambre y su primera aparición en televisión con “El Tamborilero” para cerrar a punto de emprender su primera aventura internacional.

EPISODIO 2 – ¡VIVA RAPHAEL!

Raphael aparece en el Festival de Eurovisión y provoca un efecto boomerang en toda Europa. Seremos testigos de la escalada del éxito en el Olympia de París, su triunfo en Latinoamérica, Londres, Nueva York, el show de Ed Sullivan… Y cuando parece que Raphael no tiene límite, se encuentra con su primera crisis en Las Vegas. En este episodio conoce a Natalia Figueroa, su gran amor, y persona definitiva en su carrera. Sin embargo, los años 80 y el cambio social, político y musical que se avecina vuelven a hacer que Raphael tenga que luchar, de nuevo, contra la adversidad.

EPISODIO 3 – QUÉ SABE NADIE

Los años 80 han provocado que muchos artistas que han triunfado durante las décadas anteriores se centren en nuevos mercados. Cuando algunos piensan que Raphael está acabado, lanza una serie de nuevos éxitos que lo llevan de nuevo a lo más alto. En este tercer episodio, Raphael muestra además su faceta más íntima y personal de la mano de su familia. Rememora sus problemas de salud, la enfermedad y su paso por el teatro musical, con la obra “Jekyll & Hyde”.

EPISODIO 4 – INFINITOS BAILES

Tras su trasplante de hígado y su vuelta a los escenarios, Raphael se sigue adaptando a los nuevos tiempos. Regresa al cine de la mano de Álex de la Iglesia, participa en festivales indies como Sonorama y se abre a colaborar con jóvenes talentos del mundo de la música. En este último episodio, se analiza el fenómeno “phan” y su secreto para llevar sesenta años sobre los escenarios.

Crítica de ‘El Pacificador’

Tan fresca como estúpida

Cuando una serie empieza su primerísimo episodio piloto con un clásico “anteriormente en…” y sus escenas proceden de una disparatada película (‘El Escuadrón Suicida’) ya nos podemos imaginar el tono burlesco que va a tener. Pero es que además ‘El Pacificador’ arranca con un opening en el que los protagonistas bailan en plan musical sobre un escenario a ritmo del glam metal de Wig Wam. La parodia, la mofa y el heavy metal están omnipresentes en esta serie de HBO Max que se estrena el 13 de enero. Un lanzamiento que arrancará permitiendo ver tres episodios de los ocho que tiene la serie. Esta reseña la escribo tras haber visto siete de ellos, todos con escena post-créditos.

Segunda serie de James Gunn. El director de ‘Guardianes de la galaxia’ vuelve a la misma sintonía de su serie de 2008 titulada ‘PG Porn’ aunque rebajando un poco el tono grosero para acercarlo a la gran audiencia. Se nota que la calidad viene garantizada por el presupuesto de HBO Max y DC Comics pero eso no resta que la serie esté repleta de sangre, palabrotas y desnudos. A James Gunn le funcionó aplicar su pasado en la Troma para resucitar al escuadrón más desastroso de DC Comics y ahora con este spin-off secuela volverá a conquistar a gran parte de la audiencia. Aunque no puedo evitar seguir sintiendo a ‘Doom Patrol’ como la mejor serie de DC que HBO Max tiene en su catálogo.

El Pacificador de John Cena ha perdido la epicidad y luce muy poco la puntería demostrada en ‘El Escuadrón Suicida’, pero conserva su estupidez. Con la serie vemos que es más patriota que pacificador. Es tan “americano” que vive en uno de esos pintorescos parques de caravanas en una casucha pintada con la bandera norteamericana. La serie llega para plantar unos cuantos huevos de pascua con respecto a los cómics (como los múltiples cascos) pero no plantea nada serio salvo algunos datos del pasado del protagonista. Básicamente solo es una historia de acción y comedia. A Cena se le da bien hacer el tonto, pero no actuar. Viene del espectáculo que viene, pero aún le falta mucha escuela interpretativa. Se lo notamos sobre todo cuando tiene que hilar muchas frases o en los momentos dramáticos… A si es que lo mejor de la serie es la acción y los momentos incómodos. La frase “Si vis pacem, para bellum” (“Si quieres paz, prepárate para la guerra”, ya usada en ‘The Punisher’), es la máxima de Pacificador, solo que él no va directo a la confrontación, se tropieza de una manera obtusa con ella.

Junto a Cena está el reparto de agentes que a las órdenes de Amanda Waller (Viola Davis) monitorizaban las misiones del Escuadrón Suicida. Tienen el encargo de acabar con una amenaza mundial ideada para la serie, “Las mariposas”, una especie de invasión de los ultracuerpos un tanto diferente a la que ‘El Escuadrón Suicida’ planteó con Starro. Y para ampliar la trama se incorpora otro villano que si proviene de las viñetas, Judomaster (Nhut Le), una especie de guardaespaldas canijo que no hace más que comer snacks. Además hay otras sorpresas o enemigos que prefiero no desvelar.

Pero las novedades no vienen solo de parte de los villanos. Descubrimos que quien provee de trajes y armas al Pacificador es su padre, interpretado por Robert Patrick (el T-1000 de ‘Terminator 2’). Parece que va a ser su propio Alfred pero pronto descubrimos que esconde una personalidad y sorpresas diferentes. Al igual que la especie de Robin que se le une, encarnado por Freddie Stroma. Me refiero a Adrian Chase cuyo alter ego es El Vigilante, un personaje ya aparecido en la serie ‘Arrow’ interpretado por Josh Segarra.

Pero si hay una incorporación divertida es la del águila. Eagly es la mascota y compañera del Pacificador y resulta la mar de simpática. Está estupendamente recreada por ordenador y aunque se nota a veces que falla el punto al que miran los personajes y donde está realmente colocado el ave, es tan realista que lo pasamos por alto.  La personalidad de este personaje es tan tierna como traicionera, no descartemos que tenga un papel importante en el último episodio.

Sinceramente, me trae sin cuidado todo el trasfondo dramático de los personajes secundarios. Creo que duermen la trama. Sobre todo se adormece cuando los agentes, que más bien son oficinistas que tienen que trabajar obligados por Amanda Waller (si habéis visto ‘El Escuadrón Suicida’ sabréis por qué), nos plantean sus inquietudes o miedos. ‘El Pacificador’ funciona cuando el antihéroe se muestra fascista, racista, sexista… sin ser consciente de lo que es realmente. Cuando se ve que es un tipo que intenta ser superhéroe pero que a veces es villano. En la serie no lo es tantas veces como debería y se separa en ese sentido de ‘El Escuadrón Suicida’, quitándole parte de la gracia.

Crítica de ‘Dan Brown: El símbolo perdido’

Quizá si es el Langdon de los libros, pero no el de las películas

Las novelas de Dan Brown continúan dando el salto al audiovisual. El cine se encargó de trasladar la historia de ‘El código Da Vinci’ y ‘Ángeles y demonios’ de manera desordenada y posteriormente saltamos a ‘Inferno’. Una trilogía de Ron Howard que aunque en constante decadencia y carente ya del elemento sorpresa supone un entretenimiento bastante sugerente. Esas adaptaciones se saltaron el que es realmente el tercer libro, ‘El símbolo perdido’, que transcurre tiempo después de ‘El código Da Vinci’ y que la televisión nos rescata ahora en formato serie de 10 episodios.

En Estados Unidos ya fue estrenada pero en España podremos verla a partir del 19 de diciembre, a través de Movistar+. Y esta nueva versión televisiva llega con un nuevo actor para interpretar a Robert Langdon reemplazando pero no sustituyendo a Tom Hanks. Larga es la sombra de Hanks e inimitable su estilo. Ashley Zukerman (el sheriff de ‘La calle del terror’) se encarga de rellenar el espacio entre ‘El código Da Vinci’ e ‘Inferno’ en la vida del profesor de simbología de Harvard. No es mala la interpretación de Zukerman pero se observa un estilo distinto, que si bien es fiel a los libros deja aparcadas las maneras de Hanks.

Jay Beattie (‘American Horror Story’) y Dan Dworkin (‘The crossing’) son los creadores de esta nueva aventura de Langdon para la NBC. Un proyecto que cuenta con el beneplácito de Brown y Howard y que por supuesto tiene mucho simbolismo, peligro y fantaseo, mezclando conspiraciones, historia y teogonía. Elementos como la Cruz de Leviatán o la Mano de los misterios abren esta historia que muy rápidamente nos lleva por los cauces de la masonería, sumergiéndonos en la primera aventura de Langdon en suelo yankie.

Casi que lo más lúcido y críptico de ‘El símbolo perdido’ es su apertura, con la frase “It’s buried out there”. Entiendo que alude a Kryptos (que viene de “oculto” en griego), la enigmática escultura ubicada en propiedades de la CIA en Langley que oculta cuatro mensajes de los cuales falta uno por desencriptar. Solo he podido ver los dos primeros capítulos pero me aventuro a pensar que esa escultura tendrá alguna relevancia. Y es que la CIA está muy presente en ‘El símbolo perdido’, repitiendo patrones de las anteriores entregas.

Una vez más Langdon acaba emparejado con una talentosa mujer, con un amigo como víctima inicial de la historia, en busca de expertos que le ayuden en su búsqueda mientras la ley le pisa los talones y un despiadado sicario le acosa en paralelo. Langdon sospechosamente vuelve a estar en el ojo del huracán, atrae tanto a los misterios como Jessica Fletcher a los asesinos. Parece que la obra de Dan Brown tiene cierta métrica repetitiva, quien sabe si no esconde alguno de sus famosos significados.

En esta historia el profesor es citado por su amigo pero cuando este llega al lugar le han dado plantón, aunque no del todo, su amigo está presente pues su mano aparece cercenada con la posición de la Mano de los Misterios, un símbolo alquímico que supone el punto de partida para alcanzar un objetivo totalmente quimérico.  Como decía esta es una historia que sucede a ‘El Código Da Vinci’ y cuesta no tener a Tom Hanks y la música de Hans Zimmer. Pero al menos sigue atrayendo nuestro interés con los secretos y los significados mal interpretados o tergiversados, las herramientas habituales de Brown. Era inevitable que antes o después Langdon se cruzase en el camino de los masones, el secreto a desvelar en esta ocasión es la llamada ubicación de la Pirámide Masónica la cual contiene el emplazamiento de la Palabra Perdida, la cual a su vez concede el conocimiento absoluto de todo. Como a Brown le encantan las casualidades y rizar el rizo, el amigo de Langdon se llama Solomon, como el sabio rey de la Biblia.

La obra de Dan Brown se ha convertido en serie tipo ‘El mentalista’ o ‘Elementary’. Al transcurrir todo en USA y juguetear con secretos ocultos en sus edificios el recuerdo de ‘La búsqueda’ es inevitable. Acertijos, trampas con cierto grado de peligro… lo único que evita que esto sea lo mismo, aparte del toque que para bien o para mal solo Cage sabe darle a sus películas, es que la trama retrocede a unos años en el pasado de Langdon aportando profundidad al personaje y que los acertijos tienen ese toque misterio ancestral que solo Brown consigue. Seguimos percibiendo esa mezcla de datos reales y poco conocidos con apuntes ficticios que permiten generar una trama de persecuciones y logias.

Langdon sigue siendo ese sabio y miedica profesor que se aleja mucho de otros héroes tipo Indiana Jones. Vuelve a ser una historia en la que el protagonista está entre la espada y la pared, obligado a descubrir un secreto centenario en solo unas horas. ‘El símbolo perdido’ es una golosina para las mentes más conspiranoicas y para aquellos que gusten de las tramas llenas de acertijos. Una serie de puzzles para intentar completar un puzzle que quizá se les quede grande y que Ron Howard ya demostró que podía plasmarse en formato película, tres veces.

Crítica de ‘Sin novedad’

Parejas que se transforman dentro de su cómica rutina

Seguro que alguna vez habéis ido por la calle y junto a un coche, al ver una pila de colillas, habéis pensado aquello de… “aquí ha estado alguien esperando durante horas”. Eso es lo que sucede en ‘Sin novedad’, pero lo que se acumula junto a la ventanilla son vasos desechables de café. Precisamente de la imaginación de uno de los guionistas de ‘Camera café’ y de otro de ‘Me resbala’ surge esta serie de seis episodios que se puede ver en HBO Max a partir del 19 de noviembre.

Habiendo trabajado Rodrigo Sopeña y Álex Mendíbil con Arturo Valls en las dos producciones que he mencionado la presencia del actor y presentador valenciano parece casi obligatoria. Junto al volante de la serie también está Carlos Areces y figuran ambos como protagonistas principales de esta historia que adapta un formato que llega directamente de nuestras antípodas. En ella unos policías aguardan tediosamente dentro de su coche a que se produzca actividad en una nave industrial donde esperan interceptar un importante cargamento, lo llaman la Operación Picatoste. Con ese éxito intentarán dar un giro a sus carreras, pero lo que gira es su relación. La serie trata a cerca del compañerismo y de cómo las horas y horas que pasamos codo con codo junto a alguien nos puede ir cambiando o abriendo. Y es que las otras protagonistas son dos policías (Pilar CastroAdriana Torrebejano) que en sala de control velan por la coordinación de la misión y dos sicarios (Toni Acosta y Omar Banana) que velan por que el cargamento llega a buen puerto.

Hay series en las que dices cuando las recomiendas… “aguanta los primeros que luego mejora”. La monotonía de ‘Sin novedad’ a veces juega en su contra pues nos lleva a saltos a través de solo tres localizaciones y su estática no está tan bien compensada como en ‘Cámera Café’, donde los gags se sucedían continuamente. Con seis episodios hay poco margen de reacción, pero es verdad que ‘Sin novedad’ gana impulso según acumula chistes recurrentes y según nos va dejando con diferentes personajes “colgados”. En su episodio final es cuando resuelve y estalla, llegando a sus momentos más disparatados y “ridículos” para los protagonistas, cuando hace más gracia.

Hasta entonces, para mi gusto, quienes mantienen la serie son los dos “villanos” de la historia. Dos maleantes de esos a los que consiguen que les cojas cariño. Una especie de “Bullet-Tooth Tony” en mujer que hace guardia junto a un trasunto de “El Luisma” de Paco León. Interpretados por Toni Acosta y Omar Banana respectivamente nos dan los momentos más cómicos sobreponiéndose a las situaciones que tienen los dos cabezas de cartel. La relación entre los policías interpretados por Arturo Valls y Carlos Areces es la que más se explora ya que como he dicho se antoja como el eje de la serie. Cuando Areces sufre las insoportables bromas de Valls en la ficción es cuando mejor parece que funcionan como dúo.

Cuando se ha promocionado la serie se ha dicho que habría cameos o apariciones especiales y pensaba que o bien serían más copiosas o bien aparecerían más caras conocidas. Bien es cierto que Goyo Jiménez, Rober Bodegas o Hénar Álvarez son humoristas que hacen que me ría con gran facilidad, pero imaginaba apariciones más tipo ‘Extras’ o ‘Life’s too short’, sobre todo cuando he comprobado que la serie tiene un poco de la mala baba de Gervais.

Si no agarráis el mando durante los créditos de los tres últimos episodios os enteraréis de qué pasa con ciertos personajes además de descubrir de cómo la serie ha intentado reducir su huella de carbono. Quizá no sea grande la huella que deje ‘Sin novedad’ en nuestro recuerdo, pero algunos momentos o diálogos la convierten en un entretenimiento bastante grato.

Crítica de ‘Station Eleven’

Alegato sobre el arte y las re-interpretaciones que le damos a nuestra vida

‘Station Eleven’ comienza con un reputado actor (Gael García Bernal) sufriendo un infarto sobre el escenario mientras representa al rey Lear. Pero la muerte está presente a escala global ya que de lo que trata es de que un brote de una gripe porcina conocida como “gripe de Georgia” merma la población de la Tierra. Podríamos pensar que este es otro trasunto de la pandemia actual pero la fuente es anterior y el foco está en otros objetivos.

Aunque la trama salta a menudo, caóticamente y con flashes al pasado realmente se ambienta en lo que se da veinte años en el futuro para contarnos los derroteros de la Sinfonía Itinerante, un grupo de actores que va por los Grandes Lagos interpretando Shakespeare, muy romántico todo ello. Su camino les lleva hacia un asentamiento llamado el Museo de la Civilización. Mientras, la protagonista (Mackenzie Davis) va tras los restos de Arthur, ese actor muerto sobre las tablas. Busca seguir la estela de esa persona y se aferra a unas novelas gráficas que este le regaló, se llaman ‘Station Eleven’ y las hizo su exesposa. Ella estaba en esa funesta función teatral, cuando era solo una niña, ese día conoció a Jeevan (Himesh Patel) un crítico de entretenimiento. Juntos comienzan a vivir una desoladora extinción y los distintos momentos de sus historias son los que llenan casi todos los episodios.

El 16 de diciembre, en HBO Max, se lanza la serie de diez capítulos. Una obra de Patrick Somerville, el creador de la extraña ‘Maniac’. ‘Station Eleven’ está basada en una novela de 2014, pero claro, ahora viene como anillo al dedo y se suma a otra serie más que rememora la pandemia. En este caso hablamos de una novela visionaria pues se publicó hace más de seis años, pero también es cierto que ya estamos hartos de recibir advertencias o alarmas que ya conocemos. Por eso es bien recibida, porque los riesgos y miedos producidos por un arrollador virus están solo en sus inicios, la serie va más bien de lo frágil que es nuestra civilización o cultura.

La novela ganó el premio Arthur C. Clarke, que está destinado a obras de ciencia ficción, pero aquí no hay naves ni robots… Esta es ciencia ficción de la que imagina futuros cargados de naturaleza e indaga en el humanismo. Hiro Murai (‘Atlanta’, ‘Barry’) es el director del grueso de la serie. Él se ha ocupado de que la producción tenga reflexiones sobre la protección, la soledad, la felicidad… Pero principalmente se habla de los recuerdos y los conflictos.

‘Station Eleven’ nos propone una reconstrucción, partir de un nuevo Año Cero. Todos hemos dicho alguna vez que 2020 es un nuevo comienzo, que nada será igual desde el coronavirus. La realidad nos ha enseñado que somos más cobardes de lo que la ficción muestra y las comodidades nos impiden coger las riendas de nuestra vida y romper aquello que hemos visto que está mal… y continúa mal. “Ya se encargarán otros”. La serie si tiene ese valor y como arma esgrime el poder sanador y evasivo del arte, ya sea el teatro, la música o los cómics.

Aunque entretenida y muy valorable la serie peca muchísimas veces de pretenciosa, gafapastil o de corrientes extremadamente indies. Las rarezas tipo ‘Maniac’ están algo más contenidas pero no he podido olvidarme de películas como ‘I think We’re alone now’, la cual me pareció que tenía más adornos que contenido. Esto se percibe principalmente en algunas de sus interpretaciones y en la elección de la banda sonora.

Si tenéis algún libro recurrente, alguno que re-leáis más de una vez, seguro que os ha pasado que según en qué estación de vuestra vida estáis os cala u os llama más la atención una frase u otra. ‘Station Eleven’ nos habla también de esas reinterpretaciones que le damos a lo que tenemos delante o lo que se nos pasa por la cabeza. La narración salteada es uno de los puntos fuertes de esta propuesta de HBO Max. Con ella se impide que la historia se estanque, que zigzagueemos por los diferentes personajes y que recibamos novedades contantemente.

Hemos empezado la T2 de ‘The Witcher’ acompañados de Henry Cavill

La T2 comienza subsanando errores de la anterior

El Hombre de Acero, Sherlock Holmes, Teseo, Charles Brandon… desde que se convirtió en una estrella que venía de ‘Stardust’ Henry Cavill ha ido en franco ascenso. Con solo una treintena de películas se ha convertido en una superestrella, impulsada sin duda por la “S” de Superman. Pero sobre todo su simpatía y cercanía con el público más friki ha hecho que se gane un sitio especial en el corazón de la audiencia.

Esos modales tan próximos a los fans los ha demostrado en la premiere de la temporada 2 de ‘The Witcher’ que ha tenido lugar en Kinépolis Madrid. Tras una exhibición de Versus Madrid y una versión del “Toss a coin to your witcher”, Henry Cavill ha posado para nuestras cámaras y nos ha hablado de su trabajo. Posteriormente ha llegado la proyección del 2×01 que llegará a Netflix el 17 de diciembre.

A continuación, podéis ver de manera íntegra el Q&A que hemos podido tener con él, dirigido por Daniel Borrás de la revista GQ. Más abajo nuestra opinión del episodio.

Más allá de la emoción de contar con la presencia del actor que interpreta a Geralt de Rivia podemos decir de manera objetiva que la serie, por lo menos en el primer episodio, parece haberse decidido por un tono. La anterior temporada era muy dispar en cuanto a su género (aventura, género, drama, comedia). De un episodio a otro cambiaba la dinámica y ese aspecto hizo que muchos fans se descolgasen. Lo mismo pasaba con el diseño de producción, desigual en cuanto a calidad de unas localizaciones a otras, fallando sobre todo en interiores.

En el primer capítulo, dirigido por Stephen Surji (‘The Umbrella Academy’) se nota más inversión de tiempo o dinero y sobre todo se nota que se ha tomado nota del feedback de la audiencia. ‘A grain of truth’ es el nombre del episodio y adapta otro de los capítulos de la serie. En concreto los fans se van a encontrar con Nivellen (magníficamente realizado) y con su historia que adapta otro cuento clásico. Sigue esa relativa fidelidad con los libros, que para mí es el punto flaco a pulir. Basarse tanto en historias ya conocidas desluce una trama que tiene bastantes aspectos originales como para necesitar andar colgada de otras referencias. Pero eso estaba en los libros y seguirá estando en la serie.

La temporada retoma exactamente el mismo punto en que acabó la primera. Tenemos a una nueva bestia a derrotar mientras que Geralt y Ciri buscan a Yennefer. La guerra entre el norte y Nilfgaard vuelve a fraguarse tras la devastadora acción de Yennefer. El arranque es francamente violento en ciertos destellos. Aunque Henry Cavill afirmó hace poco que su personaje iba a ser menos malhablado el tono de la temporada se ha tornado más oscuro. Pese a ello la comedia sigue presente en ciertos momentos.

Sin haber visto aún toda la temporada 2, ni haberse estrenado siquiera, Netflx ya nos ha confirmado que habrá tercera. Lo cierto es que con el primer episodio parece que la cosa se ha reconducido, como ya auguraba la precuela animada ‘The Witcher: La pesadilla del lobo’, a cuyos hechos Geralt hace alusión en el 2×01.

Antes de todo este evento pudimos fotografiar a varios influencers que se acercaron al evento. Entre ellos estaban Loulogio, Keunam & Hermoti, Pascu y Rodri (Destripando la Historia) o Jota Castellano, el cual, aparece en varios episodios de la serie. Podéis ver aquí todo el photocall.

Las fotografías han sido realizadas por Vicky Carras. Todas las imágenes proceden de nuestro perfil de Google Photos y están protegidas con copyright, si deseáis que os enviemos alguna podéis solicitarla en nuestra sección de contacto.

Hemos visto ‘OVNIS’, la serie producida por J.J. Abrams

Intenta poner seriedad al asunto recordando que la ufología ya no es cosa de cuatro frikis

El nombre de J.J. Abrams como productor y el título ‘OVNIS’ (‘UFO’) son suficiente reclamo como para interesarse por este proyecto de Bad Robot para Showtime que estrena Movistar+ este diciembre. Tras este sugerente cartel, se encuentra una miniserie documental de 4 episodios que repasa el fenómeno OVNI desde que irrumpiera en la opinión pública en 1947 hasta nuestros días, abordándolo desde distintos puntos de vista, pero sobre todo desde el político y social, con entrevistas a protagonistas de avistamientos y a responsables gubernamentales.

‘OVNIS’ toma como punto de anclaje el libro ‘OVNIS: La más amplia recopilación de documentos oficiales desclasificados, y testimonios de pilotos, generales y funcionarios involucrados’ de Leslie Kean, una periodista que revolucionó EEUU en 2017 junto a Helene Cooper y Ralph Blumenthal al publicar un artículo en el New York Times que destapaba una división del Pentágono encargada de investigar avistamientos OVNIS a lo largo y ancho del país. Un departamento, El AAITP o “Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales”, que funcionó (oficialmente) entre 2007 y 2012 recibiendo 22 millones de dólares de financiación, aunque recientemente se supo que al menos ha seguido activo hasta 2017, ya que su responsable, Luis Elizondo, dimitió en ese año alegando falta de medios ante una amenaza tan real como peligrosa. ‘Hay pruebas convincentes de que no estamos solos. Signifique lo que signifique esto’, declaraba el más alto mando del Pentágono destinado a estudiar a los platillos volantes. Todo ello desembocó en una desclasificación masiva de documentos a principios de 2021 que ha supuesto el auge de la ufología en los medios de comunicación generalistas y, de rebote, la proliferación de unos documentales sobre el tema que antes se limitaban a aparecer en los canales Historia y Discovery Channel (ya sabéis, aliens y nazis, por separado o en armonía, 24 horas). En agosto fue Netflix la que se adelantó con ‘OVNIS: Proyectos de alto secreto desclasificados’, de Jan Stehlík, con un enfoque algo más sensacionalista, y ahora llega a Movistar+ (5 de diciembre) esta ‘OVNIS’, a secas, que intenta poner seriedad al asunto y nos recuerda, insistentemente, que la ufología ya no es cosa de cuatro frikis.

Y es que, objetivamente, los OVNIS existen. Es innegable, ante la cantidad abrumadora de pruebas gráficas y testimonios, que hay “Objetos Voladores No Identificados” surcando los cielos y que, en algunos casos, no hay ninguna explicación razonable para ellos. Y eso es la razón principal del documental. Si los OVNIS existen, las preguntas realmente son… ¿Qué son? ¿Son de origen extraterrestre? ¿El gobierno sabe su origen?, y, sobre todo, ¿Cuánto sabe y cuánto nos oculta?

Sin embargo, la manera de exponer estas preguntas y su acercamiento a las respuestas es, al menos en este primer capítulo al que hemos tenido acceso, caótica y atropellada. ‘OVNIS’ pasa de los orígenes del fenómeno (Roswell y el Proyecto Blue Book, sobre el que os recomendamos la seriaza homónima de 2019 producida por Robert Zemeckis) a la reciente desclasificación, centrándose brevemente en casos sonados como las luces de Phoenix de 1997 o el incidente del aeropuerto de Chicago en 2006, pero lo hace de manera aleatoria, sin orden y sin una estructura narrativa sólida más allá de, por momentos, nombrar datos y enseñar imágenes a lo loco. Además, el doblaje no ayuda, y algunos detalles del original se pierden al no ser una traducción fiel sino una interpretación, a veces errónea al no entender los referentes.

Veremos si en los siguientes capítulos ‘OVNIS’ endereza el rumbo, ya que el tema y el nivel de producción son prometedores y de aquí podría salir algo muy, muy interesante.

Crítica de ‘Rumbo al infierno (Hellbound)’

La inquisición en la Corea del siglo XXI

Viral es aquello que se convierte en mundialmente conocido por circular por las redes a toda velocidad tras ser compartido en masa. Los confinamientos de 2020 nos han hecho partícipes de muchos retos o momentos que se han transformado en virales, extendiendo su concepto. ‘The ring’ ya trataba ya en 1998 un fenómeno viral, el boca a boca hacia pasar la cinta maldita. El que le daba al play a su VHS veía un extraño vídeo y recibía la llamada de Sadako. A los días esta se le presentaba para matarle. Algo así pasa en ‘Rumbo al infierno (Hellbound)’, donde unos coreanos comienzan a recibir la visita de un supuesto ángel y tiempo después unas despiadadas criaturas van a ajusticiarle.

La violencia es lo primero que llama la atención de esta historia. Cuando esta tiene lugar es bastante burra y sanguinolenta, aunque no llega al gore. Pero la misteriosa índole del fenómeno paranormal y asesino es el mayor aliciente para seguir con la serie que Netflix estrenó el 19 de noviembre. Sin seguir con su saga de zombies Yeon Sang-ho, el director de ‘Train to Busan’, nos resarce con más terror oriental tras la mala secuela que fue ‘Peninsula’. Nos da una nueva historia sangrienta y fantasiosa que como en otras de sus narraciones descarga su peso en conceptos como la redención o el sacrificio. La grandísima faena es que decepciona sin mucho progreso en la trama, hasta el punto de dejarnos sin explicación y abiertos a una segunda temporada, por la cual reconozco que tengo ya curiosidad pues la serie se cierra con un desconcertante cliffhanger. Ya tengo claro que lo de explicar el origen o fundamento de sus monstruos no es algo que se le dé bien a Sang-ho.

La historia tiene seis episodios y en sus tres primeros seguimos a unos policías. Ellos andan tras la pista de esas bestias pardas del infierno y para ello tienen que sumergirse en las entrañas de una nueva religión. El líder puede recordar a Light de ‘Death note’. De hecho el culto a la muerte que generaban los actos de los shinigamis en esa historia se percibe como una influencia en esta serie. También tienen varios giros de guión bastante… cabroncetes. No quiero llevar a equívocos, en ese aspecto se parece pero la historia es muy diferente. ‘Hellbound’ no tiene ese guión inteligente basado en estratagemas. De igual modo que se nota la influencia de las nuevas tecnologías como sucedió en ‘Llamada perdida’. Internet se convierte en una puerta a un martirio infernal retransmitido casi en streaming. Y como otras producciones que hemos visto juega con el peligro e histeria que a veces se genera en la red de redes.

El foco está en la locura religiosa y los cambios a conveniencia más dignos de la Edad Media, cuando la Iglesia católica tenía su brazo armado o cuando su inquisición actuaba impunemente impartiendo su “justicia divina”. Se produce un pacto de miedo y adoración casi inconsciente o ciego, como el que se le rinde al vampiro de ‘Misa de medianoche’ o como el que se tiene al dictador del país vecino. Pero ‘Rumbo al infierno’ se ríe de las religiones emergentes y falsas. Salvando las distancias no he podido evitar acordarme de la solución final del Dr. Manhattan de ‘Watchmen’. El miedo hace que la gente se comporte bien o caiga en la inacción a través del conocimiento de un ente superior que puede castigar de manera implacable.

Al fin y al cabo, como pasa en relatos como ‘La niebla’, todo trata a cerca de la interpretación de los hechos, en confundir la justicia divina con la humana. Queda claro también que la buena salud de las producciones coreanas le está abriendo las puertas por todo el mundo. Falta ver cuántos huevos de oro tiene en su interior esta nueva gallina audiovisual. Por lo pronto creo que no fallaré al decir que ‘Rumbo al infierno’ no alcanzará las cotas de éxito de ‘Train to Busan’ o el reciente bombazo de ‘El juego del calamar’.

Crítica de ‘Yrreal’

Juvenil, descarada, violenta y desmadrada

El próximo miércoles 17 de noviembre tendréis en la parrilla de RTVE Play la serie de 6 episodios llamada ‘Yrreal’. Un título juvenil, descarado, violento y desmadrado. Una historia que pese a recordar a dramas como el de Marta del Castillo o Diana Quer logra divertir y sensibilizar a partes iguales.

En ‘Yrreal’ una chica (Veki Velilla) busca con la ayuda de las redes a su hermana desaparecida. Pero precisamente el social media se vuelve en su contra cuando es grabada secuestrando al principal sospechoso del caso. Comienza así una persecución en compañía de una excéntrica compinche (Angy Fernández).

La trama de la serie es del tipo carrera a contrarreloj, Coyote versus Correcaminos. Seguimos los pasos de dos agentes que van en busca de las protagonistas y los de estas en busca de la solución del misterio. El camino que siguen está lleno de tensión pero sobre todo predomina el humor negro y la violencia. La pareja de esta especie de buddy movie se convierte en un equipo justiciero de andar por casa que a la vez esconde un misterio extra.

El devenir de las dos jóvenes puede recordar al de muchos personajes de Guy Ritchie por su carácter delictivo y torpe. ‘Yrreal’ tiene ese punto cómico y sarcástico del director británico y al estar dirigida a una audiencia más bien joven me parece una buena propuesta que puede sembrar el gusto por este tipo de historias. Pero uno de sus mayores ganchos, que nos aportan ese sabor tan moderno y actual, es la animación. La serie tiene muchos momentos en los que la imagen se adorna o enfatiza a través de efectos animados 2D, al más puro estilo ‘Scott Pilgrim’. Sin duda la serie de Alberto Utrera bebe del manga o el anime y Nuño Benito lo plasma muy bien con sus dibujos.

Salvando las distancias a otra historia que me ha recordado es a ‘Kick-ass’. Los personajes están bastante trastornados, las justicieras son totalmente novatas, la violencia no se camufla y se trata un fenómeno viral de carácter cuestionable. Está claro que Utrera, director de ‘Smoking club’, tiene estilo y sentido del humor, algo que empieza a ser la marca de MoA Studio. Con ‘Yrreal’ logra un resultado más satisfactorio que con su película de 2017. Ambas tienen mucho diálogo y fumeteo pero hablando coloquialmente con la serie se ha flipado más pues introduce muchos efectos visuales y bastante acción. Y usa esos elementos para enarbolar una trama de venganza femenina, de justicia ciudadana.

Hay que reconocer que se nota diferencia entre Veki y Angie, es decir, que una tiene más tablas o talento que la otra. Aunque al cabo de poco importa muy poco esa diferencia porque el personaje de Angie está tan zumbado que divierte mucho. La verdad es que viéndola en esta historia me han dado más ganas de ver a Veki Velilla en ‘¡García!’ la serie que adaptará el cómic que os reseñamos aquí.

Con mayor o menor acierto en España se van sacando producciones que se quitan los corsés clásicos y que reciben apoyo o financiación para poder adaptarse a los nuevos tiempos. Ejemplos son el ‘Xtremo’ o ‘El vecino’ de Netflix. Y ahora con muchísimo más tino ‘Yrreal’.

Crítica: ‘Vida perfecta’ segunda temporada

Leticia Dolera y su perfecta manera de contar historias

Que ganas de volver a ver a estas tres mujeres tan imperfectas y tan perfectas. Por fin este 19 de noviembre vuelve a nuestras casas gracias a Movistar+ la segunda temporada de ‘Vida perfecta’. Ya os hablamos de su primera parte en 2019 y la verdad que nos gustó mucho. Aquí podéis leer nuestra crítica.

Hemos tenido la oportunidad de ver al completo la nueva temporada y si he tardado un poquito más en escribir la crítica ha sido porque los he visto con tranquilidad y disfrutando cada uno de los episodios.

De nuevo tras las cámaras encontramos a Leticia Dolera, la cual se ha encargado también del guion junto a Manuel Burque. Vuelve a traernos temas «tabú». Si los pongo entre comillas porque aunque debería ser algo normal hablar de estos temas, terminan siendo algo que no gusta ni mencionar. Y es que la depresión postparto es uno de esos tabúes y es uno de los temas principales de esta nueva temporada. Además de el amor, la amistad, el avanzar y seguir hacia adelante pese a todas las malas rachas que puedan venir.

Me gusta mucho la manera de contar historias de Leticia Dolera. Mucha gente la atacará de que siempre habla sobre lo mismo y puede que sea verdad. Pero al fin y al cabo es de las pocas personas que se lanzan a escribir sobre estos temas y lo hace de una manera bastante natural.

La evolución de los personajes me gusta mucho. María, ella que tenía tan claro ser madre soltera, que iba ser perfecta y que era algo que quería se ve de repente sumida en una gran depresión que no puede controlar y que niega constantemente. Es maravilloso como poco a poco vuelve a quererse e intenta luchar para seguir avanzando dentro de su vida imperfecta.

Esther (Aixa Villagrán) en esta temporada está en un mar de dudas, es feliz, muy feliz y a la vez el avanzar la da un miedo terrible. Ese salto a lo desconocido que está a punto de dar la hace ser un mar de nervios.

Mientras que Cristina (Celia Freijeiro), aunque es la que menos evoluciona, su situación se veía venir y poco a poco intenta aceptarla como puede.

En cuanto a los protagonistas masculinos, Gari (Enric Auquer) en esta temporada le vemos frustrado por culpa de su discapacidad. Aunque el siempre se ha aceptado el ser padre se le está haciendo duro al no poder estar al 100% con su hijo.

Mientras que Xosé (Manuel Burque) y Pablo (Font García) van a sufrir, cada uno a su manera por amor.

Como siempre la fotografía, el color escogido para la serie es muy bonito. Imágenes sencillas con colores fríos que hacen que lo que realmente importe son las interpretaciones y la historia que nos están contando.

No sé si tendremos una tercera temporada, pero la verdad que no me importaría, porque me he quedado con ganas de mas.

Crítica del live action de ‘Cowboy Bebop’

Flipados y complacidos por cómo se parece

Netflix estrena el próximo el 19 de noviembre la serie de acción real inspirada en el anime ‘Cowboy Bebop’. Aunque decir inspirada es en este caso quedarse un poco corto. Por suerte los 10 episodios de esta nueva versión son una excepción a la norma y los norteamericanos han dado en el clavo. Mis sensaciones son como las que tuve con ‘Sin City’, una obra que adaptaba un cómic de los considerados sagrados y que acertó en su estilo visual, tratamiento de personajes, respeto a la trama original…

Para los que no conozcan esta historia. Es una serie que surgió de un manga, como suele ser habitual. Nos traslada a un futuro en el que la humanidad vive desperdigada por nuestro sistema solar. Para viajar por el espacio de manera muy rápida se utilizan unas puertas o relés de masa a lo ‘Mass Effect’ que nos teletransportan a las inmediaciones de otros planetas. Pero uno de esos portales provoca un accidente y como daño colateral se daña la Luna y se origina un cataclismo en la Tierra de proporciones tipo Emmerich o Bay. Comienza así una vida de peligros para los humanos, propia de aquellos que en su día exploraron y habitaron el far west.

El nombre de la serie viene en parte por la nave en la que viajan los protagonistas. La Bebop es el hogar de unos cazarrecompensas que viajan por el espacio al son de música jazz y el gruñir de sus hambrientos estómagos. Pero el nombre de la serie también es muy descriptivo en cuanto a su estilo narrativo. Cowboy hace referencia obvia a los vaqueros, a una trama propia del western con bandas y buscavidas. Be bop nos traslada a un estilo de jazz y eso hace que cada personaje vaya a su ritmo, posea en su superficie un estilo frívolo, improvisado, sin melodía, pero en ese caos se percibe una armonía fruto del trabajo en equipo. Así se reflejaba tal cual en el anime y ese es uno de los mayores aciertos del live action, calca el estilo.

‘Cowboy Bebop’ está lleno de espontaneidad, música y acciones muy locas por parte de los personajes. Me gustaría conocer la opinión del director original, Shinchiro Watanabe, pero no me quemaré si pongo la mano en el fuego afirmando que le va a gustar. Si hay alguien que adapta muy bien los manga/anime es Takashi Miike y puedo decir que la serie de Netflix es fruto de su escuela. No se comete el error de convertir a los actores en monigotes mal disfrazados al estilo cosplay cutre. Se ha acertado a la hora de hacer el casting o el vestuario, pero eso no ha impedido que la serie mantenga su humor propio de un chiflado, ni su carácter fatalista, propio del cine negro. Dicho esto es obvio decir que aparecen elementos tan locos como el noticiero de los cazarrecompensas con sus dos divertidos y eufórocos presentadores, Judy y Punch.

Es fantástico el cómo más allá del opening o los títulos de crédito, la música se ha respetado, algo que se antojaba casi obligatorio. Y a nivel visual los planos, casi siempre inclinados, mantienen la vertiginosidad de la serie, se clavan muchas tomas. Calca escenas míticas e incluso episodios casi completos. Los fans reconocerán momentos del pasado de Spike y por supuesto identificarán el interior de la Bebop. Los escenarios de ciencia ficción son apabullantes, muy elegantes a la par que caóticos. Se ha respetado hasta la tipografía del anime en todas las letras que aparecen. El tratamiento de color, a todos los niveles, ha sido vital para tan satisfactoria adaptación.

Era también algo imperativo que ‘Cowboy Bebop’ tuviese mucha acción. Y la tiene, con unas escenas vibrantes. Entre la gallardía y picardía de los protagonistas vuelan los tiros y las patadas. Los personajes son unos fuera de serie, pero en el fondo pringan siempre. Son héroes miserables y condenados constantemente al fracaso, incluso en sus momentos más épicos. Esto es porque son capaces de aparcar sus diferencias y bromas en los instantes más difíciles para entregarse a la acción o a su sentido de la justicia.

Esta adaptación se antoja un poco más adulta, con detalles que digamos que son más violentos y libertinos. Seguramente esto sea fruto de las políticas de Netflix o de satisfacer a una audiencia que desde el original ha crecido lo suyo, por no decir que nos han salido canas. Eso nos lleva también a corregir la tan criticada sexualización de vestuario que tenía Faye Valentine, se nota que los tiempos han cambiado la visión del personaje y el foco está en su personalidad, no en su físico.

Vais a reconocer perfectamente a los personajes de esta space opera. Spike (John Cho) se mantiene como el héroe pícaro y bravucón de bromas sin gracia y pasado oscuro. Jet Black (Mustafa Shakir) es el gruñón capitán con un perpetuo sentido de la responsabilidad. Valentine (Daniella Pineda) sigue siendo una bocazas metomentodo también con un pasado desconocido. Julia (Elena Satine) también se conserva con acierto como la mujer fatal de la historia. El único que no me ha convencido es Alex Hassell como Vicious, el final boss de esta serie. Y… no digo quién más aparece.

Se ha criticado mucho a Netflix por el doblaje en España, pero esta serie me la he visto en versión doblada ya que así fue como experimenté el anime. En cuanto he escuchado a Jet  Black con la misma voz del anime (Francesc Belda) me han conquistado. El resto de protagonistas tiene nuevas voces pero están totalmente acordes.

En Netflix se ha publicado también el anime original ‘Trigun’, otro de mis favoritos. Si os gusta esta mezcla, a veces cyberpunk, de naves espaciales con el estilo western echadle un vistazo. El nuevo ‘Cowboy Bebop’ tiene solo uno o dos episodios aburridos, como el 9 que me parece demasiado sobre-explicativo. Es ciencia ficción con reminiscencias a ‘Blade Runner’, tiroteos a lo spaghetti western e incluso bailes a lo ‘Banda aparte’ de Godard. Pronto descubriréis por qué ‘Cowboy bebop’ fue una serie de tanto éxito. Antes equiparaba el grado de éxito que va a tener esta serie a la adaptación cinematográfica de ‘Sin City’. La segunda parte de la obra de Frank Miller en forma de largometraje supuso un profundo chasco. Espero que no pase lo mismo con la más que probable segunda temporada de ‘Cowboy Bebop’. Hasta la vista cowboy del espacio.

‘Pau Gasol. Lo importante es el viaje’. Todo un acto de despedida

Repaso a la carrera pero sobre todo a la retirada de Pau Gasol

Amazon Prime Video continúa con su apuesta por dejar registrado el legado del deporte español en forma de documentales. Seguro que pronto sacan una colección en formato físico con todos los títulos estrenados pues están haciendo un repaso inigualable a todas nuestras leyendas. En concreto hoy toca hablar de baloncesto y esto tras haber tocado la revolución de ‘La Familia’. Pau Gasol es el objeto de estudio y repaso en ‘Pau Gasol. Lo importante es el viaje’.

Cuando un deportista alcanza tal grado de éxito que cualquier aficionado reconoce su valía es cuando hablamos de una leyenda. Cuando el alcance de un deportista traspasa la cancha los colores para los que juega dejan de tener importancia y se tasa su valor en la cantidad de veces que nos ha dejado boquiabiertos. Es muy difícil creer que un deportista que ha ganado tantos títulos y roto tantas barreras o récords prime la experiencia a los logros. Pero viendo este documental uno siente envidia sana y comprende que Gasol ha vivido una vida la mar de enriquecedora, más allá de las metas alcanzadas. Su éxito queda constatado por la adrenalina, la que ha segregado sobre el parqué y la que nos ha hecho producir como espectadores.

Oriol Bosch, quien ya documentó la carrera de otro culé ilustre como Iniesta en ‘Andrés Iniesta: El héroe inesperado’, es el responsable de organizar todos los recuerdos y momentos del ala-pivot. Desde sus inicios, pasando por sus primeros títulos o el palo de la muerte de Kobe Bryant, hasta su reciente retirada. El documental sigue los pasos y zancadas de este gran baloncestista, pero los cuatro episodios de unos cuarenta minutos que se estrenan el 12 de noviembre en Prime Video se centran en buena parte a su tiempo fuera de las canchas, el que pasó lesionado y el que va a pasar tras la difícil decisión de colgar las botas.

Bien es sabido que hay muchas cosas sobre las lesiones, la recuperación o el dolor de perderse un campeonato que nos podemos imaginar. Pero como suele decirse “ver es creer” y ‘Pau Gasol. Lo importante es el viaje’ ofrece otra dimensión. Era obvio que se iba a contar con familiares, compañeros, periodistas, médicos… para hablar sobre su físico, mente, imagen pública… Pero estoy seguro que vais a ver una imagen muy diferente de lo que pensáis que es una estrella de la NBA. Podríamos decir que este es un documental a puertas abiertas. Pau Gasol no se guarda nada y se abre ante la cámara desde su intimidad, siendo analítico y sincero, sobre todo consigo mismo.

Podríamos pensar que este es un reportaje que pugna por mantener a flote la figura de un Gasol recién retirado, con vistas a sus futuras ocupaciones, puro marketing a cerca de la imagen de marca que ya es el propio Pau Gasol en sí mismo, como lo llegó a ser Jordan o como lo es actualmente LeBron, con sus respectivos logotipos incluidos. Pero es que su huella merece una despedida como esta, que explique ampliamente por qué es mundialmente conocido y por qué su retirada llega precisamente ahora.

Queda claro que más allá de los logros prima la experiencia vivida, el gran número de subidones aportados por este gran jugador. También queda constancia de que Gasol ha hecho amigos, así como que vive con una esposa que se tiene el cielo ganado.

Crítica: ‘Dolores: La verdad del caso Wanninkhof’

Dolores Vázquez y Alicia Hornos nos cuentan su visión de esta triste historia

El 26 de octubre llega a HBO Max ‘Dolores. La verdad sobre el caso Wanninkhof‘, en la que por supuesto, como su título ya nos anuncia, tenemos una entrevista a Dolores Vázquez. Es la protagonista de uno de los errores judiciales más graves de nuestra historia reciente.

Para los que no conozcáis este caso, se originó después del asesinato de Roció Wanninkhof, una joven malagueña de La Cala de Mijas. Por distintas situaciones y sin pruebas físicas, Dolores Vázquez fue acusada y detenida en el año 2000 como principal sospechosa del asesinato de ésta. Después de la presión de los medios de comunicación, que se tomaron este caso como si de una telenovela se tratara, Dolores fue encarcelada y pasó 519 días en prisión por un crimen que no cometió.

En los seis episodios que tiene esta serie documental, vamos viendo diferentes situaciones que se vivieron. La desaparición y localización del cuerpo de Rocío. Pasando por los distintos sospechosos, para terminar con Dolores. Empezamos por su juicio mediático, en el que todo el mundo la juzgaba por su personalidad seca y su gusto hacia las mujeres y llegamos a su encarcelamiento. Para después encontrarnos con otra desaparición y asesinato, esta vez el de Sonia Carabantes, gracias al cual, Dolores pudo salir de la cárcel.

En el documental no solo escuchamos a Dolores Vázquez, también entrevistan a Alicia Hornos, la madre de Rocío. Ella cuenta su visión, como vivió aquellos días y vamos alternando con la historia de Dolores. Que nos cuenta su miedo en la cárcel, su desesperación al ser juzgada sin conocerla y apenas escucharla. Y que por culpa de los medios de comunicación ella terminó en la cárcel.

También tenemos entrevistas de la madre de Sonia Carabantes, gente del jurado, los vecinos y periodistas que estuvieron metidos hasta en la sopa del caso. Aparte de los distintos abogados de ambas partes, que son las entrevistas más interesantes.

También nos acercan a la figura del verdadero asesino y como ha llegado a entablar contacto con Alicia Hornos a través de cartas donde culpa a Dolores Vázquez.

El documental está bien narrado, va en orden contando todos los hechos y como digo, dando voz a ambas partes. Tristes protagonistas de una historia que ha dado mucho rencor a ambas, dos personas que se querían y que han terminado odiándose mutuamente.

Crítica de ‘The Bite’

Zampando un troZo del pastel COVID

Rodada y ambientada en plena pandemia, en medio del confinamiento estadounidense, está ‘The Bite’ que llega a Movistar+ el 23 de octubre. No se por qué no me sorprende que no estando aún erradicado el virus del COVID-19 uno ya esté harto de historias ambientadas en la crisis infecciosa. Al comienzo de todo esto surgió la parodia de las películas de ‘Coronazombies’, en plan serie B. Pero con esta y otras historias queda claro que es aún más voraz el ansia de dinero del ser humano que la capacidad de contagio del coronavirus.

Robert y Michelle King se suben a ese carro y como es habitual en ellos lo hacen en clave de comedia. Los creadores de ‘The good wife’ o ‘The good fight’ cogen sus tramas llenas de infidelidades, histerias y política y las llevan a términos pandémicos. Hace poco comentaba con los artífices de ‘El club del paro’ que no es que sea momento ya de reírse de todo esto, sino que lo hemos hecho desde el principio. Con esa filosofía ‘The Bite’ llega hasta el límite de banalizar la situación actual y genera sus gags a partir del caos vivido, la saturación del sistema sanitario, de la fatiga surgida por estar encerrados, de movimientos como el Black lives matter, las dificultades para aquellos no preparados para la vida por teleconferencia… No se ríe de todo eso pero si lo emplea para ridiculizar a sus personajes.

Pero ‘The Bite’ no se llama así imitando la unidad de medida digital. Procede de su traducción literal del inglés, mordisco. Intenta ser aún más paródica y se inventa un brote zombie que al menos en el primer episodio es divertidamente surrealista. Las protagonistas son una médica y su vecina que intentan desarrollar sus profesiones, la medicina y el fetichismo, a pesar de la distancia inherente al confinamiento. El COVID acecha constantemente a estas dos mujeres de la misma manera invisible que a nosotros pero el virus zombie llama directamente a sus puertas.

‘The Bite’ es una crítica a la condición y comportamiento humano, ese que ha impuesto intereses comerciales o políticos a los sanitarios. Es una comedia con escenas ridículas que a veces funcionan pero no puedo evitar notar la hipocresía que comentaba al empezar a escribir estas líneas: se critica nuestra sinrazón mientras los productores de la serie han corrido por lanzar el estreno. La sátira se la han hecho a sí mismos.

Crítica de ‘Chucky’

Al muñeco asesino no le sienta mal jugar con el formato serie

Antes de nada aclararé la duda que muchos tal vez tengan. Esta podría ser una secuela directa de la saga original pero sería mejor decir que reconduce la historia. El muñeco sigue siendo el mismo y el protagonista es consciente de lo que ha pasado con el asesino de las anteriores entregas (posesión incluida), de hecho, es fan de las historias del tipo true crime. Lo que no sabemos con los dos primeros episodios que hemos podido ver gracias a SYFY es cómo ha llegado el muñeco a la ciudad de este nuevo “amigo” de Chucky.

Otro detalle que nos deja claro que la historia continúa y no se reinicia es que desde el principio este diablillo se mueve y hace de las suyas. En esta ocasión además de atemorizar a su anfitrión le usa como herramienta, de un modo muy parecido al que acabamos de ver en ‘Freddy’ de los nuevos episodios de ‘Historias para no dormir’. Movimiento que vuelve a estar hecho con animatrónica, como era de esperar. Aunque hay alguna cosa, como sangre o incluso parpadeos del muñeco, que si tiene CGI.

El niño protagonista, Zackary Arthur (‘Mamá y papá) tiene un museo de los horrores a la altura del chaval malo de ‘Toy Story’, pero al contrario de él no es mal chico, simplemente no encaja y tiene pocos amigos. Diremos que Dios los cría y ellos se juntan. Lo malo que tiene la serie es que muchas veces Chucky está colocado en escena de manera demasiado evidente. Y la otra pega que le encuentro es el cómo la serie se ha desplazado tanto a una trama más infantil, es decir, tenemos muchas escenas que son más del género instituto pre-adolescente y eso nos resta momentos de terror con el Good Guy.

Esta es una actualización clara. Sigue siendo el mismo jugueteo macabro por parte de un cabroncete que se ha alojado en un inocente muñeco pero ahora hay smartphones y podcasts. Incluso la tipografía sigue siendo la misma solo que está compuesta a partir de piezas de muñecos como, las obras del chaval o de cuchillos, va cambiando en cada opening. Eso sí, ya que se ambienta en la actualidad aprovecha para profundizar en dos temas que siempre le han preocupado abiertamente a Mancini: el acoso escolar y la LGTBIfobia.

La serie de NBC Universal que llegará a SYFY en enero sirve como buena reacción a la nueva película que, de hecho se percibe una indirecta a ella en el primer episodios pues, aunque estaba divertida, se alejaba mucho de lo original y se hizo sin el permiso de Mancini y por eso cambió hasta el aspecto de Chucky. Está claro que es un producto para los fans del terror y la comedia habitual de Mancini. Solo ellos sabrán apreciar o reconocer el tono y la implicación del reparto original, así como la doble entrada de Devon Sawa (‘Destino final’). Además, como premio, nos aportan datos sobre Charles Lee Ray, algo que no se ha explorado en demasía hasta ahora.

Crítica de la serie de ‘Sé lo que hicisteis el último verano’

Una actualización que se queda en mucho desfase

Hablaría de chasco o decepción si realmente esperase algo de esta serie. Tras fiascos como el de ‘Panic’ Amazon Prime Video nos vuelve a intentar seducir con otra adaptación de una novela. Esta vez se atreve con la obra de Lois Duncan, ‘Sé lo que hicisteis el último verano’. La serie arranca el próximo 15 de octubre.

El terror adolescente de hoy en día o bien tiene el rumbo un poco perdido o bien no encaja dentro de mi concepto de terror, ni siquiera de slasher, que es la descripción que más se ajusta a esta historia. Lo que se ha intentado con este ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ es estirar una historia que pide a gritos más ritmo, pero se queda en relleno y poca chicha, por mucho que se enseñe cacho.

El error más común en el que caen los guionistas que intentan enganchar a las audiencias de ahora es partir de la misma historia pero plagarla de escenas de sexo o desfase y no, eso no enriquece la trama. Bien es cierto que estamos en el siglo XXI y el audiovisual está alejado de puritanismos y dobles rombos, pero ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ no es una historia erótica. Es el relato de unos adolescentes que son presionados por alguien desconocido hasta el punto de ir acabando con ellos uno por uno, esa tensión y miedo es la que debería trabajarse más.

La serie tiene tanta trama personal o amorosa que pierde de vista lo que de verdad importa, las muertes y el misterio. Esta producción cambia muchos puntos de la novela y también de la película de 1997. En ocasiones consigue generar dudas y que el espectador se pregunte de verdad quién puede estar tras los mensajes de acoso y las brutales muertes, pero al poco tiempo volvemos a los enredos del corazón. Tanto es así que los guionistas ni siquiera se percatan en no haber generado un interrogatorio policial a esos personajes que llegan al punto de estar relacionados hasta con tres brutales muertes.

Se mantiene que los protagonistas atropellan a alguien y tiempo después aparece un testigo que les va a justiciando, pero no sin antes hacerles sufrir y agonizar con mensajes. Ahí es donde más se actualiza la serie, en el modo en que se comunica el asesino o asesina. Les intimida a través de los móviles, Instagram, Onlyfans… Pero ya está, hasta ahí se queda la actualización. Si hubiesen aprovechado el espacio que les permite tener más minutos con el formato serie para innovar o desarrollar un discurso más interesante vería todo esto justificado. Pero por lo menos en los cuatro episodios de ocho que nos ha permitido ver Amazon no se percibe así.

Por lo menos el reparto está plagado de adolescentes como corresponde. El grupo de protagonistas implicados en el asesinato o accidente está interpretado por Madison IsemanBrianne TjuEzekiel GoodmanAshley Moore y Sebastian Amoruso. Sus “movidas” y dramas de adolescentes adormecen la trama y no tiene el ritmo o la cadencia adecuados. Pero por lo menos hay que reconocerle a ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ que cuando se pone sangrienta llega hasta el extremo.

Es una lástima porque de haber seguido los derroteros de otros éxitos actuales como ‘Este cuerpo me sienta de muerte’ o ‘La calle del terror’ habríamos sumado otro gustazo de historia. Pero hay mucho relleno, como los reiterativos descuidos al volante o la ridícula escena de los nudistas en la playa, todo un despropósito de casualidades. Parece mentira que los directores de estos episodios sean Craig William Macneill autor de episodios de ‘Them’, ‘Sabrina’, ‘Castlerock’ o ‘Westworld’ y Logan Kibens ‘Snowfall’ o ‘Monsterland’. Pero aún más llamativo es que James Wan figura entre los productores ejecutivos.

Crítica del remake de ‘Historias para no dormir’

 Los talentos de ahora homenajean al maestro de antes

A día de hoy se suele comparar siempre a este tipo de series con costuras fantásticas, distópicas o meditabundas con ‘Black mirror’. No me cabe duda que aquellos con poco background histórico o conocimiento del género establecerán esa relación. Pero aquellos que conozcan la obra de Chicho Ibáñez Serrador sabrán que estamos hablando de un precursor o pionero de este tipo de narraciones en nuestro país, original como pocos en el mundo.

Los relatos de ‘Historias para no dormir’ sentaron a mediados y finales del siglo XX las bases de toda una generación de cineastas y se perfilaron como un referente ineludible para el terror o el fantástico nacional e incluso internacional. Los nuevos episodios, dirigidos por grandes directores actuales como Paco Plaza, Rodrigo Sorogoyen, Paula Ortiz y Rodrigo Cortés consiguen en parte alcanzar el nivel de los originales e incluso sorprendernos con alguna propuesta nueva, no sin la ayuda de grandes intérpretes.

‘Historias para no dormir’ llegará el próximo día 5 de noviembre Amazon Prime Video. A continuación, os desgranamos los cuatro episodios de los que se compone esta nueva temporada.

 

 

 

‘Freddy’

El tercer episodio de los cuatro de la nueva temporada de ‘Historias para no dormir’, nos lleva al rodaje de uno de los cuatro episodios que fueron la vuelta de esta serie de historias de terror de TVE, su vuelta en color además.

La original es la historia de un grupo de variedades en la que de repente están ocurriendo una serie de asesinatos.

En esta vemos el rodaje de aquel episodio, con un increíble Carlos Santos como el gran Chicho Ibáñez Serrador. Bailarinas, una vidente, un prestidigitador y por supuesto un ventrílocuo. El actor que representa a este ventrílocuo es bastante malo y Chicho decide cambiarle el muñeco para darle más confianza, así es como conoce a Freddy. Por supuesto, todo esto con terribles consecuencias.

Sin duda, es el episodio que más me ha gustado, Paco Plaza nunca me defrauda y nos regala imágenes bastante potentes que homenajean al giallo italiano.

En el reparto nos encontramos con Miki Esparbé, que la verdad está estupendo, su personaje evoluciona en muy poco tiempo y lo hace estupendamente. También tenemos a Adriana Torrebejano dando vida al amor de André.

Y aunque lo he dicho al comienzo, Carlos Santos, que me parece que está tremendo como Chicho y borda el papel.

También podemos ver a Almudena Amor ,Ismael Martínez, Enrique Villén o Maru Valdivielso.

Alberto Marini y Paco Plaza, crean una historia bastante macabra con un humor demasiado sórdido. Pero me ha gustado mucho la elección de esta historia, pues no la conocía y la verdad que después de ver este episodio me busqué el antiguo y lo disfruté bastante.

Una buena revisión sin duda de una de las historias más espeluznantes de la televisión.

Comentado por Vicky Carras.

‘El doble’

Sorogoyen vuelve con una situación crítica para una pareja. Y digo que vuelve porque el argumento de este episodio nos plantea algo no muy alejado a lo planteado en su episodio pandémico de la serie ‘En casa’, titulado ‘Una situación extraordinaria’. Una pareja que aparentemente se encuentra en un momento dulce pasa a experimentar una profunda crisis y los otros participantes de este conflicto son una situación epidémica que conlleva confinamientos y dobles de personas.

Un poco al estilo de ‘Los sustitutos’ que protagonizó un Bruce Willis vemos como las personas pueden tener reemplazos que se ocupan de aquello de lo que no quieren enfrentarse en su día a día. Para ello desarrolla su propia versión de las leyes de la robótica de Asimov. Y es a su manera porque como sabemos Sorogoyen es muy bueno exponiendo debates en relaciones interpersonales y ha empleado este elemento de ciencia ficción para ilustrar como muchas veces evitamos afrontar la realidad o evitamos la parte conflictiva de tener pareja.

David Verdaguer y Vicky Luengo interpretan a la pareja en ciernes. Su historia se ambienta en una especie de futuro en el cual lo que se ha normalizado es que vivamos con mascarilla siempre que salimos a la calle y las casas estén extremadamente domotizadas. Consigue ser inquietante y desconcertante por momentos pero quizá lo más destacable qué habría que decir es qué este episodio lucha contra la vida artificial y distanciada, ya no solo el distanciamiento físico sino también sentimental hasta el punto de elegir qué queremos y qué no queremos experimentar o vivir, la insensibilidad de la vida selectiva.

Comentado por Furanu.

‘El asfalto’

Otra de las pequeñas sorpresas de ‘Historias para no dormir’ ha sido el episodio dirigido por Paula Ortiz. ‘El asfalto’, protagonizado por Dani Rovira, nos presenta a Baldo un joven trabajador que va en bici de un lado a otro repartiendo lo que le pidan, en un momento dado se queda atrapado en una calle.

Me ha parecido de lo más curioso, como se nos muestra la indiferencia de las personas hacia una desgracia ajena. El cómo, nos enseña, que no importamos a nadie y que sin duda uno de los grandes temores es acabar en el olvido y desaparece.

El episodio está muy bien rodado, creo que la parsimonia que presenta nuestro protagonista es muy de esta época, en la que esperamos que de una manera u otra algo salga sin hacer nada, ni una simple llamada a la policía.

Dani Rovira nos muestra esta tranquilidad al comienzo, para pasar a la desesperación. Nadie le ayuda, todo el mundo se toma a guasa lo que le ocurre y prefieren mirar a otro lado. También están los que, en vez de mirar a otro lado, están cerca para cotillear o lograr un notición de las desgracias de otras personas.

En el reparto encontramos también a Celia Freijeiro, Inma Cuesta o Gala Bichir.

‘El Asfalto’ da mucho que pensar, te deja un poco de bajón, porque en el fondo ves perfectamente a la humanidad reflejada en cada una de esas personas que van apareciendo al lado de Baldo.

Comentado por Vicky Carras.

‘La broma’

He de decir que este episodio de Rodrigo Cortés es el más flojo de los cuatro que tiene la serie y que se han proyectado en el Festival de Sitges. El director nos plantea un thriller más que una historia de terror o de fantástico.

Una propuesta de suspense, humor cargante y traiciones. El episodio se desarrolla con solo tres personajes interpretados por tres grandes nombres. Nathalie Poza, Eduard Fernández y Raúl Arévalo. Pero pierde fuelle tras una torpe escena de lucha a bordo de un coche y cuando llegamos a su final.

En esta historia un empresario, de esos que prodigan que se han construido a sí mismos, tiene amargados a sus empleados y familiares con constantes bromas pesadas y ya ni por el sueldo le bailan el agua. Entre su mujer y su empleado de confianza forman un triángulo lleno de tensión y desconfianza que desemboca en una serie de puñaladas.

Este capítulo de ‘Historias para no dormir’ no es de terror pero si de personas que juegan al límite. En algún momento recuerda a ‘Se lo que hicisteis el último verano’ pero sin slasher, con más intriga y nervios a flor de piel.

Quien ríe el último ríe mejor dice el dicho, pero a este episodio le pega más la frase de El Comediante de ‘Watchmen’: “Dije que la vida era una broma, no que la broma tuviera gracia”.

Comentado por Furanu.

Crítica de la tercera temporada de ‘Doom Patrol’

Empezando con presentación de nuevos personajes

Decir que la nueva temporada, la tercera, de ‘Doom Patrol’ viene con sorpresa es decir lo mismo que hemos estado diciendo con sus dos predecesoras. Esta historia es de las que le alegran el día a uno por disparatada que es y lo mucho que nos hace reír. Lo mismo que nos pasa con otras series, véase ‘Lo que hacemos en las sombras’ o ‘Rick y Morty’, por citar dos que también sean de HBO Max.

Bien es cierto que el arranque de esta temporada, que hemos podido disfrutar con el estreno simultáneo de tres episodios, decae un poco en sus majaderías. Como es costumbre siguen pasando cosas inverosímiles pues ya han atravesado una línea de la que no pueden volver y además saben que ese es el tono que ha funcionado o diferenciado a ‘Doom Patrol’. Pero de momento no llegamos a cotas tan locas como las de antes.

Esto sucede sobre todo porque la serie dedica aún más espacio a desarrollar a sus personajes, los cuales nunca han dejado de evolucionar. Los protagonistas tienen que seguir su camino con la ausencia (o no) de El Jefe interpretado por el mítico Timothy Dalton. Por ejemplo, Dorothy (Abi Monterey) ha de asumir una función más madura y consciente de su poder, Cliff (Brendan Fraser) debe convertirse en el abuelo perfecto lidiando con sus limitaciones mecánicas o Negative Man (Matt Bomer) a vivir separado de su íntimo amigo y buscar un nuevo comienzo con mayor optimismo.

La sensación que nos da es de incertidumbre. No sabemos si ese camino que han emprendido nos encamina a una de despedida de algunos personajes o de la serie. Suele suceder que cuando los protagonistas logran salvar sus mayores dificultades personales la trama pierde su norte y termina clausurándose, pero aquellos que hemos estado siguiendo la adaptación de los cómics de Bob Haney y Arnold Drake sabemos que tampoco es que haya habido mucho norte.

Además hay nuevas incorporaciones, de ahí varias de las sorpresas en lo que va de temporada. Por parte de los villanos se incorporan Garguax (Stephen Murphy) y Samuelson interpretado por el carismático Billy Boyd, el Pipin de ‘El Señor de los Anillos’. Pero yendo más allá, para los amantes de los cómics hay una aún más disparatada incorporación. La patética Hermandad del mal, creada por Arnold Drake, enfrentada en los cómics a la Doom Patrol y a los Jóvenes Titanes.

Y la noticia continuista nos lleva a otro spin-off. Han usado la temporada 3 de ‘Doom Patrol’ a modo de presentación para la serie que nos contará la historia de Los Chicos Detectives. Unos jóvenes muertos que juegan a los investigadores y que puede que nos traigan la aparición de la Muerte de ‘Sandman’ ya que es una creación de Neil Gaiman. Ya veremos si los derechos no juegan en contra ya que como probablemente sabréis ‘Sandman’ será una serie de Netflix, no de HBO Max. En cualquier caso la jugada puede ser como la que vimos en Netflix en su día pues ‘Doom Patrol’ se presentó en ‘Titans’ y posteriormente ambas pasaron a la parrilla de HBO.

Me pregunto si el parón por el COVID-19 les ha hecho ver las orejas al lobo y ponerse más reflexivos aun con sus personajes perdiendo ese punto de hilaridad, pensando además en ir cerrando la historia. No desisto en seguir viendo la serie pues su trama siempre trae momentos de decir “¡Que cojones!” y siempre nos tiene en vilo prometiendo instantes la mar de alocados, dignos de nuestros sueños más surrealistas.

Crítica de ‘La Fortuna’, la serie de Alejandro Amenábar

Sabor a novela gráfica, pinceladas de realidad y acabado de calidad

Hemos visto 3 de los 6 capítulos de ‘La Fortuna’, primera incursión de Alejandro Amenábar para la televisión de la mano de Movistar+ y contándonos una historia basada en la novela gráfica ‘El tesoro de Cisne Negro’ a su vez basado en hechos reales.

El relato no es otro que la historia del mayor expolio de un tesoro de un barco español que fue hundido por la armada inglesa y descubierto por una empresa cazatesoros estadounidense.

Amenabar se ha implicado no solo en la dirección del proyecto, sino también en el guión y el resultado visto lo visto es un thriller político con un toque de aventura, humor, una ración de acidez, un poquito de romance y en definitiva, un producto de calidad que mantiene el interés en todo momento.

Aunque la acción se desarrolla a principios de este siglo, también se ven flashbacks que nos trasladan al año 1804 y se nos muestra cómo se produjo el infame ataque y el hundimiento de la fragata de guerra que causó posteriormente la batalla de Trafalgar y más tarde la invasión de Napoleón a España. Buen diseño de producción y se nota la buena mano en la dirección para que la narrativa fluya y la serie adopte un estilo de clásico de aventuras a lo “Tintín”.

Pero lo que realmente se cuenta es como una pareja singular de protagonistas, un joven diplomático inexperto pero muy voluntarioso (Alvaro Mel) y una funcionaria con mucho carácter que no tiene pelos en la lengua (Ana Polvorosa) se encuentran en medio de esta singular aventura investigando el descubrimiento del pecio español en medio de las presiones políticas, económicas y sociales que implican tal hallazgo.

No veo ningún personaje plano, sino que todos tienen un desarrollo a lo largo de los capítulos y vamos viendo las verdaderas motivaciones de cada uno.

La trama nos va mostrando poco a poco nuevos elementos que incrementan el misterio que rodea a ‘La Fortuna’ y nuestros intrépidos protagonistas van descubriendo junto con el espectador todos los intereses que hay puestos en el pecio descubierto.

Amenabar no deja títere con cabeza y hasta lo visto tiene para todos: caricaturiza de aquella manera la política española y su gestión. Nos reímos con el personaje del ministro encarnado por un genial Karra Elejalde y luego uno piensa que se parece todo demasiado a la realidad.

También es una crítica al capitalismo, a todo lo que pervierte el dinero y ahí pone a los americanos como punta de lanza. Hasta tiene tiempo de meterse con la flema imperialista inglesa en su narración del hundimiento de ‘La Fortuna’.

Mal aliado “Don dinero”, causante de muerte, engaños, robos y corrupción. Esta historia también va de eso.

Decir que el reparto internacional también brilla y tiene también a caras tan conocidas como Stanley Tucci, al que he visto en infinidad de producciones de Hollywood y que aquí es el antagonista principal. El resto del elenco está también a la altura de la calidad de la serie.

En definitiva, ‘La Fortuna’ cumple con la calidad que uno espera de un fenómeno como Alejandro Amenábar, a la que impregna con un estilo a clásico de aventuras. Las localizaciones nos llevan desde España a Estados Unidos dónde viviremos un interesante thriller judicial y estoy seguro de que querréis saber cómo acaba todo. Yo al menos, después de 3 capítulos sí.

Amenábar confirma la tendencia que desde hace un tiempo estamos viendo. Los grandes actores y actrices, directores y guionistas se embarcan cada vez más en proyectos para la televisión. Una industria que con la aparición de las plataformas de contenido streaming ha cambiado el concepto de ver la propia televisión e incluso de ir al cine (o no ir). Son los tiempos que corren, saturados de oferta televisiva, donde surgen producciones como ‘La Fortuna’ que elevan el nivel entre la mediocridad de muchos títulos y me alegra en grado sumo que en España la industria audiovisual alcance esas cotas de buena calidad en muchas de sus series y películas. Que siga así.

‘La Fortuna’ se estrena el 30 de septiembre en Movistar+.

Crítica de ‘Misa de medianoche’

Confundir el “ver es creer” con el “creer es ver”, las trampas de la fe

El nombre de Mike Flanagan se popularizó tras la impactante y exitosa ‘La maldición de Hill House’. El director nacido en Salem está dejando su impronta en la historia del cine de terror norteamericano y no hace mucho dividió opiniones con su adaptación de ‘Doctor Sueño’. Ahora vuelve a retomar su estilo, ese pausado y bien construido con ‘Misa de medianoche’, una obra original que se estrena en Netflix el próximo 24 de septiembre.

Esta serie de siete episodios nos lleva hasta Crockett Island, en donde tan solo 127 habitantes viven a la espera de la vuelta de su anciano párroco. Un lugar muy católico que recibe la visita de un sustituto para sus misas. También regresa un joven hijo pródigo que llevaba fuera años tras estar encarcelado. A partir de entonces y de menos a más las cosas raras van sucediendo. Lo que al principio me ha recordado un poco a ‘El tercer día’ después se ha convertido en una especie de ‘Cocoon’ malvado. Se acaba inclinando más y más hacia el terror, como era de esperar siendo una serie de Flanagan y también, como cabía imaginar, se divide entre las batallas personales de cada uno y lo fantástico o misterioso.

La mezcla de drama, religión y fantástico terrorífico recuerda un poco a Stephen King, a quien ya versionó Flanagan en 2019 como he mencionado antes. La serie nos deja intuir ya en su segundo capítulo de qué trata y en el tercero lo desvela abiertamente, aunque con constantes tabúes. Entonces diréis, si se descubren las cartas en el tercero, ¿luego qué? Posteriormente la serie mantiene nuestro interés porque ‘Misa de medianoche’ reescribe uno de los mitos del terror más clásicos y lo hace de un modo creativo e interesante. Empuña una idea que usa el poder aterrador de Dios, un discurso aplastante y nuevo que se agradece, hace que merezca la pena todo lo que tarda en arrancar. Algunas charlas y momentos como el final del episodio cinco son prueba de ello. De hecho ese quinto capítulo podría funcionar como una película por si sola que nos asalta con un final desolador. A partir de ese momento ya se desata la cosa.

Como es de imaginar la nota religiosa domina la serie. Partamos del hecho de que se llama ‘Misa de medianoche’ y sus episodios llevan nombres de libros de la Biblia tales como Génesis, Salmos, Proverbios, Evangelio… Todo el discurso de esta inteligente producción se fundamenta y adorna con la parafernalia católica. Estos argumentos no solo se desarrollan con una relación fantástica, también cogen fuerza con dos grandes interpretaciones, la de Hamish Linklater en la piel de un joven cura que resulta tan reconfortante como eufórico y la de Samantha Sloyan que lleva a cabo un papel que recuerda al de Marcia Gay Harden en ‘La niebla’ de Frank Darabont, una católica remilgada y soberbia a la que le coges manía desde su primera escena.

Fe y culpa. El magnetismo de la palabra y obra de Dios frente al raciocinio que ve que Dios permite sufrimiento y horrores en su misterioso e inescrutable plan. Abundan los discursos que mutan muy convenientemente según se suceden los hechos. ‘Misa de medianoche’ lleva hasta el extremo el que muchos confundan el “ver es creer” con el “creer es ver”, las trampas y las vendas que la fe pone a aquellos que son fundamentalistas.

Además de esos dos protagonistas aparecen otros habituales de Flanagan como su esposa Kate Siegel o Henry Thomas. Algunos de ellos aparecen muy maquillados, envejecidos. Esto también hace que te veas venir que más adelante conoceremos una versión más jóvenes de ellos, pues de lo contrario el casting incluiría a actores más mayores que se les pareciesen. Y cuando descubres que eso tiene su utilidad y sentido te vuelve a pasar lo mismo que cuando descubres el pastel en el segundo episodio, que se mantiene el interés. El trabajo de maquillaje es muy importante, está bien ejecutado, como no lo estuvo en ‘Tiempo’ y eso que ahí era igual de necesario.

‘Misa de medianoche’ tiene tomas que ya reconocemos como propias de Flanagan. Vemos secuencias aéreas como las que usó en ‘Doctor Sueño’ o planos americanos muy al estilo de aquellos que nos inquietaban en ‘La maldición de Hill House’. Esta serie se aleja de esa propuesta pues el argumento es muy diferente, no obstante también nos pide una paciencia que acaba siendo recompensada.

Crítica: ‘Jaguar’

Naziexplotaition española de calidad

El próximo 22 de septiembre se estrena en Netflix una nueva producción española. ‘Jaguar’ llega con 6 episodios llenos de acción y emoción, algo ya típico en las producciones de quienes la han creado Ramón Campos y Gema R. Neira (‘Fariña’, ‘Velvet’, ‘Instinto’).

Partiendo de un hecho que fue real, que muchos nazis pasaron por España para continuar su huida hacia el otro lado del charco, ‘Jaguar’ nos propone una cacería. Un título que se va a unir a otros ya vistos como ‘Malditos bastardos’ o ‘Hunters’. En esta película también tenemos a un grupo que busca atrapar a antiguos miembros del partido alemán y quiere darles caza para ponerlos ante la justicia. Sin el carisma de ‘Hunters’ o la violencia de la película de Tarantino consigue engancharnos.

Esta especie de Equipo A sesentero está liderado por un elegante Iván Marcos que luce tanto músculo como en ‘Malasaña’. Pero la protagonista real es Blanca Suárez quien ejecuta el que probablemente será el papel con más acción de su carrera. Junto a ellos están Francesc Garrido, Oscar Casas y Adrián Lastra. Este último suele tener papeles más charlatanes y aquí os va a sorprender.

‘Jaguar’ nos traslada a 1962 y allí unos españoles que consiguieron sobrevivir a los campos de concentración nazis buscan su venganza. Este es un busca y captura sin redes sociales o móviles, a base de jugársela con vigilancias e incursiones. Pero sobre todo es una serie de ideales. No me refiero a que esté todo lleno de rojo y gualda, aguiluchos o yugos y flechas, me refiero a ideales humanos, a principios morales y a la ejecución de una justicia, de esas que nunca llegan o que ninguna ley de memoria histórica puede alcanzar a satisfacer.

Probablemente surja una vez más la discusión entre nacionales y republicanos, de hecho, hoy en día por desgracia está cada vez más en auge. La serie azuza ese conflicto y aunque la trama le obligue a arrimarse a la izquierda de las Brigadas Internacionales o de la CNT la finalidad no se percibe orientada a la política.

Es como si esta fuese una apuesta más por la naziexplotaition pero a la española, ‘Jaguar’ pretende mostrar a un equipo enrabietado por lo que ha sufrido, pero a su vez controlado por sus conflictos morales, tales como la fe en un Dios que permite el holocausto, la línea que se puede atravesar al matar a alguien, el resultado que pueden tener sus actos para la historia… Todos los personajes sufren de alguna manera pero es sobre todo el de Blanca Suárez quien tiene que debatirse entre su ira y su dolor al mismo tiempo.

Bien es cierto que a veces la ambientación parece demasiado moderna, que las peleas se disimulan con mucho movimiento de cámara o que la actuación de Oscar Casas deslucen la historia. Pero ‘Jaguar’ tiene intriga, y curiosidades ya que introduce alguna que otra cosa real. Bien es sabido de la red Odessa y del amiguismo que había entre la esvástica y el águila de San Juan.

Referencias históricas hay. Desde los paseos por El Prado hasta las calles de Madrid cuyos edificios han cambiado de función para dar cobijo a fiestas o sedes de los años sesenta. Pero también las hay culturales. Por ejemplo el opening animado viene acompañado de la versión de “Vientos del pueblo” realizada por Ebri Knight. Os va a recordar a los carteles de José Bardasano o Josep Renau, lo cual es lógico pues pone música al poema de Miguel Hernández Gilabert. Quizá pase con esta canción como con el “Bella ciao” de ‘La casa de papel’, espero que al menos la curiosidad haga que los espectadores descubran su verdadero origen. También suenan temas como el “Adiós a España” de Antonio Molina, la “Tómbola” de Marisol, “El emigrante” de Juanito Valderrama e incluso el himno nazi.

‘El ángel exterminador’ de Buñuel es otro huevo de pascua que vemos en uno de los episodios. La serie está relacionada con esa película pues aquí también nos adentramos en la clase alta de la época para descubrir que los lujos y los buenos ademanes esconden intenciones repugnantes y un pasado reprobable. Muy buena esa analogía que además viene acompañada de mucho ritmo.

Crítica de la tercera temporada de ‘Sex Education’

Estupenda vuelta de ‘Sex Education’ con sus extraños alumnos

El 17 de septiembre vuelve la tercera temporada de ‘Sex Education’ a Netflix. Volvemos a Moordale, el llamado Instituto del Sexo, con una nueva directora, Hope, de armas tomar. Los alumnos se enfrentan a un curso de desinformación y miedo.

Otis y Meave han dejado el consultorio y con ello su amistad. Ambos están enfrascados en distintas historias que les están haciendo aprender y crecer. La historia de Meave e Isaac va perdiendo poco a poco interés, pero sí que tiene más de un momento bonito. Mientras Otis y Ruby, crean una extraña pareja que creo que os va a encantar.

Adam, poco a poco comienza a sentirse mejor con él mismo, es sin duda el personaje que más me ha gustado esta temporada. Su evolución es real y está magníficamente plasmada gracias, Connor Swindells, actor que lo interpreta.

Su relación con Erik hará que descubra muchas cosas y logre poco a poco abrirse al mundo a su manera, por supuesto.

En esta nueva temporada contaremos con alienígenas, magdalenas vaginales y animales de compromiso.

Vemos también que al igual que en las relaciones adolescentes comienzan  a conocer el dolor, la alegría y el amor. Las relaciones de los personajes adultos van por el mismo camino, ilusiones y desilusiones a partes iguales.

Como siempre las actuaciones en general están genial. Un reparto joven, pero que borda todo lo que les ponen. Al final son todo personajes distintos y bastante peculiares y la verdad que es una de las esencias de la serie. Tenemos dos caras nuevas, Jemima Kirke, dando vida a la profesora Hope y a Jason Isaacs, que da vida al insoportable tío de Adam.

Si que se nota un montón la evolución de todos. Adultos y adolescentes, pero los chavales están creciendo y dándose cuenta de que la vida es bastante complicada. Cuando hay ciertas situaciones que no son todavía capaces de superar pese a creerse adultos.

Esta temporada trata mucho del crecimiento personal, de lograr pasar al siguiente nivel sabiendo que en la vida van a tener que llorar, reír y sobrevivir. Aceptarse a sí mismo y a los demás. También el saber dejar marchar y dejarse volar por mucho que quieras a una persona.

Al igual que la anterior temporada me dejó un poco floja por ciertos acontecimientos que ocurrían. Esta tercera, vuelve a su curso para devolvernos esa locura especial que la caracteriza. Esperemos que vuelvan pronto para conocer como les ha ido en verano a nuestros personajes.

Crítica de ‘American Horror Stories’ el spin-off de ‘American Horror Story’

Nuevas propuestas con sorpresas en los repartos

Ha llegado la primera temporada del spin-off de ‘American Horror Story’ tras unas estupendas y rompedoras temporadas que fueron cambiando de narración en cada bloque de episodios. Un estreno de Disney+ que podrá empezar a verse desde el 8 de septiembre. La serie que tendrá un total de siete episodios cuenta en la producción con los creadores de la producción original, Ryan Murphy y Brad Falchuk.

Ya hemos podido ver los tres primeros capítulos de ‘American Horror Stories’. Son episodios que no siguen una historia en común (de ahí el cambio a plural de Story a Stories).Estamos ante una serie antológica. No obstante los dos con los que arranca la temporada forman uno solo bajo el título ‘Rubber(wo)Man’.

En la primera propuesta una casa pintoresca pero no atemorizante es el escenario al que se muda una pareja homosexual con su hija. Una casa que tiene fama de ser la “casa encantada más famosa de la costa oeste” a causa de las muertes allí acontecidas. La pareja quiere hacer negocio con esa popularidad, allí, en el país donde una de las mayores fiestas es Halloween. Un traje de cuero (muy en sintonía con el clásico estilo visual de la serie) aparece en la nueva vivienda y comienzan a sucederse las cosas raras.

Al igual que ocurría con Chucky, Annabelle u otros objetos famosos del imaginario de terror un objeto vuelve y vuelve atrayendo a la protagonista. Los sustos y los trucos son bastante clásicos. ¿Cuántas veces hemos visto la típica pelota que llega por si sola a los pies de la protagonista? Aun así, tiene valor la historia de homosexualidad que sigue la onda de ‘Nación salvaje’ e introduce el silbido de ‘Kill Bill’, usándolo más en relación con la película de la cual viene realmente esa canción, ‘Twisted nerve’.

Terror con morbo, mezcla nada rara y menos en esta serie. Los dos primeros capítulos han sido dirigido por Loni Peristere (‘Firefly’ o ‘American Horror Story’) y lo protagonizan Sierra McCormick, Matt Bomer y Gavin Creel. Como curiosidad podemos decir que actúan también aquí Kaia Gerber, hija de Cindy Crawford (actuando igual de mal que la madre). Y aparece otra hija de celebrity, Paris-Michael Katherine Jackson (Michael Jackson). Esperamos expectantes la aparición en la serie de Macaulay Culkin.

Quien se ha encargado del tercer episodio, titulado ‘Drive in’, es Eduardo Sánchez uno de los directores de ‘El proyecto de la bruja de Blair’. En él aparecen Rhenzy Feliz, Madison Bailey, Ben J. Pierce o el genial John Carroll Lynch.

Empieza con un guiño a ‘Deadpool’ que solo unos pocos entenderán y está sembrada de detalles a otras películas clásicas de terror. Porque va sobre el morbo o la utilidad del cine de terror. Una película maldita nos devuelve al mundo de las supersticiones, las leyendas urbanas o los modernos creepypasta que Sánchez ya alimentó en su día. La sangre y lo retorcido están presentes pero me queda claro que tanto este como los otros episodios están algún escalón por debajo de la serie original.

‘American Horror Stories’ es una franquicia de FX en rama de 20th Century Studios, es decir, contenido para adultos, aunque en el caso de lo que hemos podido ver no muy extremo. Si estás habituado a ver películas de esta temática te va a parecer del montón, hay cientos de producciones que son por el estilo. Si eres muy muy fan de ‘American Horror Story’ te entretendrá, pero en cierto sentido te defraudará.

Crítica de ‘Secretos de un matrimonio’

Tras las deprimentes bambalinas de un matrimonio en crisis

La miniserie ‘Secretos de un matrimonio’ viene a unirse al catálogo de HBO a partir del próximo 13 de septiembre. Cuidado con no confundir con ‘Historia de un matrimonio’ que es la de Netflix y aunque tienen cosas en común tanto su tratamiento como su historia son bastante diferentes.

‘Secretos de un matrimonio’ surge de una obra de Ingmar Bergman, de hecho su hijo Daniel Bergman figura como productor ejecutivo de la serie. Pero más que una adaptación diría que esta es una actualización de la obra que lanzó para televisión el famoso cineasta sueco en 1974. No he tenido oportunidad de verla pues no está disponible en ninguna plataforma pero me consta que en la original dos personas comienzan a cuestionarse su relación tras ver a una pareja de amigos discutir en una cena. Como poco esta serie introduce una referencia a eso en uno de los episodios.

Vida ordinaria, normalidad, común. Son adjetivos que le pegan a esta serie. Y es que la trama nos lleva a la historia de una pareja que se está desmoronando. Aunque más adelante repetiré que me ha aburrido soberanamente hay que reconocer que está bien hecha si lo que se pretende es ponernos en la piel de alguien que espía a dos personas mientras estas se encuentran en un bucle de complicidad, cariños, tensiones, discusiones, peleas y sexo y vuelta a empezar.

‘Secretos de un matrimonio’ habla mucho de la ruptura del techo de cristal bajo el que se encuentran a menudo las mujeres. Se hace hincapié en que en la pareja que interpretan Jessica Chastain y Oscar Isaac ella es la que trabaja más y lleva más dinero a casa. Pero más allá de eso sirve como manual para aquellas parejas que apenas hablan. Y es que la serie son charlas y más charlas, discusiones y más discusiones. Es totalmente conversacional y apenas tiene momentos que dependan de la acción. ¿Por qué digo que es como un manual? Pues porque a menudo descubrimos que en las relaciones no se habla, básicamente la gente se guarda sentimientos, pensamientos y secretos. Y así ha sucedido, que tras el confinamiento aumentaron las rupturas, aunque un buen dato es que los divorcios consensuados son más frecuentes.

No es la primera vez que el israelí Hagai Levi, creador de la serie, se mete en una historia de parejas o terapias. Es indudable que ha adoptado un sobrio estilo sueco y aunque no nos abrace con un drama existencialista si nos plantea como puede estar maquillada o tolerada una profunda crisis. Los protagonistas son dos cuarentones que se convierten en padres y se replantean su convivencia. La historia nos lleva por distintas etapas de ese conflicto sin apenas artificios visuales, lo cual hace de ‘Secretos de un matrimonio’ algo aún más monótono y en consecuencia realista.

El único mérito narrativo de esta serie es el que revela que ha sido rodada en época COVID. Así lo descubrimos pues cada episodio empieza mostrando al equipo de rodaje trabajando tras bambalinas, entre asistentes, técnicos, dobles de iluminación… Todos con mascarilla. Una manera de empezar con un plano secuencia estupendo que nos indica que nos vamos a colar en las bambalinas de una pareja, pero que después queda deslucido.

Soy de los que piensan en que la risa es más poderosa y que es mucho más difícil hacer reír que llorar. Por eso soy de los que llegan hasta a aborrecer las historias lacrimógenas. Por mucho que se edulcore o maquille el final es el caso de ‘Secretos de un matrimonio’. Que si, que está muy bien interpretada pero que tiene poco más objetivo que dejar un reguero de lágrimas, deprimente.

Así es el regreso de ‘Lo que hacemos en las sombras’ con su T3

Nuestros vampiros favoritos se ven en una posición que nunca imaginaron

Desde este viernes 3 de septiembre podemos disfrutar en España de la tercera temporada de ‘Lo que hacemos en las sombras’ que se ha estrenado con doble episodio. Tanto la primera como la segunda supusieron una prolongación magnífica de la película de Jemaine Clement y Taika Waititi estrenada en 2014. La segunda incluso podemos decir que tuvo mejor acogida pues además de confirmar lo estupenda que es esta comedia vino a animar nuestros confinamientos.

Tras dos temporadas hilarantes no se puede decir mucho más. He de declararme fan de esta serie y con esto también puedo reconocer que con ella pierdo casi toda mi objetividad. A si es que si escribo esta crítica es por recalcar que han vuelto estos patéticos vampiros y por reincidir en mi recomendación de que veáis ‘Lo que hacemos en las sombras’.

Patetismo y absurdo. La dinámica de ‘Lo que hacemos en las sombras’ temporada 3 sigue siendo la misma. Las historias incoherentes siempre cuesta mantenerlas o finalizarlas. Pero Jemaine Clement está sabiendo desarrollar su locura, siempre se le ocurre algo para seguir con ella. Ya de por si contar con la premisa de unos torpes vampiros, socialmente nulos y conviviendo juntos parece disparatada. Pero la serie va siempre un paso más allá y nos han posicionado en tal punto de ilógica que está preparada para que cualquier cosa valga.

Y aún con todo esto no nos esperamos nunca lo que va a suceder. En la temporada dos Guillermo (Harvey Guillén) montaba una escabechina vampírica a raíz de sus genes heredados de los Van Hellsing. Si esta fuese una serie al uso imaginaríamos que nos espera un enfrentamiento entre los vampiros y el hasta ahora su fiel familiar. Pero la cosa no va por ahí. Nandor, Laszlo, Nadja y Colin Robinson se ven en una posición en la que jamás pensarían que estarían. Un lugar que les abre todo un mundo de posibilidades, que nos hace conocer más este mundo vampírico y que por supuesto consigue que nos partamos de risa, ya sabéis lo habitual con Taika Waititi.

Tras el gran número de cameos de las otras temporadas cabía esperar que en esta hubiese nuevas apariciones. Hay nuevos personajes y por supuesto cameos. En uno de los dos primeros episodios ya tenemos uno que a los fans de la película original va a encantar. Y se intuye que con cierto personaje oculto hay aguardándonos una cara conocida.

En resumen. Continúa el humor negro y ridículo con el que nació esta franquicia. Vemos más que nunca que los vampiros dependen de Guillermo pero a la vez que le tienen miedo. Y lo vemos como siempre, en forma de falso documental, cámara en mano y con entrevistas tipo confesionario. Visto lo visto, no me entra en la cabeza que ‘Lo que hacemos en las sombras’ pueda disgustarme, ni con un cambio de tónica ni eliminando a alguno de estos queridos personajes. Os recomiendo que le hinquéis el diente pues es una inyección de oxígeno.

Crítica: Primeros episodios ‘La Casa de Papel: Parte 5’

En esta guerra tendrán que sobrevivir luchando hasta el final

Hemos tenido la oportunidad de ver los dos primeros episodios de la primera parte del final de ‘La Casa de Papel: parte 5’. Esta quinta temporada tan esperada llega este viernes 3 de septiembre con los primeros cinco episodios. Para concluir el 3 de diciembre con los siguientes cinco episodios.

¿Qué decir? Seguimos desde el final tan tremendo de la cuarta temporada (no seguir si no habéis visto el desenlace del último episodios), en donde Alicia Sierra ha conseguido encontrar al Profesor y nuestros protagonistas están tras las cuerdas con la llegada del ejército.

Una de las cosas que más me gusta de esta serie, es que ha llegado un momento en el que se les va de madre y aun así sigue siendo muy disfrutable. Como espectador, llega un momento que quizás tengas que dar varios saltos de fe para creerte todo, pero lo dicho, sigue deleitando a sus fans.

Llena de acción y de situaciones que llegan a ser algo absurdas. Como un destacamento de lo que podría llamarse mercenarios, que podemos ver ya en el tráiler, la serie avanza con rapidez. También os digo, ¿si las series estadounidenses logran convencernos de verdaderas locuras, por qué nuestras series no van a ser capaces de lo mismo?

Sí, solo hemos podidos ver los dos primeros episodios y aun así ocurren ciertas cosas que van a ser bastante decisivas para el desenlace de nuestros protagonistas. O al menos esas son las sensaciones que nos han dejado al terminar el segundo episodio.

Vemos dos caras nuevas. Ya os hablamos hace poco de ellos en uno de nuestros artículos de presentación de esta quinta temporada. Conoceremos al hijo de Berlín, interpretado por Patrick Criado (‘Antidisturbios‘). Y veremos un poquito más del pasado de Tokio y del amor de su vida interpretado por Miguel Ángel Silvestre (’30 Monedas’). Supongo que a lo largo de la temporada se les verá más o tendrán más transcendencia. Porque lo que es en estos episodios simplemente han sido una mera presentación de ambos.

En cuanto a los actores, como siempre no decepcionan y podremos ver la cara más terrible de Alicia Sierra (Najwa Nimri) la cual ya ha perdido todo y le da lo mismo arriesgar lo poco que le ha quedado por toda su rabia contenida hacia el Profesor.

Poco más puedo comentaros, han vuelto y con ganas de guerra. Como siempre el trabajo de acción de sus protagonistas es maravillosa y no tienen que envidiar a ninguna otra producción extranjera.

Crítica: ‘Nine perfect strangers’

Nine perfect strangers‘ es divertida y embaucadora

Nine perfect strangers’  llega esta semana a Amazon Prime Video. Una miniserie de 8 episodios con un reparto de lujo y dirigida por Jonathan Levine (‘Casi Imposible’). Basada en la novela de Liane Moriarty, autora también de la aclamada ‘Big Little Lies’.

La serie nos presenta a nueve personas que no están pasando por el mejor momento de sus vidas, todos, se dirigen a pasar 10 días en un lugar de descanso y meditación. Algunos van a perder peso, otros a arreglar su matrimonio u otros simplemente necesitan dar un giro a sus vidas.

Todos ellos se encuentran con algo que no esperan. Las duras restricciones que tienen en el resort les van quitando las ganas poco a poco de seguir allí. El perder sus móviles, comida basura o el alcohol, será algo complicado de aceptar por mucho de los huéspedes.

Pero al mando de este lugar de descanso está Masha que hará que todos ellos logren sus objetivos aunque sus métodos no sean de lo más rutinarios.

Nine perfect strangers’  es adictiva desde el primer momento, no por las cosas que ocurren, que también, si no por sus personajes. Cada uno con su personalidad, cada uno con sus problemas que poco a poco vamos descubriendo.

Son increíbles y están interpretados de manera impresionante por el estupendo elenco que han escogido. Bobby Cannavale, Luke Evans, Melvin Gregg, Rigina Hall, Tiffany Boone, Manny Jacinto, Asher Keddie, Nicole Kidman, Melissa McCarthy, Michael Shannon, Grace Van Patten, Samara Weaving, entre otros, completan el reparto y os aseguro que les vais a coger mucho cariño. Pese a sus defectos, pese a sus formas de ser, logras encajar con unos u otros. Al final los problemas que más componen toda esta serie, vienen dados del estrés de la vida en ciudades grandes, donde no se nos da ni tiempo a descansar.

Aunque todos están estupendos, admito que Melissa McCarthy me ha encantado en su papel de escritora a punto de darle un ataque de nervios. O Samara Weaving, que sorprende con el maquillaje que le han colado para parecer una muñeca de plástico por culpa de todas las operaciones de su personaje. Y qué deciros de Michael Shannon, le adoro y aquí hace un papel bastante sufrido que borda desde el principio.

Toda esta historia llena de misterio nos lleva a adentrarnos mucho en la psicología de los personajes. Vemos como sus secretos mas ocultos, pueden ser causas de sus problemas actuales.

A falta de ver los dos últimos episodios, ya que solo hemos podido ver seis, la serie lleva muy buen ritmo y no decepciona. Después de leerme el libro puedo decir que si que han adaptado todo bastante bien y al menos para mí, lo más importante, han logrado conseguir la esencia de los personajes.

Nine perfect strangers’ llega a Amazon Prime Video el próximo 20 de agosto con sus tres primeros episodios. El resto se irán estrenando semanalmente.