La incómoda verdad de vivir en una civilización cuyos cimientos apestan
Seguro que todos habéis oído la historia de personas que han decidido romper con el ruido de la ciudad e irse al campo a llevar una existencia más sencilla, sin llegar al extremo de Beatriz Montañez, pero buscando reducir la complejidad de los quehaceres y reconectando a la vez con aquello que únicamente satisface las necesidades más básicas. Esa confrontación de conductas o filosofías de vida es la que sucede siempre que dos civilizaciones se encuentran por primera vez. Casi siempre la “más avanzada” siente envidia por la sobria felicidad de la otra y acaban mirándose por encima del hombro y llegando al conflicto armado.
‘Exterminad a todos los salvajes’ es una nueva obra de Raoul Peck, cineasta concienciado tanto política como cinematográficamente con los conflictos raciales. El autor de ‘I am not your negro’ analiza esta vez en formato de serie de cuatro episodios la construcción de la supremacía blanca, del colonialismo que tradicionalmente ha buscado la imposición de su cultura. Desde el 8 de abril en HBO podréis ver esta exposición o visión de cómo el hombre blanco se ha fraguado a sí mismo y con la fuerza de las armas o el comercio como una raza preponderante.
A través de recreaciones, simulaciones y sobre todo mucho material de archivo Peck nos transmite su visión de la evolución del ser humano en los últimos siglos, empleando además su experiencia personal. Hilando todo eso muy bien ha conseguido que ‘Exterminad a todos los salvajes’ sea un Interesantísimo documental, con reflexiones valiosas, con verdades incómodas. También con imágenes duras, de masacres y de masacrados.
Quizá en España no nos haga falta este documental para saber que la raza blanca tiene un pasado oscuro. Conocemos los detalles de la conquista de América o lo que sufrieron los conversos en nuestra tierra tiempo después de aquello. Al fin y al cabo todo se reduce a la teoría darwinista de “la supervivencia del más apto o la preservación de las razas favorecidas en la supervivencia”. Pero si nos queremos considerar civilizados hemos de dejar a un lado el comportamiento animal.
El documental va a la raíz de muchos conflictos y conceptos que están hasta injertados en nuestro ADN. Mal conservados tras años de prejuicios y de historia tergiversada, manipulada o poco documentada. En ambos bandos (si se me permite usar la palabra bando para distinguir entre oprimido y opresor) hay errores y adulteraciones de la visión del pasado. Pero es innegable que las palabras codicia, esclavitud, traición, conquista, fascismo, masacre, incomprensión… están grabadas a fuego en algunos episodios de nuestra historia que se han producido por diferencias de culturas, raza o religión.
Al final todo se reduce a una historia de racismo y de preponderancia de una raza. A parte de a imperios o exterminios clamorosos ‘Exterminad a todos los salvajes’ dedica tiempo a cosas tan básicas como el uso de la palabra “negro” o a analizar los instintos más básicos del ser humano. El documental acaba encallando una y otra vez en las costas del nazismo y el mismo movimiento nacionalsocialista es el eje del último episodio, que culmina Peck con un apabullante plano de Auschwitz. Al fin al cabo el culmen de todo proceso es la sistematización del mismo para optimizarlo y eso es lo que los alemanes hicieron con su propaganda, sus campos y las cámaras de gas.
“La inquietante confianza de la ignorancia”, «¿Quién diablos es Colón?», «Matar a distancia o… cómo disfruté mucho la excursión» y «Los colores brillantes del fascismo» son los más que ilustrativos títulos de los capítulos que nos llevan desde América hasta las Indias. El ser humano ha extinguido a muchas especies de animales, pero el aniquilarse por el simple color de la piel demuestra que la civilización que actualmente domina la Tierra es altamente ignorante y a menudo olvida su negro pasado.
Las comparativas o las ironías que emplea el documental ponen en relevancia la hipocresía de nuestra sociedad actual. El primer mundo a menudo olvida que se ha construido a base de movimientos migratorios y que se conservan vestigios colonialistas como Guam, Gibraltar, Polinesia, Malvinas, Nueva Caledonia… Mientras en algunos países crecen los fanatismos anti extranjeros, sus propios ciudadanos dejan de lado ciertas asignaturas sin aprobar desde hace siglos. ‘Exterminad a todos los salvajes’ también se fija en lo preocupante que es que en pleno siglo XXI se alcen presidentes como Trump o Bolsonaro.
Josh Hartnett, el actor que rechazó ser Superman por querer apartarse un tiempo de Hollywood, se encarga desde la ficción de dar vida a una cara cruenta y realista de esos colonizadores que por muchas de sus acciones bien pueden considerarse asesinos o genocidas. Muchas de sus escenas surgen del proyecto fallido que se iba a llamar ‘Continental drift (Deriva continental)’ y que iban a hacer juntos Peck y Hartnett. Sus imágenes os pueden parecer duras, pero aún más lo van a parecer otras reales que las suceden.
Nuestra cultura pop a veces ha contribuido a enmascarar la historia y otras a intentar arrojar luz. Es por eso que Raoul Peck emplea fragmentos de novelas o de películas como ‘El Álamo’, ‘Gangs of New York’, ‘Indiana Jones’… así como de películas suyas como ‘Moloch Tropical’. Tanto los unos como los otros han intentado siempre quitarse de encima salvajadas y atribuírselas a otros. Y no digo que ambas partes no se hayan atacado mutuamente, en muchos casos no sabremos nunca quién tiró la primera piedra, pero la hipocresía del hombre blanco está histórica y reiteradamente probada (en guerras, cruzadas, holocaustos o actuaciones policiales). Esperemos que no tengan que salir más documentales como este para que aprendamos del pasado.
“La inquietante confianza de la ignorancia” es una máxima más que elocuente cuando se habla de los «conversos» desde una perspectiva racial, entre otras perlas. Los andalusíes eran hispanorromanos arabizados e islamizados, no seres de piel más oscura. Respecto a la conquista española de América, el autor de esta desafortunada reseña puede leer a John Elliott o Hugh Thomas sobre los debates que precedieron a las leyes de Burgos (1512) y leyes de Indias (1542), establecidas para la defensa de los indígenas y que sentaron las bases de los modernos derechos humanos.
Por supuesto que no se puede olvidar otros eventos similares, pero los que trata el documental no dejan de ser condenables. Entonces según tu, el fin justifica los medios.