Documentado como nunca, contando lo que nunca dijeron los documentos
Movistar+ lanza el 22 de abril una nueva bomba, una producción documental original creada en colaboración con ‘93 Metros’ acerca de un famoso episodio sucedido en España que tuvo lugar el 17 de enero de 1966. Famoso pero quizá no tan gravemente considerado como se debería, debido a la mofa que se ha ido haciendo con el tiempo sobre el tema y debido a la información oculta desde el primer instante. ‘Palomares’ llega a para mostrar mucho material inédito y para dar voz a aquellos que con el tiempo nos pueden devolver a la historia original, algo nublada con el tiempo, ahora libre de censuras.
Cuatro episodios para cuatro bombas que cayeron sobre el municipio almeriense en 1966. Pero no unas bombas cualesquiera, explosivos que habrían dejado en algo anecdótico lo de Hiroshima pues podrían alcanzar hasta una potencia hasta 75 veces mayor. Cuatro bombas de las cuales al poco aparecieron tres, actualmente expuestas en el Museo Nacional de Ciencia e Historia Nuclear de Albuquerque (Nuevo México), claro, donde los isótopos. Y por supuesto una cuarta de la que tarde se sospechó que había caído en el mar, en ese mar en el que hoy en día la gente se baña, pesca y en cuya arena hay un chiringuito y una discoteca.
El desconocimiento y la ignorancia es un factor clave en este suceso. Desconocimiento por cómo sucedió, por lo que hacían esos aviones previamente y por cómo había que manejar esos restos del accidente. Los sencillos habitantes e incluso los Guardias Civiles de la región estuvieron expuestos a la radiación y a una posible muerte fulminante sin ni siquiera ser conscientes de ello. Interesaba que predominase la desinformación en todo esto, pero el despliegue militar era tan de película que el suceso dio la vuelta al mundo. El documental Daniel Boluda (‘El Palmar de Troya’), Maria Cabo (‘Clandestino’) y Álvaro Ron (‘Los protegidos’) abre una pregunta ¿Quién es más cateto? ¿El que hace sin conocimiento o el que sabe que lo que hay y aun así lo gestiona de un modo imprudente y egoísta? No son pocas las negligencias de esta historia.
‘Palomares’ se centra en entrevistar a los supervivientes, tanto pilotos como aquellos que por entonces eran unos niños. Gentes que usaban la aparición de los aviones en el cielo como un indicador horario dada su repetitividad de maniobras. Gentes casi totalmente ajenas a la guerra fría y soldados listos para atacar a los soviéticos en unos minutos. Sus testimonios se contradicen en determinados puntos pero gracias al denominador común que extrae el documental vamos hilvanando la historia. Que este choque de mundos y culturas no acabase en una tragedia fue cosa del azar, para los creyentes, un milagro.
Con ‘Palomares’ descubrimos multitud de detalles relacionados con el accidente y todo lo que le rodeo y eso puedo decirlo habiendo podido ver previamente solo dos de los cuatro episodios. Con más o menos conocimiento lo que sí que predomina en todas las versiones de la historia es que los voluntariosos habitantes de Palomares y alrededores fueron clave para salvar las vidas de algunos de los ocupantes de los aviones. ¿Habrían hecho lo mismo si supiesen que lo que llevaban tiempo haciendo sobre sus cabezas y a diario eran maniobras de repostaje en pleno vuelo cargando siempre con bombas termonucleares? Yo diría que sí.
El gobierno de la época y las autoridades militares actuaron desconsideradamente hacia los palomareños. Obviamente son muchos los que aquí se lavaron las manos, incluido Fraga que literal e insensatamente se las lavó en esa costa mediterránea. Siempre me he preguntado si ese baño con posible dopaje radiactivo fue la causa de su longeva y gruñona vida, emergió del mar cual Godzilla. Hasta la veracidad de ese chapuzón fue cuestionado y el documental habla de ello.
Este accidente se considera uno de los más graves de la aviación estadounidense, un Broken Arrow como tipifican ellos. Sucedió antes que Chernobyl y pudo haber sido aún mucho peor. Pese a todo esto sus consecuencias prevalecen en la zona y salvo medidas del CIEMAT poco se tiene en cuenta. A pesar de los esfuerzos posteriores de limpieza del ejército de EE.UU. Palomares es a día de hoy la población más radioactiva de España. Muchos esperan aún una compensación por lo sucedido pues o bien su economía o bien su salud se ha visto afectada, protestas que en la época llevaron a algunos a la cárcel. La propaganda de la época caló en una población crédula, pero la historia va poniendo en su lugar a aquellos que decían aquello de “Spain is different”, irradiantemente diferente.