Ingeniosa dentro del patetismo y el absurdo de sus personajes
Será el 4 de julio cuando Movistar Plus+ estrene ‘Poquita fe’. La nueva serie de Juan Maidagán y Pepón Montero aka Montero y Maidagán, autores de otras comedias como ‘Justo antes de Cristo’ o ‘Los del túnel’, os contará en doce episodios, uno por cada mes del año, la vida de una sosaina y gris pareja cuya vida está llena de momentos de lo más mundanos pero a la vez ridículos. Cada capítulo ronda los quince minutos de duración a si es que tras verla podemos garantizaros que os esperan más de tres horas de running gags y chistes dignos de un gran monólogo.
Normalmente se dice que la fuerza o el gancho de un monólogo está en conseguir conectar con el espectador a través de elementos de la vida cotidiana. Toda ‘Poquita fe’ sigue esa máxima. La serie relata un año en la vida de una pareja interpretada por Raúl Cimas y Esperanza Pedreño. Ellos son personajes patéticos y seguimos su trivial vida a través de situaciones incómodas que nos analizan o relatan ellos mismos en un formato de falso documental, como tanto ha hecho Gervais en su carrera, pero sin llegar a esos niveles de acidez.
A través de la vida de este vigilante de seguridad del INAP y de esta profesora de guardería recorremos una historia de entendimiento repleta de malentendidos. El título puede aludir a la poca fe que se tienen mutuamente y hacia sus peculiares amigos, compañeros, vecinos y familiares, todos ellos interpretados por Julia de Castro, Chani Martín, Marta Fernández-Muro, Pilar Gómez, María Jesús Hoyos, Juan Lombardero o Enrique Martínez, entre otros. El desconfiar de sus más allegados hace que la serie esté llena de sorpresas, recelos, suspicacias y desconcierto.
Todo el elenco de secundarios está estupendo, aportando esas réplicas que muchas veces aparecen de manera breve y súbita, haciendo de la serie un entretenimiento rapidísimo. Pero para mi gusto ‘Poquita fe’ se mantiene por la vis cómica de ambos protagonistas, sin duda reforzada por la voz tan característica de ambos. Con ellos las vicisitudes de una pareja que en la realidad estaría condenada a vivir en la más amarga monotonía parecen aventuras dignas de contar en la cena de Navidad cual cuñado venido arriba. Es por eso que esta es una serie ingeniosa dentro del patetismo y absurdo de sus personajes.