Sinopsis
En Kivu (RD Congo), uno de las zonas más violentas del mundo, un grupo de mujeres llega hasta el Hospital de Panzi después de haber sido violadas en grupo por las guerrillas de la zona que dominan los recursos minerales. Su tratamiento psicológico antes de la reinserción las enfrenta al dilema de aceptar a los bebés que han dado a luz tras las violaciones, encontrando en la cuestión de la maternidad, una manera de resistir.
Crítica
Semillas de Kivu recuerda que la ignorancia no es una excusa, sino una decisión
Se habla de la Guerra de Ucrania como un abuso por parte de Rusia y de la guerra en Gaza como un genocidio. Los principales países de Occidente contribuyen en mayor o menor medida a estos conflictos, manteniendo posiciones prudentes, codiciosas o cobardes, según se mire. Pero hay algo peor: la ignorancia. Hay conflictos armados que llevan un cuarto de siglo enquistados, hasta el punto de llegar a ser considerados el segundo mayor genocidio desde la II Guerra Mundial, al menos en términos de cifras. De esas guerras ya no se acuerda nadie, son lugares y gentes que no interesan, no son lucrativos. Menos mal que aún quedan personas que no se olvidan que el mundo va más allá del “primer mundo”.
Es precisamente esa ignorancia la que el cortometraje ‘Semillas de Kivu’, dirigido por Néstor López y Carlos Valle Casas, pretende romper. Con un enfoque tan valiente como profundamente humano, esta obra trasciende la denuncia para ofrecer un relato poderoso sobre la crisis que ha devastado la provincia de Kivu en la República Democrática del Congo. Pero el foco no son las armas, ni el coltán, ni las etnias, son las mujeres.
El cortometraje es de principio a fin un testimonio inapelable. Se entrelazan historias personales y datos históricos con una sensibilidad que huye del sensacionalismo, logrando que el espectador no solo entienda las dimensiones del conflicto, sino que empatice con sus víctimas y llegue a pensar si él mismo es cómplice del ostracismo que sufren ciertos países. Uno de los mayores aciertos de ‘Semillas de Kivu’ es su capacidad para humanizar cifras que sin aparecer en pantalla están presentes. Las imágenes, cuidadosamente seleccionadas, oscilan entre la devastación y la resiliencia, entre la brutalidad de la guerra y la fuerza de quienes, contra todo pronóstico, siguen sembrando esperanza, como el Doctor Denis Mukwege. En lugar de centrarse únicamente en estadísticas, López y Valle Casas ponen rostros y nombres a las víctimas y supervivientes, otorgándoles una voz que con frecuencia se les niega. Esto convierte el cortometraje en una herramienta poderosa no solo de denuncia, sino también de educación y sensibilización. Algo que se consigue no solo con entrevistas o imágenes, sino también aludiendo a las sensaciones (no al sensacionalismo, repito) con la música de Arturo Cardelús, que también pone melodía a ‘Los cayucos de Kayar’, otro cortometraje inscrito para los Goya 2025 que trata sobre otro tema crítico y crucial en África.
‘Semillas de Kivu’ no es solo un cortometraje, sino una llamada a la acción y una reflexión sobre la complicidad que el silencio y la ignorancia pueden tener en tragedias como la del Congo. Y sobre todo es un clamor por acabar con esas sociedades que permiten actos tan atroces como usar una violación como arma de guerra. Mientras algunas guerras dominan los titulares, otras se pierden en el olvido con consecuencias devastadoras. En un mundo donde la información está al alcance de la mano, ‘Semillas de Kivu’ recuerda que la ignorancia no es una excusa, sino una decisión. Una decisión que este cortometraje nos invita, con urgencia, a reconsiderar.
Ficha de la película
Estreno en España: 2024. Título original: Semillas de Kivu. Duración: 30 min. País: España. Dirección: Néstor López, Carlos Valle Casas. Guion: Néstor López. Música: Arturo Cardelús. Fotografía: Pablo Díaz. Producción: Auntie Films, Filmakers Monkeys. Género: documental. Web oficial: https://filmakersmonkeys.com/