Enganchados a la dramática y terrorífica historia de esta casa del terror
Seis episodios de diez hemos visto de ‘The Haunting of Hill House (La maldición de Hill House)’. ¿Por qué nos haces esto Netflix? Se agradece que nos dejen ver previamente capítulos de series, pero cuando ves algo más de la mitad de una serie tan buena se te hace interminable la espera al estreno global y el lanzamiento de la temporada completa. Esto será el próximo 12 de octubre, casi justo después de verse en el festival de Sitges el día 7 y hasta entonces nos mantendrán expectantes por ver como acaba esta excelente serie basada en la novela de Shirley Jackson. Mientras, yo os transmito sin spoilers mis primeras impresiones.
Mike Flanagan (‘Oculus’, ‘El juego de Gerald’) es quien está tras ‘La maldición de Hill House’. Su personal puesta en escena con colores apagados y momentos de sosegada y ominosa calma se pone a merced de una historia que transcurre en nuestros días pero que sabe mucho a terror gótico. Esta producción de Amblin TV y Paramount Television nos cuenta la experiencia de la familia Crain en una mansión de aciago y antiguo aspecto.
Ha habido otras adaptaciones de la novela de Jackson que al igual que esta nueva producción se permite sus licencias. Véase ‘The haunting (La casa encantada)’ (1963), la versión del mismo título que en España se conoció como ‘La guarida’ o incluso la parodia de ‘Scary Movie 2’. Pero en formato de serie es la primera vez que se explota este texto. Una serie entera sobre una casa encantada que para nosotros puede ser inquietante y terrorífico, pero ¿os imagináis para sus protagonistas que pasaron allí su infancia?
Este nuevo estreno de Netflix es un engorroso drama familiar causado por un detonante terrorífico. O más que por uno por muchos que van viviendo sus miembros y que desembocan en una noche en concreto de la que de momento en los episodios que hemos visto no sabemos sus acontecimientos exactos. Instantes conmovedores y también escalofriantes son los que vamos viendo pero también podemos observar las secuelas de haber crecido en el que se convierte en el caserón maldito más famoso del país.
Como punto fuerte también está su guión que nos brinda una narrativa llena de saltos en el tiempo. Cada episodio está destinado a desgranar el pasado, presente y psique de cada uno. En todas las entregas nos alternan escenas del antes y el después de un evento que se convierte en leitmotiv hasta que conocemos la vivencia de todos en profundidad. Nos ofrece tantos puntos de vista como integrantes del clan tenemos y así se va componiendo un misterioso y estremecedor puzle tremebundo. Siempre girando en torno a alguno de los Crain, está bien esta técnica para contarnos la historia porque aunque realmente no avancemos en el tiempo durante la primera mitad de la serie si que se nos van aportando particulares novedades, acompañadas por supuesto de algún susto y de la atmósfera tan conseguida que tiene.
Entre actores infantiles y adultos el reparto es bastante extenso. Michiel Huisman, Carla Gugino, Timothy Hutton, Elizabeth Reaser, Oliver Jackson-Cohen, Henry Thomas, Kate Siegel y Victoria Pedretti, así como los niños y niñas Lulu Wilson, McKenna Grace, Paxton Singleton, Violet McGraw y Julian Hilliard. Repite con Mike Flanagan y con Netflix la actriz Carla Gugino (‘El juego de Gerald’). La Espectro de Seda de ‘Watchmen’ se convierte además aquí en una de las mayores protagonistas por su interpretación e importancia, a pesar de que relativamente no es una de las protagonistas principales. Porque en quienes se centran los episodios es en los que hacen de hijos de esta, sobre todo los actores que les interpretan en su edad adulta. Es difícil decantarse por un actor u otro, pero debido a que algunos niños no son del todo convincentes y al carácter de aquello que nos tienen que contar, son Oliver Jacskon-Cohen y Victoria Pedretti los que más han atraído mi atención. Aún así todos tienen en común que llevan con cinismo, resignación y sentimientos contenidos lo que les ha pasado y los intérpretes saben plasmarlo.
La intro de la serie va muy en la línea a lo que hemos visto en otras series de Netflix como ‘Daredevil’, pero también puede recordarnos con su música a ‘Westworld’. Como toda esta producción está llena de penumbra así como de largos y lentos zooms o travellings. Tanto el opening como gran parte de las escenas tienen una peculiar iluminación que hace que los rostros resplandezcan. Pero al contrario que en otras películas, sobre todo antiguas, ese efecto no se emplea para enfatizar alegría o amor, si no tristeza y temor.
Como momentos estelares guardo el arrollador final del episodio cinco y los planos secuencia muy bien conjuntados del sexto. En general el misterio es constante y la serie da pie a elaborar teorías. Lo sobrenatural nos puede asaltar en cualquier momento y de la manera más sutil en ‘La maldición de Hill House’. Pero también los traumas que hacen que en esta serie lo importante no sean los sobresaltos o los momentos adrenalíticos, si no la incómoda quietud y el estigma impreso en el ADN de una familia unida por una maldición.