Crítica: ‘El 47’

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En los años 60 y 70, la periferia de Barcelona se ha formado y construido en su mayor parte por inmigrantes extremeños y andaluces que han levantado los barrios con sus propias manos, pero no están considerados como parte de la ciudad. Sus chabolas ni siquiera tienen agua corriente o electricidad. Harto de que el Ayuntamiento diga que el transporte público no puede llegar a la zona porque las calles son demasiado estrechas e inseguras, el conductor de autobús de la TMB Manolo Vital (Eduard Fernández) intentará demostrar, al volante de “El 47”, que las autoridades se equivocan.

Crítica

Un ‘Cuéntame’ a lo barriada catalana

En toda civilización se han constatado éxodos hacia los grandes núcleos urbanos. La protección y abundancia de los ecosistemas artificiales creados por el hombre atraen a los necesitados y a los hambrientos de fortuna como la miel a las moscas. En códigos modernos decimos que el movimiento interno más común dentro de España es aquel que lleva a los llamados provincianos a huir de las crisis y las miserias de su tierra hacia las urbes, presuntamente repletas de oportunidades. Esto perdura hoy en día y un servidor es también testigo y partícipe de ello al haberme visto obligado a migrar por la falta de trabajo en tierras como las salmantinas y las cacereñas, de donde procede también el protagonista interpretado por Eduard Fernández.

La de ‘El 47’ es una historia aún más dramática, quizá germen, desde luego contribuyente, de ese mal que hoy llamamos la “España vaciada”, pues se enmarca en una ciudad creciente como Barcelona que por entonces estaba rodeada de precariedad y no paraba de recibir extremeños, murcianos y andaluces por doquier. Aunque su historia de desahucios y de poblados chabolistas aún se ve hoy en día, nos traslada a un 1958 con muchísimo por mejorar, en el que los ciudadanos estaban evidentemente más desprotegidos. Bien es cierto que el tiempo nos permite establecer una comparativa alentadora, pero ‘El 47’ nos recuerda que hay aún hay mucho por andar a nivel individual, que la rutina de nuestro día a día no nos puede impedir ponernos en la piel de aquellos con los que nos solemos topar.

Torre Baró es el barrio del Nou Barris, del extrarradio de la Ciudad Condal, que ocupa esta narración. Una zona que fue creada de la nada hace poco más de cincuenta años y que hoy en día alberga a casi tres mil habitantes. ‘El 47’ nos recuerda que en el siglo pasado tuvimos nómadas en España, que ellos son los que transformaron realmente nuestras capitales. A penas quedan gatos en Madrid, ¿verdad? Para encarrilar esta historia de evidente carácter social, algo nada raro en la filmografía de Marcel Barrena (‘Mediterráneo’), nos presentan a Manuel Vital, del cual vemos imágenes de archivo al final del filme. Él era un conductor de autobús que tenía que darse buenas palizas para llegar hasta su trabajo en el centro de Barna, al igual que todos sus vecinos. Si queréis marcaros una maratón de cine comprometido y de concienciación podéis ver esta película y la recientemente estrenada, ‘Los indeseables’. Ambas tienen valores y carácter suficiente como para hacer que mires de otra manera a aquellos con los que coincides en el metro, pero que seguramente vienen de mucho más lejos.

Aún hoy en día existen en España barrios con carencias, casi tercermundistas, repletos de jóvenes que sienten vergüenza de sus orígenes y poblados por vecinos impotentes y anulados. No hablo de absolutamente todas las barriadas de España, es cosa de excepciones. Lo mejor que hace ‘El 47’ es recalcar que en esos lugares a los que a priori se achaca un carácter delincuente o cuanto menos peligroso, hay personas de bien consideradas o tratadas como insignificantes a pesar de ser parte de esa base social que cimenta nuestra sociedad. Barrena atina también a mostrar, como en tanas películas de David contra Goliat, que curiosamente el sistema que sustentan les machaca con la burocracia y el ostracismo. Aunque la narración es eficiente y se ve claramente su intencionalidad, hay que reconocer que ‘El 47’ redunda mucho en la miseria de sus personajes, enarbolando reiterativamente un discurso sobre la decencia de aquellos que quieren echar raíces y prosperar, retardando hasta casi una hora la aparición del vehículo que da título al filme.

Si hay que ponerle una pega al filme es el excesivo tiempo que emplea en ponernos en situación. Y hablando de enmarcar la historia, en un par de ocasiones se lleva a cabo una fusión entre imagen de archivo y el metraje rodado, al estilo ‘Cuéntame cómo pasó’. Ese carácter familiar y nostálgico de la serie de TVE está presente también en ‘El 47’. Curiosamente un actor recurrente de esa serie como es Carlos Cuevas está en el reparto y aparece de vez en cuando. Lástima que, aunque como siempre consigue una gran verosimilitud en su personaje, Eduard Fernández tenga también tenga algo intermitente en su personaje, un acento extremeño que pierde en muchas escenas.

Resulta entrañable y es digno de dedicarle una pequeña reflexión esas escenas en las que el conductor habla con sus pasajeros habituales. Hoy en día no dedicamos espacio casi ni a saludar a quien nos lleva a nuestro destino, quizá amparados en el cartel de “Se prohíbe hablar con el conductor”, quizá porque anteponemos nuestros problemas a los suyos considerándole una parte de la máquina motorizada que nos transporta. Es una reflexión casi desesperanzadora, que puede hacer que en cierto sentido te derrumbes, como lo hace la última escena, interpretada por un personaje que parece que tiene una trama un tanto descolgada y resurge al final para brindarnos un momento la mar de emotivo, quizá un tanto alargado.

Ficha de la película

Estreno en España: 6 de septiembre de 2024. Título original: El 47. Duración: 110 min. País: España. Dirección: Marcel Barrena. Guion: Marcel Barrena, Alberto Marini. Música: Arnau Bataller. Fotografía: Isaac Vila. Reparto principal: Eduard Fernández, Clara Segura, Zoe Bonafonte, Carlos Cuevas, Salva Reina, Oscar de la Fuente, Vicente Romero, Betsy Túrnez, David Verdaguer. Producción: The Mediapro Studio, RTVE, 3Cat, Triodos Bank, ICO. Distribución: The Mediapro Studio. Género: drama.

Crítica: ‘El bus de la vida’

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Andrés (Dani Rovira) viaja a un pueblo del País Vasco para trabajar como profesor de música. El primer día de clase sufre un fuerte pitido en el oído: es cáncer. Para recibir tratamiento debe desplazarse al hospital de Bilbao en El bus de la vida, un viejo autocar conducido por Mai (Susana Abaitua), que traslada gratuitamente a todos los pacientes de la zona.

Gracias a las risas, confidencias y experiencias musicales compartidas con sus compañeros de viaje, Andrés irá obteniendo la fuerza necesaria para enfrentarse a sus miedos y llegar a cumplir el sueño de subirse a un escenario.

El bus de la vida está inspirada en una historia real.

Crítica

Ensalza el valor de ser solidario aun cuando es uno mismo el que necesita solidaridad

Juzgar una película que intenta abordar un tema tan doloroso y personal como es el cáncer es muy difícil, más aún si uno de sus intérpretes lo ha padecido hace unos pocos años. No sé si Dani Rovira aceptó trabajar en ‘El bus de la vida’ por tener tan cercano su caso o por la perspectiva que ofrece, pero creo que es una historia de superación que le viene como anillo al dedo ya que como todos sabemos, además de su enfermedad ha tenido que superar muchos tipos de retos, tanto artísticos, como deportivos, como sociales por el hate que ha recibido en algunos momentos, que hoy en día es algo que se puede considerar un deporte de riesgo. Para aquellos detractores del actor esta película puede ser un zasca que no van a querer admitir, pues muestra un cariz distinto, alejado de sus papeles más cómicos o socarrones.

‘El bus de la vida’ podría considerarse una película de autoayuda, una promotora de la terapia en grupo y del optimismo. Hablar de cáncer con una sonrisa y de las virtudes de la psicoterapia colectiva me recuerda siempre a Albert Espinosa. Y lo digo en el buen sentido pues esta historia bien podría haber estado escrita de su puño y letra. Realmente este largometraje de Ibon Cormenzana surge de la historia que le contó uno de sus familiares, del viaje que vivió a bordo de un bus lleno de anécdotas y lecciones de vida. Se conforma así este largometraje como una mirada sobre el cáncer bastante vitalista, que evidentemente cuesta aplicar a la realidad pues cada caso es un mundo diferente, pero que sirve de homenaje hacía las personas que hicieron posible El bus de la vida, así como a todos aquellos capaces de afrontar la vida con una resignación embadurnada de optimismo.

Si eres de la generación de cristal y te sientes violentado porque se intente tratar con positividad o humor el tema del cáncer es mejor que no te acerques a este tipo de películas, pues estas piden una capacidad de amplitud de miras que quizá no puedes abarcar. Si piensas que todo esto es spoiler, solo tienes que leer la sinopsis oficial, la que sus propios artífices aprueban que leas antes de ver el filme. ‘El bus de la vida’ va a rebufo de títulos como ‘Planta 4ª’, ‘Bajo la misma estrella’, ‘Quiero comerme tu páncreas’ o ‘Yo, él y Raquel’, películas que afrontan la incomodidad y la pesadumbre de un tema que a muchos les es esquivo y a otros más difícil de arrostrar que un triatlón Ironman. En una época en la que las redes sociales y el capitalismo fomentan y premian el individualismo y el egoísmo, hay que agradecer que surjan películas como esta, que ensalza el valor de ser solidario aun cuando es uno mismo el que necesita solidaridad.

Bien es cierto que aunque se percibe intención de ser una película “feel-good” y tiene personajes cómicos tales como un hombre que confunde las palabras a lo novena destilación de ‘Año Mariano’ o una mujer con intenciones incendiarias, esta es una película que deja sensaciones tristes. La música es un medio como otros muchos para vomitar lo que sentimos y sufrimos. A esa capacidad catártica apela ‘El bus de la vida’. El protagonista es víctima de una enorme ironía y el resto de personajes están sometidos a un bloqueo emocional que los acordes deshacen. Escuchamos temas de Los Chikos del Maíz, Fito y Fitipaldis o Kase.O que por lo general a mí personalmente me ponen en pie, pero me da la impresión de que el gancho es menos eficiente de lo pretendido.

Ficha de la película

Estreno en España: 3 de julio de 2024. Título original: El bus de la vida. Duración: 98 min. País: España. Dirección: Ibon Cormenzana. Guion: Ibon Cormenzana, Eduard Sola. Música: Paula Olaz, Kase.O, Los Chikos del Maíz, Fito y Fitipaldis, Chill Mafia, Rigoberta Bandini. Fotografía: Albert Pascual. Reparto principal: Dani Rovira y Susana Abaitua, Elena Irureta, Antonio Durán “Morris”, Nagore Aramburu, Amancay Gaztañaga, Andrés Gertrúdix, Pablo Scapigliati, Julen Castillo, Miriam Rubio. Producción: Arcadia Motion Pictures, Aixerrota Films, Pachacamac Films, Noodles Production, Pris&Batty, ICAA, Gobierno Vasco, Prime Video, ETB, TVC. Distribución: A Contracorriente Films. Género: drama, hechos reales. Web oficial: https://www.arcadiamotionpictures.com/en/films/el-bus-de-la-vida/

Crítica: ‘Un mal día lo tiene cualquiera’

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Sonia se acaba de mudar con su gato a un nuevo estudio en el centro. Es interior, con gotelé, sin calefacción, y bastante ruidoso porque se halla junto a los contenedores de basura; pero por lo demás se trata del pisito ideal. Por fin se ha independizado del todo antes de los cuarenta, qué suerte.

Crítica

La falta de chispa o mordacidad nos deja sin tono ni género definido

‘Un mal día lo tiene cualquiera’ llega con varios nombres destacados como gancho para el espectador. Para empezar está producida por Álex de la Iglesia y Carolina Bang (Pokeepsie Films). Protagoniza una actriz siempre relacionada con estos dos productores y en muchas ocasiones con sorprendentes personajes como es Ana Polvorosa. Y por último supone la primera película que ha dirigido Eva Hache. El proyecto habría tenido aún más impulso o personalidades destacadas si se hubiese realizado como se anunció allá por 2020. Y es que a priori esta película iba a haber sido una adaptación de las viñetas de Moderna de pueblo. Finalmente Raquel Córcoles y su personaje no forman parte del proyecto pero si la guionista Jalen Morales que ha colocado ciertas similitudes. Desconozco la razón por la que no ha habido adaptación al final, quizá es precisamente el guión pues a mi personalmente no me ha parecido gracioso y supuestamente esto es una comedia.

La trama se podría haber amoldado más a un drama o thriller de esos que siguen la estela de películas como ‘Un día de furia’. La protagonista se queda fuera de casa y sin llaves la noche antes de presentar su tesis doctoral y a partir de ahí comienza una noche infernal, cada vez más surrealista y llena de desquicie. Entiendo porqué a los de Pokeepsie les puede haber gustado este proyecto pues se amolda mucho a sus historias, a esas narraciones cada vez más locas, asimilándose en algunas escenas a películas recientes como ‘El cuarto pasajero’. Pero los chistes no están nada bien trabajados y la excentricidad de algunas escenas no está bien justificada.

Más que en su comedia, si en algo atina ‘Un mal día lo tiene cualquiera’ es en retratar a una juventud que tiene que alegrarse por encontrar pisos sin ventanas pagando tres meses de fianza o amoldar su vocabulario a los nuevos lenguajes inclusivos. En eso y en mostrar a un Madrid insolidario y a una sociedad que prefiere acotarse a las normas de las empresas antes que a un sentido de humanidad. Nos lleva el barrio de La Latina al de Villaverde haciéndonos cruzar con muchos personajes miserables, variopintos o desfasados que nos recuerdan a la Malasaña presentada en ‘Por H o por B’. Eso podría haber sido gracioso si la película intentase retratar la noche madrileña interactuando con estos ingredientes. Pero al final se conforma como un viaje personal que habría funcionado mejor planteado de un modo serio. Las manías controladoras de la protagonista ceden ante el caos esperpéntico y urbano sin chispa ni mordacidad en el guión.

La directora introduce guiños a su Segovia natal acercándose así al espíritu provinciano del cómic que a priori se iba a adaptar. Pero los atolladeros y la resiliencia a la que se enfrentan los migrantes a la capital están completamente ausentes, salvo por el hecho de que el personaje de Ana Polvorosa se topa con personas que se alejan de la cercanía de las genes de pueblo. Tampoco encontramos atisbos de la comedia a la que la presentadora y cómica nos tiene acostumbrados. Hay que reconocer, eso sí, que la película está bien dirigida, con más de una toma curiosa o secuencia con la cámara bien colocada. Incluso se podría decir que la película tiene un estilo propio constante durante todo el metraje. Ojalá eso hubiese sido suficiente pero no acaba de encontrar su tono o género.

Ficha de la película

Estreno en España: 26 de enero de 2024. Título original: Un mal día lo tiene cualquiera. Duración: 90 min. País: España. Dirección: Eva Hache. Guion: Jalen Morales. Música: Vanessa Garde. Fotografía: Alberto Morago. Reparto principal: Ana Polvorosa, Agustín Jiménez, Barbara Mestanza, Juriji Der Klee, Aníbal Gómez, Goize Blanco, Ariana Martínez. Producción: Pokeepsie Films, Atresmedia Cine, Chicas del barroco, ICAA, Movistar Plus+. Distribución: Warner Bros. Pictures. Género: comedia. Web oficial: https://www.warnerbros.es/peliculas/un-mal-dia-lo-tiene-cualquiera

5 road movies que tienes que ver según tu tipo de personalidad

 BlaBlaCar nos da un listado que se amoldan a cada uno de nosotros

Un viaje en coche, furgoneta o autobús puede dar mucho de sí. Los viajes en coche compartido, ya sean con amigos, familiares o personas que conoces a través de BlaBlaCar son un recurso muy útil en el cine ya que dan lugar a historias divertidas, dramáticas e incluso épicas Tanto es así, que las películas que transcurren en un viaje por carretera se convirtieron, hace mucho tiempo, en un género cinematográfico en sí mismo. La que arrancó el motor de las road movies fue ‘Sucedió una noche’, del director Frank Capra. La cinta vió la luz en 1934 y desde entonces las salas de cine de todo el mundo han visto pasar por sus pantallas las más variopintas historias de carretera.

«En BlaBlaCar somos conscientes de lo que une y enriquece un viaje por carretera, De hecho, en una reciente encuesta realizada 9 de cada 10 usuarios de nuestra plataforma creen que, el coche compartido, es un medio ideal para acortar distancias y acercar posturas. Un hecho que también hemos constatado gracias al cine», asegura Itziar García, Directora de Comunicación para Iberia & Latam en BlaBlaCar.

Por este motivo, desde la compañía, recomiendan cinco road movies que no te puedes perder teniendo en cuenta el tipo de personalidad que tengas:

  1. ¿Vas al cine sin comer palomitas y ves la película en versión original? Si te vuelve loco el cine independiente, no te puedes perder ‘Drive My Car’ (2022): Ganadora del premio Oscar a ‘Mejor película extranjera’ en 2022, esta cinta japonesa -obra del director Ryusuke Hamaguchi- adapta a la gran pantalla un relato del conocido escritor nipón Haruki Murakami. En la película, un prestigioso actor y director de teatro se embarca en un viaje hasta Hiroshima para dirigir una obra. La conductora -una joven callada y reservada- y él entablan profundas conversaciones acerca del amor, el duelo y la traición que les harán reflexionar acerca de su situación y de ellos mismos. Tres horas de cine de autor que ha conquistado al gran público este año.
  2. ¿Eres de los que piensan que si algo puede ir mal, irá fatal? Entonces tu road movie  es ‘El Cuarto Pasajero’ (2022),  la última película del aclamado director español, Álex de la Iglesia. Una comedia que conserva toda la esencia que caracteriza al director de películas como ‘El Bar’ o ‘Perfectos Desconocidos’. La historia tiene lugar en un viaje en BlaBlaCar de Bilbao a Madrid, en el que los ocupantes del coche compartido son: un divorciado de 50 años con problemas económicos, una joven que viaja a menudo a Madrid y por la que el conductor se siente atraído, y otros dos pasajeros que harán de este un disparatado y único viaje en coche compartido en el que todo puede ocurrir.
  3. ¿Eres un alma solitaria que necesita escaparse fuera del ruido de la ciudad cada fin de semana? Tu road movie es ‘Hacía Rutas Salvajes’ (2007). Un drama dirigido por el también actor Sean Penn que está basado en el best-seller homónimo de Jon Krakauer que, a su vez recoge las memorias de Christopher McCandless, un joven recién graduado que decide donar todo el dinero que tiene, regalar su coche e iniciar un largo y salvaje recorrido por Estados Unidos para encontrarse a sí mismo.
  4. ¿Tus amigos son siempre el mejor remedio contra los grandes males? No te puedes perder ‘Entre copas’ (2004), una comedia dramática de Alexander Payne, con un Óscar a mejor guion y 2 Globos de Oro -mejor película de comedia y guion-, en la que un divorciado, deprimido, propone a un viejo amigo que está a punto de casarse hacer un viaje para recorrer viñedos y degustar distintos vinos antes de su inminente enlace. Una extraña pareja que lo único que tienen en común es un montón de expectativas fallidas y la amistad que les une desde hace tiempo.
  5. ¿Eres un melómano y harías lo que hiciese falta por ver a tu grupo favorito? Te sentirás identificado con Javier Cámara en ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ (2013), una película de David Trueba. La película cuenta la historia de Antonio, un profesor que utiliza las canciones de los Beatles para enseñar inglés a niños en la España del franquismo, que decide ir a conocer a John Lennon que se encuentra rodando una película en Almería. Durante el viaje, recoge a un chico de 16 años que se ha fugado de casa, y a una joven de 21 que tiene algo que ocultar.

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