Crítica: ‘No me llame ternera’

Sinopsis

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‘No me llame Ternera’ presenta una entrevista exclusiva con una de las figuras clave de ETA: Josu Urrutikoetxea, más conocido como Josu Ternera. El documental, presentado por Jordi Évole, analiza la trayectoria de la banda terrorista y aborda algunos de sus momentos más significativos hasta su disolución en 2018. Esta conversación permite a una víctima resolver incógnitas del atentado que sufrió hace casi 50 años.

Crítica

Un incómodo careo para ambas partes

‘No me llame Ternera’ es una entrevista documental que parte de una dolorosa sorpresa. El reportaje inicia con una conversación con un antiguo policía y víctima del terrorismo, Francisco Ruíz Sánchez, al cual se le descubre con asombro detalles del día en que fue tiroteado, hace casi 50 años. El resto de la entrevista es un cara a cara a base de plano contraplano que, como es habitual en los trabajos de Jordi Évole, no tiene pelos en la lengua y toca más que nunca un tema conflictivo, una herida que aún hoy en día está abierta. Y lo hace haciendo un repaso cronológico y empleando por supuesto imágenes de archivo.

‘No me llame ternera’ es un careo incomodo para ambas partes. Muestra de ello es el mismo título que parte de la constante negación por parte de Josu Urrutikoetxea alias Ternera a ser referido por un apodo que, según relata él, no fue escogido y como tal nunca lo ha utilizado. A pesar de lo intimidatorio que pueden resultarse mutuamente uno exhibe sus planteamientos sin tapujos ni medias tintas y el otro midiendo mucho sus palabras, con un discurso que ha ido evolucionando e interiorizando con los años, propio de alguien que se ha equivocado prolongadamente en el tiempo de una manera calamitosa y aun así intenta reacondicionar su discurso para mantener su causa. Esta película nos muestra al terrorista evitando cuidadosamente decir ciertas cosas o emplear ciertos términos para ofrecer su versión, por supuesto, esquivando el hecho de mencionar a algunas personas. Para él los atentados eran acciones, por ejemplo. Por el contrario Évole formula las preguntas y las adecúa también en función del relato que ofrece el entrevistado para, sin ningún miedo, ponerle contra las cuerdas.

Es una entrevista con muchísimo valor histórico que a muchos puede indignar, pues puede parecer que está dando voz a un miembro de la extinta E.T.A. Pero en mi opinión Ternera se ha exhibido demasiado y se ha retratado como muchos realmente pensábamos que era. En sus intentos por zigzaguear por las distintas etapas de la historia que Évole va enumerando, el abertzale queda expuesto y desenmascarado. Se intenta mover por una zona gris en la que solo en escasísimas ocasiones tiene justificación. Le pilla en más de un renuncio, como cuando se habla de clasificar las víctimas o la comparativa con los yihadistas.

‘No me llame Ternera’ se mueve por tres caras de la misma cosa: la víctima, el entrevistador y el miembro de la banda. Tres visiones muy distintas y encontradas solo en ciertos puntos del relato que sirven también para mostrar que en España todos los participantes de la historia se han encontrado de un modo o de otro. Ahora que se habla tanto de amnistía, aquellos que estén flojos de memoria, verán todo aquello que hizo sobre todo el gobierno de Aznar y también todos los errores y aciertos que cometieron las distintas legislaturas del PSOE. No respalda para nada la trayectoria de Josu Tenera pero si se atisba una intención hacia el entendimiento, la conciliación y el diálogo. Es por eso que ‘No me llame Ternera’ se percibe como algo atrevido y controvertido. Aún más de lo que han sido obras como ‘Fe de etarras’, ‘La línea invisible’, ‘Maixabel’ o ‘Patria’. Ver el conflicto desde estas perspectivas quizá nos ayude a superarlo y a pasar página evolucionando como sociedad en paz y democracia.

Ficha de la película

Estreno en España: 15 de diciembre de 2023. Título original: No me llame Ternera. Duración: 101 min. País: España. Dirección: Jordi Évole, Màrius Sánchez. Guion: entrevista documental. Fotografía: Paco Amante. Reparto principal: Jordi Évole, Josu Urritikoetxea alias Ternera, Francisco Ruíz Sánchez. Producción: Producciones del Barrio. Distribución: Netflix. Género: documental. Web oficial: ver en Netflix.

Crítica: ‘Juan Carlos: la caída del rey’

En qué plataforma ver Juan Carlos: La caída del rey

Refrescando y re-argumentando lo que ya era vox populi

Este lunes 22 de mayo se estrena en SkyShowtime el primer capítulo de la miniserie documental ‘Juan Carlos. La caída del rey’. Una producción gestada en Alemania de cuatro episodios que serán estrenados poco a poco cada lunes y de los cuales hemos podido ver ya los dos primeros. Esta reveladora obra está producida por Christian Beetz (autor del documental sobre el declive de la Unión Soviética, ‘Farewell Comrades!’) y dirigida por Anne Von Petersdorff (‘Wanderlust, female bodies in transit’) contando también con la autoría de Pedro Barbadillo (‘Madrid 11M: Todos íbamos en ese tren’).

Lo que cuenta este documental puede levantar ampollas, no me extraña que en los títulos de crédito Sky y sus creadores se laven las manos indicando que lo que aquí se dice es la opinión de los entrevistados, no las suyas propias. Cada uno puede sacar sus conclusiones con este reportaje en forma de serie pero bien es cierto que lo que se dice encaja la mar de bien aunque no habría estado de más mostrar más pruebas, de eso os hablaré más abajo.

El pueblo español es bien conocedor de los errores de su rey emérito. En mayor o menor medida todo ha sido desvelado pero muchos o bien se niegan la verdad o necesitan más evidencias. Incluso para gran parte de los ciudadanos todo lo que está tras bambalinas de la corona le es desconocido. ‘Juan Carlos: la caída del rey’ viene a ordenar todo lo que ha pasado y a exponerlo a través de las declaraciones de aquellos que han querido participar. El documental no cuenta con los testimonios de Felipe VI ni de Juan Carlos I ya que estos han rehusado aparecer.

Se abre la serie con lo que supuso toda una vergüenza a nivel internacional, la huida del país precedida de errores, escarceos, tropezones literales… Juan Carlos I fue colocado en su puesto por Franco para recuperar la tradición medieval de la monarquía y venía a alzarse como el estandarte de la democracia. Pero ha terminado con una imagen de infiel, cazador, embaucador… Al final en vez de ser icono de la modernidad y lo correcto ha acabado representando lo viejo y rancio que en otros países se está tendiendo a dejar atrás. Política al margen, lo que más le molesta a la población es su opacidad e inviolabilidad, su hipocresía hablando de rectitud y ejemplo en tiempos en los que la población pasa hambre y paga sus impuestos religiosamente. Esta serie viene a retratar al más bribón de los Borbones a través de sus “vida en B”.

No admite debate su papel en el 23F, la transición o en muchísimas relaciones internacionales. En mi opinión la serie no ha llegado para echar por tierra el trabajo que Juan Carlos I hizo en el último cuarto del siglo XXI. Se adentra más en su vida personal pero tratando que este no sea un producto amarillo o del corazón. Y eso lo hace mostrando el impacto que ha podido tener la vida oculta que ha llevado para España y los españoles. Para ello se centra en su supuesto magnetismo con las mujeres, acaparando los focos la figura de Corinna zu Sayn-Wittgenstein que habla largo y tendido delante de las cámaras. Pero son personas como Rebeca Quintáns López, Javier Bleda o Jaime Peñafiel quienes hacen las afirmaciones más fuertes al respecto.

El montaje habla de determinados acontecimientos ordenándolos de tal manera que se inclina la balanza a favor de las teorías más conspiranoicas, poniendo los tejemanejes del Rey y sus espías a la altura de la muerte de Diana de Gales. Hay muchas insinuaciones, relacionadas con experiencias propias o acontecimientos reales, pero sin pruebas físicas, como decía, por lo menos en los dos primeros episodios. Pero nos dejan entrever que hay mucho material comprometedor, pues se muestran unas cajas negras repletas de documentos y que le sirven a Corina como seguro de vida y evidencias de la profunda relación que siempre ha afirmado tener con Juan Carlos I.

Seguro que con los años tendremos algún culebrón o adaptación para este juego de tronos. Corina afirma haber sido víctima de operaciones del CNI, el cual, siempre ha tratado supuestamente de arrebatarle toda la información sensible o incluso asesinarla. Ella admite abiertamente haber sido amenazada. Por supuesto llegados a este punto aparece la figura de Villarejo y se habla de Bárbara Rey y de Sandra Mozarowsly. No me extraña que Javier Ayuso (periodista que fue exdirector de Comunicación de la Casa del Real) se defina en esa época como bombero ya que “estaba todo el día apagando fuegos”.

Puede sonar a que ‘Juan Carlos: la caída del rey’ centra su metraje en tirar su figura por los suelos. Pero entrevista a personalidades como el expresidente Aznar, Philip Adkins (su amigo presente en la famosa cacería del elefante) o el banquero Mario Conde que le defienden a capa y espada. Pero dado lo que se pone sobre la mesa no me cabe duda de que esta serie es toda una generadora de republicanos.

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