Crítica: ‘Los Detectives Muertos’

En qué plataforma ver Los Detectives Muertos

Un encuentro suavizado y juvenil con el lado dark de DC

Aún me acuerdo de la película ‘R.I.P.D. Rest In Peace Department’. En ella dos policías de ultratumba (Ryan Reynolds y Jeff Bridges) luchaban para devolver a demonios al infierno intentando mantenerse al margen del mundo de los vivos. La dinámica del filme era claramente un copia y pega de ‘Men In Black’. Ahora tenemos a dos nuevos detectives que intentan resolver casos sobrenaturales siendo ellos mismos dos fantasmas, pero la tónica es bien distinta. ‘Los Detectives Muertos’ luce un estilo más cercano a una mezcla entre las historias de ‘Sherlock Holmes’, ‘Entre fantasmas’ y ‘Supernatural’. Precisamente con esta última es con la que más tiene relación pues el creador de esta y esa serie es Steve Yockey. Ya trabajó para Warner Bros. Television con ‘The Flight Attendant’ y ahora estrena un título que también tiene bastante comedia, solo que nos llegará a través de Netflix el 25 de abril.

La trama de ‘Los Detectives Muertos’ sigue a dos fantasmas. Dos personas muertas a muy temprana edad pero en épocas diferentes. Edwin Paine (George Rexstrew) asesinado en 1916 y Charles Rowland (Jayden Revri) que murió en 1989. Mientras resuelven sus casos se fortalece su amistad, descubren más sobre las reglas del más allá e intentan huir de Muerte, interpretada por Kirby ya que todo pertenece al universo de ‘Sandman’. Estos dos personajes junto al de Crystal aparecieron en los últimos coletazos de ‘Doom Patrol’ y ahora tienen serie propia que tiene un par de guiños a los cómics de la Patrulla Condenada, pero sobre todo a la obra de Gaiman. De una serie de HBO Max saltamos a una de Netflix. Esa es la razón por la que los actores son distintos, aunque evidentemente Warner Television sigue en el ajo.

Como es lógico hay conexiones con la serie de ‘Sandman’ pero ‘Los Detectives Muertos’ va por su cuenta e implementa un estilo mucho más juvenil. Se acerca a series como ‘Locke & Key’ o ‘Agencia Lockwood’. Estos dos chicos se mueven por un mundo adulto en el que hay criaturas a las que se ha enfrentado el mismísimo John Constantine, tales como fantasmas, demonios, objetos malditos, brujas, elementales… Aceptan encargos de otros que siguen atrapados entre el mundo de los vivos y los muertos. Unos casos que se antojan bastante evidentes para el espectador pero que tienen mucho de cautivadores por como juegan con el mundo demoníaco y fantasmal.

La serie desarrolla su propio lore y lenguaje partiendo de las pautas que les da el material original. Runas, conjuros, planos, criaturas… todo un mundo mágico particular dentro del universo dark de DC/Vértigo. Esto es el Black Label en su vertiente más tontorrona y simpaticona. La historia es arquetípica en el sentido en que tenemos al listo y al ágil, el diligente y el caótico, el deductivo y el bruto. Y estos hacen migas con una mujer negra y una oriental, cosas de Netflix, pero la trama funciona. Recuerdo cuando veía ‘Smallvile’ que me sacaba de la serie que todos los personajes acababan teniendo poderes o enfrentándose a un villano. Aquí es parecido, todos ven muertos o se ven cara a cara con demonios o asesinos. Es la única pega que le encuentro, si hay alguna que ponerle.

Crítica de ‘Sandman’

Bien cargada de onirismo, dan ganas de seguirla hasta la vigilia

No sé si ha sido debido a la privación del sueño inherente a la ola de calor o el hecho de que la serie sea lo bastante fiel a las novelas gráficas que me he visto sin cesar esta versión de ‘Sandman’. Netflix estrena este 5 de agosto la serie basada en los cómics creados por Neil Gaiman y como lector de su obra puedo mostrarme ampliamente satisfecho.

Por zanjar pronto lo que tanto se ha comentado y la razón por la que muchos ya le han puesto sin argumentos de peso la X a este ‘Sandman’. El siempre polémico cambio de raza o sexo de muchos personajes. Sin duda esa comidilla en redes no ha hecho más que realizar los sueños de Netflix pues de ese modo consiguen publicidad gratis. Son modificaciones que nunca se hacen en el sentido inverso y a mí esto ya me resbala. Esa política de “inclusión y diversidad” se retrata a sí misma. No obstante el casting me parece bien escogido pues el hecho de que una persona sea negra o mujer no influye ni en esta trama ni en la manera de ser de los personajes. Por ser muy fan lo que si me ha dolido de esta adaptación es la ausencia de John Constantine, quien en los cómics se hace con uno de los objetos de Sueño, y la no participación de la Liga de la Justicia que recupera la Gema del sueño. En los tebeos intervienen o se menciona a Joker, Arkham, Dr. Destiny, Detective Marciano… No olvidemos que estos cómics fueron un encargo de DC para Gaiman. A pesar de que la serie lleva por delante el logo de la Warner, materializar tal cual lo original se antoja un crossover imposible por temas de derechos, presupuesto o incluso duración, harían falta muchos personajes. Esta es sin duda una de las razones por las que la serie está muy condensada y con alguna trama que sucede en paralelo o de manera adelantada. Se han permitido al menos algún guiño como los muñecos que vemos de fondo en el octavo episodio.

Pero ‘Sandman’ está bien orquestada y percibimos la misma historia, el mismo espíritu que en la serie de cómics. Para los lectores de las viñetas puedo adelantar que en la primera temporada de la serie han abarcado los dos primeros volúmenes de los diez que tiene ‘Sandman’, es decir, ‘Preludios nocturnos’ y ‘La casa de muñecas’. Y son capaces de narrar todo lo incluido en esos cómics calcando algunos diálogos, imitando algunas escenas y además sin caer en atropellos. Y lo que es más importante, manteniendo los dilemas y comportamientos de los protagonistas.

En ‘Sandman’ conocemos a Sueño, al rey de los sueños. Él es uno de los Eternos (los de DC no los de Marvel). Pero contar su historia es contar en parte la de sus hermanos, Destino, Muerte, Destrucción, Deseo Desespero y Delirio, además de la de otros muchos personajes. Todo arranca en el momento en el que Sueño cae preso tras un conclave que sale mejor que el de ‘La Herencia de Valdemar’. Tenían el loable objetivo de atrapar a la muerte para que nadie más muriese, pero en lugar de ello atraparon a su hermano y el mundo dejó de soñar. Tras muchos años cautivo, cuando Sueño se libera empieza una cruzada por reconstruir su reino de los sueños y por recuperar los objetos que le han sustraído, las herramientas que usa para canalizar su poder. Se centra la serie en resolver ese conflicto. Ese sentido de lo poético y lo oscuro e incluso retorcido que caracteriza a Gaiman y su obra podemos decir con regocijo que está en la serie.

Fantasía oscura, épica dramática y fatalista. Se ha sabido conservar los sueños como eje que vertebra la obra, la interpretación de los mismos, el onirismo en un sentido moderno. Están muy presentes el existencialismo, el conocimiento, la mente, el comportamiento humano… los cómics de ‘The Sandman’ mezclan personajes de toda índole y en ese recorrido abarcan todo lo que somos capaces de soñar. ‘Sandman’ es un estudio contemporáneo de la condición humana sin llegar a ser algo intelectual. Habría sido muy ambicioso por parte de Netflix llegar a esos niveles, de hecho demasiado sesudo para su público mainstream. O lo haces tal cual y contentas a los más eruditos o fans del cómic o lo adaptas llevándotelo a tu terreno, no hay cabida para la tierra de nadie. Es una propuesta ligeramente distinta a lo habitual que puede que caiga en el aborrecimiento pues la serie roza un poco todo eso.

En cuanto al reparto. Los efectos visuales hacen que reconozcamos viñetas de los cómics pero en movimiento. Eso favorece a que los actores nos hagan recordar a los personajes dibujados. El Sandman interpretado por Tom Sturridge, por ejemplo, es igual de depresivo y va por ahí con esa estética que parece copiada a un emo fan de Tokio Hotel. Tiene ese color pálido, esa voluminosa melena, esos ropajes que parecen sacados de ‘El Cuervo’ y ese casco que bien podría ser de uno de los ingenieros del imaginario de Ridley Scott.

Muerte es igualmente esa hermana que quiere incondicionalmente a Sueño aunque le meta caña. No lleva exactamente la misma estética que en el cómic por lo que sí que pierde ese toque gótico o punk. Es donde más percibimos la actualización ya que no viste esas pintas de rockera salida de un concierto de The Cure. La serie no cae en la trivialización. El cuervo es casi el único alivio cómico, como en los cómics, junto a Merv que lleva la voz de Mark Hamill. Además en parte el ave negra es el vehículo para explicar todo el universo que rodea a los Eternos para que los no lectores comprendan mejor qué están viendo.

Si vemos cambios en el orden de la historia o en cómo suceden algunos eventos es por la supresión de los personajes de otras franquicias que comentaba antes y por adaptar todo al lenguaje audiovisual. Hay episodios, como el primero, el de la taberna o el cierre que están estupendamente bien hechos. Incluso se acierta en cuanto al uso de las tonalidades de color, sobre todo cuando emplea tonos oscuros, con una pizca de color y alguna luz que sobrevive entre ellos. Sin duda la serie hace honor al DC oscuro, ahora bajo el sello Black Label que reúne historias de Batman, Constantine o ‘The nice house on the lake’, entre otras.

Quizá conocíais Sandman por los cómics o quizá por la versión de audiolibro que lleva la voz de James McAvoy como Sueño. Si erais lectores quizá estaréis conmigo en que es la mejor adaptación del material de Gaiman, por encima de ‘American Gods’ o ‘Good Omens’, e incluso de ‘Stardust’ o ‘Coraline’. Si queréis saber más al respecto entrad en este otro artículo.

Reseña: ‘The nice house on the lake’

Argumento

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Todos los invitados a la casa conocen a Walter. O, al menos, lo conocen un poco. Tras el año más difícil de sus vidas, nadie iba a rechazar una invitación para disfrutar de una hermosa mansión en el bosque, con vistas a un enorme y precioso lago. ¿Aguantar las manías de Walter a cambio de las mejores vacaciones de sus vidas? ¿Quién va a negarse a algo así? Es el momento de reconectar con los amigos. Es el momento de descubrir una nueva manera de entender el cómic de terror moderno.

Reseña

Un arca de Noé con simbolismo a lo Chillida capaz de producir literalmente chillidos

‘The nice house on the lake’ es una serie limitada de 12 números que empezó a poder leerse en España en noviembre de 2021. Es editada por ECC Comics ya que este es un cómic de DC cómics y nos está llegando en formato grapa. Una colección que en abril lanza su sexta entrega (el 22 de este mes la quinta) y que retornará a nuestras tiendas de cómics tras el verano para acabar con su segunda mitad en los meses consecutivos.

La serie cuenta con el guión del estadounidense ganador del Eisner James Tynion IV, un habitual del Batman actual y autor de ‘The Woods’ el cómic que adaptó el canal SYFY. En el dibujo está el talento de Álvaro Martínez Bueno. Y aunque el cómic esté muchas veces dominado por tonos oscuros e incluso masas de negros ojo al color de Jordie Bellaire, la misma que dotó de tonalidades alegres las páginas del ‘Vision’ de King, Walta y Walsh.

‘The nice house on the lake’ es una miniserie que mezcla terror y ciencia ficción con un estilo moderno, entre ‘Lost’ y ‘Archivo 81’, por poner ejemplos cercanos. ¿Porque moderno? Se incluyen temores y existencialismos actuales y elementos modernos como las redes sociales. Es obvio que el lector podrá empatizar con más facilidad con este cómic dado que se ambienta en nuestra época. Pero su trama podría estar ubicada en cualquier edad de nuestra civilización ya que este podría ser un relato lovecraftiano, una novela de Stephen King o una Historia para no dormir de Ibáñez Serrador.

¿Pero de qué va? Si habéis visto hace poco ‘Silent night’ o ‘Await further instructions’ os puede sonar la inquietante trama. Desde 2020 es fácil para todos el poder decir que es una de las épocas más complicadas de nuestras vidas y por lo tanto también es fácil que a poco que se pueda aceptemos un buen plan vacacional. ¿Pero y si esa oportunidad de ocio tiene un precio? En el caso de ‘The nice house on the lake’ consiste en soportar a Walter. Un tipo que te mete ficha preguntándote cómo crees que se irá el mundo al garete. Un apocalipsis que nos sugieren que ya ha sucedido en páginas intercaladas y desde el principio. Como también nos asaltan de vez en cuando capturas de pantallas de mails o de redes sociales. ‘The nice house on the lake’ nos narra cómo ha llegado la humanidad a ese punto de colapso a través de la relación de los protagonistas con Walter y una casa en el lago. Si os quejasteis del confinamiento por el COVID-19 esperad a leer esto. Y la verdad que no se si calificar este cómic como un Arca de Noé moderno o como una visión del rapto. También funciona como una versión del ‘Cabin in woods’ de Drew Goddard.

Cada grapa tiene portadas diferentes, como es habitual. Esas portadas muestran unas ilustraciones que parecen fotografías nocturnas. Inquietantes instantáneas hechas por un fotógrafo amateur con un móvil que impacta en sus objetivos quemándoles con el flash LED y dejándolo en los bordes un marco sombreado que nos da esa sensación de que la oscuridad nos envuelve. Este es un cómic misterioso y tenebroso a pesar de que sucede en un lugar de ensueño. Y para más misterio se muestran unos extraños símbolos en la parte superior que se van coloreando secuencialmente en cada entrega. Es obvio y no se esconde que hay que asociar cada icono a uno de los protagonistas, pero lo intrigante realmente es la simbología que rodea a esta casa, tipo Chillida y capaz de producir literalmente chillidos. Si queremos añadir más leña al fuego podemos fijarnos en que esas marcas llegan hasta diez, no sabemos qué aparecerá en el once y el doce. Lo que sí que sabemos es que son eso, marcas, que Walter ha puesto a las personas a las que ha decidido estudiar y citar en la casa. Como es de imaginar cada grapa se centra en un protagonista diferente. Y cada libro (que es como han decidido llamar a cada grapa) tiene una introducción con un futuro apocalíptico que nos va poniendo en situación para después volver a los primeros días en la casa. Un spoiler que se permite James Tynion IV, manteniendo en secreto el verdadero destino de los protagonistas o la naturaleza de Walrer, claro está.

Terror contemporáneo. Con preocupaciones de nuestra era adornadas con estanterías llenas de cómics de ‘Batman’, ‘Sandman’ y botes de ‘South Park’. ‘The nice house on the lake’ se incluye en el grupo de obras marcadas con el sello Black Label de DC. Una distinción que llevan otras obras de terror como ‘American Vampire’ y ‘Hill House Comics’ pero también títulos superheróicos como ‘Batman: Años uno’, ‘Sandman’ o ‘Rorschach’. Es una colección que engancha pues siembra muchos misterios a través de una gran narrativa.

Ficha del cómic

Guion: James Tynion IV. Dibujo: Álvaro Martínez Bueno. Color: Jordie Bellaire. Portadas: Álvaro Martínez Bueno. Editorial: DC Comics (ECC Cómics). Datos técnicos: 32 págs., color, grapa, 17 x 26 cm. Publicación: noviembre de 2021, España. Precio: 2,95 €/grapa.

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