Crítica: ‘Arcane T2’

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Se consolida como una de las mejores series animadas

La segunda temporada de Arcane, que llega ya a Netflix, retoma la fascinante historia inspirada en el universo del videojuego League of Legends, superando incluso las expectativas creadas por la primera entrega. En estos nuevos episodios (de los que hemo podido ver seis), la serie logra enriquecer la narrativa original del videojuego y transformarla en un relato épico y profundo, explorando cuestiones políticas, sociales y familiares dentro de un mundo visualmente impactante. Para volver a deambular por este mundo oscuro y caótico tenéis que apuntaros tres fechas, 9, 16 y 23 de noviembre.

La trama sigue con una guerra abierta la lucha de poder en la ciudad subterránea de Zaun y la manera en que Piltover intenta recomponerse tras el caos provocado por Jinx. La serie continúa con su tono steampunk cibernético, un estilo que logra hacer brillar su ambientación, dotando a la historia de una atmósfera envolvente que mezcla lo sombrío y lo futurista de forma única. Este contexto aporta un gran peso a los arcos dramáticos y permite profundizar en el conflicto de clases, una lucha que permea todos los niveles de la narrativa. Quién iba a decir que se podía sacar tanto partido a un juego tipo arena de batalla.

En esta temporada, la serie destaca especialmente por la evolución de sus personajes principales, en particular Vi y Jinx, quienes siguen siendo el núcleo emocional y temático de la historia. Vi, que colabora con las fuerzas del orden, encarna la lucha por reparar un error involuntario, mientras que Jinx, con una locura aún más pronunciada, continúa siendo el símbolo del caos y la rebelión. Ambas se debaten entre la fuerza de los lazos de sangre y una incontrolable rabia interior, y la serie presenta de manera acertada esta lucha fratricida, que no solo representa su vínculo personal, sino que simboliza el conflicto entre las sociedades de Zaun y Piltover.

Además, Arcane introduce nuevos personajes y escenarios, expandiendo su universo y abriendo posibilidades a nuevas historias. La serie también retoma su carácter musical incluyendo temas actuales, lo que aporta un toque contemporáneo a su estética visual ya distintiva, con momentos videoclipistas que funcionan muy bien en el contexto de la narrativa. Si visteis el videoclip de una de la últimas canciones de Linkin Park (‘Heavy Is the Crown’) y os sorprendió su animación probablemente ya pudisteis intuir que se había incluído en el universo de ‘Arcane’.

En resumen, la segunda temporada de Arcane no solo está a la altura de su predecesora, sino que consigue llevar la historia a un nivel superior, desarrollando a fondo los conflictos de sus personajes y construyendo un relato visualmente cautivador que reflexiona sobre la lealtad, el rencor y la lucha de clases. Con un guion sólido y una dirección artística impecable, esta entrega consolida a Arcane como una de las series animadas más importantes de los últimos años.

Crítica: ‘Shatter belt’

Explorando la frontera de la consciencia

‘Shatter Belt’ es una nueva antología, en este caso de ciencia ficción, como ‘Black Mirror’ o ‘Historias del bucle’. De la mano de James Ward Byrkit (‘Coherence’), esta serie nos ofrece una colección de historias de realidad inmediata que desafían nuestra comprensión de la consciencia, el libre albedrío y la tecnología. Con un enfoque minimalista pero profundo, Byrkit nos sumerge en un mundo en el que las máquinas y los seres humanos se encuentran en el filo de la autocomprensión. El resultado es una obra que no solo estimula intelectualmente, sino que también ofrece una experiencia emocional intrigante y en ocasiones, perturbadora.

Uno de los grandes aciertos de ‘Shatter Belt’ es su capacidad para plantear cuestiones complejas de manera accesible y atractiva. A través de sus cuatro episodios, independientes pero conectados por un hilo temático común, la serie invita a los espectadores a reflexionar sobre dilemas filosóficos que, hasta hace poco, parecían confinados a la ciencia ficción más especulativa. Sin embargo, el avance de la inteligencia artificial y la creciente intersección entre humanos y tecnología han hecho que estos debates sean cada vez más relevantes. ¿Qué significa realmente tener consciencia? ¿Una máquina o un ser humano que muestra intencionalidad y deseo está necesariamente sintiendo? ¿Cómo cambia nuestra percepción del libre albedrío cuando nos enfrentamos a eventos que desafían nuestras definiciones tradicionales de vida y determinación?

Los episodios de ‘Shatter Belt’ son sugerentes y emocionantes, explorando estas ideas con una originalidad notable. Cada uno de ellos está lleno de momentos que invitan a la introspección, pero también ofrecen tensión y giros inesperados, lo que mantiene al espectador enganchado de principio a fin. En algunos casos se emplea el mundo digital, en otros una sencilla manzana. El mérito de Byrkit está en cómo presenta dilemas de manera tan inmediata y doméstica, como si fuesen debates que ya deberíamos estar teniendo en nuestras vidas cotidianas.

Aunque partiendo de un reparto y producción sencillos, la dirección de Byrkit, quien ya había demostrado su maestría para manejar narrativas complejas y perturbadoras en ‘Coherence’, brilla nuevamente aquí. A pesar de los temas abstractos, la serie nunca se siente lejana o impenetrable, sino todo lo contrario: logra aterrizar sus ideas en situaciones y personajes que resultan creíbles y cercanos. Esto permite que los espectadores no solo piensen, sino también sientan las implicaciones de las preguntas planteadas.

Tanto el ‘Coherence’ del director como la serie pueden verse en Filmin, en el caso de esta última a partir del 15 de octubre. Tras haber disfrutado de los primeros capítulos en el Festival de Sitges puedo decir con seguridad que promete ser una de las propuestas más originales y estimulantes del catálogo de la plataforma española.

Crítica: ‘El ocaso de los dioses’


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Una de las explotaciones más salvajes del imaginario nórdico

Netflix ha estrenado hoy 19 de septiembre ‘El ocaso de los dioses’, lo nuevo de Zack Snyder. Y habiendo visto la serie hace una semana no hemos podido hablar de ella hasta ahora pues teníamos firmado un embargo por el cual nos comprometíamos a mantener en secreto nuestra opinión. No entendemos este recelo hacia una serie que merece toda la difusión posible pues va a hacer que los suscriptores de Netflix se olviden del batacazo de ‘Rebel Moon’.

Os esperan 8 episodios en los que Snyder (que ha dirigido primero y último y producido el resto a través de The Stone Quarry) juega con la mitología nórdica y germánica. Tal es el recreo que se da con estos personajes que alarga en exceso el clímax final (todos tenemos la sensación de que ‘Rebel Moon 2’ es un tercer acto en su totalidad). Pero el resto de la serie es una epopeya en términos de ‘La Odisea’ que ronda el Ragnarök o destino de los dioses. Loki, Thor, Odin, Baldr, Hela, los Gigantes de Jötunheim, las Valkirias… son personajes a los que se tiene que enfrentar la protagonista.

‘El ocaso de los dioses’ es la historia de Sigrid, una guerrera con la que se quiere desposar el rey Leif Erikson pero cuyo romance es interrumpido por Thor, el cual les condena a una aventura de esas que rememoran a las gestas de Odiseo. Sigrid y el rey Leif son el eje con su viaje, amor y venganza suicida, pero la serie explota mucho más que un romance. La mitología nórdica es sometida al estilo narrativo de Snyder por lo que vais a ver a unos personajes muy superheróicos y mucha acción sangrienta. Pero se antepone el sentido de lo romántico, la poesía, la mitología, el lenguaje visual… Aquellos que amen las historias paganas van a encontrar gustosamente muchas referencias cargadas de magia y cuento.

En muchas ocasiones ‘El ocaso de los dioses’ se compone como un choque de pueblos de tintes artúricos. No obstante a mi lo que me ha venido a la cabeza es que es lo que no pudo ser el ‘Dioses de Egipto’ de Proyas. Por supuesto es inevitable acordarse de ‘300’ pero la tónica es diferente al no estar presente la influencia de Frank Miller. Os podéis hacer una maratón épica viendo también ‘Sangre de Zeus’ pues lleva de igual modo la violencia y el sexo explícito a las historias que enfrentan a deidades con mortales. Si sois lectores de cómic, os podéis hacer una idea de cómo es esta serie si os digo que tiene una manera de enfocar las historias clásicas muy al estilo del ’Beowulf’ de David Rubín.

La animación está realizada por Xilam Studios y en su versión original ponen voces Sylvia Hoeks como Sigrid y Stuart Martin como Leif. También cuenta con las voces de Pilou Asbæk, Jamie Clayton, Kristofer Hivju, John Noble… En castellano está estupendamente bien doblada por Laura Monedero, José Posada, José García Tos, Jordi Boixaderas… Id al final de los créditos y buscadlos pues sus voces os sonarán.

Crítica: ‘El Pingüino’

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Prolongando las intenciones realistas y oscuras de ‘The Batman’

Llega el spin-off derivado de la película ‘The Batman’ del 2022 dirigida por Matt Reeves, el cual, está involucrado en este proyecto. La actuación que le valió muchos premios, nominaciones y elogios a Colin Farrell como Oswald Cobblepot, superando con creces a versiones como las de las series animadas o la de Robin Lord en la serie ‘Gotam’, ha dado paso a esta producción, ‘El Pingüino’. Desde luego el sacrificio bajo los kilos de maquillaje han merecido la pena pues se ha ganado su propia serie cuyo estreno es este 20 de septiembre en Max España.

Esta nueva producción de Warner/Max/DC viene a mostrarnos una versión menos conocida para el público general pero si muy controlada por los coleccionistas de cómics. Alineándose con éxitos distribuidos por HBO como ‘Los Soprano’, ‘Gomorra’ o ‘Boardwalk Empire’, ‘El Pingüino’ supone una historia más de mafiosos. Si desafiando toda probabilidad tras iniciar la serie no tenéis esa sensación esperad a ver la aparición de una cara conocida del clan de los Soprano. Las familias Falcone y Maroni, facciones mafiosas muy presentes en el legendario de DC Comics, hacen su aparición de nuevo. Son estirpes cruciales siempre en la historia del Pingüino durante su ascenso desde el nivel de mero esbirro a la cumbre del hampa. Con ellos vivimos una especie de ‘El Padrino’. Al igual que Batman no siempre ha sido un héroe de acción, en otras épocas se le esbozaba más como un extravagante detective, el Pingüino no ha aparecido en toda su historia como un supervillano con artilugios y excentricidades. En gran parte de sus versiones aparece como un criminal con aires de grandeza que hace uso de todo tipo de artimañas y puñaladas. Eso es principalmente lo que intenta mostrar esta nueva serie, que prolonga las intenciones de ‘The Batman’ de recrear un mundo más realista.

Estamos por lo tanto ante una secuela directa de la película. Arranca desde el caos de las explosiones provocadas por el Enigma de Paul Dano y nos ofrece algún que otro flashback. Pero sobre todo consiste en seguir los pasos de un Pingüino más humanizado que nunca por una Gotham que como siempre es sucia, criminal y decadente. Farrell mantiene el nivel interpretativo de la película mostrándose como ese tullido deformado que juega a dos bandas, pero la duración es mayor y necesita desahogos. La inclusión de la actriz Cristin Milioti y el mítico Clancy Brown le hacen mucho bien pues le dan estupendas réplicas. Lo malo es que se percibe que esta es una serie y por mucho que se calquen algunos planos e incluso melodías de la película la calidad tanto fotográfica como narrativa decae. Pero hay otro fichaje a subrayar, el del joven Rhenzy Feliz. Interpreta a uno de los muchos huérfanos de Gotham y el Pingüino le acoge bajo su paraguas (capten la referencia los lectores) como su chófer para llevar a cabo sus tejemanejes y misiones. Con esta incorporación y al volante de un deportivo morado la serie a veces nos recuerda al GTA.

Los primeros episodios, los que hemos podido ver, están dirigidos por el director Craig Zobel (‘La caza’ y series como ‘Westworld’, ‘The Leftovers’ o ‘American Gods’). Se nota mucho el formato serie aunque a veces es capaz de imitar lo visto en ‘The Batman’, sobre todo en lo referente a la interpretación de Colin Farrell, la fotografía y algunas escenas de acción. Evidentemente introduce elementos de los cómics y de la película, pero están bastante diluidos y eso se acentúa cuando llegan los capítulos dirigidos por Helen Shaver. En resumen. Si te gustan las historias de mafiosos con un toque retro o la visión más terrenal de los villanos hasta el punto en que podría encajar con el Joker de Phoenix esta es tu serie. Si buscas parafernalia pintoresca y colorida, lo siento, este no es un mundo de mallas.

Crítica: ‘Terminator Zero’

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La visión japonesa de la rebelión de Skynet se queda a medias

Una persona viaja al pasado para salvar a alguien de vital importancia en el futuro (su presente) de ser asesinado por un robot que también viene de esos apocalípticos y venideros tiempos. Esa es la premisa de ‘Terminator’, uno de los máximos exponentes del cine de acción y de ciencia ficción. Esa es la pauta que secuela tras secuela se ha repetido en varios intentos fútiles de mantener viva la franquicia. Víctimas de su propia paradoja los creativos de las continuaciones de las películas de James Cameron parecen atrapados en un bucle más repetitivo que la base de una canción de reguetón. Ahora llega una nueva versión animada para Netflix que en parte repite los errores del pasado, pero que arroja un rayo de esperanza demostrado que James Cameron y William Wisher fueron unos adelantados.

Antes del boom de Internet había pocas historias que nos advirtiesen del peligro de las tecnologías inteligentes, lo que hoy conoceríamos como IAs. Por supuesto está ‘2001: una odisea en el espacio’ que se adelantó unos veinte años, pero cuando hablamos de las máquinas superando al hombre a quien aludimos es a Skynet. Nos vamos a hartar los próximos años de ver películas sobre inteligencias artificiales. No es de extrañar por lo tanto que el director Masashi Kudo (‘Bleach’, ‘Tower of God’) y el guionista Mattson Tomlin hayan magnificado ese tema en esta serie que se estrena el 29 de agosto.

La esencia de ‘Terminator’ está presente en ‘Termniator: Zero’ hasta tal punto de repetir algunas frases míticas y calcar escenarios y maquinarias. Se mantiene intacta su teoría no determinista, la cual permite dar esperanza a los humanos del futuro en la guerra contra las máquinas. Es similar al concepto de la teoría de cuerdas en el que cada nueva decisión da paso a diferentes realidades, líneas temporales alternativas, la historia re-escrita. Es por eso que una vez más retrocedemos a 1997, la fecha que conoce todo fan de Terminator por el momento en el que Skynet se conecta a la red de redes. Cambia la ubicación y los otros años a los que nos transporta. Estamos hablando de un anime por lo que nos llevan a un ficticio 2022 en el que Tokio comienza a tener máquinas inteligentes invadiendo la cotidianidad de sus habitantes. De este modo se abren nuevas posibilidades que vienen a decirnos que en lugares ajenos a Los Angeles también se sabía del problema con la IA rebelde.

‘Génesis’ y ‘Salvation’ decepcionaron por no mostrar la guerra abierta que sucedió inminentemente después de la rebelión provocada por la conexión de Skynet. De ‘Destino Oscuro’ prefiero ni hablar. En este caso, aunque sea verano, hemos de desagradecer el jarro de agua fría. La mitad de la serie es una persecución constante como las que vivió Sarah Connor. Todo transcurre entre el 4 de agosto, cuando Skynet se conecta, dirigiéndose irremediablemente hacia el 29, cuando se produce el Juicio Final que los protagonistas intentan evitar una vez más. La otra mitad es solo ligeramente más satisfactoria pues muestra el enfrentamiento contra el poder de la IA, aunque el imaginario japonés os dará una sorpresa al respecto que altera el canon de lo hasta ahora visto, al fin y al cabo esto va de buscar paradojas y cambios cruciales que salven a la humanidad.

Con ‘Terminator: Zero’ vemos un curioso contraste con USA donde hay armas por doquier y defenderse de un T-800 es relativamente más fácil en contraposición con un Japón en el que la ciudadanía rehúye de la violencia. La serie aporta esa visión diferente que se suma a una buena cantidad de escenas filosóficas, con temas siempre presentes en Terminator, pero explorados más en profundidad. Lástima que al igual que la saga original se repita con los factores familiares.

Además de los pequeños cambios, que hacen de esta una narración paralela a las originales pero lejos de su capacidad de sorprender, se agradece el estilo de dibujo escogido. La acción transcurre principalmente en el 97 y la saga nació en los 80s. Los autores han elegido un trazo noventero tanto para sus dibujos como para el diseño de toda la serie. Tanto Skydance como aquellos que han llevado al éxito a animes como ‘Ataque a los titanes’ o ‘Kaiju No. 8’, Production I.G., son los principales responsables del estilo visual de ‘Terminator: Zero’. Sobre todo se nota la influencia de otra de sus obras, ‘Ghost in the shell’, principalmente en los escenarios nocturnos y en la protagonista. Por suerte la sensación es que hay menos herramienta digital o 3D que en otra colaboración entre I.G. y Netflix como fue ‘Ultraman’.

Crítica: ‘Rick y Morty: el anime’

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Buena mezcla, pero le queda para septiembre el justificar su paso al anime

En su día los creadores de ‘Rick y Morty’ anunciaron que la serie tendría diez temporadas, ni una más ni una menos. Pero no se dijo nada de spin offs o versiones alternativas. Eso es lo que estamos celebrando hoy pues tras el estreno de la temporada siete el año pasado y mientras esperamos que en 2025 llegue la octava, se estrena ‘Rick y Morty: el anime’. Hemos tenido la suerte de ver los dos primeros episodios de esta nueva versión y podemos adelantaros que ambos tienen escena post-créditos. Esta nueva locura vivida por el abuelo y el nieto más perturbados del universo animado de Adult Swim es una temporada independiente que tendrá 10 episodios ampliando el mundo de ‘Rick y Morty’. Independiente ya que transcurre entre medias de dos temporadas de la serie regular, pero conservando a los personajes que vimos en la última entrega. Así pues volverá a estar la familia Smith junto a amigos y enemigos como Persona Pájaro, Tammy Gueterman, los Gromflomitas, Beth espacial…

Esta nueva temporada llega dirigida por Takashi Sano, autor de ‘Tower of God’ y algunos episodios de ‘Vinland Saga’. Tras el éxito del cortometraje ‘Rick y Morty VS Genocider’ Adult Swim le dio luz verde para esta temporada que conserva el mismo estilo. La versión en inglés se estrenará el jueves 15 de agosto a medianoche en Adult Swim y el 16 en Max en España.

Lo que nos cuenta esta nueva etapa de la serie creada en su día por Justin Roiland y Dan Harmon es cómo Rick se haya de relax entre multiversos, Morty se encuentra en una especie de bucle en el que cae enamorado de una chica que deambula por el espacio/tiempo y Summer ayuda a la versión espacial de su madre a luchar contra la federación galáctica. Como veis nada a lo que no nos tenga acostumbrado ya esta imaginativa y frenética serie. ‘Rick y Morty: el anime’ no se corta a la hora de implementar lo que para unos es ciencia ficción y para otros conspiración con teorías como las de los universos paralelos o las realidades encerradas en una simulación. Y por supuesto están las alusiones a la cultura popular, en esta ocasión centradas en ‘Ciudadano Kane’, ‘Tenet’, ‘Ready Player One’ e historias muy similares a las de Makoto Shinkai. Es por todo esto que la serie es capaz de mezclar complejidad y sensibilidad con violencia y asquerosidades.

Para los fans de ‘Rick y Morty’ aún faltan giros más locos y una violencia más explícita. Para los amantes del anime cabía esperar un tono más seinen o cercano a narraciones Shonen absurdas como ‘Bobobo’. Sin duda el opennig, que mezcla música pop y death metal, calca el de muchos animes como ‘Death Note’ o ‘Steins;Gate’. Nos recuerda a aquellos animes juveniles, por lo general de género isekai, que mezclan un sinfin de imágenes, haciéndonos tener casi un ataque epiléptico cual Simpsons en Japón.

Al pegar el salto a la animación japonesa cambian los trazos pero se respetan los diseños originales. Aparecen nuevos personajes que tienen un estilo marcadamente japonés y los que ya conocíamos tienen una línea no muy diferente a la de los adultos que veíamos en Shin Chan. La narrativa se mantiene tan loca y caótica como siempre empleando flashbacks y elipsis por doquier, al fin y al cabo es una seña de identidad de la serie. Aún falta por ver algo más del lenguaje visual habitual en los animes o de sus habituales recursos heredados del manga. Veremos si en septiembre, cuando ya hayamos visto más episodios, podemos decir que la traslación al anime está lograda y justificada debidamente con argumentos y técnicas audiovisuales que casen bien entre la serie de Adult Swim y la animación nipona.

Dentro del fandom del anime es muy valorado el poder ver las historias en japonés. Es por eso que podemos dedicar un pequeño espacio para quienes han doblado a los protagonistas tanto en japonés como en inglés.

– Rick – Youhei Tadano / Joe Daniels

– Morty – Keisuke Chiba / Gabriel Regojo

– Summer – Akiha Matsui / Donna Bella Litton

– Jerry – Manabu Muraji / Joe Daniels

– Beth – Takako Fuji / Patricia Duran

Crítica: ‘Action’

Un tributo al oficio de los actores de acción a través de 87North

Hace poco se estrenó ‘El especialista’ en cines. Aquello fue todo un tributo a los actores de acción pero a su vez la mayor reivindicación para que este gremio tenga por fin el reconocimiento que se merece. Pero esto solo es la guinda del pastel del momento tan reivindicativo que vive el mundo de los dobles de acción. Gracias a que artistas como David Leitch y Chad Stahelski decidieron ponerse del lado de los que gritan «action» y no de los que materializan la acción dando el salto a la dirección, se está culminando una época en la que puede que por fin estos actores que se juegan el tipo para darnos el máximo espectáculo tengan los honores que merecen.

El 12 de agosto en Movistar Plus+ se estrena ‘Action’. Una serie documental dirigida por Chelsea Allen y Bridger Nielson que en seis episodios intenta rendir tributo a los actores que siempre vemos en pantalla pero, que cumplen el doble papel de interpretar a un personaje y el hacerse pasar por el actor famoso que también lo interpreta. Para ello nos narra la historia de los creadores y empleados de 87North, los cuales, están en la vanguardia del género de acción.

David Leitch, quien en su día fue especialista en Matrix o doble de acción de Brad Pitt en ‘El club de la lucha’ o ‘Troya’, junto a Kelly McCormick, productora de ‘Deadpool 2’ o ‘Fast & Furious: Hobbs & Shaw’, fundaron 87North. Este estudio se encarga de proveer las mejores escenas de persecución, choques, peleas y saltos el cine, siendo los primeros en mostrar previsualizaciones de coreografías a los productores. Arrancaron con ‘Nadie’ y a partir de ahí todo han sido éxitos como ‘Kate’, ‘Bullet Train’ o ‘El especialista’.

Salvo en contadísimas ocasiones como las de Jackie Chan, Tom Cruise o Keanu Reeves, tras las estrellas de acción siempre hay un héroe que se juega el tipo de verdad. Ellos son los auténticos héroes que salvan las producciones que llegan a nuestras pantallas y consiguen hacer lo casi imposible sin que nadie salga herido, al menos gravemente. Estos profesionales que tienen en su ADN una buena dosis de locura se sacrifican, no solo al llevar a cabo sus escenas, sino también al aparecer en una maraña de nombres en los créditos. En ‘Action’ hablan Keanu Reeves, Tommy Wirkola, Jonathan “Jojo” Eusebio, Mitra Suri, Phong Giang, Chris O’Hara, David Harbour, Keir Beck, Logan Holladay, Can Aydin, Justin Eaton, Winston Duke, Ben Jenkin, Troy Brown… Quisiera que apareciesen todos mezclados, como deberían aparecer en los títulos de crédito.

En ‘Action’ se habla de ‘Matrix’, ‘El especialista’, ‘Atómica’, ‘John Wick’, ‘Noche de Paz’, ‘Bullet Train’… Sobre todo de películas de la Universal Pictures, no solo porque sea quien produce esta docuserie, sino porque realmente Leitch y McCormick formaron 87North Productions como una sociedad con esta major. Les seguimos principalmente por los rodajes de ‘Noche de paz’ y ‘El especialista’. De este modo nos cuentan cuál es la historia y el modus operandi de 87North. ‘Action’ narra la vida, orígenes, sacrificios y aspiraciones de aquellos que trabajan en este negocio. Les seguimos en todo el proceso que conlleva una película, mientras se lamentan por la distancia con su familia y vemos escenas que por lo general acaban destinadas a los extras de los Blu-rays. Cómo se ensaya todo, de qué manera se rellena lo que describe el guión, en qué formato se capta en imágenes, qué medidas de seguridad se emplean… Todos esos detalles aparecen para los más curiosos o quienes se estén pensando entrar en esta profesión.

Por desgracia ‘Action’ no es el repaso histórico que cabría esperar. No se habla mucho del humor físico, el western, las películas de la Canon o la lucha libre que fueron las bases del trabajo de estos especialistas. En lugar de ello Universal nos enseña las entrañas de dos de sus películas, dos que tienen evidentemente mucho que ver con seguir haciendo efectos prácticos y acrobacias con el mínimo retoque informático. Saldrán de esta y las otras corporaciones del entretenimiento más películas plagadas de arreglos llevados a cabo con IA, seguirán estos actores intentando convivir con los efectos generados por ordenador, las agendas 2030 les recortarán sus efectos prácticos… Pero el público apreciará su trabajo, a veces sin saberlo.

Crítica: ‘Las pelotaris 1926’

Unas pioneras olvidadas como Las Raquetistas no se merecen el trato de telenovela

SkyShowtime estrena ‘Las pelotaris 1926’ el próximo 5 de julio. Esta serie de 8 episodios de aproximadamente una hora cada uno narra como tres pelotaris vascas y una mexicana intentan abrirse paso entre los prejuicios y obstáculos habituales para las mujeres en los “felices años 20”. Jugaron en los frontones vascos o en aquellos madrileños ubicados en las Calles Cedaceros o Doctor Cortezo, así como los que funcionaban rentablemente en LATAM. Esta serie que está basada en la historia real de unas pioneras que cayeron en el olvido ha sido creada por Marc Cistaré (‘Vis a Vis’, ‘El barco’, ‘La víctima número 8’).

Chelo, Idoia e Itzi son algunos de los nombres ficticios escogidos para representar a toda una generación de raquetistas. Dos actrices españolas (Claudia Salas y María de Nati) y una mexicana (Zuria Vega) interpretando a tres pelotaris en la época en la que las mujeres comenzaban a votar en USA pero no en los países hispanohablantes. La historia de estas deportistas llegó a influir a países de todo el mundo, donde recibían mayor reconocimiento y salario que en su propia tierra. Por eso cuenta también con la colombiana Viviana Serna) y el opening mezcla trompetas mariachis con el sonido de una txalaparta. Aquellos que se puedan indignar con orgullo por eso de que piensen que la pelota vasca solo se juega en España, que piensen también en algo como los toros, por lo que Colombia acaba de ser noticia hace poco.

Encontraron rampa de lanzamiento gracias a la idea de empresarios como Luciano Berriatua e Ildefonso Anabitarte, también presentes a través de personajes con nombres cambiados. Rompieron el techo de cristal cincuenta años antes de que ese término fuese acuñado. Consiguieron más cantidad de público y sueldo que aquellos hombres que se dedicaban a jugar pelota en aquella época, fueron las primeras deportistas en cotizar en la seguridad y dedicarse a ello de manera profesional. En lugar de destacar los hechos históricos ‘Las pelotaris 1926’ se centra más en mostrar evidentes taras de la época tales como maridos posesivos o empresarios que empleaban las artes de Weinstein. Ahí pierde el norte (nunca mejor dicho) ya que en vez de hacer una oda hacia este deporte que Euskadi exportó al mundo y a unas mujeres que hicieron brecha, se conforma con ser una telenovela. Embarazos, matrimonios de conveniencia, amoríos que vuelven del pasado… Vale que uno no esperaba algo similar a ‘Las 13 rosas’ o ‘Figuras ocultas’, pero si ves la serie pensando todos los tópicos del género acertarás los giros de la trama, y eso que solo nos han permitido ver el primer episodio. Me parece del todo inmerecido y casi irrespetuoso el rescatar de la memoria la figura de estas pioneras para darles este trato. La serie habría tenido mucho más valor si se hubiese centrado en remarcar los hitos de estas mujeres o en analizar la razón por la que no se las recuerda hoy en día de un modo más popular.

La serie llega producida por The Mediapro Studio, autores de ‘El internado’, ‘Romancero’, ‘Paraíso’, ‘Vamos Juan’, ‘The New Pope’, ‘Vis a Vis’… pero se parece más a ‘Las chicas del cable’ por eso de tener un reparto joven en medio de una serie de media tarde mezclada con vagos detalles históricos. El toque de telenovela iberoamericana supongo que viene infundido por la influencia de TelevisaUnivision, artífices de ‘Rebelde’, ‘Esmeralda’, ‘Rubí’… Sospecho que va a encontrar pocos fans en el mercado Español, sobre todo porque se olvida hasta de dotar de acento vasco a sus personajes.

Crítica: ‘Pesadillas y ensoñaciones de Joko Anwar’

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Aunque se le va de las manos, de las mejores antologías de Netflix

Joko Anwar es un director muy conocido en la zona de Indonesia y entre los círculos del género fantástico. Películas suyas como ‘Los hijos de Satán’, ‘Pintu Terlarang’ o ‘Impetigore’ le han convertido en un talento emergente. Ya había hecho alguna película basada en sus propias pesadillas y ahora ha estrenado en Netflix la serie ‘Pesadillas y ensoñaciones de Joko Anwar’.

Esta antología es una especie de The Twilight Zone (opening incluído) centrado en el terror no es la primera incursión de Anwar en el género. Ya estrenó para HBO Asia ‘Folklore’. Con este nuevo título vuelve a demostrar que está comprometido con tradiciones y miedos más arraigados, sobre todo con la clase baja de su país, Indonesia y regiones cercanas. Anwar interconecta estos países y tradiciones realizando un recorrido desde el pasado hasta la actualidad más conspiranoica y comiquera. Y es que este director también cultiva el género de acción con películas como ‘Gundala’.

Si algo remarca ‘Pesadillas y ensoñaciones de Joko Anwar’ son los miedos del propio director y de la gente a la que ha visto toda su vida. Personas con auténticos trabajos de mierda y vidas embadurnadas de miseria. Y lo hace montándose sus propias narraciones extraordinarias (no puede negar influencias de Poe). De reminiscencias de los primeros films de terror, pasa al folk horror actual consiguiendo imágenes que podrían haber sido de un Kurosawa al servicio de las ‘Historias de la cripta’.

Netflix ha conseguido con esta antología lo que no pudo hacer correctamente con Junji Ito, plasmar el estilo y narrativa de una mente novedosa y a la vez tradicional en eso del terror. Para algunos si conclusión puede ser un giro de guión explosivo, pero para otros, como es mi caso, es una locura que se carga todo lo sembrado. Quizá no estéis preparados para algunas de sus escenas, Anwar muchas veces consigue ser impactante. Si queréis estarlo al menos ajustar bien el brillo o el color de la tele y poneos a oscuras con algo a lo que agarraros, como una buena caja de kleenex.

La casa vieja

Durísima reflexión sobre el abandono de nuestros mayores y el sacrificio que supone tener un hijo. Una pesadilla con un toque del giallo de Argento y una manera visualmente impactante de enlazar con horrores antediluvianos.

El huérfano

Maldición o karma, este episodio te hace caminar entre la fina línea que separa esos dos conceptos. Los anhelos por abandonar la pobreza y de un salto alcanzar una mejor vida, no justifica cualquier medio. Medios que provocan las mierdas de nuestra civilización.

Poema y dolor

¿Es el proceso de escritura una experiencia agotadora? ¿Puede un autor sufrir en sus carnes su propia historia? ¿De dónde viene la inspiración? Contradiciendo a los hijos de Unarius nos exponen un trance que mezcla Stieg Larsson con ‘Room’.

El encuentro

De nuevo la miseria llama a la puerta de la imaginación de Anwar. Otra pesadilla en vida para aquellos que sueñan alejarse de injusticias y falsas promesas. Tintes de parábola bíblica y un final incompleto, pendiente del crossover final.

El otro lado

También hay espacio para lapsos temporales relativistas y la historia del marido que se fue a por tabaco. Una locura en la que la nostalgia abduce hasta la ruina. Más problemas sociales explicados con el fantástico.

Hipnotizado

Un capítulo de esos en los que dices eso de “qué diantres está pasando aquí”. Un episodio difícil de interpretar hasta el final pero con una buenísima interpretación del protagonista. Apto para admiradores de series como ‘From’… o de ‘Los Vengadores’.

El apartado de correos

Toca unir las pistas en el último episodio, cuando más conspiranoico es el ambiente. Y relación con temas secretos y de la ciencia ficción actual tiene. La serie concluye y lo hace con un final en el que vemos una ida de olla propia de ‘30 monedas’.

Crítica: ‘The Boys’ T4

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Nueva sobredosis de salpicaduras de sangre y crítica

Por fin tenemos la cuarta temporada de ‘The Boys’ y la hemos visto con perspectivas de una quinta ya que Prime Video anunció su renovación, así como más ‘Gen V’ cuando resuelvan cómo manejar la ausencia de Chance Perdomo. ‘The Boys’ T4 llega el 13 de junio y además lo hace con estreno de triple episodio. Serán ocho capítulos cuyo final culmina el 18 de julio. Hemos podido ver todos los capítulos salvo el último, pero aún así os garantizamos que no hay ningún spoiler en esta reseña.

Todos los lectores del cómic comentaron que la temporada 3 se había suavizado, si creedme, con respecto al material original. La serie estuvo hardcore pero se cortaron con algunas escenas. Con la temporada 4 de ‘The Boys’ los paños calientes brillan por su ausencia y se mantienen las tradicionales sorpresas sangrientas y sexuales con las que nos tienen acostumbrados y que se mantuvieron también en ‘Gen V’, spin-off con el cual por supuesto ha conectado como esperábamos. Llegan nuevos giros que van más allá de las explosiones hemoglobínicas, que amplían la trama cuando pensábamos que no se podía estirar más el chicle. Nuevas alianzas, unas peligrosas elecciones, detalles del pasado de algunos protagonistas… El tiempo que hemos pasado sin nuevos episodios sin duda ha servido para enriquecer los guiones.

Sin duda un adjetivo que describe a ‘The Boys’ es ofensiva. ‘The Boys’ T4 mantiene el sentido de humor negro y esa sátira que se burla, no solo del mundo de los calzones y más mallas, también del stars-ystem, de todo aquello que es gubernamental, del corporativismo, de los fanatismos y el fandom, de la USA católica y conservadora, de Barrio Sésamo, de la Disney… Es como si los autores de ‘Injustice. Gods among us’ se hubiesen puesto a tope de drogas y diatriba crítica cuando los crearon.

En esta temporada estamos sumergidos en una campaña electoral, con Carnicero intentando recuperar a su hijastro antes de que se le acabe el tiempo, con Patriota aún más loco si puede ser, con Los Siete cambiando su alineación… La temporada está más repartida que nunca y todos los personajes tienen arcos argumentales de peso, protagonismo y giros que les aportan una evolución. Y aún así hay espacio para introducir nuevos personajes, al fin y al cabo hay que llenar los huecos que quedan tras tanta masacre y muertes viscerales. Susan Heyward, Valorie Curry y Jeffrey Dean Morgan, son las nuevas caras en la serie. Alguien con personajes tan comiqueros y cabroncetes como El Comediante y Negan tenía que estar en ‘The Boys’. Pero su papel está más relegado a un segundo plano, Heyward y Curry tienen mucho más que contar con sus personajes. Eso sí, la sensación es como en las últimas temporadas de ‘Juego de Tronos’, que vamos excesivamente rápido de un lugar a otro, sin elipsis o control sobre el tiempo fílmico.

Poco se puede decir ya tras tres temporadas y un spin-off que ha mantenido un nivel apabullante. ¿Qué sigue habiendo muertes brutales? Si. ¿Qué el nivel de sátira es extremo? Si. ¿Qué se aleja del cómic pero sigue siendo tan interesante como malsana? Si. Pero además de eso trae partidas de futbolín, bailes sobre hielo que se mofan de Disney, una ComicCon de conspiranoicos, videojuegos a lo Moral Kombat, escenas violentas psicodélicas… y esto es lo más flojo que vais a ver en esta carnicería de serie. Con ello también nos llega la sensación de que ya no hay espacio para la sorpresa, nos vemos venir los momentos soeces y las masacres, lo cual ya le está quitando algo de gracia.

Ya que os he ahorrado los spoilers permitidme que os ponga los títulos de los ocho episodios de ‘The Boys’ T4 y deje que vuele vuestra imaginación.

TÍTULOS EPISODIOS:

  • EPISODIO 401: Departamento de juego sucio
  • EPISODIO 402: Vida en las cloacas
  • EPISODIO 403: Mantendremos la bandera roja ondeando
  • EPISODIO 404: La sabiduría de los siglos
  • EPISODIO 405: Cuidado con el galimatazo, hijo mío
  • EPISODIO 406: Algo apesta
  • EPISODIO 407: El topo
  • EPISODIO 408: Carrera de asesinatos

Crítica: ‘Auge y caída de MoviePass’

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Sinopsis

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En un lapso de ocho años, MoviePass pasó de ser el servicio de suscripción de más rápido crecimiento desde Spotify a la bancarrota total, perdiendo más de 150 millones de dólares solo en 2017.

Crítica

La historia de una compañía fastasmagóricamente disruptiva

Hace no mucho tiempo se planteó algo similar en España y hay alguna promoción aún en algunas cadenas de cine. Pero lo de MoviePass, el tener acceso a películas en el cine por solo una cuota mensual de 9,95 dólares, fue un precedente, tanto de éxito como de batacazo. Pero si además a eso le sumamos una mala gestión del negocio, la compra por parte de unos fiesteros gastones y objetivos empresariales voraces, tenemos una historia avocada al fracaso. Lo que pudo haber sido en 2011 una oportunidad de reencontrar al público masivo con las salas de cine acabó quemado como la Roma de Nerón.

El 30 de mayo Max estrena ‘Auge y caída de MoviePass’. Un documental sobre una historia corporativa que tiene también mucho de social por el impacto que tiene hoy en día el mundo del entretenimiento en nuestras vidas. ‘Auge y caída de MoviePass’ es un relato sobre la creación de una empresa, un servicio, una campaña… llamémoslo como queramos. Pero también supone un reflejo clarísimo de cómo ha cambiado el paradigma cinematográfico, de cómo la industria ha de reinventarse, no solo en sus modelos de consumo, también en la mentalidad de aquellos que mueven los hilos y ponen su dinero.

Puesta en marcha por la productora de Mark Wahlberg y dirigida por Muta’Ali Muhammad (‘Cassius X: Becoming Ali’), ‘Auge y caída de MoviePass’ es una película sobre una compañía que cuyo crecimiento fue frenético, consumista y por desgracia fastasmagóricamente disruptiva. MoviePass duró unos ocho años y desapareció en 2019 tras perder más de 150 millones de dólares solo en 2017. Usaron a Dennis Rodman para promocionarse en las redes a la desesperada, esa tenía que haber sido una buena señal de alarma para sus inversores. Problemas de derroche y ostentación, sospechas de fraude a los clientes, desencuentros con las cadenas de cine, fallos de coordinación y comunicación a la hora de reservar entradas, exceso de usuarios y expectativas, nula rentabilidad en cuanto un usuario iba a más de dos películas en un mes… La historia de MoviePass se podría haber visto venir. Para el espectador es una película curiosa para distribuidores y exhibidores es una advertencia de lo que no hay que hacer para ponerle el último clavo a los cines.

Fue todo una vendida de humo, para espectadores, para franquicias de cines, para accionistas… Crímenes de estafa, detenciones o no, con el tiempo todo ha quedado en una tarjeta roja que hoy en día muchos conservan como recuerdo de un momento esperanzador para los cinéfilos, como aquellos que aún guardan elementos de los desaparecidos Blockbuster. ¡Y ojo que amenaza volver! Pero no es mala noticia, tendréis que ver el documental para saber por qué.

Ficha de la película

Estreno en España: 30 de mayo de 2024. Título original: MoviePass, MovieCrash. Duración: 90 min. País: EE.UU. Dirección: Muta’Ali Muhammad. Guion: Muta’Ali Muhammad. Música: Max Aruj. Fotografía: Axel Baumann, Leo Gallagher. Reparto principal: Mitch Lowe, Stacy Spikes, Hamet Watt, Chris Kelly, Nathan McAlone, Jason Guerrasio, Daniel Kaufman. Producción: Unrealistic Ideas, Assemble Media, Business Insider, Tower Way. Distribución: Max. Género: documental. Web oficial: https://www.hbo.com/movies/moviepass-moviecrash

Crítica: ‘Bodkin’

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Negra con su humor, misterio y personajes, pero aún así, deja buenas sensaciones

Este 9 de mayo se estrena en Netflix la serie ‘Bodkin’. Compuesta por siete episodios y creada por Jez Scharf nos cuenta la aventura de tres reporteros en un pequeño pueblo irlandés. Dos de ellos se dedican a hacer un podcast sobre true cimes y la otra es una empleada de un periódico serio que ha tenido que poner pies en polvorosa. Forman un variopinto y heterogéneo equipo que intenta desentrañar unas desapariciones ocurridas décadas atrás durante un Sauin (lo que se conoce también como Samhain, el popularmente llamado Halloween).

Siobhán Cullen, Will Forte y Robyn Cara forman el trío protagonista. ‘Bodkin’ consiste en una historia de suspense ligera con más momentos de humor negro que de puro dramatismo, aunque este gana peso al final. Es un viaje rural a través del misterio y del tratamiento de las historias, hoy en día frivolizadas por el auge de los programas y documentales true crime. Desde el primer episodio, te sumerges en un mundo oscuro y enigmático donde cada giro de la trama te deja con ganas de más. La trama es más compleja de lo que a priori parecía y está repleta de personajes pintorescos que dan pie a múltiples versiones de la historia, abriendo la veda a distintas teorías. Como si se tratase de una novela negra el espectador siente el gusanillo de saber más y ya de paso de conocer en profundidad a los personajes.

Cada protagonista, y algún que otro secundario, está meticulosamente desarrollado y aporta su propia capa de complejidad a la historia. Se dispone a una escritora arisca y frustrada por su situación con dos entusiastas motivados. Son dos estadounidenses y una irlandesa que vuelve a su país a regañadientes. Dicho de otro modo, una gruñona tipo Scooge con un tipo risueño y optimista a lo Ted Lasso. La mezcla es curiosa y funciona. Como extra se plantan ante nosotros algunos detalles que hemos de dilucidar si son reales o solo están en la mente de algunos de los protagonistas.

Uno de los puntos fuertes de ‘Bodkin’ es el cómo es capaz de conseguir una ambientación triste a partir del vivo verde irlandés. Pero sobre todo lo que nos atrapa es el cómo el hermetismo y las tradiciones del pueblo de Bodkin obstaculizan la progresión de estos investigadores. Desde hipótesis de lo más locas hasta los asuntos más truculentos o trágicos, la serie crea desconcierto y encanto a partes iguales. Con cada capítulo el interés es mayor, detectamos diversos McGuffins y vamos tamizando el silencio o la negación obteniendo vergüenza y secretos, de esos que siempre abundan en las pequeñas villas.

También está interesante el debate periodístico que plantea la serie. No me refiero a si es mejor un podcast que un medio de comunicación tradicional, ‘Bodkin’ no se moja mucho con eso. Sin embargo por un lado está la vertiente “respetuosa” que busca extraer solo las partes morbosas o misteriosas de la historia, lo cual hoy en día tiene mucha audiencia. Por otro lado está quien busca algo menos pasajero y pasar a la historia escarbando entre el escándalo y los argumentos políticos. Al espectador se le plantea un continuo debate y cuesta escoger por quién está actuando del modo más correcto, eficiente o humano.

Por último señalar que la música de la serie está compuesta por Paul Leonard-Morgan, autor de la música de ‘The IT Crowd’ y uno de los artífices de la estupenda banda sonora del juego y la serie de ‘Cyberpunk 2077’. Ha usado temas que en algunos momentos recuerdan a Hans Zimmer con notas que rememoran a ‘Sherlock Holmes’ e ‘Interstellar’. Curiosa mezcla que enriquece aún más las rarezas de esta serie.

Crítica: ‘Los Detectives Muertos’

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Un encuentro suavizado y juvenil con el lado dark de DC

Aún me acuerdo de la película ‘R.I.P.D. Rest In Peace Department’. En ella dos policías de ultratumba (Ryan Reynolds y Jeff Bridges) luchaban para devolver a demonios al infierno intentando mantenerse al margen del mundo de los vivos. La dinámica del filme era claramente un copia y pega de ‘Men In Black’. Ahora tenemos a dos nuevos detectives que intentan resolver casos sobrenaturales siendo ellos mismos dos fantasmas, pero la tónica es bien distinta. ‘Los Detectives Muertos’ luce un estilo más cercano a una mezcla entre las historias de ‘Sherlock Holmes’, ‘Entre fantasmas’ y ‘Supernatural’. Precisamente con esta última es con la que más tiene relación pues el creador de esta y esa serie es Steve Yockey. Ya trabajó para Warner Bros. Television con ‘The Flight Attendant’ y ahora estrena un título que también tiene bastante comedia, solo que nos llegará a través de Netflix el 25 de abril.

La trama de ‘Los Detectives Muertos’ sigue a dos fantasmas. Dos personas muertas a muy temprana edad pero en épocas diferentes. Edwin Paine (George Rexstrew) asesinado en 1916 y Charles Rowland (Jayden Revri) que murió en 1989. Mientras resuelven sus casos se fortalece su amistad, descubren más sobre las reglas del más allá e intentan huir de Muerte, interpretada por Kirby ya que todo pertenece al universo de ‘Sandman’. Estos dos personajes junto al de Crystal aparecieron en los últimos coletazos de ‘Doom Patrol’ y ahora tienen serie propia que tiene un par de guiños a los cómics de la Patrulla Condenada, pero sobre todo a la obra de Gaiman. De una serie de HBO Max saltamos a una de Netflix. Esa es la razón por la que los actores son distintos, aunque evidentemente Warner Television sigue en el ajo.

Como es lógico hay conexiones con la serie de ‘Sandman’ pero ‘Los Detectives Muertos’ va por su cuenta e implementa un estilo mucho más juvenil. Se acerca a series como ‘Locke & Key’ o ‘Agencia Lockwood’. Estos dos chicos se mueven por un mundo adulto en el que hay criaturas a las que se ha enfrentado el mismísimo John Constantine, tales como fantasmas, demonios, objetos malditos, brujas, elementales… Aceptan encargos de otros que siguen atrapados entre el mundo de los vivos y los muertos. Unos casos que se antojan bastante evidentes para el espectador pero que tienen mucho de cautivadores por como juegan con el mundo demoníaco y fantasmal.

La serie desarrolla su propio lore y lenguaje partiendo de las pautas que les da el material original. Runas, conjuros, planos, criaturas… todo un mundo mágico particular dentro del universo dark de DC/Vértigo. Esto es el Black Label en su vertiente más tontorrona y simpaticona. La historia es arquetípica en el sentido en que tenemos al listo y al ágil, el diligente y el caótico, el deductivo y el bruto. Y estos hacen migas con una mujer negra y una oriental, cosas de Netflix, pero la trama funciona. Recuerdo cuando veía ‘Smallvile’ que me sacaba de la serie que todos los personajes acababan teniendo poderes o enfrentándose a un villano. Aquí es parecido, todos ven muertos o se ven cara a cara con demonios o asesinos. Es la única pega que le encuentro, si hay alguna que ponerle.

Crítica: ‘El simpatizante’

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Park Chan-Wook también es un maestro en formato serie

Basada en una novela de Viet Thanh Nguyen que se publicó bajo el mismo título y ganó el Pulitzer, llega la serie ‘El simpatizante’. El próximo 15 de abril HBO Max publicará en su catálogo esta producción que cuenta con nombres muy granes, talentosos y rara vez decepcionantes: A24, Park Chan-Wook y Robert Downey Jr.

‘El simpatizante’ es una producción de A24 para HOB Max que dirige el laureado Park Chan-wook, para los que peinan canas el director de ‘Old Boy’, para los más jóvenes el de ‘Decision to leave’ o ‘La chica del tambor’. Junto a él en el guión el actor Don McKellar que también cuenta con guiones en su haber como el de ‘A ciegas’. Esta comunión ha dado a luz una magnífica serie que explora como nunca algunas facetas de un fragmento de la historia norteamericana que por otro lado está harto explotado.

En ‘El simpatizante’ seguimos a un refugiado en Los Ángeles que ha de seguir ejerciendo de espía en los últimos coletazos de la Guerra de Vietnam a causa de su origen mitad francés y mitad vietnamita. Esta serie va de agentes dobles, de choque de culturas, de diferentes interpretaciones de un enfrentamiento y de conflictos de intereses. Como siempre que se habla de la Guerra de Vietnam, aunque sea en segundo plano, se habla de una invasión en el plano cultural. A través de la retrospectiva que ofrece la confesión de un espía comunista transitamos una historia repleta de sátira y tragedia.

Es la historia en clave de thriller de hombres con dos caras. Robert Downey Jr. va más allá que nunca y muta en cada episodio. A este actor harto conoció le encanta caracterizarse. Sonados son papeles como el de ‘Tropic Thunder’, que también tenía que ver con Vietnam, o su participación en ‘Oppenheimer’ que le ha valido el Oscar, como casi sucedió cuando se disfrazó de Chaplin o de Kirk Lazarus. Él representa magistralmente una parte paternalista y manipuladora de todos los tentáculos de Estados Unidos. Pero con todo y con ello no es el personaje principal.

Hoa Xuande es realmente el simpatizante, quien juega a las amistades peligrosas. Es un actor con muy poca trayectoria o títulos que hayan llegado al gran público pero se mueve estupendamente por las escenas conflictivas, los garitos, las metáforas y los encontronazos que le propone Park Chan-wook. Representa muy bien al personaje intelectual, dividido y huidizo de estereotipos que es el protagonista.

En contadas ocasiones la serie tiene también algo de acción. El primer episodio acaba por todo lo alto para después moderar el ritmo de sus capítulos. ‘El simpatizante’ tiene un sabor a los setenta que seguro que le encantará a Tarantino. Los tiempos, el vestuario, los movimientos de cámara… Es una serie repleta de travelings y paneos, pero sobre todo de muchos planazos que imitan los de la época y que son característicos del director. Según qué episodio el cineasta surcoreano realiza un tributo al cine de espías, al bélico, al político e incluso al propio cine en sí mismo, todo evidentemente también gracias al texto del que parte.

Crítica: ‘Fallout’

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Un bombazo de serie que solo se puede medir con el pulgar hacia arriba

Jonathan Nolan y Lisa Joy regresan con una serie de ciencia ficción, ‘Fallout’, esta vez en Prime Video a partir del 11 de abril. Los artífices de ‘Westworld’ y ‘The Peripheal’ crearon anterior y respectivamente su versión de una película y una novela fantástica y ahora lo que adaptan es un videojuego. La mítica saga de Bethesda da el salto a la televisión en formato acción real. No serán pocas las comparaciones de esta serie que tiene planos a lo ‘Apocalypse now’ y ‘Terminator’, pero sobre todo con quien tendrá muchas asimilaciones es con un estreno que aún tiene que llegar ‘Borderlands’.

Estamos en un mundo arrasado, controlado por clanes (a cada cual más chiflado y fanático), siguiendo la búsqueda de un preciado tesoro, donde impera la ley del más fuerte o el más trapero. Bien es cierto que aunque aquí hay bastantes majaderías el juego de Gearbox es mucho más cómico que ‘Fallout’, pero hay muchos puntos en común. El sabor al farwest, los tiroteos, el ambiente apocalíptico desértico donde aún funcionan ciertas tecnologías… Se parecen y sin entrar en cuál llegó antes a nuestras consolas disfrutamos de la historia.

¿Cuáles son los precedentes? Como espectador que no conozca el videojuego solo has de saber que la humanidad, como siempre controlada por el corporativismo, a arrasado el planeta a base de explosiones nucleares. A la cabeza está Vault-Tec, una empresa tipo Umbrella Corporation que desarrolla todo tipo de tecnologías, en especial los más de cien bunkers que mantendrán a la humanidad a salvo bajo tierra. ¿A salvo? Como siempre la multinacional se alza como la villana de esta ucronía y realiza variopintos experimentos que crean todo tipo de situaciones y criaturas. Seres como los ghouls, los gulpers, los mutantes… forman sus clanes y facciones que intentan controlar los Estados Unidos, ahora convertidos en una Commonwealth de trece estados.

Estamos ante una realidad alternativa con sabor a western y a años 50. Sombras del comunismo hasta en la sopa, llaneros solitarios, una elegancia que se percibe hasta entre la mugre… La serie tiene un encanto difícil de describir pues en su mezcolanza de géneros brota un drama y un romanticismo que funciona. Sobre todo porque todos los personajes tienen un arco argumental interesante y evolucionan sustancialmente, no son para nada planos. Y principalmente porque ‘Fallout’ marca la diferencia y huye de héroes y santurrones. Todos los protagonistas hacen alarde de cierta maldad fruto de vivir en un mundo que te destroza para conseguir sobrevivir.

Quizá esta no sea una traslación literal de alguna entrega concreta de la saga pero desde luego funciona correctamente en el universo creado por Tim Cain para ordenador en 1997. Si habéis jugado toda la saga reconoceréis a personajes como Lucy o Maximus, e incluso al pero albóndiga, así como a un robot que tiene jocosamente la voz de Matt Berry. Curioso o sarcástico es que la serie disponga de un personaje que proviene de un pasado similar al de los nazis y que comparta nombre (Dr. Siggi Wilzig) con alguien que en la realidad fue un superviviente del holocausto y de campos como Auschwitz y Mauthausen y posteriormente un magnate de la banca. Sea como fuere está divertido seguir al escudero de unos caballeros de armadura tosca a lo Warhammer 40.000 (Aaron Moten), a la candorosa y bienintencionada joven del búnker 33 (Ella Purnell) o al pútrido cowboy cuatrero excelentemente bien maquillado (Walton Goggins).

La serie al fin y al cabo es una aventura que desarrolla varias buddy movies a la vez. Como en el juego es divertido ver los distintos clanes que se han creado o los variopintos experimentos que se han realizado en los búnkeres. Es una propuesta más bestia y sangrienta que ‘Westworld’, pero no por ello menos dramática. La Hermandad, El Enclave, Shady Sands, El Yermo, diversos refugios subterráneos… Recorremos puntos clave de los videojuegos y por momentos la serie recuerda a ‘De amor y monstruos’ o a ‘Mad Max’, pero no olvida la fuente original. Toparnos con un cadáver nada más salir del búnker 33, tener un filtro de agua roto o usar una nevera como refugio nuclear son detalles que no pasarán desapercibidos a los gamers. Como el hecho de ver por todas partes y sin abusar a lo product placement el logo de la Nuka-Cola. A esa manera de no propasarse con los detalles y de saber adaptar, no calcar los juegos, yo le pongo el pulgar arriba cual Vault Boy.

Crítica: ‘Parasyte: los grises’

Acierta al no intentar readaptar y consigue convivir paralelamente al original

La historia de ‘Parasyte’ arrancó como un manga en Japón allá por 1988. Su autor Hitoshi Iwaaki ha visto como su obra se grajeaba muchos fans e incluso se llegaba a convertir en serie anime y a tener dos películas de acción real. Ahora es Netflix quien coge esta exitosa idea de terror y la convierte en ‘Parasyte: los grises’, una serie live action con 6 episodios que llegan el 5 de abril. Por mucho que esta serie le pegue mucho al director japonés Takashi Miike, quien ha realizado esta adaptación para Netflix es el guionista y director Yeon Sang-ho. Quizá es porque Miike, el mayor adaptador de mangas de la historia, estaba ocupado haciendo para la plataforma el anime de ‘Onimusha’.

Y me alegro de que haya sido Yeon Sang-ho pues muchos en España somos admiradores de su trabajo tras el estreno de ‘Seoul Station’ y ‘Train to Busan’, quizá no tanto tras ‘Península’. No es la primera vez que el rompedor director trabaja con Netflix pues ya estrenó la más que potable ‘Rumbo al infierno’ o la fantástica película de acción y ciencia ficción ‘Jung_E’.

Para aquellos que no conozcan ‘Parasyte’ han de saber, sin spoilers, que trata sobre como los humanos han de enfrentarse a unos seres bautizados como parásitos. Esto no va en el mismo sentido que la película de Bong Joon-ho, aunque algo de retrato de vagos y oportunistas hay, sino de un modo más cercano al de ‘Los ultracuerpos’, ‘The faculty’ o ‘Invasión secreta’. Con códigos de terror e imágenes grotescas similares a las que vemos en las páginas del ahora tan de moda Junji Ito, seguimos la historia de un adolescente llamado Shin’ichi Izumi, quien cual Eddie Brock con Venom empieza a convivir con uno de los parásitos invasores. Eso es lo que plantea inicialmente el manga. La serie se desplaza a un escenario ubicado un tiempo más adelante, con la invasión más avanzada, en términos más apocalípticos y con una protagonista diferente a la de los primeros mangas, pero que plantea las mismas cuestiones sobre la coexistencia.

Los humanos convirtiéndose en formas agusanadas letales y afiladas son la marca de la casa cuando hablamos de ‘Parasyte’. Las criaturas comparten el instinto de supervivencia de sus huéspedes ayudándose en simbiosis, pero sin compartir los intereses u objetivos. Estas criaturas son todo un reto para los cosplayers fans de la saga, los cuales, muy gratamente verán como la estética y morfología de las criaturas está respetada en la serie. No hay que preocuparse, no estamos ante un caso tipo ‘Death note’, la fidelidad de esta serie está más próxima a lo recientemente visto con ‘One piece’. Eso sí, hay que puntualizar que esta no es una traslación literal sino un fantaseo que sobre todo explora otras posibilidades del universo creado por Iwaaki. En el caso del manga y anime la dinámica es más ‘Venom’ y ‘The faculty’ y en el caso de la serie se toma un rumbo más cercano a ‘Invasión secreta’, The Strain’ y ‘Los ultracuerpos’. La pena es que la serie arranca con los mismos mensajes ecologistas que el manga, pero no desarrolla los argumentos en contra de lo perniciosos que somos los humanos de un modo convincente.

Yeon Sang-ho es ya todo un experto en manejar historias que ponen en jaque en a la humanidad. Hitoshi Iwaaki ya se ha manifestado muy satisfecho con las nuevas ideas que aporta la serie y yo no puedo decir lo contrario. La historia cambia sustancialmente con personajes más traumados y escenas más crudas, pero las reglas y el discurso se mantienen, de hecho, lo que sucede en la serie convive perfecta y simultáneamente con el manga. La trama es más policial y alude constantemente al ‘Dr. Jekyll y Mr. Hyde’, pero no pierde su sentido grotesco. En resumen, es un acierto que la serie haya desarrollado una trama que va de la mano a la original y no se haya intentado adaptar lo que ya hemos visto en formato anime y películas de acción real. Es una buena manera de ampliar el universo de ‘Parasyte’.

Crítica: ‘El problema de los tres cuerpos’

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Exhibe mucha complejidad y espectacularidad, pero como en ‘Juego de Tronos’, procrastina en exceso el desenlace

Netflix estrena este 21 de marzo la adaptación a televisión de ‘El problema de los tres cuerpos’. La rompedora obra de ciencia ficción escrita por el escritor chino Liu Cixin que causó sensación cuando se publicó la primera parte de la trilogía, ahora se convierte en serie de ocho episodios. Han sido los artífices de ‘Juego de Tronos’, David Benioff y D.B. Weiss, quienes han realizado esta traslación. Y les pega mucho esta narración pues al igual que la obra de R.R. Martin nos hace saltar rápidamente por diferentes localizaciones, épocas y personajes, sembrando misterio y peligro allá por donde va. Pero sobre todo se asemeja en que todo trata sobre una amenaza en principio desconocida y a priori imposible de vencer, además de que no hay personaje que esté a salvo.

Con la Revolución Cultural china y el mundo actual como telón de fondo, la novela explora temas como las carreras tecnológicas, la política y la búsqueda de vida extraterrestre, asimilándose en algunos aspectos a los relatos de Asimov. El libro es más lineal que la serie, la cual alterna mucho más las diferentes líneas temporales. Aún así no se ha perdido el toque de Liu Cixin, el cual tejió una historia compleja y sugerente que ahonda en las consecuencias de las acciones humanas y los retos existenciales que plantean los encuentros con civilizaciones avanzadas. Quizá habría que decir que el libro es intelectualmente más interesante pues profundiza mucho más en cuestiones tecnológicas, pero emocionalmente la serie está al mismo nivel, sobre todo gracias al poder de sus imágenes, las cuales plasman perfectamente todo aquello que imaginamos al leer el libro. Evidentemente esto sucede sobre todo en las escenas del videojuego o en los momentos más enmarcados en situaciones fantásticas. Pero más allá de su gancho visual uno de los puntos fuertes de ‘El problema de los tres cuerpos’ reside en su retrato de la colisión entre diferentes ideologías y la naturaleza impredecible del comportamiento humano ante una amenaza cósmica. Igualmente se entremezclan conceptos científicos con indagaciones filosóficas, no al nivel de magníficas obras como ‘Devs’, pero si de un modo que abre debate. Por ejemplo, yo me cuestiono si se ha incurrido en un fallo enorme de guión cuando se habla de diferencias de tecnología poniendo sobre la mesa la picotecnología alien frente a la capacidad del ser humano de progresar de manera exponencial.

Por otro lado, aunque es una historia interesante y cautivadora hay que reconocer que tiene demasiados puntos en común con ‘El juego de Ender’. Un videojuego que no es ni un entrenamiento, ni un entretenimiento recreativo, sino que sirve a intereses reales además de un enfrentamiento interplanetario con una especie alienígena que nunca vemos. De igual manera podemos asemejarla a ‘Ready Player One’, donde los protagonistas también debían resolver un acertijo en un mundo virtual cuyo resultado afectaba a la realidad.

Los personajes están bien desarrollados, cada uno de ellos lidiando con sus propios dilemas morales y luchas personales mientras navegan por las complejidades de la misteriosa amenaza y los desconcertantes eventos con los que se tropiezan. Por encima de un reparto con rostros conocidos como los de Liam Cunningham, Jonathan Pryce o Benedict Wong cabe destacar los papeles de Zine Tseng y Eiza González. Esta última se diría que gracias a ‘El problema de los tres cuerpos’ ha encontrado un papel que le permite mostrar sus verdaderas dotes interpretativas más allá de su figura y su rostro, normalmente cosificados.

En conjunto, esta primera temporada de ‘El problema de los tres cuerpos’ es un visionado cautivador que invita a la reflexión y que traspasa los límites de la ciencia ficción tradicional. Su exploración de grandes temas cósmicos combinada con un drama humano íntimo la convierte en una obra por encima de la media. Tanto si te gusta la ciencia ficción pura y dura como la especulación filosófica, esta serie ofrece una experiencia rica y gratificante que permanecerá en tus pensamientos mucho tiempo después de que hayas terminado el último episodio, sobre todo porque su final queda abierto.

Crítica: ‘Halo’ T2

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Una subida de nivel con más acción y aún mejor calidad gráfica

Ya se ha estrenado la segunda temporada de ‘Halo’ este 9 de febrero y hemos podido ver gracias a SkyShowtime los cuatro primeros episodios. Si la primera temporada nos ofrecía acción y ciencia ficción además de tratar de ser una historia de intrigas y debates sobre la humanidad y la identidad, en este segundo periodo de la serie de Paramount+ tenemos mucha más emoción y profundidad en los protagonistas.

La temporada dos de ‘Halo’ retoma el punto exacto donde acabamos la primera. Cortana ha poseído al jefe maestro, los Covenant han visto frustrada su búsqueda del Halo y la Doctora Halsey (Natascha McElhone) está en busca y captura. Muchas de esas cuestiones se resuelven pronto para introducirnos un nuevo misterio, que llega con el cliffhanger del primer capítulo y nos deja con el culo torcido.

Para los detractores de la primera temporada hay que decir que las diferencias con los juegos siguen presentes y sucede como con el Juez Dredd de Sylvester Stallone, vemos demasiado el rostro de Pablo Schreiber como Master Chief. Pero al menos nos hacen viajar a Reach, los jugadores pueden hacerse una idea de lo que va a pasar. Otra de las protestas de los fans hacia los primeros capítulos fue que la acción era escasa, que había capítulos prácticamente sin nada de batalla, escaramuzas o peleas, que al fin y al cabo era algo omnipresente en todos los Halos. En esta segunda temporada los personajes sudan más pues vemos más misiones y batallas. Aunque el episodio tres es mucha palabrería, casi todo relleno, en el cuarto tenemos la mejor contienda de la serie hasta el momento. Bien es cierto que no sucede exactamente como en el juego ‘Halo: Reach’ y no conocemos al spartan Noble 6, pero si tenemos unos instantes demoledores y abrumadores.

En mi caso estoy disfrutando mucho esta serie pues aunque no respeta el lore al pie de la letra es capaz de moverse por el mismo universo. Han tomado nota del feedback y la acción está mucho más presente. Además, uno de los cambios importantes, la violencia es mayor y eso casi siempre es un plus pues le da a esta historia de ciencia ficción cierto realismo y dramatismo. Otra señal de que esta serie realmente es una mezcla un tanto caprichosa del canon de los videojuegos ‘Halo’ es que se incorpora el personaje de James Ackerson (Joseph Morgan), que surge de los libros para alzarse como uno de los más interesantes en esta segunda temporada. Además entra en juego algún que otro nuevo personaje, como el equipo cobalto. Pero hay detalles que nos siguen haciendo hablar de huevos de pascua. Sabemos que el equipo omega es canon por detalles que podréis ver en el segundo episodio, por ejemplo.

Como curiosidades, si no habéis jugado al juego, os parecerá familiar el nombre de Cortana la IA que acompaña al Jefe Maestro. Es lógico que os suene pues Cortana se llama también el asistente de Windows y evidentemente ambas creaciones pertenecen a Microsoft. Lo que puede haber sido un homenaje que se repite es el parecido del casco de los marines de la serie con los de la película ‘Starship Troopers’. Bien es sabido que los cascos del largometraje de Paul Verhoeven han sido muy reutilizados pero también que sirvió de inspiración para la creación de los videojuegos. Ojalá esto significase que están en el mismo universo. También podría formar parte del mismo mundo la historia de ‘Altered Carbon’, pues las ciudades de la serie lucen como aquellas que vimos en la serie de Netflix. Con esa serie ‘Halo’ también comparte que la calidad de producción es brutal, pero el guión hace que se desmerezca pues pierde cuando se aleja de su protagonista intentando expandir el universo de la franquicia.

Uno de los elementos más destacados de la segunda temporada es su dedicación a la construcción del mundo, sus localizaciones y efectos generados por ordenador. Desde los sobrecogedores paisajes de emplazamientos como Sanctuary hasta las civilizaciones alienígenas de intrincado diseño, todos los aspectos del universo ‘Halo’ están meticulosamente elaborados y son envolventes. La atención al detalle da sus frutos en esta segunda temporada, creando una sensación de autenticidad que atrae a los espectadores hacia la historia. No notamos diferencia entre cuando la acción es estática y los protagonistas van ataviados con trajes reales de spartan a cuando estos están recreados por ordenador. Sin duda de momento la serie está siendo una continua subida de nivel.

Crítica: ‘Griselda’

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Una historia de madre desesperada, de empoderamiento y también de enloquecimiento

Los creadores de ‘Narcos’, Eric Newman y Andrés Baiz, junto con Doug Miro, Ingrid Escajeda y Carlo Bernard, vuelven con una historia real sobre el tráfico de drogas. ‘Griselda’ podría considerarse una precuela de ‘Narcos’ pues se ambienta en los años setenta y ochenta. Y no solo por el espacio temporal que abarca, sino porque trata sobre Griselda Blanco, la que en muchas ocasiones se ha considerado como una de las personas que contribuyó al imperio de Pablo Escobar en sus primeros años.

Sofía Vergara es quien interpreta a la protagonista. Encarna a una mujer que se abrió paso en un mundo de hombres jugándose lo poco que tenía y la vida misma. Curioso que en la entrevista con Pablo Motos el presentador hiciese unas preguntas tan inapropiadas que parecían dignas de uno de los personajes que pugnan por arrebatarle su poder. Vergara plantó cara al capitán de El Hormiguero y su personaje hace lo mismo. Esta es una serie que ha hecho que la actriz se enfrente a un reto interpretativo. Se ha sumergido en el drama intentando huir de dos corsés en los que estaba metida desde hace años. Por un lado se aleja significativamente de la comedia que era ‘Modern family’ y por otro se escabulle de los personajes que explotan su cuerpo. Interpretativamente esta miniserie es sin duda para ella un impulso que le puede abrir otras muchas puertas. Lástima que el maquillaje solo consiga afear su aspecto y no asemejarla al personaje original, como nos dijeron en la rueda de prensa que podéis ver aquí, se ha rodado tan rápido y durante tanto tiempo que no había tiempo para conseguir un resultado más fidedigno.

La propia actriz declaró en el encuentro que tuvimos con ella que no le agradaría someterse a más sesiones de prostéticos. Es esa quizá una de las razones por las que ‘Griselda’ concluye solo con seis episodios. Eso y que se han intentado alejar del formato de ‘Narcos’. No tenemos múltiples temporadas y tampoco una voz en off. Todo ello en favor de buscar una visión más personal del personaje, lo cual recordará a muchos a series como ‘Breaking Bad’ o ‘Los Soprano’. También se ha querido mostrar una etapa y faceta concreta del personaje que impide ver porqué se la apodó “La viuda negra” o cómo creó el cartel de Medellín junto a los Ochoa, Escobar y Lehder, aunque esto último se deja intuir. ‘Griselda’ es una historia de madre desesperada, de empoderamiento y también de enloquecimiento. Los creadores de la serie parecen encasillados o ensimismados con el mundo de las drogas, pero se agradece este cambio con una perspectiva más íntima y menos política de la historia.

Para Vergara, Colombiana de nacimiento, también ha supuesto quitarse una espina clavada y poder rodar con un reparto latino. Además de ella están en el elenco Alberto Guerra, Christian Tappan, Martín Rodríguez, Juliana Aidén Martinez, Vanessa Ferlito y haciendo su debut en la pantalla, Carolina Giraldo (a.k.a Karol G). Y el reparto de la serie incluye otras colaboraciones especiales entre los que se encuentran Alberto Ammann y Ernesto Alterio, los cuales hacen de hermanos y en el caso del segundo de ellos con un trabajadísimo acento.

Hablo mucho de Sofía Vergara porque efectivamente ella es el centro de la serie y lleva bien el peso del protagonismo. Pero siendo justos hay que destacar el trabajo muy logrado de secundarios como Juliana Aidén Martinez en el papel de la agente June que también se enfrenta al machismo y racismo de los ochenta. O el hipnótico personaje de Martín Rodriguez como Rivi.

Quizá hay que reprocharle a la serie que en su búsqueda de abordar una dimensión diferente de “La madrina” no siga la pauta que nos marcan en los títulos de inicio. La serie abre con una frase de Pablo Escobar en la que reconoce que la única persona que le ha dado miedo en la vida ha sido ella pero durante todos los episodios solo vemos a una mujer falible, temerosa y errática, aunque despiadada en momentos puntuales y desesperados. Eso y que para ir de principio a fin en su vida en tan pocos episodios se dan varios saltos temporales que nos dejan con la sensación de que nos hemos perdido algo.

Crítica: ‘Orphan Black: Echoes’

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Una serie que arranca con interrogantes de esos que enganchan

Más de cinco años han pasado desde que terminó la temporada cinco de ‘Orphan Black’ y es el momento de que España vea el estreno de la nueva serie derivada de ese universo. El próximo 8 de enero SYFY estrenará el spin off, secuela o continuación, ‘Orphan Black: Echoes’. Una serie que arranca de manera potente y que nos promete diez episodios de pura ciencia ficción, drama, acción y reconexión con el pasado, los fans de la serie entenderán el doble sentido de esto último.

Independientemente de si viste en su día la serie original o no, ‘Orphan Black: Echoes’ se puede seguir sin problema. Nos ubicamos cuarenta años después en la ficción y volvemos a este mundo que habitaron los clones de Sarah Manning (Tatiana Maslany). Tiempo suficiente como para que durante esta temporada tengamos el cameo de alguno de los personajes, como presagia el último plano del primer episodio. De hecho no es spoiler que la serie cuenta en su reparto con una Kira Manning ya adulta (Keeley Hawes sustituye a Skyler Wexler). Aun así, esta nueva etapa arranca con personajes nuevos.

La serie comienza con una situación bastante desconcertante para la protagonista que de inmediato se ve sumergida en una trama de conspiraciones. Con un pasado por desvelar y una vida por fraguar conocemos a Lucy, una joven que quiere hacer borrón y cuenta nueva alejándose de un pasado reciente muy traumático. A los fans de ‘Orphan Black’ no les pillará nada desprevenidos el hecho de que esta mujer tenga un origen tan… artificial, pero si se plantean unos cuantos enigmas que harán que se enganchen a esta nueva historia. Hemos visto el primer episodio y ya plantea un buen número de interrogantes, de esos que te meten ganas de seguir viendo episodios. La nueva etapa de la serie esquiva la repetitividad y pone en marcha más de una idea original que satisfará a los seguidores más acérrimos.

La encargada de encarnar a la protagonista, que probablemente se convierta en protagonistas, es Krysten Ritter. Venimos de una serie en la que Maslany demostró talento interpretativo llevando a cabo diferentes registros. El reto que tuvo fue similar al de Diane Guerrero con Crazy Jane o al de Noomi Rapace en ‘Siete hermanas’. En esta ocasión puede que se gestione el tema de los clones de otra manera, pero igualmente desde el minuto cero Ritter nos demuestra que no hay serie pequeña para ella y vuelve a darlo todo, como ya vimos en ‘Breaking Bad’ o ‘Jessica Jones’.

Anna Fishko (‘Fear The Walking Dead’) coge el testigo de Graeme Manson y John Fawcett. Con ‘Orphan Black: Echoes’ continúa con el mundo de las Manning explorando una vez más el sentido de la humanidad y sobre todo un gran dilema de personalidad y existencia que a muchos puede recordar a lo tratado en ‘Westworld’.

Crítica: ‘True detective: night country’

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Recupera su potencial diferenciándose con varios cambios relevantes

En 2014 nacía una de las miniseries policiales de más éxito de la televisión, que en España se hizo aún más popular por sus similitudes y coincidencia en el tiempo con ‘La isla mínima’. ‘True Detective’ se ganó al público por su trama, sus interpretaciones, su final e incluso por su opening. Ahora, HBO Max estrena una cuarta temporada que dará el pistoletazo de salida el 15 de enero con seis nuevos episodios de emisión semanal.

Issa López coge el testigo de la saga creada por Nic Pizzolatto, la cual había decaído algo en interés con la segunda temporada y recuperado cierta relevancia con el enfoque de la tercera. Ahora ‘True detective’ se ha vuelto aún más enigmática pues tiene un enorme flirteo con el género fantástico. Lo místico y lo fantasmal está presente en la investigación de la nueva pareja de detectives.

Estamos ante un giro importante en la serie, por varias razones. A parte de prolongar nuestras sensaciones navideñas ‘True detective: night country’ nos hace pensar si hay un trasfondo sobrenatural hasta tal punto de tener escenas de auténtico terror. Y no solo eso, la acción transcurre en una de esas localidades polares donde la noche dura muchísimo más, el escenario está completamente helado con lo que la investigación transcurre de un modo diferente y por primera vez las protagonistas son femeninas. La mítica actriz dos veces ganadora del Oscar Jodie Foster y la actriz y también luchadora Kali Reis forman el curioso duo detectivesco. Curioso por la relación que mantienen ambas y por el hecho de compartir un extenso pasado, lo cual era mucho menos habitual en las anteriores temporadas. Ese punto de diferenciación se agrega a la trama como refuerzo del drama que desarrolla y además como parte de la conclusión de la serie. Ambas intérpretes manejan el carácter de sus personajes, o bien dominándolo con un fuerte acento o bien a través de la contención física. Las dos están inconmensurables.

Como decía la acción transcurre prácticamente toda de noche, usando el mismo artificio de películas como ’30 días de oscuridad’ o ‘La cosa’, es decir, generar acción y terror en un escenario helador que además podría volver loco a cualquiera. Pero aunque hay algo de terror el tono por supuesto es policíaco. Esa mezcla de detectives enfrentándose a algo insólito con posturas casi diametralmente diferentes y en un escenario hostil hace recordar en algunas ocasiones a ‘Expediente X’. No dudéis que os va a descolocar en más de una ocasión, con su crimen, con sus secretos, con sus imágenes… ‘True detective: night country’ supera a sus anteriores temporadas y nos brinda un final completamente impredecible, no solo al terminar la serie, sino tras la conclusión de cada episodio.

Crítica: ‘Los Farad’

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Como si Los Soprano hubiesen conocido a El señor de la guerra

Ya solo os queda esperar al 12 de diciembre para poder gozar de los 8 episodios de ‘Los Farad’ en Prime Video. La serie de Mariano Barroso y Alejando Hernández nos ha hecho disfrutar con una trama de suspense, corruptelas y aventuras que en ocasiones tienen un tono desenfadado y en otras nos producen un escalofrío acompañado de sudores fríos.

Acompañada de un título de crédito que nos recuerda al ‘GTA Vice City’ o a los de ‘Miami Vice’, ‘Los Farad’ nos introduce en un mundo de lo más ochentero, con todo lo hortera y rebelde que eso conlleva. La historia nos lleva a conocer a un joven de Aluche, ingenuo, modesto, sencillo, interpretado por Miguel Herrán. Por casualidades y temperamentos de la vida se ve dentro de una familia de alto standing que oculta algo tras las montañas de dinero que maneja y tras una vida de derroches y exclusividades en la floreciente Marbella de los ochenta. Su vida se somete a una constante prueba pues a lo que se dedican los Farad es al turbio y cuestionable negocio del tráfico de armas.

Esta es una familia que lucha tanto externa como internamente por el control de un negocio. En términos de argumento y trama es como si ‘Los Soprano’ hubiese conocido a ‘El señor de la guerra’. De hecho a parte de esos dos títulos van a veniros a la cabeza películas como ‘El padrino’, ‘Una historia del Bronx’, ‘Uno de los nuestros’… e incluso obras actuales como ‘Breaking Bad’, por motivos evidentes. Además podemos decir que tienen otro denominador común que va más allá del protagonista que se corrompe, los tejemanejes en la sombra, el mundo de los vicios… Y es que está narrada con voz en off al igual que ‘El señor de la guerra’ o ‘Historia del Bronx’. Gracias a ello y al recorrido que hace, aparte de ser la narración sobre una familia llena de puñaladas y podredumbre, es un retrato de una época de España y del mundo.

La Costa del Sol es el epicentro de esta historia, pero el viaje es más amplio. Sin tener realmente una base documental o real ‘Los Farad’ nos llevan por algunos de los grandes conflictos mundiales del último cuarto del siglo XX. Barroso ha escogido el campo de los traficantes y el de las luchas de bloques para recrear la cara belicosa de los ochenta y noventa. Esto va de empresas manchadas de sangre, de planes y de proyectos en la sombra, pero entre tanta artimaña y urdimbre también hay casualidad, encuentros fortuitos y lances del destino o la suerte. Y es que el azar ha hecho que este estreno surja cuando los titulares están llenos de detalles sobre guerras en Gaza y Ucrania. Uno se pregunta cuántos agentes gubernamentales, cuántos señores de la guerra o cuántos traficantes se están lucrando de estas masacres.

De jet set va la cosa y como si fuese una extensión del término podemos decir que todos actúan de lujo en ‘Los Farad’. Herrán, Abaitua y Casablanc es una alineación fastuosa que viene escoltada por Tejero, Navas y fichajes magníficos como el de Igal Naor. La combinación es tan explosiva como el napalm y se despliega tan dinámica como el aeróbic. Quizá no sea tan punzante como ‘La línea invisible’ o tan graciosa como ‘Todas las mujeres’, pero al menos al contario que sus personajes no peca de ambiciosa y a su vez si es capaz de desplegar un poder que atrapa y genera mono.

Crítica: ‘The Walk-In’

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El ejercicio de reflexión y memoria histórica que necesitamos en este momento

Adaptando hechos reales y las novelas de Matthew Collins (‘Odio’ y ‘Terrorista nazi’) llega a Filmin ‘The Walk-in’. Una serie que narra la experiencia del propio Collins, quien fue en su día un activista y declarado neonazi, miembro del National Alliance. Posteriormente, arrepentido de sus convicciones, este hombre inició una vida de redención a través de artículos en la revista online Hope not Hate y charlas motivacionales creando así una especie de campaña de concienciación. Tal es así que la serie está dedicada a Jo Cox, la política asesinada por defender cómo todos venimos de inmigrantes y cómo la población que ha llegado de fuera del Reino Unido ha enriquecido su cultura.

Quien interpreta a Collins es Stephen Graham. Parece que Filmin está haciendo esfuerzos por acaparar todos los éxitos del actor inglés pues tras ‘The Virtues’ o ‘Hierve’, entre otras, nos trae un trabajo más de este actor que está en estado de gracia. ‘The Walk-In’ es una nueva perla interpretativa que yo he devorado muy rápidamente para poder escribir esta reseña pero que recomiendo que veáis detenidamente. Es para disfrutar cómo este actor trabaja las emociones y los acentos y para gozar también de una buena interpretación de Andrew Ellis. Aunque es corta es de esas series que dan para debate, que están abiertas a reflexión tras cada uno de sus visionados y ello es por el guión y por sus interpretaciones.

Los autores de ‘The Walk-In’ son Paul Andrew Williams (dirección) y Jeff Pope (guión). Han orquestado una serie con algunas imágenes fuertes pero más potente aún es el discurso que han elaborado. Ya solo la primera ponencia que vemos nada más pasar la secuencia de apertura es oro puro. Pero el retrato no se realiza solo a través de alegatos y discursos surgidos del protagonista, también de aquellos que promueven el odio y la segregación. Habla de esa ultraderecha conspiranoica que, por ejemplo, ha costado cientos de miles de vidas con su negacionismo o corrupción durante la pandemia e incluso a la hora de reconocer el holocausto. Esa corriente política que solo ve violadores o intrusos que nos roban trabajo cuando otros ven personas que huyen de catástrofes o guerras. Bien es cierto que atentados como los de 2017 no ayudan pero no han de pagar justos por pecadores. Esto me recuerda a otro estreno reciente, ‘El viejo roble’, y me demuestra una vez más que hay una preocupación generacional sustentada en acontecimientos recientes.

El 5 de diciembre está disponible esta serie de 5 episodios. No puede llegar en mejor momento ahora que la juventud observa el auge de la ultraderecha por todo el mundo, guerras genocidas e hipócritas como la que mantiene Israel o arrebatos de violencia en cualquier barrio o ciudad. No está nada mal este ejercicio de reflexión y memoria histórica. Puede causar el efecto que provocó en su día ‘American History X’ o ‘Imperium’, espero que al menos haga ver que los grupos extremistas se aprovechan del descontento de la ciudadanía, de miedos infundados o del ensalzamiento de tradiciones basadas en supuestos pasados gloriosos para crear su causa. En este caso hablamos de cómo se coge a alguien que no tiene o no sabe exponer su ideología o motivación y hacerle pensar que forma parte de algo más grande. La serie tiene a bien destapar este tipo de movimientos maquiavélicos. La única lástima es que esa exposición se agota rápido y la serie necesita sustentarse demasiado en su suspense criminal y judicial.

Crítica: ‘Doctor Who: the star beast (La bestia estelar)’

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Un crossover entre el Doctor Who Lore en la línea de los episodios clásicos

Sesenta años y unos quince actores y actrices para representar a uno de los personajes más míticos de la ciencia ficción británica, el Doctor Who. Tras veintiséis temporadas y un largo parón desde 1989 la serie regresó con su reboot de 2005 y desde entonces ha acumulado, con esta, catorce temporadas. Como todo en esta serie es un continuo reinicio podemos decir que salvo el lapso de tiempo entre sus dos etapas no ha parado, de hecho los fans la han mantenido siempre viva. Ahora que estamos en su sexagésimo cumpleaños la BBC prepara una serie de capítulos especiales que podremos ver en España a partir del 25 de noviembre a través de Disney+. El primero de ellos es este que nos atañe e irá sucedido por ‘Doctor Who: La salvaje lejanía azul’ (1 de diciembre) y ‘Doctor Who: La risa’ (8 de diciembre).

Los fans están divididos a la hora de escoger cuál ha sido para ellos el mejor Doctor Who de todos los tiempos, al igual que sucede con aquellos que debaten sobre James Bond. Pero no hay duda que si hay alguien que ha mantenido la franquicia a flote ese es David Tennant. La trama le recupera a la vez que plantea un misterio: cómo puede ser que el doctor haya recuperado uno de sus viejos rostros. Un enigma que da pie a otros que podréis ir descubriendo pues el episodio sigue la senda tradicional de la serie: misterio, aventuras, elementos fantásticos y comedia.

Russell T. Davies regresa como showrunner y ha escrito este episodio adaptando una vez más el cómic realizado por Mavel Comics a finales de los setenta, una obra que surgió de las manos de Pat Mills, John Wagner y Dave Gibbons. Este guionista ya ha trabajado en la serie, justo en la etapa de Tennat y sabe cómo manejar los elementos del pasado de su personaje, a si es que si sois fans podréis imaginar quién se puede cruzar en el camino del Doctor Who adaptando su aparición a la trama de dichas viñetas.

Por supuesto la TARDIS está presente en el Londres de Camdem Town que se enfrenta a una batalla contra una nave espacial que lo pone todo patas arriba. Tenemos guiños (incluso a otros títulos como E.T.) o huevos de pascua como el número de teléfono (07700-900461) usado en la serie anteriormente, el regreso de Beep the Meep y otros pormenores que nos hablan realmente de que este es un crossover entre temporadas. Los auténticos fans de la saga disfrutarán de todos esos pequeños regalos, pero también serán quienes comprendan o estén más preparados para el tercer acto. Intentar recuperar o mezclar tanto puede parecer una idea ambiciosa para unos simples episodios especiales, pero el guión maneja perfectamente todos los elementos del lore y nos sumerge en una aventura de lo más intensa, que va a toda mecha directa al grano. Y podemos decir aún más, el sabor de los capítulos recuerda al de los setenta, con la evidente mejora que implica la tecnología actual y un presupuesto marca Disney+. Cuando celebramos un cumpleaños buscamos rememorar tiempos pasados y reencontrarnos con celebración con elementos de nuestra vida. ‘Doctor Who: the star beast’ nos da todo eso y además celebra una excelente comunión con los tiempos que corren.

Crítica: ‘Invincible’ T2

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Muchos más superhéroes, aliens y momentos sanguinolentos

Qué larga ha sido la espera para poder seguir con la historia de ‘Invincible (Invencible)’. Hace dos años y medio se estrenó la serie animada que adapta los cómics de Robert Kirkman, Cory Walker y Ryan Ottley y por fin Prime Video nos muestra cómo continúa esta locura superheróica que está en la línea de otros productos suyos como ‘The Boys’, aunque dado su carácter juvenil y universitario cabría más asociarla a ‘Gen V’. Hemos podido ver los cuatro primeros capítulos de esta obra creada junto a Skybound Animation que el 3 de noviembre comenzará su emisión en la plataforma de Amazon.

Mark Grayson (Steven Yeun) continúa con su lucha por ascender al panteón de los superhéroes y ya de paso superar su difícil adolescencia. Como sabíamos de la primera temporada trabaja a la sombra de la figura de su padre, el superhéroe más importante de todos, Omni-Man (J.K. Simmons). Pero este mismo le traiciona pues oculta una verdad de lo más oscura. En ese punto retomamos la historia de este personaje que aún tiene pelusilla y no llega ni de lejos al bigote de su padre, pero que al menos es capaz de recibir tantas palizas como Kick-Ass.

‘Invincible’ sigue haciendo uso de la metáfora y el sarcasmo con su título. El protagonista no recibe más que derrotas pero permanece inaccesible al desaliento, al fin y al cabo es lo que tiene que mostrar un verdadero héroe. Pero lo que más nos muestra esta segunda temporada de ‘Invincible’ es sangre. Salvaje, brutal y casi gore era la primera parte y así lo es esta que además de continuar con la trama que parodia a grupos bizarros como La Liga de la Justicia o Los Vengadores ejecuta una crítica hacia las figuras idealizadas de nuestro mundo. Vuelve a ser un entretenimiento adulto que nos da momentos de auténtico goce sanguinolento pero también mucho que pensar con el desarrollo de su historia y de sus personajes. Aunque por supuesto tarta de expandir y hacer evolucionar la relación entre padre e hijo, dedica más tiempo a sus secundarios ya que como todos sabemos Prime Video tiene pensado expandir este universo, como se hace con Atom Eve.

De lo arquetípico a lo original. ‘Invincible’ luce personajes que son claro reflejo de iconos como el de Superman pero también muestra héroes y villanos completamente innovadores. Dentro del dinamismo de la serie, roto a veces por sus momentos más dramáticos, y del desarrollo de una historia de superhéroes hay un desglose de elementos originales. Tanto argumentalmente como en lo que se refiere a las habilidades de los protagonistas, la serie es capaz de sorprendernos con cosas nuevas. Ha merecido la pena la espera pues hay giros muy locos.

El reparto de voces continúa y cuenta en esta ocasión con Steven Yeun, Sandra Oh, Zazie Beethz, Grey DeLisle, Chris Diamantopoulos, Walton Goggins, Gillian Jacobs, Jason Mantzoukas, Ross Marquand, Khary Payton, Zachary Quinto, Andrew Rannells, Kevin Michael Richardson, Seth Rogen, J.K. Simmons… La lista de conocidos es larga.

Crítica: ’30 monedas’ T2

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Un glorioso viaje de dimensiones infernales

Tras ver al completo la segunda temporada de ‘30 monedas’, al margen de poder corroborar que esto queda para la ya anunciada tercera parte, podemos decir que ha sido un glorioso viaje de dimensiones infernales. Con épica, con comedia, con todo tipo de detalles macabros y por supuesto fantásticos.

Ya no estamos encerrados en el pueblo segoviano de Pedraza. El final de la primera temporada acababa con caos y así ha arrancado este segundo periplo de la serie de Álex de la Iglesia. El enredo ha desperdigado a los protagonistas de esta historia por todo el mundo y por su inframundo, el infierno. Ha sido un viaje tan divertido que podemos afirmar de nuevo que pagaríamos más de treinta monedas por repetirlo, de la divisa que sea.

Que a Álex de la Iglesia y a Jorge Gerrikaetxebarria les gustan las historias satánicas, los juegos de rol y las escaladas de violencia o locura es algo que ya sabíamos. Pero en ‘30 monedas’ se junta absolutamente todo eso, lo cual, sumado a que estamos ante una producción de HBO Max eleva el nivel, aunque hay muchos detalles de imágenes generadas por ordenador que son francamente mejorables. Si la primera temporada nos pareció un espectáculo rural, imaginativo y desatado, como si Berlanga fuese fan del fantástico más diabólico, en esta disfrutamos como un gamer con consola nueva. ¡Tenemos nueva partida!

La primera temporada de ’30 monedas’ se asimiló mucho a una partida de rol inspirada en las obras de Lovecraft o al ‘Dark Souls’, por mucho que De la Iglesia se haya hartado a decir que no lo ha jugado. Ahora en el plano estético están presentes Hellraiser (y Hellblazer) por motivos que tocaré después, pero adelanto que el mayor deleite es ver recreadas las extrañas figuras que El Bosco introducía en cuadros tan impresionantes como El Jardín de las Delicias. En lo que se refiere a la trama la serie sigue con ese toque coral que por momentos se asemeja a un episodio españolizado de ‘Supernatural’, a ‘La búsqueda’, ‘El Código Da Vinci’ e incluso a varias entregas de ‘Indiana Jones’. Y por supuesto entre tanta referencia a la cultura pop también hay espacio para hacer una especie de burla hacia la cienciología, los Iluminati y similares. En resumen, es una mezcla de la hostia consagrada. Yo por lo menos quiero que me digan dónde comprar ese manual de Apocalipsis para Dummies que no atina a ver el personaje de Pepón Nieto.

Videoclip de heavy metal es una similitud que también se acopla bien a esta segunda temporada. Como decía al principio y como se veía en el tráiler nos llevan al infierno y estas escenas, que no son pocas, se llevan la palma. Se percibe una influencia de la arquitectura italiana del renacimiento mezclada con criaturas como sacadas de los cómics de ‘El Batman que ríe’ (algunos encarnados por Javier Botet). El diseño de criaturas, no anda corta en monstruos, y del infierno cuyos pasajes tienen un marcado estilo neoclásico ya que se ha rodado en el Palacio de Fernán Núñez, es acertadísimo. Muchas son las representaciones que el arte ha hecho del infierno, desde literales hasta metafóricas. Álex de la Iglesia da la suya y se manifiesta como un lugar por el que se puede transitar, elegante pero a la vez macabro. Es tanta la parafernalia que se ha dispuesto que a uno le gustaría conocer la función de cada sala y cada demonio, de hecho, nos obsequian con más detalles de los esperados. Es una locura de divertido ver eso y a los dos curas (Eduard Fernández y Manolo Solo) maquillándose a lo villano de ‘The Strain’.

Hablando del infierno, ha surgido un tercer bando entre cielo e infierno, como ya se hizo por ejemplo en los cómics de Spawn, pero ese es el tipo de nuevos ingredientes que vais a ir descubriendo. Gracias a esto continúa el suspense macabro de esta serie que juguetea muy acertadamente con toda la parafernalia religiosa, mística y misteriosa. Es una carrera por objetos de poder, de esos que tanto se han tocado en Cuarto Milenio o en tropecientas películas yankees. Por supuesto hay terror y acción, no solo intrigas paranormales y sectarias. Es un gustazo ver al padre Vergara (Eduard Fernández) repartir hostias, de las de a puño cerrado en medio del averno. Pero no es el único que hace derramar la sangre pues el conteo de muertes crece capítulo a capítulo, quizá es otra aportación de HBO (por eso de ‘Juego de Tronos’). Los fatalities de esta temporada son brutales.

Al contrario de lo que sucede con algunas series que simplemente quieren ofrecer un show fantástico se percibe que hay un desarrollo de personajes. Está interesantísimo el juego que le han sacado a los protagonistas y las motivaciones que les han escrito. Ya ni que decir tiene la manera que han encontrado para juntarles. Ha habido una escisión y el que no está encerrado está oculto o está del lado del mal. A ellos se incorporan fichajes de excepción como Paul Giamatti o Najwa Nimri como una influencer que visita la zona cero de la anterior temporada. Álex de la Iglesia sube un nuevo escalón en su imaginario con estos fichajes que además demuestran de nuevo que se mantiene actualizado. Aquellos que se quejan siempre de como desmadra este director que ni le den al play porque esta serie es un follón continuo. El 23 de octubre podréis comprobar como la expresión “noche toledana” adquiere un carácter fantástico.

Crítica: ‘Rick y Morty’ T7

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Tras perder a una de sus alma mater la serie se mantiene en su línea

El próximo 15 de octubre (16 en España) el mundo vivirá un nuevo regreso de la familia más disfuncional de la animación. Disfuncional a múltiples niveles porque Rick y Morty tienen una relación totalmente anómala en infinidad de multiversos. Regresa la serie de Adult Swim a HBO Max con una séptima temporada que llegará a tener 10 episodios. También 10 son las temporadas que nos han anunciado que quieren que tenga esta rompedora producción que a todos nos ha volado la cabeza o nos ha hecho llorar de risa en más de una ocasión.

Solo hemos esperado un año y un mes para volver a vivir las insanas peripecias de los Smith y el abuelo Sánchez. La serie regresa en su versión original con nueva voz para varios personajes, entre ellos Rick y Morty, tras el despido del creador y doblador Justin Roiland. Y he de decir que los nuevos dobladores (Ian Cardoni para Rick y Harry Belden como Morty.) hacen que a penas se note el cambio. Donde si hay cambios, como siempre, es en el opening que viene salpicado de escenas nuevas que como habitualmente no sabemos si veremos durante los episodios de la temporada siete o si son absurdeces injertadas porque sí. Pero nos gustaría saber cómo acaba Jerry haciendo una apertura a lo Van Damme o a que se debe el bailoteo alienígena-cortesano.

HBO nos ha cedido visionados de los dos primeros episodios que llevan como título ‘How Poopy Got His Poop Back’ (traducido literalmente sería ‘Cómo Poopy recuperó su caca’) y ‘The Jerrick Trap’ (que sería algo así como ‘La trampra de Jerrick’). Uno de ellos es una intervención (esas reuniones por sorpresa que se hacen para cambiar el comportamiento de alguien) que agrupa a muchos personajes y por supuesto se les va de las manos. Y el otro es un intercambio de cuerpos, pero evidentemente no se parece para nada a las clásicas historias de cambio de cuerpos, de hecho, viola cualquier buen recuerdo que tengamos sobre ‘Los Caraconos’. Sobra decir que son capítulos cargadísimos de sorpresas y no vamos a destriparos ninguna. Pero si podemos poneros la miel en los labios avisándoos de que hay cameos, tanto de personas reales como de algún que otro personaje de ficción famoso.

Dan Harmon vuelve a demostrar con estos episodios que tiene una mente la mar de retorcida a la vez que genialmente intrincada. Sin necesidad de contar con su socio, o quizá ya tenían esto escrito, en solo dos episodios es capacaz de mostrarnos locuras tales como el fantasma de un robot, seres anatómicamente imposibles o un bar al que queremos ir a tomar algo, el “F#%k you”. Y estos son detalles minúsculos para lo que acabamos de ver. Y por descartado que hay escenas post-créditos, aún más locas o absurdas si cabe. La escena añadida en el primer capítulo es de las mejores que ha tenido la serie.

Crítica: ‘El otro lado’

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Comedia y terror a partes iguales mostrando el otro lado del showbusiness paranormal

Movistar Plus+ rehusó seguir con una serie que de manera, digamos indirecta, caricaturizaba la figura de las grandes figuras de los comentaristas deportivos, ‘Reyes de la noche’, creada por los mismos autores que la serie que nos atañe. Ahora le ha llegado el turno a otros periodistas, aquellos valientes que se han dedicado a la divulgación de temas misteriosos. Por desgracia hay que usar el término valientes, pues demos validez o no a los temas que manejan, son personas que no solo se arriesgan a emplear su tiempo en temas que pueden caer en saco roto, sino que también se exponen a ser tachados como locos o raritos. Iker Jiménez, Fernando Jiménez del Oso, Enrique de Vicente, Santiago Vázquez o el Grupo Hepta son objeto de esta parodia que desde el respeto protagoniza Berto Romero acompañado de Buenafuente y María Botto a los que se suman Eva Ugarte, Ramón Barea y Nacho Vigalondo, entre otros. Evidentemente esto está guionizado, pero la química, agilidad o espontaneidad de la pareja cómica está muy presente. También la buena sintonía con Ugarte mostrada en ‘Mira lo que has hecho’. Pero ‘El otro lado’ nos ofrece algo más.

Puede que lo que más llame la atención sea la competencia desleal entre colegas del gremio. Pero más allá de eso yo veo un enfrentamiento entre la vieja escuela contra las nuevas corrientes. Ganando una dimensión que transgrede al transitar por todo el mundo del misterio está la parte que habla la crisis de un profesional. Las maneras de difundir hoy en día se llevan por delante a muchos periodistas de profesión y vocación. En este caso la materia que trata el protagonista le deja aún más expuesto a este ostracismo en los medios. Para retratar el antes y el ahora, además de burlarse de los nuevos códigos impuestos por las herramientas digitales se recrean programas a la antigua, de un modo muy eficiente. Vais a pensar que estáis viendo recreaciones de imágenes de archivo de TVE de lo bien hecho que está. También ‘El otro lado’ reflexiona cómo la prensa muchas veces más que inmortalizar o difundir la noticia forma parte de ella o la genera malmetiéndose.

Pero no todo es sumergirse en una comedia al más puro estilo de Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro, con la absurdez y patetismo que suelen enarbolar. También tenemos escenas de terror. Un miedo que sigue la senda y estilo de películas como ‘Poltergeist’ o ‘Verónica’ (de hecho se cita el caso Vallecas). Si, Berto y Buenafuente nos hacen recordar con sorna  y crítica casos como los de Fátima o cualquiera de los muchos niños sanadores que han surgido a lo largo de nuestra historia, pero también nos someten con rigor a algunos momentos terroríficos. A su vez cómico y simultáneamente horripilante es ver el vituperio que se hace desde la distancia del tiempo. Con Buenafuente, comprobamos como existían de manera orgánica muchos comportamientos machistas o retrógrados, cómo nos persigue un pasado que ni las décadas han borrado.

Esta es una comedia que parodia nuestra televisión y a la comunidad conspiranoica. La mecánica es la de esas historias de fantasmas que acompañan al protagonista aconsejándole o siendo unos tocanarices. Os vais a acordar de ‘Un hombre lobo americano en Londres’ o ’Agárrame esos fantasmas’. De momento en el Festival de Sitges hemos visto los tres primeros episodios. ‘El otro lado’ se estrena el 23 de noviembre en Movistar Plus+ con dos episodios nuevos cada semana.

Crítica: ‘Doom Patrol’ 4B

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Fin a una serie sobre la identidad y la locura sin complejos

Los personajes creados para DC Comics por Arnold Drake, Bob Haney y Bruno Premiani han tenido vida propia durante cuatro temporadas. Los miembros de la Doom Patrol han sobrevivido al COVID-19 y a una huelga de actores y guionistas, pero antes o después tenía que llegar su final. Esta es la última función de esta obra que se ha hecho desear. Una extravagante serie repleta de WTFs con mucho que ofrecer entrelíneas y con muchas barreras que romper. Y así lo han hecho hasta el final, sin pelos en la lengua, sin complejos y… también con menos presupuesto. El 13 de octubre HBO Max lanza la conclusión de esta serie que nos ha encantado de principio a fin.

Recuperamos a la patrulla inmersa en la lucha para detener o escapar o eliminar a Immortus, con la Patrulla Condenada nunca se sabe qué plan hay. Mientras los personajes van por parejas intentando resolver el enmarañado puzle que son sus mentes y en el que sus cuerpos físicos se hayan encerrados, siguen inmersos en las mismas discusiones y dilemas de los últimos episodios. La serie está algo estancada en su final, ‘Doom Patrol’ nunca ha destacado por su acción, nos tiene acostumbrados a infinidad de soliloquios o de charlas trascendentales (aquí hasta los culos parlantes tienen sesiones de terapia psicológica). Pero todo se perdona o se ve recompensado cuando vivimos momentos locos y decisiones disparatadas. La trama se ha vuelto tan demencial en todos los sentidos que parecía irresoluble, pero queda bien clausurada, de una manera tan caótica y alucinógena como el resto de todo su devenir.

Seis nuevos y últimos episodios que llevan el título de Orqwith Patrol, Fame Patrol, Immortimas Patrol, Tomb Patrol, Portal Patrol y Final Patrol. Como veis todos los títulos siguen la línea de las serie y nos remarcan que este es el final. James Gunn, el nuevo amo y señor de todo el universo audiovisual de DC, confirmó que no se abandonaría ‘Doom Patrol’ y así ha sido. Esta magnífica locura ha llegado a su conclusión sin cambiar un ápice su espíritu bizarro y sin sentido del ridículo. El final está a la altura pero no iguala al gran cierre de la primera temporada, el cual, fue tan arriesgado como original.

Más allá de cómo se haya cerrado la serie hay que agradecer que al final se ha respetado lo que ‘Doom Patrol’ ha sido siempre, una historia sobre la identidad y la superación. Hay una ligera caída de presupuesto perceptible en persistencia de localizaciones, pobres maquillajes de envejecimiento y la inclusión de peores decorados, además de una actriz mediocre para interpretar al villano final. Pero ni por un momento hemos dejado de decir eso de ¿¡qué cojones!? Y los personajes han cerrado sus arcos argumentales.

Y aunque haya sido más de lo mismo, sorpresas hay. Cualquier fan de la serie sabrá de sobra que en ‘Doom Patrol’ puede pasar cualquier cosa. En esta temporada 4B de ‘Doom Patrol’ tenemos hasta un episodio “navideño” musical (el noveno) con Brendan Fraser (Robotman) en carne y hueso. Y por supuesto no podría ser un bien cierre si no nos reencontrásemos con personajes del pasado. La serie hace un recorrido o recupera elementos anteriores sin necesidad de hacer flashbacks o un episodio de recopilación. De ese modo cierra tramas y ya de paso las heridas de sus personajes.

Ojalá algún día vuelvan a pasar estos personajes por la loca mente de Gunn y les incluya en algún crossover de su nuevo universo. Aunque es triste me gusta la sensación con la que nos deja ‘Doom Patrol’. No ha sido cancelada abruptamente, pero voy a echar de menos a estos personajes con sus vulnerabilidades, sus virtudes y defectos y sus malhabladas bocas.

Crítica: ‘La familia Stallone’

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Cosas de casa

¿Qué ocurre cuando el héroe vuelve después de un largo viaje en el cual ha salvado el mundo? Si queréis ver cómo fue la vida cotidiana de Odiseo después de la guerra de Troya y su largo viaje a casa… Este nuevo reality show tiene la respuesta, aunque no lo parezca.

Para el espectador profano que Sylvester Stallone tenga su propio reality puede parecer la enésima bizarrada en su carrera artística y en esta era en la que la televisión se ha visto obligada reciclarse y renacer de sus cenizas hibridándose con internet (algo que ya hizo la radio en su momento). Podréis comprobarlo en SkyShowtime con la serie de emisión semanal que arranca hoy mismo.

Para el espectador creyente este reality de la familia Stallone es un sueño hecho realidad, dedicado a toda una generación que ha crecido con uno de los mayores héroes de acción de la última mitad del siglo XX. Antes de que me emocione al hablar de lo que significa Sylvester Stallone para muchos que conocen su extensa filmografía es mejor que primero ponga un poco en contexto su importancia en la cultura popular de las últimas décadas.

En los cómics estaremos de acuerdo que, aunque los universos son casi infinitos e inabarcables llenos de miles de personajes con sus variantes, el gran público reconoce unos 3 instantáneamente: Wonder Woman, Superman y Batman, por un lado, Iron Man, Capitán America o Spiderman por otro… Incluso en mangas tan conocidos como Dragon Ball, cuyo reparto de luchadores no se quedan cortos si lo comparamos con Marvel o DC, los primeros nombres que se nos vienen a la cabeza son Son Goku y Vegeta. Pues en el cine de entretenimiento que surgió en plena guerra fría, a pesar de la larga lista de actores y actrices dedicados al cine de acción los más importantes, reconocibles y que mayor impacto han tenido en la cultura popular son Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Su rivalidad (al igual que los grandes héroes del cómic y el manga) ha sido también digna de leyendas que después de muchos años han sido material de anécdotas en las entrevistas.

Una rivalidad que han trasladado del cine a la televisión. Stallone ha optado por una serie mafiosa crepuscular con toques de noir y western, ‘Tulsa King’ en Paramount+ y Arnold Schwarzenegger ha entrado como un elefante en una cacharreria en Netflix con ‘Fubar’, en una secuela espiritual de ‘Mentiras arriesgadas’ manteniendo el espíritu gamberro, pero también reflexionando sobre los conflictos entre el éxito en una profesión y la vida familiar. Pero no acaba aquí la cosa, porque si Arnold ha aprovechado para rodar un documental de su vida en Netflix, Stallone no se queda atrás con su nuevo reality con su familia.

Si comparamos los dos formatos, el de Stallone es mucho más jugoso por supuesto, por varios motivos (incluso si descartamos de la ecuación las toneladas de pulsión de su familia) y quizás el más importante es el que ha caracterizado siempre a Stallone: ha sido más arriesgado a nivel creativo durante toda su carrera.

¿Riesgos creativos? ¿En el género de cine acción y aventuras? Pues sí, y el primer riesgo fue el que le dio el éxito diferenciándose de todos los demás. Los héroes Rocky y Rambo son personajes vulnerables, torturados, apartados de la sociedad, héroes con sus luces y sombras que cometen errores. Puede que en la actualidad sea algo a lo que estemos acostumbrados e incluso veamos necesario, pero en el año 1976, con Rocky, fue toda una revolución con la que el público se sintió totalmente identificado.

Arnold ha sido en su carrera cinematográfica, política e incluso en su vida cotidiana como el Capitán América o Superman, luchando por alcanzar cuotas de perfección impensables para cualquier ser humano. Y esa perfección de semidiós griego fue la carta que tenía bajo la manga Schwarzenegger para triunfar en su carrera, la fascinación de la humanidad por los mitos. En el caso de Stallone, esa cualidad humana en sus personajes ha jugado a su favor en su etapa madura. Sly ha sabido llevar a su terreno sus grandes franquicias cinematográficas como Rambo y Rocky asumiendo simplemente su edad. Y sus conflictos. En la serie ‘Tulsa King’ está soberbio por esa razón. Stallone abraza la impotencia que nos alcanza cuando alcanzamos una cierta edad echando una mirada al espejo retrovisor de su vida observando todos sus errores. Uno de los temas que trata es el de la familia (y a pesar de ser un mafioso en esa serie, no nos referimos a ‘esa’ familia) y el hecho de ser un estereotipo con patas que no le ha dejado ser tan humano y disfrutar de una vida mundana como querría.

Y ahí es donde conectamos con este reality de la familia Stallone que se entremezcla en determinados momentos con la serie, no de manera contundente en un ejercicio metanarrativo, sino para poder introducir a los espectadores de una manera natural a la humanización del personaje de Stallone. La familia de Stallone, compuesta por su mujer Jennifer y sus tres hijas (Sophia, Sistine y Scarlet) acompañan a Sly en este reality con intervenciones especiales del desconocido hermano y cantante Frank Stallone o de amigos como Dolph Lundgren o ¡Al Pacino! (atentos a ese momento en la pizzería). Las hijas de Stallone no son tan Kardashian como podría parecer de la manera en que se nos vende este reality. Se podría decir que las tres hijas tienen muy amueblada la cabeza, quizás más que el padre cuando tenía su edad.

Es Stallone (y su hermano) el que aporta la parte más bizarra y encantadoramente hortera. Las hijas como mucho son pijas (que tampoco pueden evitarlo por el entorno en el que han crecido) pero son estudiantes universitarias y trabajadoras. En cambio, Stallone se nota que vive sus personajes en la vida real y sigue siendo tan extravagante como en su juventud, además de que como buen hijo de la guerra fría tiene un conflicto interior sobre la realidad de su familia. Aunque es una familia bastante tradicional americana, con todo lo divertido que puede salir de ahí.

Este reality es un buen complemento para los muy cafeteros de Sylvester Stallone y para los espectadores profanos es una curiosa radiografía de las generaciones que crecieron en la segunda mitad del siglo pasado.

Crítica: ‘Castlevania: nocturno’

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Vuelve el trepidante baño de sangre y magia

La serie ‘Castlevania’ adaptó de una manera espectacular los videojuegos de Konami. Fueron varias temporadas, cuatro en concreto, que los fans devoraron cual vampiro sediento de sangre. El cierre incluso resultó magnífico, elegante y conclusivo, algo nada habitual para Netflix que suele dejarnos a medias. No nos quedamos con ganas de más, pero resulta que hay más y es bienvenido.

‘Castlevania: nocturno’ es una secuela que sucede años después de la serie original. Seguimos los pasos de un sucesor de los Belmont que por supuesto continúa con la tradición familiar de eliminar vampiros. Pero huye de su pasado, de una tremenda pérdida a manos de un poderoso chupasangres. Su camino le ha llevado de los Estados Unidos a la Francia de la Revolución. Allí se desarrolla la serie entre rebeldes y una aristocracia que a la desesperada se alía con los vampiros.

En esta nueva temporada Clive Bradley y Kevin Kolde (los showrunners) utilizan a Richter Belmont, un personaje que encontramos en juegos como ‘Castlevania Rondo of Blood’. Pero le acompañan de otros nuevos protagonistas, entre los que se encuentra una maga capaz de transmutar materia y que procede de las plantaciones de algodón de los Estados Unidos. Por supuesto hay más personajes, e incluso sorpresas para los fans de la saga de videojuegos. Y una nueva villana a la que derrocar. En vez de Alucard o los clanes vampíricos, quien lidera a las huestes de la noche es la Condesa Erzsébet Báthory, la que tradicionalmente se ha conocido por sus baños de sangre en busca de la eterna juventud.

En esta ocasión lo que se intenta evitar es una eterna noche y con ello la consecución de la Revolución Francesa. Netflix sigue confiando en Powerhouse Animation Studios que tan buenos resultados les ha dado con las temporadas anteriores. La animación sigue emulando los animes clásicos pero se ayuda de las nuevas tecnologías para aportar agilidad a las escenas, espectacularidad a los escenarios y un ritmo arrollador.

El látigo de los Belmont, los maestros forjadores, los seres de la noche, las cruentas y rapidísimas peleas, noches de fuego y sangre, magia de todo tipo… ‘Castlevania: nocturno’ conserva todo lo que nos gustó en las cuatro anteriores temporadas. Quizá le falta algo del romanticismo y la épica que aportaba Alucard, por mucho que se esfuercen con tanto canturreo operístico. Pero son 8 episodios que se pueden ver ya en Netflix y que tal y como terminan prometen más entregas. ¡Bien!

Crítica: ‘Gen V’

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Conserva el ADN de ‘The Boys’ pero es una fórmula más diluida

Mientras aguardamos con ansia y expectación el regreso de ‘The Boys’ con una cuarta temporada, que se tomen el tiempo que haga falta para que salga bien y vuelva con el nivel adecuado, llega ‘Gen V’. Con esta serie de ocho episodios que se estrena el 29 de septiembre en Prime Video se expande el mundo iniciado por Garth Ennis y Darick Robertson en los cómics.

Realmente ‘Gen V’ está basada en ‘The Boys Volumen 4: We Gotta Go Now’. Es un arco autoconclusivo de los cómics en los que los autores parodian a los X-Men, llamándoles G-Men. La academia, el mentor que dirige todo y los jóvenes inexpertos y confundidos están presentes. Pero es lo poco que se coge prestado de las viñetas y esta es una adaptación mucho más libre que el resto de lo que hemos visto en ‘The Boys’. Y tal vez habría que dar las gracias pues en esta parte del cómic hay suicidio y pederastia hasta límites desagradables. Adaptarlo al pie de la letra podría haber hecho que los estallidos de violencia y sexo que hemos visto hasta ahora parezcan un episodio de los Osos Amorosos.

Por lo tanto esto está suavizado, no obstante no podemos olvidar en qué universo desfigurado estamos. Como no podría ser de otra manera la serie empieza fuerte, con escena sangrienta, un momento muy sanguinolento y traumático. A partir de ahí nos trasladamos a la facultad en la que ingresan aquellos que han sido inyectados con el V y que cumplen ciertos requisitos. ‘Gen V’ está cargada de sexo y violencia explícita, pero por encima de todo ello está la comedia que desarrolla. Sigue siendo una parodia de Norteamérica y del mundo de los superhéroes. En vez de ser una burla hacia las corporaciones y los principios de Estados Unidos está más centrada en el ámbito de las universidades y sus supuestos valores modernos de inclusión, proyección profesional, diversidad o igualdad.

Tenemos una facultad de lucha contra el crimen y una juventud que podría intuirse como ejemplar. Pero en otro intento de retratar a las generaciones de ahora se muestra como solo se aspira al postureo, los likes o el desfase sin pensar en consecuencias. Como decía ahora más que nunca la serie se parece a X-Men, a esos cómics en los que descubríamos lo que pasa con los alumnos del Profesor X. Pero evidentemente desde un punto de vista sátiro. En ‘Gen V’ hay mutantes entrenando para ser superhéroes y optar a unirse a la élite o al servicio de una corporación, una visión desfigurada y traumática de los superhumanos, una protagonista que ha perdido a sus padres… Si lo acotamos al mundo de los mutantes de Stan Lee a lo que podríamos decir que más se parece es a ‘The New Mutants’. Unos personajes se encojen, otros doblan metales, otros cambian de género, otros empatizan mentalmente con los de su alrededor, otros echan fuego, otros manipulan la sangre… Imaginad el juego que dan estos poderes en un mundo tan retorcido como el de ‘The Boys’.

Evidentemente hay un inmenso ejemplo de luz de gas, y no es por el personaje que se enciende cual esfera de helio ardiente. Esta continúa siendo una narración en la que se intenta desvelar un gran secreto, en la que se busca desvirtuar la imagen de Vaughn. Pero también se postula como la historia de los herederos de Los Siete y como spin-off de ‘The Boys’ que es, como la sucesora de esta. Lástima que pierde con tanto amorío y hormonas adolescentes. Por cierto, por favor, dejad de hacer versiones tan cursis a partir de las canciones de Metallica.

Como curiosidades encontraréis muchos detalles que enlazan con ‘The Boys’ y pormenores que revelan que por aquí pasaron previamente los superhéroes que hemos visto “salvando” el mundo en las tres temporadas. Por supuesto aparecen algunos personajes de ‘The Boys’, pero no os diré cuáles. Como añadido, entre los nuevos protagonistas nos encontramos con Golden Boy, interpretado por Patrick Schwarzenegger, que podréis imaginar de quién es hijo.

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