Crítica: ‘Devil May Cry’

En qué plataforma ver Devil May Cry

Amplía el lore a través de un Dante menos maduro y en una etapa menos sombría

Cuando Netflix anunció su adaptación animada de ‘Devil May Cry’, las expectativas quedaron marcadas por dos factores clave en extremos opuestos: el historial de fracasos en adaptaciones de videojuegos de la industria norteamericana y el éxito de ‘Castlevania’, una serie con la que comparte estudio de animación y showrunner, Adi Shankar. La saga de Capcom ya había tenido otros intentos previos en televisión, como la serie de 2007 y otra en 2013, ambas con ligera aceptación por los fans. Ahora, con un equipo más experimentado y un público más receptivo a este tipo de proyectos, ¿logra ‘Devil May Cry’ redimirse en el formato animado?

Netflix estrena esta serie el 3 de abril con 8 episodios de media hora cada uno. Desde los primeros segundos, la serie deja clara su intención de jugar con el factor nostalgia. Nada más empezar, nos regala un guiño a ‘Masters del Universo’ y otros clásicos Capcom de los 90, como ‘Captain Commando’ o ‘Resident Evil’. El opening, con la versión censurada de Rollin’ de Limp Bizkit, es una declaración de intenciones: nos sitúa en ese ambiente de finales de los 90 y principios de los 2000, justo antes del nacimiento de la saga. A lo largo de los episodios la banda sonora sigue esta línea con temas remezclados de Rage Against the Machine, Papa Roach, Evanescence y otros contemporáneos, lo que refuerza el carácter caótico y desenfadado de la serie.

En cuanto a la historia, la serie se ambienta alrededor de los eventos de ‘Devil May Cry 3’, uno de los juegos más queridos de la franquicia. Introduce nuevos demonios y recupera otros conocidos, ofreciendo contexto y, en algunos casos, relleno en las bios de ciertos personajes, especial y evidentemente sobre Dante. Se introducen elementos de física cuántica como parte del lore demoníaco, algo que, hasta donde sé, no había sido mencionado en la saga, pero que aquí se usa como una interpretación más de la naturaleza del inframundo. No es un problema grave, pero puede desconcertar a los fans más puristas.

Uno de los aspectos más discutibles de la serie es su tono visual. Studio Mir apuesta por un estilo más colorido que choca con la estética lúgubre y oscura de los juegos, especialmente si recordamos los gráficos de PlayStation. Esto le resta parte de la sensación de terror y opresión que caracterizaba a los primeros ‘Devil May Cry,’ a cambio de reforzar el componente cómico de la serie, algo que en los juegos solía recaer exclusivamente en la actitud descarada de Dante. El episodio 6 es un claro ejemplo de esta dualidad: su uso de diversos estilos de animación es visualmente impresionante y emotivo, pero se aleja bastante del tono de la saga. Aún así, si reducimos la serie a mínimos, es un chorreo de acción sangrienta repleta de bosses.

En el apartado del doblaje, la gran sorpresa es Johnny Yong Bosch como la voz de Dante. Bosch, conocido por ser el Power Ranger negro, Kaneda en ‘Akira’, Ichigo Kurosaki en ‘Bleach’ y Ken en ‘Street Fighter’ (para el cual hay guiño nostálgico en la serie), ya tenía relación con la franquicia al haber sido la voz de Nero en los videojuegos. Su fichaje como Dante resulta curioso y viene tras la salida de Reuben Langdon, quien había interpretado al personaje durante 19 años. Langdon, actor, luchador en artes marciales y especialista en captura de movimiento, se distanció de Capcom por cuestiones políticas, lo que llevó al estudio a optar por un cambio de voz. También es notable el homenaje en el primer episodio a Kevin Conroy, legendario actor de voz de Batman, quien aquí interpretaba a VP Baines.

A nivel de referencias, la serie cumple con creces. Elementos icónicos como la Force Edge de Sparda, las pistolas Ebony e Ivory y la espada Rebellion… están presentes, y la acción mantiene el espíritu frenético de los videojuegos. Aunque algunos cambios pueden generar debate entre los seguidores más veteranos, sobre todo los que humanizan a los demonios y les ponen en un contexto que parece responder a inquietudes actuales con las crisis migratorias. A este ‘Devil May Cry’ le falta la madurez, el dramatismo y la tragedia de la saga y le sobra algo de socarronería, pero no olvidemos que surge a partir de la que fue una gran precuela y el protagonista aún no tiene ese punto de madurez. Si obviamos eso, hay que reconocer que consigue capturar la esencia de ‘Devil May Cry’.