Sinopsis
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Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Con ayuda de su mujer decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional. El miedo a las posibles represalias, así como el amor que sienten el uno por el otro les condenará a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.
Crítica
Respira alma cazurra encerrada en algo emocionalmente inteligente
Una batida hace que el hasta entonces activamente político e incluso concejal Higinio (Antonio de la Torre) tenga que poner pies en polvorosa y huir de los nacionales. Pero su fuga se ve frustrada y ha de volver a casa, donde su mujer (Belén Cuesta) le esconde en un agujero. Así comienza un encierro voluntario que sus protagonistas han de llevar en el mayor silencio o secretismo posible, pues en las aldeas las paredes oyen.
‘La trinchera infinita’ nos habla de casos reales y constatados en nuestro país. Personas encerradas durante décadas en sus casas por miedo a represalias y viejos odios surgidos en la Guerra Civil Española. En el caso de Higinio la reclusión se produce en algo que podría llamarse zulo. Un compartimento que le sirve muchas veces de ventana indiscreta para un cotilla del visillo, un lugar en el que la impotencia y la cobardía crecen día a día. El filme no intenta ser claustrofóbico, sino más bien germen de una agorafobia y una esterilidad política casi total.
Más de dos horas de película es lo que finalmente han montado para narrarnos un largometraje que va de la Guerra Civil pero que también habla mucho de la vida en los pueblos. ‘La trinchera infinita’ está constantemente aportando nuevas situaciones y aunque algunas eran de prever no es reiterativa y mantiene una progresión interesante. Las rencillas entre hermanos y vecinos de la época de la contienda son mostradas bajo una nueva mirada, que nos habla de caciques, pero no refiriéndonos precisamente al caudillo (que está burlescamente presente), si no a los metomentodos y los chivatos de ambos bandos.
Belén Cuesta se ausenta en contadas ocasiones del filme y junto a De la Torre forman una pareja la mar de creíble, de esas que surgían en pequeñas poblaciones. Ambos ejemplifican a esa España cateta, sufridora de los escarnios de la guerra y esperanzada en un futuro que nunca llega. Sus dos personajes evolucionan con el gran tiempo que les acompañamos y su talento hace que sean totalmente creíbles. Desde un iluso y paranoico De la Torre hasta una tenaz y concienzuda Cuesta. Me gustaría que prestaseis atención al acierto en el casting con Vicente Vergara (‘La peste’), quien poniendo una cara de pánfilo encarna a esos traicioneros y rencorosos vecinos.
‘La trinchera infinita’ respira alma cazurra encerrada en algo emocionalmente inteligente. Remarca que la guerra y la posterior dictadura pudo ser más que causada, sostenida, por el carácter inculto y por la aptitud de muchos de aquellos que o bien se ausentaron o bien se negaron a discurrir siguiendo la senda de la lógica. Con un tratamiento del sonido muy cuidado se hace sentir personal, cercana y tan íntima que en sus susurros llegamos a notar un miedo y una incertidumbre que hacen disfrutar.
Ficha de la película
Estreno en España: 31 de octubre de 2019. Título original: La trinchera infinita. Duración: 147 min. País: España. Dirección: Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga. Guion: Luiso Berdejo, José Mari Goenaga. Música: Pascal Gaigne. Fotografía: Javier Aguirre Erauso. Reparto principal: Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Vicente Vergara, José Manuel Poga, Emilio Palacios. Producción: Irusoin, Moriarti Produkzioak, La Claqueta, La Trinchera Film AIE, Manny Films. Distribución: eOne Films. Género: hechos reales, drama. Web oficial: https://twitter.com/latrincherafilm