Crítica: ‘Vida y muerte en un almacén’

Sinopsis

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Megan, de 29 años, tiene un gran trabajo como gerente en la industria de la logística. Allí trabaja Alys, su amiga de la infancia, que está embarazada. Si quiere mantener su trabajo, Megan debe llevar a su equipo al límite de la resistencia humana, con resultados devastadores.

Crítica

Podría parecer ciencia ficción pero es una bofetada de realidad

‘Vida y muerte en un almacén’ es una película que apenas dura una hora pero a la que le sobran argumentos para concienciarnos en tan breve metraje de hacia dónde vamos como la sociedad consumista que somos hoy en día, dominada por las grandes corporaciones y empresas bajo un prisma de recesión dónde la búsqueda de trabajo se hace muy complicada en según qué zonas.

Nos encontramos en este caso con cine de denuncia en forma de drama donde Aimee-Ffion Edwards encarna a Megan, una nueva supervisora que se incorpora a un gran centro logístico de distribución de compras online. Pronto descubrirá que desempeñar su trabajo no será tarea fácil y tendrá que lidiar con su nuevo equipo para subir las cifras y la forma “corporativa” que tienen sus jefes y compañeros de tratar según qué problemas.

‘Vida y muerte en un almacén’ es una película que consigue crear la angustia del que ve una película de ciencia ficción sobre un futuro distópico, con ese componente de deshumanización que se ve reflejado en la empresa donde Megan intenta adaptarse y no perder su trabajo.

La necesidad de conservar el trabajo para sobrevivir más que vivir es uno de los pilares donde Helen Black y Joseph Bullman (guionistas) centran el conflicto, tanto por parte de los explotados empleados del almacén como de Megan. Por otro lado está Poppy Lee Friar que da vida a Alys, la antigua amiga de Megan que por circunstancias especiales, tiene una bajada de rendimiento que va a ser el detonante de este drama social.

Las dos actrices están fantásticas en su papel y nos sumergen aún más en el drama que se está contando, siendo secundados por el resto del elenco que está al nivel. Quiero hacer mención también a la banda sonora que acompaña perfectamente a todo lo que se está narrando.

‘Vida y muerte en un almacén’ pese a su corta duración nos ofrece muchas reflexiones:

Nos muestra la deshumanización de los supervisores y jefes en aras de cumplir los objetivos analizando y controlando hasta la exageración las estadísticas y el tiempo libre de cada empleado, llegando a causar la total y absoluta falta de empatía en los superiores, exprimiendo a los subordinados como si fueran máquinas a las que exigir mejores resultados sin tener en cuenta una enfermedad, o un estado de salud que requiera condiciones especiales.

El miedo bajo amenazas veladas a ser despedido que flota en el aire si los trabajadores no se ajustan a lo que le conviene más a la empresa. Lo vemos en el personaje de Megan, que se siente presionado a hacer ciertas cosas que no quiere hacer, a ser alguien que no quiere ser.

Una crítica hacia la falta de condiciones laborales que eviten la indefensión de los trabajadores por parte de las grandes empresas. A la falta de sentimientos hasta tal punto de que nos parecen robots, sobre todo los jefes (en pos de un rendimiento superior cada vez más esclavista). Me recordó por momentos a la novela ‘1984’ de George Orwell, que se hace presente con cámaras para cronometrar tiempos de conversación y otras actividades de los empleados. Desde luego quien vea o comente esta película va a decir mucho eso de “podría haber sido un capítulo de ‘Black Mirror’ o similares”.

Una bofetada de realidad en cuanto a las condiciones de trabajo que se pueden llegar a dar y se dan, y al consumismo de las compras por internet de la sociedad actual. Un guión que está basado en cientos de hechos reales recogidos en el Reino Unido, del que ya os hablábamos aquí. Una película necesaria, otra joyita que podemos encontrar en Filmin.

Ficha de la película

Estreno en España: 21 de abril de 2023. Título original: Life and Death in the Warehouse. Duración: 59 min. País: Reino Unido. Dirección: Aysha Rafaele, Joseph Bullman. Guion: Helen Black, Joseph Bullman. Música: Roger Goula Sarda. Reparto principal: Aimee-Ffion Edwards, Poppy Lee Friar, Craig Parkinson, Aled ap Steffan, Sion Daniel Young, Alexandria Riley, Kimberley Nixon, Natalia Kostrzewa, Maja Laskowska, Elizabeth McCafferty, Jâms Thomas, Darren Evans. Producción: BBBC Drama Productions. Distribución: Filmin. Género: drama, hechos reales. Web oficial: Filmin.

Crítica de ‘Devs’, la serie de Alex Garland

‘Devs’ es una serie para mentes curiosas

El titular que he empleado para esta crítica estaba casi predestinado a aparecer puesto que esta serie vista en HBO España está firmada por Alex Garland. El director de ‘Aniquilación’ o ‘Ex_machina’ y escritor de ’28 días después’ o ‘Dredd’, lo ha vuelto a hacer con ‘Devs’ sorprendiéndonos con un argumento original y bastante sesudo. En esta ocasión podemos hablar de la obra en la que pone más a flor de piel las emociones, sin perder su enfoque crítico y científico ante el comportamiento humano.

También puedo decir que ese subtítulo tenía que aparecer sí o sí porque esta serie va de eventos predeterminados a suceder. Maneja corrientes de pensamiento deterministas e hipótesis cuánticas. Dicho lo cual no voy a profundizar en esos conceptos de causa/efecto y de metateoría en los que se mezclan ideas lógicas, casuales y epistémicas, que si no estaría adelantando mucho de la trama. Pero si puedo afirmar que se aplican de un modo bastante acertado y sin dar pie a agujeros de guión, dudas o confusiones.

Os puedo adelantar que ‘Devs’ es un thriller donde el poder corporativo persigue a nuestra protagonista, una ingeniera informática interpretada por Sonoya Mizuno (‘Ex_Manina’) que investiga la desaparición de su novio y recela de su empresa. Una empresa que se llama Amaya y cuyo departamento de desarrollo se llama Devs. Una corporación que está en la vanguardia tecnológica y que da a sus empleados un ambiente moderno para trabajar ofreciéndoles condiciones muy «molonas». Pero obviamente tras esta fachada tan flamante y amigable se esconde un secreto que descubrimos de sopetón en el primer episodio (no es el único giro de guión que os espera).

Es de estas series que hacen pensar y nos dejan ese «y si esto fuese de esta manera… cómo cambiaría tu concepto de ver las cosas». Además todo su discurso, tan lleno de conjeturas, está rodeado de personajes que se dejan llevar por la deducción y la analítica por encima de la impulsividad. Con esto también os tengo que decir que es una serie que va pausada y no tiene acción. Aún así visualmente es magnética. Tanto los decorados fractales y ornamentados de Devs como su entorno están diseñados para sugerir.

La protagonista sin duda es Sonoya Mizuno (actuando por tercera vez en un trabajo de Garland) que debe moverse entre tecnicismos y dramas. Por ella es muy fácil sentir empatía y encontrarse igual de perdido. Pero por los villanos cuesta más encontrar motivos para amistarse, por lo menos al principio. Por ejemplo vemos que los que trabajan en Amaya disfrutan de un jefe comprensivo, paciente, abierto o lógico. Pero los que trabajan en concreto en la división Devs saben que también aprieta, restringe y más cosas… Para este polifacético personaje ha sido todo un acierto contar con Nick Offerman (‘Fargo’). Si os digo que aparece en esta serie Alison Pill, la que fue batería en ‘Scott Pilgrim’ y os cuento además que aquí hace de una fría e impasible científica no me creeréis, pero esta serie va de eso, de abrirse a lo increíble. Y también de tener algo de miedo, más que nada por el papel de Zach Grenier que me ha recordado a algunos estadios del personaje de Jonathan Banks en ‘Breaking Bad’.

Que si, que ‘Devs’ cae en clásicos como el mostrar que los programadores solo usan el teclado y para nada el ratón, que las grandes empresas son despiadadas, que la gente aún no tiene ni idea de cómo se usa una copia de seguridad en la nube… Pero son detalles para un segundo plano, porque hasta la enorme y omnipresente figura infantil o el papel de Stephen McKinley Henderson nos hacen ver que esta es una serie sopesada y humana. Realmente este nuevo trabajo de Garland es como la caja de Schrödinger, que puede tener dos estados totalmente opuestos hasta que te decides a abrirla. En este caso no es un vivo o muerto, pero si un te atrapa o te mata de aburrimiento, según el interés o la atención de cada uno. Yo os animo a abrirla y a descubrir esa realidad.

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