Un libro que nunca me leeré, una serie que me da pánico que continúe
A parte de la gracia del titular me gustaría decir que ‘Panic’ es una serie con la que no me gustaría volver a cruzarme, pero no porque la crea reprobable o censurable sino porque me ha aburrido soberanamente y si es por mi gusto no tendría una segunda temporada adaptando la obra de Lauren Oliver, la escritora del libro que además forma parte del equipo creativo de la serie. El público objetivo de esta historia es claramente un consumidor al que le gustan las historias denominadas de “público adolescente” o “juvenil” y si ahí encuentra su nicho estupendo, pero por mí una y no más.
La premisa de la serie que estrena Prime Video el 28 de mayo nos ofrece una especie de Battle Royale o Juego del Hambre arriesgado pero no obligatoriamente agresivo o mortal. En un pueblo estadounidense los jóvenes que rondan la graduación y acaban de empezar su verano juegan a un popular pero secreto juego, Panic. En ese juego los concursantes se enfrentan a pruebas que ponen a prueba su miedo y obviamente son muy arriesgadas. Para llegar a ellas reciben mensajes secretos, a espaldas de las autoridades. El que finalmente gana se lleva un gran premio que además este año es más cuantioso que nunca, lo que pone los dientes largos a la protagonista, que se encuentra en una situación desesperada.
Hay tramas que se quedan olvidadas o personajes que solo sirven para dramas complementarios que también acaparan metraje y evitan que esta sea una serie con más acción y emoción. Entre prueba y prueba hay mucha paja. La protagonista es la típica adolescente con madre conflictiva y poca popularidad en el instituto. En su camino se topa con más problemas personales y personajes que tienen también sus secretos. Todo esto se concibe solo si pensamos que se pretende crear un misterio en torno a la identidad de los jueces de Panic, pero nada más, son trasfondos que sobre todo sirven a desarrollar los romances.
A veces parece que todos tienen secretos y eso le da un punto de interés a la historia, aunque resulta bastante inverosímil que la mayoría de los personajes tengan trapos sucios y eso es algo que suele cargarse muchas series. Es un fallo que también tenían series como ‘Under the dome’, no nos interesan los enredos de los ciudadanos de esta pequeña villa, nos interesa aquello que la hace digna de una serie, en este caso las pruebas con alta probabilidad de muerte. Sobre todo nos cansan cuando se juega a eso de “los que se pelean se desean”.
Para colmo el final roza lo ridículo (sí, he aguantado toda la serie). El desenlace del juego es pobre y vago, uniendo elementos de manera desesperada. Y para inri se atreven a introducir un cliffhanger que dudo que interese alguien, si acaso al lector de las novelas.
Por suerte esta historia de malotes y hormonas no llega a los niveles de la saga After. Al menos ‘Panic’ está bien interpretada. En ella encontramos gratos descubrimientos, como Ray Nicholson, hijo del famoso Jack Nicholson.
Al final de algunos episodios se da un consejo o indicación para personas que pueden tener en mente el suicidio, veo que al menos son conscientes de lo que puede provocar su serie.