Crítica: ‘Bliss’

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La artista Dezzy Donahue atraviesa una crisis creativa interminable. Incapaz de detener su mala racha, Dezzy está estancada profesionalmente. En un esfuerzo por combatir su suerte, se entrega a las drogas pesadas. Su especie de novio, Clive, está preocupado, mientras que su amiga Courtney y su enigmático esposo Ronnie siguen alimentando los impulsos más oscuros de Dezzy.

Sin embargo, poco a poco la fiesta parece que termina, y ahora Dezzy se encuentra sedienta de sangre y sufriendo visiones terroríficas. Al no haber sido nunca una persona con autocontrol, es incapaz de resistir sus nuevos impulsos peligrosos. Malas noticias para todos los que están en su vida, quienes están llenos del líquido rojo que Dezzy ansía desesperadamente.

Crítica

Es una orgía de ácido y creatividad rockanrolera que no aporta nada nuevo

Joe Begos es un artista que se está perfilando como un prometedor cineasta de género fantástico, por sus interesantes propuestas y por sus personales argumentos, sus desinteresados films enlazados con los temas más clásicos. En el caso de ‘Bliss’ seguimos los pasos de una joven artista acosada por sus deudas y los plazos. Agobiada por el tener que finalizar una pintura y por la falta de inspiración. En una crisis artística recurre a las medidas más desesperadas y eso le lleva a buscar el éxtasis creativo, que es lo que literalmente significa bliss.

A la protagonista de la cinta no le basta la música, el alcohol o las drogas para encontrar su musa. La desesperada vía a la que acude casi como una yonki para alcanzar el éxtasis es la sangre. Necesita constantemente un cuelgue creativo. Es por eso que ‘Bliss’ tiene momentos violentos incluso caníbales o vampíricos. A Joe Begos le gusta regodearse en el sadismo y eso está bien, pero está justificado por los pelos. Es de esas películas que a veces solo se entienden a sí mismas, que se pueden interpretar como arte posmoderno.

Son ochenta minutos que formaron parte de las maratones Midnight X-Treme de Sitges, para hacerse eternos. Justo el año anterior sufrí una película de similares características visuales que fue ‘Mandy’. Muy ochentera, muy colorida, muy fluorescente. Se acerca a la locura que consigue Cosmatos. Igual de desfasada, más sexual, desbocada y explicita. Es una orgía de ácido y creatividad rockanrolera que va también sin rumbo alguno. Si te saltas escenas la puedes seguir igualmente porque está constantemente en el mismo punto.

Para referirnos a ella podemos hablar de ataque de frenesí cocainómano y antropófago. Suena bien, por parecer bastante loco pero es una película bastante injustificada y gratuita no está realmente reforzada por un discurso argumentado. Mientras la protagonista pinta un castell no nos ofrecen realmente un buen alegato sobre el arte y la inspiración más allá de la que nos podría dar un hippie salido de woodstock.

No estamos hablando de una película excesivamente amateur. La protagonista Dora Madison ha trabajado en series para Hulu, Universal, CBS, NBC, Showtime… del corte de ‘Dexter’. Y su nivel deja bastante que desear. Su interpretación es muy exagerada, a veces muy teatral, muy de escuela. Y el elenco que la rodea parece sacado de una escuela de interpretación de barrio.

Está bien saber aplicar las influencias de directores que te gustan o que les rindas homenaje. Pero también hay que contar una historia o transgredir de alguna manera. Creo que en este caso Begos no lo hace, aunque si es bueno con la cámara o el maquillaje no lo es con la escritura ni con sus actores.

Ficha de la película

Estreno en España: 7 de febrero de 2020. Título original: Bliss. Duración: 80 min. País: EE.UU. Dirección: Joe Begos. Guion: Joe Begos. Música: Steve Moore. Fotografía: Mike Testin. Reparto principal: Dora Madison, Jeremy Gardner, Tru Collins, Rhys Wakefield, Graham Skipp. Producción: Channel 83 Films. Distribución: Begin Again Films. Género: fantástico. Web oficial: http://beginagainfilms.es/bliss/

Crítica: ‘La casa de Jack’

Sinopsis

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Estados Unidos, años setenta. Seguimos al inteligentísimo Jack durante cinco incidentes y descubrimos los crímenes que le definen como un asesino en serie. Vivimos la historia desde la perspectiva de Jack. Considera cada asesinato como una obra de arte, pero su profunda inadaptación le plantea problemas con el mundo exterior. A pesar de la intervención de la policía, que se acerca inevitablemente, Jack se empeña en arriesgarse cada vez más contra toda lógica. A medida que la historia avanza, compartimos las descripciones que hace de su condición, sus problemas y pensamientos mediante conversaciones con el desconocido Verge: una mezcla grotesca de sofisticación, de una casi infantil autocompasión y de explicaciones detalladas de maniobras tan peligrosas como difíciles para Jack.

Crítica

La casa de Jack tiene cimientos macabros, desviadas vigas y desafiantes habitaciones

Escribo esta crítica unos meses después de haber visto ‘La casa de Jack’ en el pasado Festival de Sitges. Esto no es pompa festivalera que me doy, lo digo por remarcar que redacto mis opiniones tras un tiempo y en frío, al margen del subidón y fascinación que sentí al salir del cine, sentimientos que iban acompañados de turbación, ahora explicaré porqué.

Que Lars von Trier es un provocador nato no lo discute nadie. Pero que encima aún sea capaz de dejarte con dudas sobre ti mismo, poniendo además a prueba tu integridad, ya es llevar el desafío a unas cotas más altas. ‘La casa de Jack’ es una película sugerente pero a la vez trastornada, extremadamente retorcida. Me encantan este tipo de propuestas, no solo por la burla y el reto que representan, sino porque es todo un planteamiento casi nuevo tanto para versados como para inexpertos del cine nórdico.

‘La casa de Jack’ se construye a base de varios capítulos. Y es que originalmente este proyecto iba a ser una serie construida a base de episodios, o incluso una representación teatral. Ese aspecto se ha conservado en la película que se divide en 5 partes o incidentes y un epílogo que conversan con el espectador muy de cerca. Cada sección describe varios asesinatos en un lapso de doce años. Es el mismo protagonista quien a través de sus elucubraciones y conversaciones con Verge (cuyo nombre, «borde» en danés, tiene su doble sentido) nos va relatando sus obras artísticas con forma de crimen. Así hasta que se edifica, literalmente, una biografía de asesinatos y desafíos a las autoridades o cánones establecidos.

Jack es un asesino de costumbres arraigadas, de una falta de vida social manifiesta y de muchos TOCs, entre ellos el de ser impecáblemente limpio. El saber lo que pasa por la cabeza del protagonista y su condición particular de chapuzas y suertudo genera situaciones que son siniestramente hilarantes. El psicópata de Trier interpretado por Dillon es un actor social, alguien que abiertamente interpreta sus interacciones con el resto de la gente. Ese y otros detalles nos lanzan una invitación a la autocrítica y nos obligan además a hacer un gran acopio de gusto por el humor negro. Es una oscura y burlesca divina comedia.

Algunas escenas son realmente enfermizas. Soy consciente de que mucha gente considerará eso como algo malo y lo respeto, pero para mí no ser capaz de verlas solo demuestra no saber distinguir bien una ficción y no saber ver que hay mucho que aprender de secuencias así. Muchos aspectos deleznables de la mente humana se ponen en tela de juicio mostrándolos en su máximo exponente. Si se viesen por separado las imágenes de esta película, sacadas de contexto, entendería que se armase un escándalo, pero ‘La casa de Jack’ está lo suficientemente bien montada como para que se vea una verdadera maldad en ellas.

No he visto ni la mitad de la filmografía de Matt Dillon, pero creo que muchos coincidirán conmigo en que este es su mejor papel. Su Sr. Sofisticación está muy enlazado con la literatura y pintura clásica, nada que ver con su farsante de ‘Algo pasa con Mary’. Blake, Goethe, Virgilio, Dante, Delacroix… son referentes tanto psíquicos como ópticos. Visualmente es muy explícita, muy bien trabajada en todos sus encuadres y puestas en escena. Y Dillon aguanta el tipo, sostiene su personaje en cada momento manteniéndose a la altura de la calidad técnica de la cinta.

La película, aunque es larga me ha entretenido tanto que ni me he dado cuenta de que no tiene música. La única pega que le encuentro a ‘La casa de Jack’ es su epílogo. Por un lado es una auténtica catábasis pero por otro extiende más la película transportándola a un límite quizá presuntuoso y auto-referente que no necesitaba.

Sin ser de lejos seguidor de Lars von Trier he de otorgarle el mérito de demostrar una vez más que se puede hacer algo distinto, no solo dentro de su carrera, si no en el cine en general.

Ficha de la película

Estreno en España: 25 de enero de 2019. Título original: The house that Jack built. Duración: 155 min. País: Dinamarca Francia, Suecia, Alemania. Dirección: Lars von Trier. Guion: Lars von Trier. Fotografía: Manuel Alberto Claro. Reparto principal: Matt Dillon, Bruno Ganz, Uma Thurman, Riley Keough, Siobhan Fallon Hogan, Sofie Gråbøl, Ed Speleers, David Bailie. Producción: Zentropa Productions, Radio (DR), Film I Väst. Distribución: Golem Distribución. Género: frantástico, thriller, comedia negra. Web oficial: http://www.golem.es/distribucion/pelicula.php?id=428

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