Crítica: ‘El piloto’

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En la noche de fin de año, el piloto experto Brodie Torrance (Gerard Butler) realiza un arriesgado aterrizaje cuando su avión, repleto de pasajeros, es alcanzado por un rayo. Perdidos en medio de una isla devastada por la guerra, Torrance se dará cuenta que sobrevivir al vuelo sólo ha sido el principio de una trepidante aventura llena de peligros. El piloto deberá usar todo su ingenio para llevar a los pasajeros a sus destinos sanos y salvos.

Crítica

Cómodo en su encasillamiento, Butler consigue una respetable película de acción

Es cierto que Gerard Butler está bastante obcecado en hacer el mismo tipo de cine una y otra vez. Eso o que no le caen propuestas más jugosas o variadas sobre la mesa. En los últimos años está asentado como un héroe de acción de carácter maduro y podemos decir que es un justo heredero de Bruce Willis y compañía. En los últimos años ha protagonizado ‘Greenland’, la “saga Objetivo”, ‘Juego de ladrones’, ‘Juego de asesinos’, ‘Geostorm’, ‘Desaparecida sin rastro’… Todos esos títulos además de compartir que sus carteles lucen al actor en primer plano, con sus actores secundarios y una explosión detrás, podéis verlo en este hilo, parten de la misma productora, G-Base, la cual es la compañía que el actor creó con Alan Siegel.

Dicho esto, podemos saber claramente el perfil de película que tenemos con ‘El piloto’. Y viendo cuáles son sus primeros pasos, cómo nos plantean la situación también. La historia de esta película nos cuenta como un comandante de una aerolínea low cost embarca en un avión en plena nochevieja para hacer un vuelo por el índico mientras promete a su hija que llegará a tiempo para empezar el año con ella. Padre viudo, con tripulación nueva que además de llevar a bordo un preso y volar con el mínimo de gasolina para reducir gastos tiene previsto atravesar una tormenta. Todo pintaba fetén, modo ironía ON. Lo que podría ser un drama tipo ‘Sully’ se convierte en una película de acción por un giro o dos que no os voy a desvelar, pero os adelanto que la cosa se complica mucho más.

La premisa suena descabellada y efectivamente repite tropecientos clichés del cine de acción. Pero no resulta tan exagerada como películas anteriores de Butler. Ello es debido a que intenta ser menos espectacular y si lo pensamos la acción no acapara tanto el metraje. Hay muchas más escenas de discusiones entre tripulantes y pasajeros sumadas a movimientos burocráticos para gestionar el rescate. Además el héroe que encarna el actor escocés (hace bien alarde de nacionalidad en la película) es mucho más terrenal que los últimos agentes especiales o asesinos que ha interpretado. Por desgracia pierde el carácter bromista muy pronto y eso le quita carisma. Aunque protagoniza la cinta comparte mucha pantalla con Mike Colter (el cancelado Luke Cage de Netflix). La relación que tienen sus personajes puede asimilarse a la de maleantes y policías de ‘Con Air’, ‘The contract’ o ‘Asalto al distrito 13’. Ambos tienen que colaborar en una situación crítica, pese a que uno sea un delincuente y el otro un hombre de principios.

La verdad es que contando con Marco BeltramiMarcus Trumpp para la banda sonora todo podría haber lucido mucho mejor. En lo que se refiere acción de bajo o medio presupuesto me quedo con mejores propuestas, como ‘One shot’ o ‘La memoria de un asesino’. Pero creo que Jean-François Richet le ha sacado partido a Butler del mismo modo que hizo con Mel Gibson en ‘Blood father’. Me ha entretenido de una manera respetable esta película que Butler como productor ha querido llamar ‘Plane’ y en España han decidido cambiar a ‘El piloto’.

Ficha de la película

Estreno en España: 10 de febrero de 2023. Título original: Plane. Duración: 107 min. País: EE.UU. Dirección: Jean-François Richet. Guion: Matt Cook, Charles Cumming, J.P. Davis. Música: Marco Beltrami, Marcus Trumpp. Fotografía: Brendan Galvin. Reparto principal: Gerard Butler, Mike Colter, Yoson An, Daniella Pineda, Tony Goldwyn, Paul Ben-Victor, Joey Slotnick, Tara Westwood. Producción: Di Bonaventura Pictures, G-BASE, Lionsgate, MadRiver Pictures. Distribución: DeAPlaneta. Género: acción. Web oficial: https://www.plane.movie/

Crítica: ‘Alégrame el día’

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No nos ha alegrado el día pero nos gustaría que hubiese más

Netflix, manteniendo su clara estrategia para el fomento de las producciones de animación y en concreto en formato anime, estrenó hace unos días una nueva serie. ‘Alégrame el día’ es una historia de ciencia ficción que con ocho episodios de media hora es capaz de engancharnos a todo un nuevo universo. Es una narración repleta de acción y sentimentalismo con ideas muy originales y también con claras referencias.

‘Alégrame el día’ lleva ese título, pienso yo, porque trata a cerca de personas que llevan vidas miserables y encima todo se va de madre convirtiéndose en una pesadilla. Es un clamor por un héroe, un amigo, una pareja que te haga la vida mejor o por lo menos que edulcore la situación. Nos cuenta la aventura de la humanidad en un gélido planeta. Allí una corporación de carácter gubernamental manda a prisioneros para extraer un valioso mineral. Pero la excavación, de proporciones desmesuradas, despierta algo en el interior del planeta que convierte todo en una huida desesperada.

La historia está repleta de parias y prisioneros. El protagonista es un chico en prácticas como soldado o funcionario de prisiones. Se topa de bruces con el gran problema que da origen a esta serie y mientras intenta sobrevivir y rescatar a sus seres queridos vamos descubriendo nuevos secretos del misterio que estaba escondido bajo tierra. Gracias a la acción y la originalidad de lo que nos cuenta la serie está entretenida.

Además este mortal ambiente viene acompañado de un diseño de máquinas y de criaturas muy original. A parte de los seres que se han despertado y que amenazan a la humanidad vemos muchos robots, drones y exoesqueletos. Toda esta tecnología es muy típica en las historias japonesas y viene siendo un sello para su creador Yasuo Ohtagaki quien está ante su primera obra dirigida y en cuyo currículo figura ‘Altered Carbon: Reenfundados’.

Pero lo que más llama la atención son dos cosas. Por un lado la animación, que es casi igual que la de la versión animada de ‘Altered Carbon’ que acabo de mencionar. Es moderna, parece casi norteamericana, en cierto sentido eficiente, pero encontrará sus detractores ya que puede resultar algo fría. Es un tipo de animación 3D que nos puede recordar al ‘Spiderverso’ o a las animaciones de algunas máquinas arcade. Por otro lado las nuevas criaturas. Unos tardígrados flotantes similares a los que vimos en ‘Star Trek: Discovery’. Si no conocéis a estas pequeñas criaturas, aquí del tamaño de un coche, sabed que son resistentes a casi todo, por lo que imaginad lo que es enfrentarse a uno gigante y que se mueve en manadas.

Dado que trata de un “planeta prisión” puede rememorar a ‘Predators’. Pero la aventura y la mecánica que luce es más propia de ‘Alien’, ‘Starship Troopers’ o cualquier historia de zombies. Los personajes intentan descubrir cómo matar a las oleadas de hordas que lentamente les van masacrando mientras se mueven por naves o instalaciones corporativas, todo muy típico de esas franquicias estadounidenses. Pero aunque las referencias sean así de claras la serie se percibe muy japonesa. Se nota sobre todo en los gestos, el vocabulario, la manera de ser de los personajes… Todos tienen carácter honorable y heroico o son villanos que deforman aquello que representa el protagonista. Y por otro lado también se nota que tiene momentos ñoños de amor y redención, donde la historia se adormece.

La primera temporada de ‘Alégrame el día’ es conclusiva pero también hay que decir que no se cierra como algo definitivo. Podría (ojalá) apuntar a más entregas, a saga, a narrativa transmedia o a expansión en cualquier tipo de formato.

Crítica: ‘Llaman a la puerta’

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Durante unas vacaciones en una cabaña alejada de todo, una chica y sus padres se convierten en rehenes de cuatro desconocidos armados que obligan a la familia a tomar una decisión imposible para evitar el apocalipsis. Con acceso limitado al mundo exterior, la familia deberá decidir qué creer antes de que todo esté perdido.

Crítica

Un Shyamalan sin grandes giros pero fiel a su estilo y rompiendo moldes

Night Shyamalan regresa al cine tras atraparnos con la serie ‘Servant’ y lo hace con una película que podríamos decir que está escrita a ocho manos. ‘Llaman a la puerta’ surge de un relato de Paul Tremblay, que ha adaptado el mismo director pero contando también con la aportación de Steve Desmond y Michael Sherman (cortometraje ‘Monsters’). El largometraje me ha gustado mucho, y lo sitúo entre los títulos de Shyamalan que hacen afición, pero me parecen muchas manos para poca complejidad o sorpresa.

Si te gusta Shyamalan por los personajes que construye y la tensión que es capaz de generar, esta película te va a gustar mucho. Si, por el contrario, te acercas a ‘Llaman a la puerta’, buscando los sorprendentes giros del director, te va a decepcionar. Pero la película es muy suya porque consigue ser tan enigmático como siempre. Es una obra que se sitúa dentro del subgénero “home invasion”, ese que trata acerca de intrusos que rompen la cotidianidad de una familia, colándose en su casa y violentando todo. Rompe ese esquema agresivo y pese a no tener grandes giros de guión, entretiene. Y lo hace por el carácter perturbador y desconcertante de sus invasores. Dadas las intenciones que declaran tener su comportamiento es decidido pero a priori benefactor y sus palabras, pese a ser funestas u ominosas van acompañadas de un vocabulario amable. No sabes si sin unos locos o si finalmente tendrás que darles la razón, ese es el juego.

El título de la novela original (‘The cabin at the end of the world’) ya augura de qué va la trama. El intríngulis de esta historia está en el suspense que tenemos al aguardar a ver si todo esto es un problema psicológico de los personajes, si es un tema religioso o si hay algo de verdad en todo esto. Advierto a los lectores del libro original que el final está cambiado. Y con esto no quiere decir que esté peor concluida, para eso están los gustos de cada uno o la coincidencia con la teoría que te hayas ido montando durante la historia. Además la escena final es muy bonita, gestiona muy bien las emociones de los personajes. Pero sí que es verdad que yo me esperaba que nos diese algo más de contexto, aunque tampoco quería un final tan alargado como el de ‘Old (Tiempo)’. Me encuentro en una curiosa dicotomía con ‘Llaman a la puerta’, pero se impone en mí la sensación de haber estado todo el tiempo intrigado y de haber disfrutado unas buenas interpretaciones por parte de absolutamente todo el reparto. Entre sorprendido y congratulado me he quedado con la interpretación de Dave Bautista que carga con el peso de la película, compartiéndolo con Jonathan Groff y Ben Aldridge.

Me ha gustado comprobar también que el director sigue fiel a su marca. Por ejemplo, mantiene ese esquema narrativo a base de flashbacks que nos van construyendo a los personajes y en parte aportando a la historia. Por supuesto, le envidio por poder hacer esto, introduce un nuevo cameo. Y también aporta pequeñísimas gotas de humor, de ese que parece que introduce inducido por una especie de remordimiento por ser capaz de imbuirnos tanta inquietud y misterio (no solo por freírnos pollo, ya descubriréis a qué me refiero). A esa agonía que sentimos también contribuye el siempre presente sonido de la madera crujiendo. En el plano de la mera imagen podemos decir que rueda igual de bien que siempre, pero en ‘Llaman a la puerta’ ha puesto un especial cuidado en las instantáneas que nos ofrece. En concreto muestra multitud de planos cerrados y una clara obsesión con la regla de los tercios que nos transmite la sensación de estar en un lugar cerrado, muy pegados a los personajes. Quizá esa fijación con una norma tan básica de la fotografía venga también de la mano del hecho de haber rodado la película en 35 mm. También es cierto que el director de foto ha sido uno distinto al habitual del director, Jarin Blaschke, quien ha mostrado mucha maestría en las películas de Robert Eggers.

Zona spoiler. Yo he visto la película como si fuese una precuela del cómic ‘The Nice House Of The Lake’ o como si fuese explotar la misma idea de ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’. Y enmarcada en un contexto así me funciona. E incluso puedo decir con agrado que me ha recordado a ‘Matar a Dios’. Hablando con los compañeros de prensa tras ver la película ha habido quien la ha situado dentro del mismo universo de ‘El bosque’ y la verdad es que puede cuadrar, pero yo no he visto que Shyamalan haya tenido la intención de crear una película que funcione como secuela o precuela. Quien sabe, quizás nos sorprenda con otro cierre como aquella magnífica confluencia de películas que fue ‘Glass’.

Ficha de la película

Estreno en España: 3 de febrero de 2023. Título original: Knock at the Cabin. Duración: 100 min. País: EE.UU. Dirección: M. Night Shyamalan. Guion: M. Night Shyamalan, Steve Desmond, Michael Sherman, Paul Tremblay. Música: Herdís Stefánsdóttir. Fotografía: Jarin Blaschke, Lowell A. Meyer. Reparto principal: Dave Bautista, Jonathan Groff, Rupert Grint, Ben Aldridge, Nikki Amuka-Bird, Abby Quinn, William Ragsdale, Kristen Cui, Satomi Hofmann. Producción: Universal Pictures, Blinding Edge Pictures, FilmNation Entertainment, Perfect World Pictures, Wishmore. Distribución: Universal Pictures. Género: suspense, drama, adaptación. Web oficial: https://www.universalpictures.com/movies/knock-at-the-cabin

Crítica: ‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’

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Rabiye Kurnaz es una mujer aparentemente corriente, excepto porque es un terremoto. Cuidando de sus hijos y mucho más, es la que lleva la batuta en su casa de Bremen. Poco después de los ataques del 11-S, en 2001, su hijo Murat es acusado de terrorismo y es uno de los primeros enviados a la cárcel de Guantánamo. Esto marca el inicio de un viaje hacia el corazón de la política mundial para esta decidida mujer alemana-turca. Acompañada del abogado de derechos humanos Bernhard Docke, luchará por la liberación de su hijo.

Crítica

Humana, sensible y a su manera, subversiva

Las historias de David contra Goliat, tipo ‘Erin Brockovich’ o ‘Una cuestión de género’, aquellas que ponen al ciudadano de a pie contra el monstruo del sistema o del gobierno, siempre causan simpatía, consiguen empatizar con el espectador y llegar a un punto que, aunque no toque vivencias personales, se siente muy cercana. Al fin y al cabo, todos nos sentimos indefensos ante las grandes corporaciones o instituciones. Si además añadimos el valor que le da a la historia el estar fundamentada en un lance real, el espectador se siente doblemente atraído. Esa es la baza que juega ‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’.

Todos somos humanos y reconocemos una injusticia cuando la vemos. Los casos de Guantánamo derivan en una opinión casi unánime, en un sentimiento de no raciocinio e injusticia que todos detectamos. ‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’ transcurre en los meses y años posteriores al atentado del 11S y pone sobre la palestra una vez más términos como islamofobia o lavado de cerebro. Recrea la lucha de una madre que quiere sacar a su hijo de la cárcel que USA montó en Cuba y que aún hoy en día retiene a personas que no albergan esperanza alguna de juicio.

Este sonado caso representó un problema para Rabiye Kurnaz, la incansable madre del joven preso llamado Murat, pues aunque vivía en Alemania poseía nacionalidad turca y todas las características de una persona que se ha alineado con los terroristas islamistas. Estamos pues ante un brete para las administraciones, en un vacío legal que era un escape para tres países que se lavaban las manos y a la vez una desesperación para unos familiares que vivían presos de la falta de información y la ambigüedad de un mundo legal que no controlaban. No es de extrañar que la película se llevase el premio a mejor guión e interpretación en Berlín. El caso está tratado con mucho tacto y nada de sensacionalismo. El trabajo de Meltem Kaptan como la protagonista es difícil por lo sensible del tema pero ayuda mucho el optimismo de su personaje. No sé si esta era realmente la actitud que tuvo esta mujer durante todo este vía crucis o no, también estoy seguro que a muchos les va a parecer una manera frívola de contar la historia, pero a mi desde luego me ha parecido una manera liviana y a la vez afectuosa de narrar todo.

‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’ está contada a través de la simpática relación que establece Rabiye con el abogado Bernhard Docke. Ella es un mar de ingenuidad y él vive con los pies en el suelo, pero ambos tienen algo en común, tesón y sentido de la justicia. Si este fuese un título yankee les interpretarían seguro Octavia Spencer y Tom Hanks. La película habría sido de diez si no fuese porque peca de potencia visual, de fuertes discursos y de no tener un desarrollo de personajes más elaborado o al menos acompañado de un montaje más ágil.

Como vemos siempre, el amor de unos padres por un hijo mueve montañas. Este un caso más de tantos padres y madres coraje que no cesan en su empeño y son capaces de cambiar el devenir de los acontecimientos e incluso el funcionamiento de nuestro mundo. Si La película logra remover conciencias habrá sembrado la semilla necesaria para corregir injusticias o producir el cambio que demanda. Os animo a verla.

Ficha de la película

Estreno en España: 3 de febrero de 2023. Título original: Rabiye Kurnaz gegen George W. Bush. Duración: 119 min. País: Alemania. Dirección: Andreas Dresen. Guion: Laila Stieler. Música: Johannes Repka, Cenk Erdogan. Fotografía: Andreas Höfer. Reparto principal: Meltem Kaptan, Alexander Scheer, Charly Hübner, Nazmî Kirik, Abak Safaei-Rad, Alexander Hörbe, Sevda Polat, Abdullah Emre Öztürk, Cornell Adams. Producción: Arte France Cinéma, Cinéma Defacto, Iskremas Filmproduktion, Pandora Filmproduktion. Distribución: Vercine Distribución. Género: drama, política, hechos reales. Web oficial: https://www.pandorafilm.com/filmography/rabiye-kurnaz-gegen-george-w.-bush.html

Crítica: ‘Almas en pena de Inisherin’

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Dos amigos de toda la vida se encuentran en un callejón sin salida cuando uno de ellos decide abruptamente poner fin a su amistad, con consecuencias alarmantes para ambos.

Crítica

Desde la austeridad y la parquedad de sus dos protagonistas se alcanza un nivel de reflexión y emoción máximo

Martin McDonagh vuelve a nuestras carteleras con ‘Almas en pena de Inisherin’ tras lograr ser la cinta más nominada a los Globos de Oro (ocho candidaturas) desde que obtuviese ese reconocimiento ‘Cold Mountain’ allá por 2003. En la gala del pasado diez de enero se llevó tres galardones, el de Mejor película (comedia o musical), el de Mejor actor de comedia o musical y Mejor Guión. Me falta por ver aún la película de Spielberg pero la verdad es que no le veo objeciones a la decisión de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, que es quien dicta el resultado.

El director de ‘Tres anuncios en las afueras’ se aleja una vez más del ruido de las grandes ciudades para trasladar sus inquietudes en una pequeña localización rural. Con eso ya nos muestra cuánto quiere reducir a lo básico sus argumentos. En esta película que tiene bastantes tintes de parábola bíblica nos presenta Inisherin, un lugar ficticio de las Islas de Arán con una belleza pasmosa. Ahí nos movemos entre casi tres únicas localizaciones, dos casas y un pub. Descubrimos entonces la historia de dos amigos que ven su rutina trastocada por la decisión de uno de ellos.

‘Almas en pena de Inisherin’ se fundamenta en elementos y conceptos primordiales. La palabra sencillez brota entre cada brizna de la verde hierba irlandesa que vemos en pantalla. Esta es la historia de unos pueblerinos ajenos hasta el momento de empezar el filme a cualquier debate sobre la condición humana. El guión y las interpretaciones consiguen que nos pongamos en el papel de los dos protagonistas. Por un lado está un altamente creíble Colin Farrell, quien encarna a una persona que vive feliz llevando una vida de lo más humilde y elemental. En contrapartida está su amigo, quien interpretado por Brendan Gleeson ha tenido un ataque de existencialismo y de repente se ve asaltado por inquietudes o temores vitales que su amigo ni se plantea ni atisba a comprender. Desde la austeridad y la parquedad de sus dos personajes se alcanza un nivel de reflexión y emoción máximo.

Al margen de ese conflicto entre quienes buscan vivir una vida sencilla y quienes ansían dejar una huella indeleble en la historia humana hay un relato aún más simple. La parte que concierne a Farrell nos habla de una pérdida de la alegría, de la violación de una inocencia cultivada durante toda una vida, de un optimismo fruto del aislamiento del resto del mundo. Es un choque de bruces contra la realidad que rompe una envidiosa felicidad.

Fijaos bien en la fotografía de Ben Davis. El autor de las imágenes de ‘Cry Macho’ o de muchos títulos marvelitas ha procurado que el paisaje nos transmita espontaneidad y una rutina de lo más campechana, pero a la vez resultar apabullantemente embriagadora. Merece la misma atención el ritmo que nos brinda el montaje, que no es precisamente ágil pero que extrañamente se hace fugaz. Ha sido obra del ganador del Oscar por ‘Sound of metal’ Mikkel E.G. Nielsen que ha sustituido al editor habitual del director, Jon Gregory, a quien va dedicada la película.

El reparto está compuesto por otros muchos irlandeses pero por supuesto son Colin Farrell y Brendan Gleeson quienes lo encabezan, coincidiendo una vez más con el director pues protagonizaron también en ‘In Bruges (Escondidos en Brujas)’. La negrura de aquel filme está también presente en ‘Almas en pena de Inisherin’ pues esta reyerta entre amigos que se torna como una alegoría de esas Guerras Civiles que al final nunca se sabe realmente por qué han comenzado, que tienen algunas treguas en las pequeñas cosas en común y que cada vez se tornan más esperpénticas sin más remedio que la muerte mutua de ambos bandos, sin ganador alguno.

Ficha de la película

Estreno en España: 3 de febrero de 2023. Título original: The Banshees of Inisherin. Duración: 114 min. País: Reino Unido. Dirección: Martin McDonagh. Guion: Martin McDonagh. Música: Carter Burwell. Fotografía: Ben Davis. Reparto principal: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Kerry Condon, Barry Keoghan, Pat Shortt, David Pearse, Gary Lydon, Jon Kenny. Producción: Blueprint Pictures, Film 4, Fox Searchlight, Metropolitan Films International. Distribución: Fox Searchlight. Género: drama, comedia. Web oficial: https://www.searchlightpictures.com/the-banshees-of-inisherin/

Crítica: ‘Agencia Lockwood’

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Divertida y misteriosa versión de cazafantasmas distópico-adolescente

La serie de Netflix ‘Agencia Lockwood’ está basada en las novelas de Jonathan Stroud. El título original de esta serie británica de ocho episodios es ‘Lockwood & Co.’ y ha sido orquestada por William McGregor, Catherine Morshead y Joe Cornish. Podréis verla a partir de este viernes 27 de enero.

‘Agencia Lockwood’ trata a cerca de unos adolescentes que trabajan para su propia agencia independiente, la cual, de dedica a cazar “visitantes”. Cada uno tiene un poder y viven en una realidad en la que la presencia hostil de los fantasmas está normalizada. Este es un mundo trastocado por un brote de fantasmas llamado “el problema”, de origen desconocido y cuyo toque es mortal. En él los más jóvenes son usados como cazafantasmas desde muy temprana edad, con fines laborales, económicos o de seguridad. En concreto, los tres protagonistas intentan ganarse la vida por su cuenta, almacenando como los Warren en su sótano a los entes que capturan.

Sinceramente, no sé qué tal es la serie como adaptación. Pero los jóvenes protagonistas actúan bien y por lo menos tienen un alto parecido a los que aparecen en las portadas. Son una sensitiva que oye a los espectros, un líder con capacidades visuales que podría ser un joven Constantine y su amigo investigador que también es capaz de percibir las malas vibraciones. ‘Agencia Lockwood’ tiene la virtud de esgrimir sus propias normas en torno al mundo de los muertos que permanecen atados a nuestro plano. Construye una trama de intriga sostenida por unas reglas fantásticas bien sostenidas. Se destaca además por el carácter descarado y desvergonzado, además de algo adulto, de sus pequeños protagonistas y por centrar toda la acción en sentidos como tacto, vista y oído.

Tiene encanto ya que huye de la frialdad de las nuevas tecnologías y tira del encanto del VHS, de los artilugios mecánicos, de unos personajes que por un lado son arquetípicos y por otro diferenciados de otras narraciones adolescentes. Son jóvenes prodigios que pese a su talento fracasan y hacen uso de un carácter adulto y sarcástico. En parte puede recordar a la personalidad de los Jóvenes Titanes.

Aventura y misterio. Hay intriga por el origen de los ectoplasmas agresivos, suspense por la seguridad de los protagonistas, curiosidad por ver cómo será el siguiente monstruo… En realidad no es una serie de tantas que resuelven un caso en cada episodio. Si buscas aventuras episódicas esta no es tu serie. Hay un hilo que ir siguiendo y la diferencia además es que aquí los elementos son paranormales. Te gustará si te agradan series como ‘Locke & Key’, ‘Pesadillas’ o ‘The Umbrella Academy’.

Crítica: ‘Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro’

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Desdibuja el horror y las viñetas de Junji Ito

Una de las series más esperadas por los lectores de cómics y manga era este título que acaba de estrenar Netflix el pasado 19 de junio. ‘Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro’ adapta una vez más al formato serie las historias del mangaka Junji Ito, conocido por sus cuentos de terror. Y digo una vez más porque allá por 2018 ya se estrenaron unas OVA’s que se llamaron ‘Junji Ito Collection (Korekushon)’.

A través del director Shinobu Tagashira (artífice de la anterior serie) y los guiones adaptados de Kaoru Sawada (‘Kita e…: Diamond Dust Drops’) Netflix nos presenta estas historias del autor que han sido animadas por Studio DEEN. Los mangas ya publicados de Ito se convierten en entretenimiento animado del cual se agradece el estilo que diría que es casi noventero. Pero por desgracia la inclusión del color y de algunos elementos en 3D le quitan muchísimo encanto a las narraciones.

Ha sido lanzada de manera completa con 12 episodios, la mayoría de los cuales están divididos en dos capítulos distintos. ‘Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro’ es ideal para un entretenimiento corto, breve o para ver durante algún desplazamiento, pero la idea se supone que es meterse en casa a oscuras a ver estas historias. No la veo ideal si eres muy fan del autor porque no han conseguido el mismo efecto en el espectador que en el lector. Vale que al leer un cómic o manga, sobre todo si este es de terror, importa mucho tu estado anímico, tu imaginación, el ambiente en el que te encuentres o lo aprensivo que seas. Se supone que una serie o una película tiene que allanar mucho el terreno en ese sentido al poder atacarnos también a través del sonido y el movimiento. En este caso, por lo menos en la mayoría de episodios, no se logra ese efecto que tan famoso ha hecho a Junji Ito entre los lectores.

Están sus personajes tétricos y lo que nos cuenta sigue siendo macabro, desconcertante, misterioso, paranormal, juguetón con lo desconocido y casi siempre y literalmente retorcidamente desagradable. Pero ya el opening, al son de una especie de J-pop, nos adelanta lo perdida que va la serie. Hay demasiado color y los personajes o su animación a veces resultan pueriles, amateur e incluso ridículos. La mayoría de episodios pecan de ser sobreexplicativos y sus diálogos entorpecen la trama, por no decir que eliminan cualquier tipo de atmósfera tétrica conseguida. Las voces en castellano tampoco ayudan, por si la vais a ver doblada.

Sin duda ‘Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro’ habría sido una adaptación más satisfactoria si se hubiese mantenido el blanco y negro o si sus historias estuviesen mejor resueltas (cosa que puede que sea un problema heredado de las viñetas). A veces es muy difícil cerrar una historia y en este caso casi ninguna está finalizada y mucho menos explicada. Esto a veces sirve para imbuirnos aún más misterio o dejarnos más desconcertados, pero otras directamente nos dejan con una sensación de insuficiencia.

Para mi Junji Ito es un artista que visualmente me impacta y cautiva. Es como si Alan Poe hubiese nacido también con las dotes del dibujo. Sus novelas y narraciones breves a veces también son extraordinarias. Prueba de ello son sus famosas ‘Uzumaki y ‘Tomie’ (la cual tiene hasta ocho live actions). En este caso nos pasa como con el gabinete de Guillermo del Toro, que unos episodios nos gustan pero otros no. Lo malo es que tenemos una obra original con la que comparar que le hace un flaco favor a este nuevo material. Ojalá sirva para que os lancéis a sus viñetas.

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