Una de las nuevas de Nicolas Cage en la que aparecen Pedro Pascal y Paco León
Diamond Films distribuirá en España ‘El insoportable peso de un talento descomunal’, la nueva película del actor ganador del Oscar® Nicolas Cage (‘Pig’, ‘Leaving Las Vegas’) en la que se interpreta a sí mismo. Esta divertida y salvaje comedia de acción llegará a nuestros cines el próximo 17 de junio.
El director Tom Gormican (‘Las novias de mis amigos’), que está también detrás del guion junto con Kevin Etten (‘Ghosted’), comentan que la película es una carta de amor sincera, auténtica e hilarante a Nicolas Cage, tal y como se le conoce y se le quiere…pero como nunca antes le hemos visto. Es el papel para el que nació.
Nicolas Cage interpreta a… Nick Cage en esta comedia autoparódica ambientada en Mallorca, con muchas referencias a su carrera cinematográfica. Cage es un actor hasta arriba de deudas y con una mala relación con su familia, que se ve obligado a aceptar una suma millonaria para acudir al cumpleaños de un multimillonario excéntrico, interpretado por Pedro Pascal (‘The Mandalorian’, ‘Juego de Tronos’), gran fan de su trabajo. Además, podremos ver a Paco León (‘Arde Madrid’, ‘Kiki, el amor se hace’), en su debut en Hollywood, interpretando al primo de Pascal, que resultará ser un poderoso traficante.
Completan el reparto estrellas de la talla de Tiffany Haddish (‘Plan de chicas’, ‘Socias y enemigas’), Sharon Horgan (‘Noche de juegos’, ‘Catastrophe’), Neil Patrick Harris (‘Perdida’, ‘Cómo conocí a vuestra madre’), Alessandra Mastronardi (‘A Roma con amor’), Ike Barinholtz (‘Escuadrón suicida’), Lily Sheen (‘Todos están bien’) y Demi Moore (‘Inmune’, ‘Los ángeles de Charlie: Al límite’).
Sinopsis oficial:
El ganador del Oscar® Nicolas Cage se interpreta a sí mismo en esta loca comedia de acción en la que comparte cartel con Paco León. La versión ficticia de Cage es un actor sin blanca que se ve obligado a aceptar una oferta de un millón de dólares para asistir al cumpleaños de un excéntrico multimillonario (Pedro Pascal), muy fan de su trabajo. Pero la situación da un giro inesperado cuando Cage es reclutado por una agente de la CIA (Tiffany Haddish) y obligado a estar a la altura de su propia leyenda para salvarse a sí mismo y a sus seres queridos. Con una carrera construida para este preciso momento, el actor ganador de premios debe asumir el papel de su vida: Nicolas Cage.
Cae en una monotonía pocas veces rota por personajes secundarios
Acaba de terminar la segunda temporada de ‘Krypton’. En la primera edición conocimos a Seg-El, quien fue el abuelo del superhéroe más importante de DC Comics y seguramente de todas las viñetas ya que esto va de los orígenes de Superman. En estos diez nuevos episodios de HBOEspaña nos proponen una inclusión de más personajes entre los que se encuentran más villanos como el vitoreado Brainiac de la anterior temporada y por supuesto todo el elenco femenino del año pasado compuesto por Georgina Campbell (Lyta-Zod), Ann Ogbomo (Jayna-Zod), Wallis Day (Nyssa-Vex) y Hannah Waddingham (Jax-Ur). Esta es una serie muy coral, muy femenina, que tiene que sostenerse por todos aquellos que hacen de kryptonianos porque si tiene que depender de su protagonista estaríamos ante un producto muy insípido.
Sin duda esta segunda etapa de las aventuras del abuelo de Superman ha resultado bastante más irregular que la primera temporada. A destacar el primer tramo y el final de la temporada donde personajes como Doomsday o Lobo han sido los que le han dado más vida a la serie. En el caso de Doomsday hemos conocido el trasfondo o las capacidades de un personaje y nos han narrado su pasado. Unos orígenes trastocados, diferentes a los del cómic pero que están bien encajados en esta serie que intenta darle una historia un tanto nueva al planeta natal de Superman. Por otro lado para la audiencia poco ducha en cómics se ha dado a conocer a Lobo. El personaje que tanto se ha dicho que podría interpretar Dwayne Johnson en el cine ha sido caracterizado por Emmett J. Scanlan. Su intervención le ha dado al personaje un toque gracioso, quizá no tan encarnizado como podría necesitar y menos forzudo como en apariencia requeriría. Pero sus tramos han sido de lo mejor de la temporada o por lo menos de los que la han hecho más amena.
Esta temporada ha comenzado dividida con la pugna de Seg-El por regresar de la Zona Fantasma y la guerra entre el bando de Zod y los rebeldes para luego dar paso a una serie que trata de una guerra civil en la que la trama de Doomsday parecía que se iba a quedar olvidada. Se hace muy pesado todo el argumento romántico, totalmente telenovelesco y los recursos con los que se mantienen a personajes como Lyta al frente de la serie, muy cogidos con pinzas. ‘Krypton’ se ha convertido en una guerra de bunkers en la que cuesta que veamos más escenarios que una base o las dependencias de Zod y eso la ha convertido en una serie monótona. Hay que añadir que otra de las pretensiones de esta temporada es convertirse en una narración de la historia del bisiabuelo de Superman ya que al revelarse que este está vivo (que no es solo un holograma) también nos cuentan cuál fue su pasado.
‘Krypton’ por supuesto es un drama familiar, nos cuenta el devenir de la familia Zod y la casta de los El. Las pocas veces que la serie se sale de ese contexto y nos deja a merced de Brainiac, Doomsday, Lobo, Adam Strange o incluso Kem es cuando de verdad divierte o es interesante. La tragedia, los encuentros y desencuentros ya saben a repetitivos, a la serie se le piden nuevos datos o progresión, por eso es de agradecer cuando toma otros derroteros o nos deja en manos de los secundarios.
Por lo demás la serie también ha perdido espectacularidad en el sentido de que no tenemos escenas tan épicas como las que vimos en la temporada pasada cuando Brainiac irrumpía con su nave, a excepción de algunos momentos finales. Solo los dos últimos episodios tienen un toque heroico y legendario digno de la libertad de los pinceles de un cómic y solo los dos últimos episodios se mueven por más escenarios. Pero por otro lado Lobo o Doomsday nos han ofrecido secuencias de lo más cruentas o brutales. Así como el propio Seg-El en colaboración con Brainiac nos han brindado algún que otro momento estelar.
Para la siguiente temporada tenemos una incógnita principal que es la identidad de los hombres alados que ve Nyssa (¿se entiende que son thanagarianos, la raza de Hombre Halcón?). También sabemos que volveremos a ver a Lobo y que se las han apañado para que Adam se parezca más al de los cómics a si es que tal vez todo se vaya más acercando a la línea antigua de DC Comics. Pero como decía en mi titular, son todos estos secundarios los que nos están manteniendo enganchados a la serie.
El próximo 4 de julio arranca la tercera temporada de ‘Stranger Things’ en su habitual casa, Netflix. La producción de la plataforma online llega a su tercer tramo y se ubica unos días antes del gran día de Estados Unidos. Esta nueva etapa se divide en 8 nuevos episodios, como ya lo hizo la primera, que continúan con la tradición de la serie, la de ambientarnos en una festividad norteamericana. Si antes hemos pasado por la Navidad o el Halloween, ahora toca el Día de la Independencia.
Mike, Lucas, Will y Eleven viven su primer verano juntos y en relativa tranquilidad. Relativa porque surgen las primeras parejas y la estabilidad del grupo se debilita, relativa porque Will ha retornado y el resto está varios pasos por delante de él y no tienen las mismas costumbres que antes. El calor del verano parece que les tiene a todos la sangre hirviendo, las hormonas surgiendo a borbotones. Dustin vuelve de un campamento de verano y se encuentra todo este percal. Mientras Hopper y Joyce intentan seguir con su día a día, al igual que Nancy y Jonathan que han empezado con un trabajo en un periódico donde sus compañeros no les ponen el trabajo fácil. Como tampoco le ponen las cosas fáciles los clientes a Steve en la heladería del centro comercial donde le ha tocado ganarse el pan estas vacaciones.
He de admitir que nunca he sido un seguidor de ‘Stranger Things’. Me persuadió bastante su primera temporada pero episodio a episodio me ha cansado su insistencia en introducir una referencias tras otra y no es que la serie dependa de los huevos de pascua, es que sus argumentos están totalmente subordinados al servicio de la nostalgia. Sigue la inspiración en Dragones y Mazmorras, en Stephen King, en Carpenter… Lo del Terminator aquí ya es redundante y hasta cansino. En sus referencias copian hasta el martillo de Homer Simpson, cosa que al mismo Homer ya le cabreó bastante.
La presente temporada es un batiburrillo de títulos que os harán decir, esto ya lo he visto. Por mi cabeza han pasado películas de Robert Rodriguez, Kaufman, Milius o Kevin Smith. Al querer homenajear tanto se hace predecible, poco original en su trama. Pero lo peor es que hemos llegado a una tercera fase y no se aporta nada nuevo. Tres temporadas y los hermanosDuffer son incapaces de generar un argumento completo sin estar apoyado en el de otros, es lo que se puede llamar «nostalgia-exploitation». Al estar tan centrados en buscar las alusiones han hecho que el guión tenga gestos bastante torpes, da a sus personajes habilidades que resultan inverosímiles hasta para una serie que se llama ‘Stranger Things’ o hace que sucedan cosas excesivamente enrevesadas.
Lo que siempre me ha convencido de ‘Stranger Things’ es su buena factura. Aunque hay un par de escenarios cuyo diseño de producción tiene una calidad cuestionable por lo demás es indudable que Netflix ha tirado la casa por la ventana con esta producción. Todo lo que está generado por ordenador da fe de una inversión potente. Las escenas en las que hay efectos digitales son las más impactantes, que no emocionantes, y las que dejan estampas para guardar.
Los episodios han sido dirigidos por el productor Shawn Levy, por la directora Uta Briesewitz y por los propios hermanos Matt y Ross Duffer. De quien han conseguido una mejor interpretación ha sido de Dacre Montgomery y de algún que otro actor que no puedo adelantar por no introducir spoilers, pero cuya incorporación le da algo más de gracia a los episodios. Gracia que nos hace más llevadera toda la trama romántica que por ejemplo en el caso de Millie Bobby Brown o Finn Wolfhard no han controlado bien. Muy sobreactuada Bobby Brown en todos sus estadios, en todas las fases de su personaje. Está mejor Maya Hawke, hija de Uma Thurman y Ethan Hawke, quien se ha revelado como un valor añadido. Había expectación por actores como Jake Busey (‘Starship troopers’) o Cary Elwes (‘La princesa prometida’) pero podrían haber escogido a cualquier otro artista. Sirven como mero reclamo publicitario, no les he visto ni relevantes como actores ni trascendentales como personajes.
‘Stranger Things’ ha llegado al punto de repetirse incluso con sus propias escenas de acción y a tener más product placement que ‘Médico de familia’. Parece que su técnica de vender los recuerdos ha funcionado hasta ahora pero el discurso adulto que se ha injertado en sus protagonistas puede que no cale tanto. Así como el alegato contra el machismo o la machacada a la clase baja que se queda en agua de borrajas a mitad de la temporada. Se queda también muy flojo en sus expectativas el último episodio de hora y cuarto con nombre de batalla. Además que de toda esa duración 20 minutos son de epílogo y buena parte de escena post-créditos. Lo que nos demuestra esta tercera temporada es que los hermanos Duffer no saben parar, ni a la hora de introducir referencias ni a la hora de cortar su historia.
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