Crítica: ‘El collar rojo’

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En el verano de 1919, Jacques Morlac, un héroe de la Primera Guerra Mundial encarcelado, le cuenta su historia al juez, un aristócrata que duda de sus principios a causa de la guerra. Delante de la puerta del cuartel, el perro del soldado le espera, ladrando día y noche.

Crítica

Un título sin pretenciosidad y con humildes argumentos

En primer lugar me gustaría decir que agradezco que aparezcan películas sencillas como ‘El collar rojo’. No voy a soltar un discurso sobre el estado de la crítica del cine, sobre la tendencia de generarse grandes expectativas que parece generalizada y que hace que casi todos los comentarios sean extremos: o muy buena o muy mala. Este nuevo filme de Jean Becker (‘Mis tardes con Margueritte’) es normal y corriente.

‘El collar rojo’ es una película sin grandes pretensiones y no por eso se queda en algo mediocre. Funciona bien en varios de los argumentos extraídos de la novela de Jean-Christophe Ruffin y su duración es apropiada. Una película pequeña con pocas cosas que reprochar y con un rostro bien conocido como el de François Cluzet (‘Normandía al desnudo’, ‘Intocable’).

La historia nos narra la relación que se genera entre un juez militar (Cluzet) y un joven francés acusado de algo que en tiempos de la I Guerra Mundial podía tener graves consecuencias. La peculiaridad del filme es que mientras el inculpado permanece retenido en prisión su perro le aguarda a sus afueras cual Hachikō. La cuestión es que ese perro pertenece realmente a la amada del reo y mientras que el juez le interroga va descubriendo la historia de amor que vivió en el pasado y aquello que le ha llevado a su celda.

Una de las pegas del filme es que la historia de amor se impone bastante a la del perro que es el verdadero sino del filme. Es decir, lo que más interesa es averiguar por qué el largometraje se llama el collar rojo y por qué el personaje de Nicolas Duvauchelle ha sido encarcelado. Pero casi todo el tiempo estamos recibiendo novedades sobre su romance y el perro se convierte casi en un McGuffin.

Esta no es una película con fines animalistas. Su discurso transcurre más por las vías de la crítica ligera a los valores tradicionales, hacía la auténtica humanidad y el significado del verdadero honor. En cuanto la cinta esgrime dos o tres pinceladas en sus primeros compases sobre cuáles son sus manifiestos se hace evidente el desenlace. No obstante su ambientación, su cercanía y cordialidad nos permiten aguantar hasta el final sin aburrirnos.

Un poco de filosofeo y la habilidad de dejarnos ver al perro protagonista desde varios puntos de vista son varios de los puntos destacables de un filme que os puede hacer pasar un buen rato sin buscar la típica sensiblería que tanto nos hace sufrir por los animales en otros largometrajes.

Ficha de la película

Estreno en España: 4 de enero de 2018. Título original: Le collier rouge. Duración: 83 min. País: Francia. Dirección: Jean Becker. Guion: Jean Becker, Jean-Christophe Rufin, Jean-Loup Dabadie. Música: Johan Hoogewijs. Fotografía: Yves Angelo. Reparto principal: François Cluzet, Nicolas Duvauchelle, Sophie Verbeeck, Jean-Quentin Châtelain, Patrick Descamps, Lynn Collins. Producción: ICE3, K.J.B. Production, France 3 Cinéma. Distribución: A Contracorriente Films. Género: drama, romance. Web oficial: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/925/el-collar-rojo/

Crítica: ‘Normandía al desnudo’

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Los ganaderos de Mêle-sur-Sarthe, un pequeño pueblo de Normandía, se han visto afectados por la crisis agrícola. Su alcalde, Georges Balbuzard (François Cluzet), busca la manera de que su pueblo se haga oír para salvarle. Por casualidad, Blake Newman, un famoso fotógrafo especializado en desnudos en masa, pasa por la zona y Balbuzard ve la oportunidad de llamar la atención. Por delante le queda la difícil tarea de convencer a todo el pueblo para que se desnude… por una buena causa.

Crítica

Un desnudo protesta con menos eficacia de lo esperado.

En ‘Normandía al desnudo’, François Cluzet (‘Intocable’) se echa de nuevo al campo y se desvive también por sus habitantes, aunque a través de unas herramientas diferentes a las empleadas en ‘Un doctor en la campiña’. Esta película busca también mezclar drama y comedia, con una pizca más de hilaridad que ese título anterior de 2016 aunque sin explotarla en la medida deseada. De hecho ‘Normandía al desnudo’ se queda bastante corta en lo que a comedia se refiere.

La crisis de los agricultores franceses es el marco de esta historia en la que Cluzet es el paternalista, desvivido y omnipresente alcalde de todos ellos. En medio de todo el revuelo y esa gran desesperación económica llega el talentoso Toby Jones convertido en un Spencer Tunick, el fotógrafo que retrata masas de personas desnudas por todo el mundo. Enamorado del paisaje les propone hacer una de sus famosas fotografías con todo el poblado despojado de sus ropas en ella, con fines artísticos para él y como un reclamo mediático para los agricultores que demandan atención por parte de su país. Pero claro, la mentalidad ambigua de los residentes choca con la idea del artista.

En esta ocurrencia del director Philippe Le Guay vemos un aspecto bastante divertido. Pero cabía esperar que el cineasta explotase mucho más la confrontación entre el mundo rural y el moderno. La película podría haber acabado siendo una especie de «Full Monty galo» y en lugar de ser tan graciosa o disparatada como la cinta de 1997 se inclina más hacia lo anecdótico y melodramático. El filme se dedica más a narrar las controversias personales o a demandar las tragedias nacionales. Al fin y al cabo trata de desnudar los secretos o sentimientos de cada uno. «Los que siempre os han alimentado ahora se mueren de hambre» resume uno de los agricultores de la película en un arrebato de exasperación. Los prejuicios, la vergüenza, la mentalidad retrógrada, los viejos rencores, los celos… Son muchos caballos de batalla que junto a la política o los distintos estilos de vida expuestos desplazan la comedia a un segundo plano.

La película está narrada a trozos por una niña que cuenta la historia de su familia, la cual se ha mudado recientemente a esa campiña en crisis. Dicha historia permanece bastante descolgada del largometraje a pesar de parecer ser el hilo central y finalmente está metida únicamente con el fin de incluir un argumento protesta más, el del vegetarianismo. Sin la inclusión de este arco narrativo ‘Normandía al desnudo’ habría transcurrido igual y tampoco aporta nada importante a la trama ni al conjunto de los gags.

Sí que me agrada más la metáfora artística de la película. Aquellos que están quedándose sin nada ahora se lanzan a por todas despojándose de lo que les queda ante todo el mundo. Aunque hay cierto valor en que algunos actores se lancen a mostrarse como vinieron al mundo también habría cabido esperar que ese coraje fuese ligado a un tono más sarcástico ya que se ha hecho tanto hincapié en los dramas planteados. Lo dicho, para ser un a película sobre agricultores a ‘Normandía al desnudo’ le ha faltado arar un poco más sus tierras para que la semilla de su comedia enraíce más hondo y su protesta crezca más alto.

Ficha de la película

Estreno en España: 8 de junio de 2018. Título original: Normandie nue. Duración: 105 min. País: Francia. Dirección: Philippe Le Guay. Guion: Philippe Le Guay. Música: Bruno Coulais. Fotografía: Jean-Claude Larrieu. Reparto principal: François Cluzet, Toby Jones, François-Xavier Demaison, Arthur Dupont, Grégory Gadebois, Philippe Rebbot, Patrick D’Assumçao, Julie-Anne Roth, Vincent Regan, Daphné Dumons. Producción: Les Films des Tournelles. Distribución: Vértice 360. Género: comedia, drama.

Crítica: «Un doctor en la campiña»

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Toda la gente de esta pequeña zona rural puede contar con Jean-Pierre (François Cluzet),  el médico que les ausculta, les cura y les tranquiliza a cualquier hora del día, durante los siete días de la semana.

Enfermo también a su vez, acepta la llegada de la doctora Nathalie (Marianne Denicourt) recién llegada de su trabajo de hospital para que le ayude. Pero, ¿se las arreglará para adaptarse a esta nueva vida y, sobre todo, a conseguir el reto de sustituir a aquel que se creía irremplazable?

Crítica

Vacuo intento de complacer con una historia campestre

Vale que el director Thomas Liti tenga formación en medicina y ejerza como médico generalista, ya hizo su homenaje a esta ciencia con su segundo largometraje “Hipócrates”. Pero en esta ocasión nos suministra una sobredosis de médico de familia. Una cantidad de casos clínicos que surgen a borbotones por toda la campiña francesa y nos aturullan.

Existen diversas razones por las que podemos pensar que se nos introducen tantos personajes secundarios o extras ejerciendo de pacientes. Es obvio que, por cuestiones narrativas, ya que hay que justificar la presencia del personaje de Marianne Denicourt y por eso se nos muestra a un hiper-ocupado médico, que además no pasa por su mejor momento de salud. Esto sirve también para hacer un esbozo de la personalidad y vida que tiene el protagonista. Pero se podría haber hecho de manera más breve o fugaz pues sus casos no tienen relevancia importante en la historia que nos narra Liti y en consecuencia nos alarga el film.

“Un doctor en la campiña” es una película que parece pretender ser costumbrista, mostrando las virtudes de la vida sencilla en el campo y así de paso reflexionar sobre la fragilidad y la brevedad de la vida. No obstante, lo único que consigue es tocar nuestra fibra sensible con alguno de los enfermos y decepcionarnos con una fútil trama central.

François Cluzet vuelve a apelar a nuestro corazón jugando la misma baza que en “Intocable”. La de la persona obstinada cuyo mundo se ve zarandeado por un problema de salud. Interpreta muy bien un médico anclado en las viejas costumbres aportándole un aire cercano y campechano. Por su parte Denicourt coprotagoniza la cinta con menos carácter y representando la corriente opuesta a la de Cluzet, la de una doctora que quiere cambiar y modernizar los métodos. Dos vertientes diferentes que cumplen el previsible desenlace de acabar por entenderse.

Una historia dramática y rural con algún atisbo de comedia. Así es esta anodina película que podría haber sido más grata si se hubiese decantado de una manera más clara por el drama o por el humor.

Ficha de la película

Estreno en España: 27 de mayo de 2016. Título original: Médecin de champagne. Duración: 105 min. País: Francia. Director: Thomas Liti. Guión: Thomas Lilti, Baya Kasmi. Fotografía: Nicolas Gaurin. Reparto principal: François Cluzet, Marianne Denicourt, Patrick Descamps, Christophe Odent. Producción: 31 Juin Films, Les Films du Parc. Distribución: Caramel Films. Género: Drama, comedia. Web oficial: http://www.caramelfilms.es/site/fichas/un_doctor_en_la_campina

Lo nuevo del protagonista de Intocable

El 27 de mayo Caramel Films estrenará en España una nueva comedia dirigida por Thomas Liti, director de “Hipócrates”, nominada a 7 premios César.

“Un doctor en la campiña” es una comedia que en su primer fin de semana en las carteleras francesas ha superado el medio millón de espectadores. Está protagonizada por François Cluzet (“Intocable”), Marianne Denicourt (“Hipócrates”), Patrick Descamps (“Crónica de una mentira”) y Christophe Odent (“Hipócrates”).

Jean-Pierre (François Cluzet) es un médico que atiende las necesidades de toda una zona rural a jornada más que completa. Estando enfermo recibe a la doctora Nathalie (Marianne Denicourt) que llega también para ayudarle. Pero, ¿se las arreglará para adaptarse a esta nueva vida y, sobre todo, a conseguir el reto de sustituir a aquel que se creía irremplazable?

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