Crítica: ‘Gracias a Dios’

Sinopsis

Clic para mostrar

Alexandre vive en Lyon con su esposa e hijos. Por casualidad, se entera de que el sacerdote que abusó de él cuando era un boy scout sigue trabajando con niños. Se lanza a un combate al que se unen François y Emmanuel, otras víctimas del sacerdote, con el fin de liberarse de sus sufrimientos a través de la palabra. Pero las repercusiones y consecuencias de sus testimonios no dejarán a nadie indemne.

Crítica

Una maravilla llena de palabras y silencios

François Ozon no trae una historia cruda y real donde los niños son los grandes afectados en un terrible caso de pederastia dentro del marco de la Iglesia.

Lyon, la ciudad francesa más importante para la Iglesia, es la protagonista de esta terrible historia, donde un sacerdote Bernard Preynat, es acusado de abuso por antiguos miembros de los Boy Scouts, al ver que este hombre sigue trabajando junto a niños.

La película tiene mucho más fondo, no toca solo el tema de los abusos, que es lo más importante, sino también como cada familia lo llevó de una manera, ya sea silenciando a su propio hijo al ser muy religiosos o por el bien del negocio, otros lucharon y la Iglesia simplemente les silenció. Ese es otro tema bastante importante y otra de las denuncias que tiene la película y es el silencio de la institución, pues el sacerdote en ningún momento niega los hechos, pero la Iglesia, en concreto el Cardenal Barbarin, acalló toda esta historia desde hace muchos años y por ello también está a la espera de juicio.

Ozón logra una película que pone los pelos de punta sin escenas explícitas, cosa que se agradece, no hacen falta, las palabras, miradas y gestos lo hacen todo. Aunque cinematográficamente es una película muy sencilla, vemos pequeños detalles que nos dejan ver la tensión, el odio y a la vez tristeza en cada uno de nuestros personajes y esto es gracias al trabajo de Manuel Dacosse.

Está claro que el que la película sea tan sencilla es porque lo que le interesa al director es la palabra, que la historia sea escuchada y que los personajes puedan contarnos todo lo sucedido. Y todo esto lo logra, aparte de un guión muy bien trabajado, gracias al reparto con el que ha contado.

Melvil Poupaud es el encargado de dar vida a un hombre que sigue con su Fe, pese a todo lo que le ocurrió de niño y también el encargado de llevar a cabo la denuncia a la Iglesia por el silencio. El papel de Swann Arlaud quizás es el más débil de todos, su personaje es de los que peor ha llevado todo, drogas y enfermedades han sido su día a día por culpa de todo lo que le sucedió de pequeño. Y Denis Ménochet tiene uno de los papeles más fuertes y aunque la película es bastante seria, le logra dar un toque de humor gracias a las ocurrencias de su personaje para luchar contra la Iglesia.

Pero no solo ellos están geniales, tengo que decir que Bernard Verley da verdadero miedo como el padre Bernard Preynat, sus gestos, su sonrisa, logra crear verdadera aversión hacia ese hombre que dice estar enfermo, pero que sigue a sus anchas trabajando con niños.

En la película vemos la creación de la asociación de ‘La Palabra Liberada’, que se creó para poder denunciar tanto al sacerdote como a Philippe Barbarin, el arzobispo de Lyon que silenció todo, además una de sus famosas frases durante una rueda de prensa sobre los abusos a estos niños que da título a la película, pues en su día dijo «Gracias a Dios, lo hechos han prescrito».

Una última cosa que añadir, pero no menos importante. Aunque pueda parecer una película antirreligiosa, es una idea totalmente errónea, el director trata con mucho respeto a la institución, simplemente expone esta historia que por desgracia es parte de ella. Es algo muy loable, pues tratando el tema que se está tratando es bastante complicado ser objetivo. 

Ficha de la película

Estreno en España: 18 de abril de 2019. Título original: Grâce à Dieu. Duración: 137 min. País: Francia. Dirección: François Ozon. Guión: François Ozon. Música: Evgueni & Sacha Galperini. Fotografía: Manuel Dacosse. Reparto principal: Melvil Poupaud, Denis Ménochet, Swann Arlaud, Eric Caravaca. Producción: Mandarin Productions, Scope Pictures. Distribución: Golem distribución. Género: Drama. Web oficial: http://www.golem.es/distribucion/peliculas/gracias-a-dios/

Encuentro con François Ozon y Denis Ménochet por ‘Gracias a Dios’

«Mi primera idea era hacer una película sobre la fragilidad masculina»

El director François Ozon es de sobra conocido por películas como ‘Frantz’, ‘En la casa’ u ‘8 mujeres’. Denis Ménochet quizá se sale más de los circuitos europeos a los comerciales con títulos como ‘Maltidos Bastardos’, ‘Assassin’s Creed’ o ‘Robin Hood’ pero su currículum está repleto de éxitos producidos en nuestro continente como ‘Custodia Compartida’. Ambos han aterrizado en Madrid (fotos al final del artículo) para presentar ‘Gracias a Dios’, el título que el próximo 18 de abril estrena Golem Distribución en España.

El filme está ambientado en Lyon y habla de la organización creada por Alexandre, François y Pierre Emmanuel interpretados por Melvil Poupaud, Denis Ménochet y Swann Arlaud. La asociación “La palabra liberada” lucha por sacar a la luz abusos como los llevados a cabo por el sacerdote pederasta Bernard Preynat. Pero el filme va más allá y no se centra solo en un caso, trata de mostrar todo aquello que la Iglesia ha silenciado durante años con figuras como la del Cardinal Barbarin.

Esta es una historia real y dura, muy actual, tanto en Francia como en España. «Nunca se me había pasado por la cabeza hacer una película sobre un tema de actualidad. Mi primera idea era hacer una película sobre la fragilidad masculina. Yo he hecho muchas películas sobre mujeres fuertes. En el cine existe un cliché, el hombre es acción, la mujer es emoción. Pues vamos a invertir las cosas. Casualmente un día en Internet entré en la página de «La palabra liberada», leí los testimonios y me emocionó. Decidí conocerles y fue cuando nació la idea de hacer la película», declaró Ozon.

Se le preguntó al director sobre la relación con otros casos actuales que puede haber en España o sobre la intencionalidad del filme: «Puedo decir que en Francia las cosas han avanzado un poco. La iglesia allí se ha dado cuenta de que hay algo grave con la pedofilia, ya lo considera un crimen, están intentando hacer algo. Yo soy un cineasta, no soy un político. Mi intención no era hacer una película política. Mi intención era plantear una pregunta, era plantear un debate sobre esto, que es lo que he hecho, dar voz a las víctimas».

Tal es la repercusión del filme que en Francia cuando se estrenó en diciembre del año pasado muchas fueron las voces que la quisieron silenciar, pero su éxito es innegable. «Al principio fue rechazada e intentaron impedir su estreno, eso le dio mucha publicidad. Ahora la película ha alcanzado los 900.000 espectadores en Francia. De todos esos espectadores muchísimos son católicos. La iglesia se ha dado cuenta de que debe enfrentarse a esto. Se han apoderado en cierto modo de la película» puntualizó el cineasta.

Ménochet se acercó mucho al drama de estas personas que realmente sufrieron en su infancia. «Rodamos en la verdadera casa de François. Tenemos los testimonios que leí en la página de “La palabra liberada”, que si eres un ser humano normal qué menos que sentir empatía. También está el combate, la lucha de estos tres personajes que desde mi humilde trabajo de actor he intentado reflejar. Por último está lo de la batería. François, mi personaje, es un batería muy bueno y yo toco fatal (risas). Al director se le ocurrió grabar nuestros dos sonidos tocando y mezclarlos. Es como cuando sales a luchar, el tambor acompaña a los guerreros».

Ozon es un cineasta que cuida mucho la estética de sus largometrajes. Entran mucho por los ojos, sus imágenes impactan por su belleza y su cuidado, tiene un lenguaje visual muy expresivo. Pero en el caso de este filme esa elocuencia visual no es tan patente. «Normalmente adapto la fotografía a la historia, al o que voy a contar. En este caso la historia era la palabra, más que la imagen. Por una vez debía quedarme detrás más que anteponerme a la palabra» explicó el director.

¿Pueden esperar cambios o compensaciones de algún tipo las víctimas? Preguntas similares a esa recibió el director durante la presentación del filme. Su respuesta fue: «De hecho sí. Está ocurriendo algo. La condena a Barbarin y todo esto indica que algo se pone en marcha. He hablado con muchos sacerdotes y obispos y si parece que quieren hacer algo, hay muy buena voluntad. Entienden que es algo muy grave en el seno de la iglesia. El problema es que la Iglesia francesa es vieja. Los obispos rondan los 75 años. ¿Puede una generación de 70 y pico años cambiar algo así? Lo dudo, soy un escéptico. Por otro lado está el movimiento de los chalecos amarillos que se está metiendo con las instituciones. Si la Iglesia cambia lo hará a través de los fieles, no a través de la cúpula».

La película se cierra dejando en el aire una pregunta muy importante hacia uno de los protagonistas, cuestión teológica que le fue hecha a Ozon por uno de los asistentes a la rueda de prensa. Es por eso que al final del encuentro Ménochet quiso despedirse hablando en castellano… «Para terminar, yo no creo en Dios, pero creo en Meryl Streep».

Las fotografías han sido realizadas por Vicky Carras y Francisco J. Tejeda White. Todas las imágenes proceden de nuestro perfil de Google Photos y están protegidas con copyright, si deseáis que os enviemos alguna podéis solicitarla en nuestra sección de contacto.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Salir de la versión móvil