‘Juego de Tronos’, impresiones del 7×05 y avance del 7×06

Mientras unos traman otros se la juegan.

Señoras y señores, ya solo quedan dos capítulos para acabar la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’. Guardiaoriente es como se titula esta sexta antepenúltima entrega que recibe ese nombre de un castillo situado a un extremo del muro que veréis en este episodio. Pero mucho antes se producirán eventos muy interesantes, aunque ya deberíamos toparnos con otro tipo de escenas, al menos eso creo pues nos encontrarnos en la recta final. Mucho se distrae el guión con tejemanejes e intrigas mientras pocos son los que realmente se juegan el tipo.

Puedo adelantar, sin miedo a que me acuchilléis o me acuséis de destripar nada, que no se demora la resolución de la última escena de ‘Botines de guerra’. Ahí lo dejo, no pienso dedicarle ni un solo adjetivo. Posteriormente descubriréis qué tipo de reina comienza a ser Daenerys, pese a los consejos de Tyrion. Esperemos que este no le dedique la última traición que la queda por experimentar, si a los guionistas no se les olvida cumplir esa profecía.

La cuestión es que no están creando ingredientes tan ricos como los que creaba R. R. Martin. Se nota la ausencia del escritor, principalmente en la velocidad de los acontecimientos, lo vengo diciendo en todas las reseñas anteriores, pero en este capítulo son tremendos los saltos que se dan. Incluso podemos ir más allá. Una de las peculiaridades de la serie era que no te podías encariñar con ningún personaje, pues todos podían morir en cualquier momento. Llevamos temporada y media que se ha perdido ese miedo, todo está siendo demasiado feliz para los personajes queridos por los espectadores. No es que quiera un dramón, pero esto casi va de camino a que acaben todos dados de la mano cantando el himno de Canadá.

Muestra de lo que he dicho antes son los continuos, aunque delicados, reencuentros familiares que estamos viviendo esta temporada. Es prácticamente lo más interesante, a parte de la intervención de los dragones, que estamos viviendo. Ahora más que nunca se notan las diferencias entre Sansa y Arya, por ejemplo. Además las intrigas en Invernalia aumentan y podrían pasar cosas muy graves.

Alguna que otra sorpresa nos deja el episodio, y además de remarcar que la guerra con la muerte es inminente, nos impresiona con la primera vez que Sam Tarly toma las riendas de su vida, literalmente. Otro de los detalles que también os puede dejar patidifusos vendrá durante una de las demostraciones de la famosa astucia de Davos, que podría traer de vuelta a toda una gran familia.

Pero con lo que me quedo, tanto en ‘Guardiaoriente’, como en lo que va de temporada, es con la senda de Jon. A parte del «primer contacto» que experimenta en este episodio también reúne a una compañía que habría dado juego a toda una serie por separado, es épica. Se junta a partir de ahora con un conjunto de personajes polifacéfito, totalmente diferente, con rivalidades entre ellos pero con un objetivo común que se diría que podría ser el escuadrón suicida de esta ficción medieval.

El responsable de esta nueva entrega es el director Matt Shakman, experto en dirigir series como ‘The Good Wife’ o el grueso de ‘Colgados en Filadelfia’, además del anterior episodio de esta serie. Los dos últimos que nos quedan fueron dirigidos por Alan Tayor y Jeremy Podeswa, encargados de capitanear del final de otras temporadas o de episodios muy buenos que ya hemos visto. Esperemos que hayan conseguido algo apoteósico pues si no podríamos hablar de una temporada no mala, pero si por debajo de algunas de las anteriores.

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