Crítica: ‘El chico de Asakusa’

Sinopsis

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La película de Netflix ‘Asakusa Kid’, basada en las memorias de Takeshi Kitano, bebe de la auténtica y conmovedora historia del legendario artista; un relato de sueños, fracasos, amor y lealtad protagonizado por Kitano y su mentor, Senzaburo Fukami.

Crítica

‘El chico de Asakusa’ es una pequeña píldora que nos quita el mono del director japonés

Que Takeshi Kitano mezcla muy bien lo tradicionalmente japonés con lo moderno no lo duda nadie. Que su sentido del humor es muy distinto al que suelen tener en su país también ha quedado patente a lo largo de su gran carrera. Pero que sus orígenes estaban en el espectáculo de variedades o que representa un relevo generacional muy drástico es menos conocido.

Siempre tiene algo de dramático el hecho de que el aprendiz supere al maestro. Pero si a ello le sumamos el sorpasso de un formato como el televisivo que se comió en su día al teatral tenemos un drama tragicómico muy propio de la filmografía del director de ‘El verano de Kikujiro’, ‘Hana-bi’ o ‘Zatoichi’. Y para más ende la película nos habla de la transformación y decadencia de todo un barrio, el de Asakusa, que fue desde el Japón feudal todo un distrito de entretenimiento. Pero ante tanto infortunio la película aplica varias capas de respeto y candidez que suavizan la historia, convirtiéndose más en un tributo que en un biopic meticuloso.

Desde que estrenó en España ‘Outrage 3’ estamos en sequía de Takeshi, no nos llegan cosas suyas a estas costas desde 2017. ‘El chico de Asakusa’ es una pequeña píldora que nos quita el mono del director japonés. En parte porque nos arroja algunos datos sobre sus orígenes artísticos y en parte porque todo procede de sus memorias manuscritas. La película abre con un plano de Yûya Yagira muy bien maquillado, con mucho parecido a Takeshi, pero ese maquillaje solo es para recordarnos la imagen más conocida del director pues todo transcurre años atrás, empezando en el 74.

Beat Takeshi en España es más conocido por el público general por presentar ‘El castillo de Takeshi’ o como dice su nombre más popularizado, ‘Humor amarillo’. Ahí le veíamos disfrazado de señor feudal, pero los que le han visto actuar en películas o han visionado entrevistas reconocerán aquí sus gestos. Yagira imita muy bien sus tics, su boca ladeada al hablar, las nada poco habituales manos en los bolsillos, su menuda estatura… incluso aparecen algunos destellos de su mala leche. Lo que más destaca en ‘El chico de Asakusa’ es su gusto por el jazz. Y la verdad es que viendo este vídeo parece justificado tanto taconeo. Aún así ‘El chico de Asakusa’ se rellena con demasiado bailoteo y canto.

Relleno era la comedia en el establecimiento en el que él aprendía de su maestro a hacer reír. Un local donde solo había llenos cuando había estriptis. Takeshi fue un amago de ingeniero que dejó rapidísimamente sus estudios para usar su ingenio en pro de la comedia y la ficción. En este filme se rinde homenaje a quien fue su mentor. Es un renovarse o morir. Ante ese dilema vemos como Takeshi, en su constante capacidad para adaptarse al medio usó su estilo propio y se enfrentó ante el control que ejerce la televisión sobre sus artistas. Es por eso que el filme emplea humor satírico y negro, que es lo que le hizo destacar en el Japón de los 80.

‘El chico de Asakusa’ no toca sus conflictos de juventud, posible germen de sus historias de mafiosos. También pone al cineasta todo lo bien que se pone a una persona que es tildada de genio en su país. Compro esa adulación, pero me habría gustado una película más realista que preciosista. Pero como cortesía a los maestros que hemos tenido en la vida me parece muy elegante.

Ficha de la película

Estreno en España: 9 de diciembre de 2021. Título original: Asakusa Kid. Duración: 122 min. País: Japón. Dirección: Hitori Gekidan. Guion: Hitori Gekidan. Reparto principal: Mugi Kadowaki, Morio Kazama, Hiroyuke Onoue, Honami Suzuki, Nobuyuki Tsuchiya, Yûya Yagira, Yo Oizumi. Producción: Django Film, Nikkatsu. Distribución: Netflix. Género: biográfico, drama. Web oficial: ver en Netflix.

Crítica de ‘El último show’, la serie de «Marianico el Corto»

De-construcción de un personaje entrañable

Si pensamos que un comediante es en su vida normal tal y como se muestra en el escenario lo más probable es nos equivoquemos. ‘El último show’ viene para rescatar de nuestra memoria a «Marianico el Corto» o Miguel Ángel Tirado y a la vez para plantear de nuevo esa verdad. Pero más allá de mostrar cómo es un humorista tras bambalinas, pues eso ya lo han hecho series como ‘Life’s too short’ o más próximamente aquí en España ‘Paquita Salas’, se dedica a hacer un discurso sobre el cómo es la construcción de un personaje que pueda llegar a calar en la memoria de los espectadores, una audiencia que se siente más feliz cuando está embriagada de nostalgia, aunque esta esté más repetida que los episodios de ‘Los Simpsons’ en Antena 3.

Este es un drama que dentro de su amargor tiene momentos cómicos. Y es irónico porque en la ficción Miguel Ángel Tirado quiere hacer una película surrealista al estilo de las que hacía Luis Buñuel, otro aragonés, y su vida ya se pinta bastante alejada de la normalidad. No olvidemos que esta es una ficción que deconstruye un mito que está en su ocaso. Le saca del ámbar en el que está conservado, rodeado de mucha publicidad de la zaragozana cerveza Ambar por cierto. Pero quizá por no ser demasiado negra y deprimetne la serie también lleva a cabo una re-construcción, sobre todo de relaciones, como la que tiene el protagonista con su ex, el vínculo con su nieta o la aparición del padre huido.

En cierto sentido me ha recordado a ‘En las estrellas’, la película de Zoe Berriatua. Un soñador quiere hacer una obra de arte contra viento y marea, cuando otros le piden lo mismo de siempre. Y a la vez procura traspasar ese espíritu y conocimientos a una mente más tierna. De alguna manera ‘El último show’ juega con el espectador. ¿Habrá hecho alguna vez «Marianico el Corto» cortos caseros? ¿Tiene un escorpión como mascota? Y mientras esto pasa los episodios intentan dar respuesta a cómo se podría cerrar toda una carrera de éxitos en un mundo tan complejo y difícil como es el de la comedia.

El próximo 17 de abril se estrenan en HBO España los ocho episodios de ‘El último show’, la serie protagonizada por «Marianico, el corto» que un día antes emite su último episodio en Aragon TV. Una obra creada por Álex Rodrigo, un zaragozano que saca pecho en ‘El último show’ por su ciudad y por los talentos que su tierra ha dado citando nombres como Escartín, David Civera, Bunbury, Luis Larrodera e incluso Fluvi la mascota de la Expo de Zaragoza 2008. Así muchos pueden ver que el talento no solo se encuentra en núcleos como Madrid o Barcelona. De hecho el director de ‘Vis a Vis’, ‘El embarcadero’ o ‘La casa de papel’ incorpora dos actores tan buenos como  María Isabel Díaz Lago y Álvaro Morte, de Cuba y Algeciras.

A ‘El último show’ le falta algo de chispa, algo que capte más nuestra atención. Está bien el ver que un cómico como «Marianico el Corto», que ha vivido de hacer gracias a base de juegos de palabras, es capaz de hacer drama, hasta el punto de ser más propenso a darnos bajona en lugar de partirnos de risa. Pero las tramas desarrolladas con su ficticia ex (Luisa Gavasa) y su nieta (Laura Boudet) acaparan mucho tiempo y están bastante desvinculadas de lo que le pasa a Marianico. Sobre todo porque a veces parece que la serie gira solo en torno a ellas y además la trama de Boudet funciona mucho mejor cuando esta hace de nieta que cuando hace de adolescente insurrecta. Eso sí, hay que reconocer que a veces hila muy fino, como con esa confusión de Marianico con Álvaro Morte llamándole «el maestro», doble alusión, a su papel en ‘La casa de papel’ y a su pasado como maestro de primaria. También es hilarante la escena techno-etílica poniendo a Benidorm como un Magaluf para la tercera edad.

Este es el ocaso de un viejo comediante y el amanecer de un nuevo entusiasta de la comedia. Por eso se enfrenta la figura del monologuista con la del cómico tradicional. Es muy curiosa la diatriba que suelta en determinado momento el personaje de José Luis Esteban, manager de Marianico. El cómico tiene una handicap más, tiene que crear un personaje, aunque muchos monologuistas casi implementan esto a sus espectáculos. Y así volvemos a lo que comentaba al principio, delante del hombre está el personaje.

Marianico es una personalidad que iba de la mano de Barragán (por primera vez le he visto sin estar caracterizado), Pedro Reyes, Emilio Laguna, Manolo de Vega o posteriormente aquellos que cogieron el testigo como Chiquito de la calzada o Paz Padilla. Su único objetivo era soltarnos esas pequeñas cápsulas que nos hacen reír y se llaman chistes. Nos retrotrae a esos tiempos, arrinconados en pequeñas salas o locales de Karaoke. Lugares donde el recuerdo y el cameo van de la mano casi por extrema necesidad. Ahí es donde entroncamos con otra serie conocida, ‘¿Qué fue de Jorge Sanz?’. La diferencia es que Marianico huye de los conflictos y su gloria está algo más atrás. Pero igualmente todo acaba narrándose a base de mendicidad artística, cotilleos y hartazgo. A mí me ha causado penilla la serie, igual que aquel vídeo del sacerdote intentando dar misa a través de las redes sociales mientras todos se reían de él por equivocarse poniéndose ridículos filtros. Es todo un agrio absurdo.

Por último solo dos peticiones. Quiero un Playmobil de Barragán y que nos cuenten el chiste del vegetal (no sé si lo contará en el último episodio pues he podido ver siete de ocho).

La serie sobre Miguel Ángel Tirado (Marianico el Corto) estará en HBO España

Estreno de ‘El último show’ el 17 de abril

El próximo 17 de abril HBO España pondrá a disposición de sus usuarios ‘El último show’. Esta es una serie ideada por Álex Rodrigo y codirigida junto a Carlos Val. En ella tiran de drama y comedia para mostrar como Miguel Ángel Tirado intenta huir del personaje que le llevo a la fama, Marianico el Corto. La serie consta de ocho capítulos que han sido escritos por Sara Alquézar, Enrique Lojo y el propio Álex Rodrigo.

Miguel Ángel sale al escenario convertido una vez más en el personaje que le dio celebridad en toda España hace ya varias décadas. Sin embargo, su mente vuela lejos porque sus propios chistes ya no le hacen gracia. Ha tocado fondo. Testarudo, socarrón e inteligente, Miguel Ángel solo mantiene dos sueños: recuperar el amor de su exmujer, y dirigir una película surrealista como las de su admirado Luis Buñuel.

Para narrar esta historia obviamente se cuenta con el propio Miguel Ángel Tirado (Marianico el Corto) junto a Luisa Gavasa, Itziar Miranda, José Luis Esteban, Pablo Lagartos, los jóvenes Laura Boudet y Denis Cicholewski, Ken Appledorn y Laura Gómez Lacueva. Además, cuenta con la colaboración especial de Armando del Río, María Isabel Díaz, Álvaro Morte y Rubén Martínez.

Primeros invitados a la segunda Japan Weekend Madrid 2018

Cantaremos el Apple Pen, hip hop japonés y tendremos cosplay desde México.

El comediante Pikotaro hizo algo similar a lo de nuestro Chikilicuatre (David Fernández) llegando a todo el mundo, haciéndose viral con una canción pegadiza y bastante más corta que el Chiki-chiki. Durante el próximo Japan Weekend Madrid que tendrá lugar del 29 al 30 de septiembre estará presente este fenómeno virtual cuya canción, el PPAP (Pen Pineapple Apple Pen), hemos de reconocer que todos llevamos incrustada en nuestro cerebro.

Itsuka es una destacada cantante de hip hop japonesa. Perteneciente a una corriente electrorap con letras muy críticas sobre la cultura de su país. Si estáis al día con la música nipona reconoceréis sus colaboraciones con grupos como Tempura Kidz, Nona Reeves, Akkogorilla o Kirinji. Anteriormente era miembro de Charisma.com donde formaba duo con Gonchi.

El cosplay estará representado desde el otro lado del charco por Joo Skellington (Jose Dávalos). El artista de Guadalajara (México) se ha especializado en los villanos de Walt Disney Pictures hasta llegar a caracterizarlos al más mínimo detalle. Ha trabajado en películas independientes y la calidad de sus trajes no es moco de pavo lo cual salta a la vista y no es de extrañar pues se formó en estudios de efectos especiales y caracterización teatral en la Cinema Makeup School de Hollywood.

 

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