Crítica: ‘Un soroll Llunyà’ (‘Un ruido lejano’)

Sinopsis

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Es la primera vez que Jun trabaja como temporero en la campaña de siembra del arroz. A pesar de ser un joven chino de segunda generación, Jun nunca ha tenido un interés real en la cultura del arroz, ya que siempre ha estado alejado de sus orígenes asiáticos, a pesar de que su propia abuela, que vive en China, ha sido arrocera toda su vida.

Sin embargo, compartir los días con una familia de agricultores que también cultivan el arroz desde hace generaciones hará que poco a poco empiece a cuestionarse cuáles son sus verdaderas raíces. Pero no lo hará solo. Le acompañarán el perenne zumbido de esos mosquitos, el fragor de los tractores y sí, también las continuas llamadas de su madre.

Crítica

 Belleza y añoranza es lo que nos regala Adrià Guxens

Hemos tenido la oportunidad de ver el corto de Adrià Guxens, ‘Un soroll Llunyà’ (‘Un ruido lejano’), que tendrá su estreno en la Sección Oficial del Festival D’A de Barcelona.

En el corto conocemos a Jun, un joven catalán de origen chino que empieza a trabajar como temporero para una familia de agricultores durante la campaña de siembra de arroz.

El cortometraje de 24 minutos de duración es muy bonito visualmente. Da una paz increíble. Nos adentramos en el duro trabajo de los agricultores, donde se tienen que levantar temprano, adentrarse en los ríos para cultivar el arroz o incluso salir de noche para ahuyentar pájaros para que no les estropeen la cosecha. Pero también descubrimos junto a Jun el lado bueno de este trabajo y es el trabajar en familia, el hacer piña y poder colaborar entre unos y otros y sentirse arropados.

Pero para Jun todo está siendo complicado. Su madre que vive en China no hace más que intentar captar su atención, contándole como les va la vida, como está su abuela y lo mucho que le añoran. Él, en el fondo sabe que la vida que tiene es la que quiere, pero estas llamadas, el estar trabajando en un lugar que le recuerda a sus orígenes, hace que poco a poco extrañe todo lo que está lejos.

Mientras que Jun está junto a una familia en el fondo extraña a la suya. Su madre está presente durante toda la historia. A través de audios y llamadas en las que le van contando como está su abuela y lo mucho que le añoran. Él, aunque en el fondo está bien, también añora a su familia y al final, el estar trabajando con la siembra del arroz, le lleva un poquito hacia sus orígenes. Una historia pequeñita, muy cercana y que sin duda hará que mucha gente se sienta identificada al verse reflejado en Jun. Un joven distanciado en kilómetros de su familia y que muchas de las situaciones que vive en su vida le recuerdan a ésta.

Pero también nos habla del tema de lo complicado que es estar en paz con nuestros mayores, hacerles felices con lo que haces y no decepcionarles. Es complicado y sí que nos muestra mucho esa sensación que hemos y tenemos muchos en este sentido. Y cuando habla con su compañero de trabajo que más o menos tienen su misma edad comprende que no solo es su cultura, sino que ese sentimiento al final es el de una generación.

Como digo, el corto me ha parecido muy estimulante. Tiene una fotografía muy cuidada, sin retoques. Amaneceres, atardeceres y el río que nos muestra la belleza de la naturaleza. Pero no solo eso, a la vez, el retrato que hace de los personajes. Algunas veces con planos cortos para mostrarnos el trabajo de los arroceros, las máquinas y también para marcarnos más los sentimientos de nuestro protagonista.

Un cortometraje que nos cuenta mucho en 24 minutos, sin duda Adrià Guxens tiene un gran futuro en el arte de contar historias y mostrarlas de manera simple, sin que necesite grandes diálogos. A partir de unos planos preciosistas y un buen guión.

‘Un soroll llunyà’ sigue la estela de ‘I don’t think it is going to Rain’, cortometraje que podéis encontrar en Filmin y que fue premiado en el Festival de Málaga.

 Ficha de la película

Estreno en España: Próximamente. Título original: Un soroll Llunyà. Duración: 24 min. País: España y China. Dirección: Adrià Guxens. Guion: Adrià Guxens. Música: Wai-Yi Wong. Fotografía: Martín Urrea. Reparto principal: Junyi Sun, David Cherta, Alfonso Cherta y Mei Wang Shang. Producción: Limmat Films. Distribución: Marvin & Wayne. Género: Documental híbrido. Web oficial: https://marvinwayne.com/es/un-soroll-llunya

‘No creo que vaya a llover’ se presenta en el Festival de Málaga

Un corto documental de Adrià Guxens

¿Alguna vez habéis pensado que los de vuestra generación sois más altos que los de diez años atrás? ¿Y los de la próxima cuántas cabezas nos van a sacar a nosotros? Eso hace el documental ‘No creo que vaya a llover (Jin Tian Bu Hui Xia Yu)’. Mira hacia arriba, sopesa esas diferencias entre diferentes edades y las pone sobre la mesa.

Con la comida de China muy presente este escueto documental de 11 minutos rodado por Adrià Guxens en Shanghai plasma cómo era el país antes de toda esta debacle del COVID-19. Sobre todo en su mesa y restaurantes, donde ya vemos que la cultura que inculca una mascarilla en ciertos lugares ya existía. Ya sea por higiene o por calidad del aire este documento deja involuntariamente constancia de cómo ese tipo de equipo de protección personal estaba presente.

Hemos pasado del ganchillo al tecleo sin darnos cuenta en unas pocas décadas. Deambular por abarrotados mercados y callejuelas de manera distendida ya no es posible, hay que guardar distancia. En el caso de Ling Xiuzhen y su nieto, que le saca un par de cuerpos, contemplamos un día de relax y calma, dedicado al ocio y al placer de comer. Una vuelta a la villa de los orígenes familiares en la que se acentúan las diferencias generacionales.

Entre ese recreo Ling comenta a su nieto treintañero las diferencias que observa ante ella. Habla de la gentrificación o los cambios en la naturaleza perjudicada por el hombre, pero también nos lo muestra usando palillos metálicos en vez de unos de madera que van directos a la basura. Las tradiciones populares no son tan consideradas y los valores son otros.

Es normal que se proyecte ‘No creo que vaya a llover’ en el Cinema Cocina del Festival de Málaga, ahora ya funcionando como Sección Oficial, pues ver con qué gusto comen sus dos protagonistas y la pinta de los platos es todo un castigo, a buenas, para el espectador. Desde que luego hoy, pido chino.

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