Crítica: ‘Bailando la vida’

Sinopsis

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Cuando ‘Lady’ Sandra Abbott (Imelda Staunton) descubre que su marido, con el que está casada hace 40 años, tiene una aventura con su mejor amiga, busca refugio en Bif (Celia Imrie), su hermana mayor. Las dos son diametralmente diferentes. Sandra es un pez fuera del agua en comparación con su descarada hermana que encadena citas sin el más mínimo complejo.

Sandra necesita probar algo nuevo y, de mala gana, deja que Bif la arrastre a su clase de baile donde poco a poco empieza a encontrar el ritmo… y el amor.

Crítica

Comedia ligera balanceada con drama y baile.

Imelda Staunton protagoniza una nueva película acercándose de este modo a los cien títulos en su carrera. ‘Mucho ruido y pocas nueces’, ‘Little Britain’, ‘Pride’… No cabe duda de que la comedia es su punto más fuerte y si de algún modo puede acaparar papeles principales es en ese género. Aunque también la hemos disfrutado en  ‘Vera Drake’ o en ‘Shakespeare in love’ títulos con más tintes dramáticos. En ‘Bailando la vida’ nos da una de cal y otra de arena, combina tanto humor como desventura, aunque parece que lo que más se impone en esta ocasión es el drama y esto lo podemos extrapolar al resto de la película.

Al igual que en el reciente estreno español de ‘La tribu’ nuestra protagonista sufre un revés en su perfecta vida y descubre que bailar es un medio ideal para ausentarse de su pasada realidad y ponerse en una posición que la hace más feliz de lo que era antes. Todo esto viene aderezado con un tipo de humor que se podría decir es diametralmente opuesto al de la película de Fernando Colomo, por supuesto. El humor inglés obviamente está presente, no tiene ni una frase ni una escena que se pase de la raya. ‘Bailando la vida’ es una comedia bastante cordial y sencilla con un guion bien estructurado en cuanto a ritmo pero quizá excesivamente cargado de tragedias. No hacía falta tanto contraste trágico para una comedia que tampoco es hilarante.

Pero la música y el baile no son los únicos revulsivos que encuentra la aristócrata que interpreta Imelda Staunton. Celia Imrie hace las veces de su reencontrada hermana en la ficción y como su personaje es radicalmente diferente tienen choques en ocasiones divertidos. Tanto ella como la pandilla variopinta de amigos londinenses en la que le sumerge le descubren el amor y la vida procaz que llevan, como si fuesen unos púber encerrados en los cuerpos de un sexagenario. Como he dicho antes esto nos lleva a situaciones cómicas bastante contenidas, pero también a muchos puntos la mar de tristes.

Esto nos acerca a algo curioso del filme. Porque con una de las personas con las que más escenas comparte Imelda Staunton en esta película es con Timothy Spall. Un actor con quien tiene en común dos grandes títulos como ‘Harry Potter y la Orden del Fénix’ y ‘Harry Potter y las Reliquias de la Muerte – Parte 1’ pero con quien jamás había compartido un set de rodaje, con quien nunca había rodado una escena. Esto no ha sido impedimento para que ambos funcionen bien en pantalla, para que haya química, no solo entre ellos, sino también con Celia Imrie con quien si había trabajado Staunton en ‘La niñera mágica’ o con quien Spall si que había coincidido en películas como ‘Un golpe brillante’.

Lo que nos transmite ‘Bailando la vida’, más que siempre estás a tiempo para encontrar el amor, es que siempre puedes darte cuenta de cuáles son tus prioridades y el estilo de vida que has querido llevar. No me ha parecido una película romanticona como sugiere su tagline «nunca es tarde para el amor», es más acertado (aunque comprendo el cambio por la dificultad de la traducción) el empleado en su versión original «everyone deserves a second dance» (todo el mundo merece un segundo baile). Hace un juego de palabras con la expresión chance (oportunidad) y dance (baile) en el sentido de que ni es tarde para disfrutar del amor, ni para descubrir nuevas vivencias.

Otro hecho curioso es que dos de los amigos de las protagonistas residan en dos barcos llamados Mayflower y Philona. Esto tiene su sentido, no solo son dos barcos emblemáticos que realmente se puedan encontrar por los canales de la City. El primero tiene el nombre de la que fue la embarcación que transportó por primera vez ingleses a tierras norteamericanas. ¿Significado de esto? Quizá su presencia se deba al hecho de que la protagonista se embarque en una nueva aventura en tierras hasta entonces inexploradas para ella. Y Philona es un barco de la Pequeña Venecia que al igual que esta película hace mucha referencia al baile dado que está decorado con músicos y bailarines. Puede que sea darle mucha vuelta de tuerca a algo anecdótico o puede que el director Richard Loncraine no haya querido dejar nada al azar en su película.

Hacer examen de conciencia, poner los pies en la tierra, tomarse el día a día o el amor de otra manera, mirar los reveses de la vida y esperar a la muerte con sentido del humor… son temas que se han manejado muchas veces en el cine. ‘Bailando la vida’ no viene para deslumbrarnos con nada transgresor. Es una comedia ligera que nos entretiene y puede que según en qué momento de tu vida te coja te toque la fibra sensible.

Ficha de la película

Estreno en España: 20 de abril de 2018. Título original: Finding your feet. Duración: 111 min. País: Reino Unido. Dirección: Richard Loncraine. Guion: Meg Leonard, Nick Moorcroft. Música: Michael J. Mcevoy. Fotografía: John Pardue BSC. Reparto principal: Imelda Stauton, Timothy Spall, Celia Imrie, David Hayman, John Sessions, Joanna Lumley. Producción: Eclipse Films, Catalyst Global Media, Powder Keg Pictures. Distribución: Wanda Visión. Género: comedia, romance. Web oficial: https://www.findingyourfeetfilm.com/

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