Una de las actuaciones más intensas de Martin Freeman en los últimos años
Con ‘The responder’ Movistar Plus+ nos trae de vuelta a partir del 31 de enero al Martin Freeman de los dramas, alejado de las aventuras como ‘El Hobbit’ o comedias como ‘The office’. Se mete en la piel de un policía, un agente de la justicia también distinto al Watson que nos mostró también en la televisión. De hecho es un policía al borde de un ataque violento que le puede hacer pasarse al otro lado. Este es un intenso drama callejero, que puede hacer algo de gracia por lo extrovertido de sus personajes y la relación del protagonista con ellos, pero tiene mucho de trágico.
La serie consta de cinco episodios y muchos la llamaran algo así como un “Training day británico”. Ha sido creada y dirigida por Tony Shumacher pero el castigo y estrés que sufre el personaje recuerda a la reciente y excelente ‘Hierve’ (crítica aquí), con la que comparte guionista, Philip Barantini. Ambas historias son ejemplos de presión y desquicie. En resumen ‘The responder’ nos habla de compromiso ya que los efectos del día a día se acentúan o impactan más sentimentalmente cuando alguien se involucra intensa y emocionalmente. Cuando el trabajo se torna casi una cruzada la vida personal se resiente inevitablemente.
Quizá es porque es el tema de moda o tal vez porque es algo que básicamente nos afecta a todos, pero el cuidado de la salud mental un aspecto que toca mucho esta serie. Mientras Chris (Martin Freeman) está intentando mantenerse a flote aferrado a un madero astillado en medio de un mar tempestuoso se cruzan en su vida dos mujeres (una yonkie y una novata) que tensan aún más la situación. ‘The responder’ tiene un sabor agridulce que se mantiene muy bien durante toda la trama. La patrulla de Chris podría estar trazada por el Londres de Guy Ritchie o alternar por los pubs de Edgar Wright pero nos muestra la noche más criminal y más desquiciante de la ciudad de The Beatles.
‘The responder’ es una de esas series donde los personajes se mueven por impulsos generados por sentimientos como la rabia, la bondad, el deseo o la desesperación. Es el retrato de alguien muy real que puede asistir impasible a auténticos dramas de la vida o desmoronarse con el más nimio de los detalles. Además la moral de este personaje es un tema que daría para mucho debate. ¿Se relaciona con la peor calaña para ayudarles realmente o está inmerso en una espiral autodestructiva? En determinado momento Freeman dice “la vida es una mierda, a si es que no pasa nada por llorar alguna vez” y creo que así define lo resignado y dañado que está. Esta miniserie nos viene a decir que no existe eso que llamamos karma y que la vida es como tu te la quieras tomar o como la quieras conducir.