Programa especial en directo por la CutreCon XI

Repasamos todo el festival de cine cutre con Holocausto Zinéfago

El pasado mes de febrero lo clausuramos entre risas y horas de sueño pues nos pasamos casi toda la semana metidos en los cuatro cines que dieron cobijo a la CutreCon XI. Siempre gozamos (y patrocinamos) este evento pues nos parece una de las mejores experiencias cinematográficas que se encuentran actualmente en activo.

En el programa os comentamos todas las películas que vimos (casi todas) y nuestras sensaciones, además de cómo fueron nuestros encuentros con los invitados. Podéis verlo al completo aquí.

CutreCon XI, día 23 de febrero

Empezando al grito de Wakaliwood forever

CutreCon XI ha dado el pistoletazo de salida. Y lo ha hecho estrenando sede, una de las cuatro que tiene este año. La Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid ha cogido la sesión gratuita y mañanera en la que hemos visto películas hechas con toda la ilusión del mundo pero que tienen una factura de ínfima calidad.

La rueda de prensa de apertura de CutreCon XI ha contado con uno de los invitados de este año, Alan Hofmanis, el representante internacional de Wakaliwood. Aunque realmente deberíamos nombrarle por su nombre ugandés, pero se nos hace del todo imposible de recordar e incluso de pronunciar. En Uganda es conocido por el nombre que le puso su madre pero también tiene segundos nombres como waka (casa de las cabras, de ahí WAKAliwood) o labtop por ser el único con portátil en todo el suburbio. Él nos contó que lleva “11 años trabajando con Isaac Nabwana en Uganda, les represento por el mundo y ahora con el COVID no es fácil”. Sobre su fenómeno viral nos dijo que “Ni siquiera querían hacer cine para exportar, incluso ni por el país porque tienen distintas lenguas, era para divertirse. Hasta que se filtraron 90 segundos de ‘Quién mató al capitán Alex’ y se hizo viral. Yo lo vi, acabé vendiendo todo y me fui allá”. “Es un cine que me hace sentir como un niño de nuevo” ha declarado Hofmanis.

Si habéis ido a CutreCon algún año quizás sabéis en qué consiste Wakaliwood pero en CutreCon XI hemos descubierto qué supone España para los humildes ciudadanos que hacen cine desde África. “España es muy importante porque fue el primer sitio donde se tradujo y se proyectó, a partir de ahí el resto de países, los últimos, los americanos”. “Fui director de un festival en el que Del Toro o Scorsese fueron invitados. Para mi Isaac está a ese nivel. Él no mira tutoriales, aprende sobre la marcha y crea herramientas recicladas para sus rodajes. Como decía una frase de Eminem no hay que mirar alto, hay que mirar abajo y ver lo que tienes a mano”.

Aunque pudimos ver un divertido vídeo de Nabwana cogiendo el premio Jess Franco en Uganada, Alan Hofmanis recogió el premio que el festival le ha otorgado de las manos de Enrique L. Lavigne. “No sabemos nada, estos países van a comer vivos y me alegro de ello” dijo el productor. Y tras ello hemos podido tener una conexión en directo con el director. En los siguientes vídeos podéis ver esa conexión y el Q&A con Hofmanis tras las proyecciones.

Entre evento o proyección CutreCon XI ha presentado el libro editado por Applehead Team. Un libro que recoge carteles y momentos de las diez ediciones pasadas. Un recopilatorio que sirve como guía de cine chusco, una colección ideal para sacar sugerencias de visionados con los amigos. Además cuenta con fotografías publicadas por Moviementarios en los artículos que hemos ido publicando a modo de diario año tras año.

Además, para terminar la primera jornada de Cutrecon XI, hemos podido acudir a la Cineteca del Matadero de Madrid para la ver la que ha sido la sesión inaugural con ‘New York Ninja’. Un pase que estuvo a con el cartel de “no hay entradas”, como es costumbre en este evento al cual acudieron nuevos y sorprendidos espectadores además del grupo de parroquianos habituales que con los gags y chistes recurrentes de siempre ha amenizado tan desastrosa película.

Comentarios de todo lo visto a continuación y fotos del día al final del artículo.

 ‘Bad Black’

Wakaliwood es una constante y un éxito asegurado en la CutreCon. ‘Bad Black’ ya estuvo en el festival, de varias maneras porque tiene una escena post créditos y gags que aluden al propio festival. Es una película con el sello diferenciador de Wakaliwood, con todo lo que eso supone, pero con un guión y una trama que están la mar de trabajados.

El humor, la acción y el ritmo loco de las películas de Nabwana I.G.G han vuelto para sorprender a los alumnos de la Universidad Complutense que seguro que han tomado nota de lo que hay que hacer para echarle ganas a esta profesión y de lo que no hay que hacer para conseguir la calidad deseada.

Como aliciente para los fans de Wakaliwood, a parte de las carcajadas habituales… en este filme se desvela quién mató a Capitán Alex.

Comentado por Furanu.

‘Once upon a time in Uganda’

Si el nombre de Wakaliwood os suena raro por la película que hemos comentado antes podéis ver este documental o leer este artículo que escribimos explicando en qué consiste este fenómeno africano. Esta película de Cathryne Czubek y Hugo Perez se mete de lleno en el set de rodaje del cineasta Nabwana I.G.G. para contarnos cómo desde un pequeño barrio Uganda ha llegado a todo el mundo. Desde un lugar que tiene luz eléctrica días si y días no estos ciudadanos han conseguido mostrarnos que con poco se puede hacer cine, de la calidad que sea, pero siempre con muchísima ilusión.

Comentado por Furanu.

‘Mi adorado monster’

La película de Víctor Matellano también es una dicotomía como las comentadas anteriormente. Mientras que Matellano ha hecho un estupendo documental, con ritmo, humor, información y buen guión, la película o fenómeno del que nos habla supone todo un desastre cinematográfico, en lo que se refiere a comercialmente hablando. Este documental, repleto de referencias al spanish horror (o fantaterror) nos cuenta como el filme ‘Los resucitados’ ha tardado más de 20 años en ver la luz. Y no es de extrañar cuando escuchamos los testimonios de tan caótico rodaje.

Pero aunque la película saliese mal parada ‘Mi adorado monster’ pone en relevancia que tras un fracaso hay ilusión y lo que para nosotros puede ser un fiasco para su autor puede haber sido un éxito. Que levante la mano el que haya conseguido reunir a muchos actores (ahora de renombre) y rodar la película que tiene en mente… pues eso. Si queréis un texto más completo tenéis nuestra crítica extendida aquí.

Comentado por Furanu.

‘New York Ninja’

Para terminar la jornada nos fuimos a Cineteca de Madrid en Matadero con ‘New York ninja’.  Dirigida, escrita y protagonizada por John Liu. Irónico es que el director fue acusado de trata de blancas y en ‘New York ninja’ es justo lo que denuncia.

Nos vamos a Nueva York, en donde una joven pareja se acaba de enterar de que van a ser padres. La mujer ve algo que no tiene que ver y termina siendo asesinada. Su enamorado, decide plantarse en las calles de la ciudad vestido de Ninja con patines y acabar con la delincuencia y evitar la trata de blancas.

Nos ha dado mucho juego en la sala, gracias a la actuación exagerada de John Liu que bien podría ser maestro de Tommy Wiseau. Con una sala completamente llena, las risas y los gritos han sido los grandes protagonistas de la hora y media de película.

Como curiosidad, por falta de dinero esta cinta dirigida en 1984 no se llegó a montar, pero gracias al distribuidor Vinegar Syndrome en 2021 se estrenó, cuando el metraje fue descubierto y restaurado por ellos.

Comentado por Vicky Carras.

Crítica de ‘Castlevania’ T4, el cierre de la saga

Merece la pena terminar este camino de magia y horrores

Continúa en Netflix desde el 13 de mayo la sangrienta aventura de ‘Castlevania’. Continúa y termina ya que esta cuarta temporada finaliza la serie. Cuatro, ocho y diez episodios han tenido las anteriores temporadas y en esta ocasión se mantienen los diez episodios, parece que Powerhouse animation no ha acusado la etapa en confinamiento y le han dado las manos para cerrar de manera extensa esta serie a la vez que se encarga de la nueva serie de ‘Masters del Universo’ que se llamará ‘Revelation’.

La serie creada por Warren Ellis (‘Iron Man’, ‘Wolverine’) tenía bastante de intrigas palaciegas durante sus primeras temporadas y ahora más que nunca parece una especie de ‘Juego de Tronos’ vampírico. Por lo menos ha sabido concluir a tiempo y de mejor manera. Si toda esta historia ha salido de un juego de acción que durante mucho tiempo fue de plataformas ha llegado el punto en el que se ha incorporado el componente estratégico y se suceden las sorpresas además de las batallas.

¿Dejamos atrás la alucinógena trama de la temporada tres y recuperamos la figura de Drácula? Pues casi casi. ‘Castlevania’ T4 arranca con muchos personajes tras las pistas de los resquicios o la vuelta de Drácula. Otros sin embargo van tras aquellos que pretenden resucitarle. Una dura tarea que devuelve a Sypha y a Trevor a Targoviste, donde empezó todo y donde no saben qué buscar o cuál es su papel. La relación de ellos se da por desarrollada y prácticamente matan el tiempo exterminando criaturas hasta el tramo final de la temporada, donde recuperan el protagonismo.

Mientras Alucard ha de salir de su castillo tras la decepción y traición de la anterior temporada y lo hace para atender a una llamada de socorro. El personaje es en mi opinión el que más se ha desfigurado al suavizarse. Su final no me ha convencido en demasía, su acción va correlativa a sus habilidades pero su destino bien podría haber sido otro.

El Conde de Saint Germain (que es el único personaje basado en una persona real) vuelve a hacer acto de presencia y nos lleva irónicamente a la parte más fantasiosa de la serie, la más conspiranoica también como corresponde al mito real. Una especie de trama nolaniana con viajes temporales y mundos del revés. Suya es la parte más romántica de este ‘Castlevania’ T4.

Por supuesto no nos olvidamos de los humanos (Héctor e Isaac), los dos protagonistas cuya vida está a merced de los designios de sus amos vampíricos que guerrean para ampliar sus dominios tras la desaparición de Drácula. En esta ocasión van más por libre urdiendo sus propios planes, aunque a la sombra de los chupasangres. Junto al maestro forjador Isaac hay un personaje que parece la mosca de Cronenberg ejerciendo de lacayo y confidente para mostrarnos que ahora más que nunca estos personajes piensan en su futuro.

La serie sigue gozando de una excelente calidad visual y de una cantidad de acción apabullante. Literalmente la lucha tiene lugar sobre litros de sangre. Eso nos lleva a los seres a los que deben enfrentarse los protagonistas. ‘Castlevania’ T4 no tiene solo una gran riqueza de localizaciones, también una variada e imaginativa cantidad de seres de la noche. Quizá no son exactamente las criaturas que encontramos en los videojuegos pero son aberraciones del mismo tipo.

La profundidad de la historia continúa manteniendo esa mezcla de romanticismo y modernidad que desde luego es interesante a la par que ofrece un entretenimiento sangriento que sin todo este trasfondo parecería mera casquería. No nos pasa como con otras series que pisan el acelerador para provocar su desenlace y todo sucede de manera meditada y bien contemporizada.

Ha sido una saga la mar de divertida y la mar de satisfactoria, de las que más adelante volveré a ver. Muchos jugadores dirán que no es exacta o parecida a la de los juegos pero la saga de Castlevania es tan extensa que como para elegir, lo veo justificado. En líneas generales puede que haya sido similar el ‘Requiem: rondo of blood’, ‘Curse of darkness’ o al ‘Castlevania III: Dracula’s Curse’, sobre todo en su tramo final donde hay una lucha a tres bandas en las que se intercalan los personajes. Creo que se ha escogido un final bastante convencional para lo rompedora que ha sido la serie, pero por lo menos el viaje bien ha merecido una transfusión de sangre.

Crítica de la tercera temporada de ‘Castlevania’

Si gozamos de Drácula, por qué no de otros horrores mágicos de ‘Castlevania’

Desde el pasado jueves 5 de marzo podemos gozar en Netflix de la tercera temporada de ‘Castlevania’ la serie creada por el también guionista de cómics Warren Ellis (‘Iron Man’, ‘Wolverine’) que adapta el videojuego de 1997.

Tras dos temporadas muy exitosas y alguna de ellas excesivamente cortas (la primera tuvo 4 episodios y la segunda 8) ahora tenemos 10 nuevas entregas. ‘Castlevania’ continua con la trama incorporando nuevos personajes. Algunos de ellos muy bien doblados en su versión original, como Saint Germain ejecutado por el elegante Bill Nighy, El Juez con la voz del experimentado Jason Isaacs, Miranda con el sonido de las cueras vocales de la mítica Barbara Steele o El Capitán con la inconfundible voz de Lance Reddick. Componentes que se unen para a las diferentes intrigas en las que se ha dividido la historia. Pero sigue haciendo falta haber visto las temporadas anteriores por los detalles que se dan de los protagonistas, sobre todo hay que estar al día con lo que ha pasado en la guerra con los vampiros, con Drácula, su esposa y con los Belmont.

Aunque no esté Drácula ‘Castlevania’ tiene una trama con tintes terror bastante interesante, que a mi personalmente me han hecho seguir disfrutando. Se podría decir que en su mayoría la temporada está dividida en cuatro partes. Una de ellas es un toma y daca entre un humano y sus captores vampiros (un duelo intelectual), otra tiene matices lovecraftianos al estilo de la película ‘El vacío’, una tercera nos hace viajar con más sentido del thriller o la acción y hay una cuarta más sosegada que a priori es más feliz (sospechosamente demasiado) pero esconde el lado erudito de estos episodios. Con todas estas facetas vemos una serie que se antoja muy completa.

La narrativa continúa porque otros quieren continuar el legado de Drácula y otros quieren seguir venerándole o vengarle. Porque ‘Castlevania’ tiene ese curioso trasfondo místico que le da una visión diferente a la historia del empalador, de un modo atractivo y variado, sin ser estrafalario como el reciente estreno de Netflix protagonizado por Claes Bang. El universo Vampírico de ‘Castlevania’ se expande más allá de lo que rodea a Vlad Tepes y sus lindes. No se si será así en los videojuegos ya que no los he jugado en demasía pero lo que vais a ver en la tercera temporada lleva a unos límites que a veces solo puede calificarse de literalmente como alucinógeno.

‘Castelvania’ tiene un guión muy interesante, con una palabrería muy elaborada. Pero también hay que apreciar que continúa con sus brotes de violencia y sangre. Aunque sea de factura norteamericana puede decirse que es una serie tipo anime seinen (adulto, político. violento, extremo) en el que no solo la mente de los personajes va al límite, también sus cuerpos, bueno, los de las víctimas. Se revientan cabezas, arden cuerpos, cortan yugulares… Y surge todo tipo de demonios, más allá de los que vimos en las temporadas uno y dos aparecen otros del tipo oscuro y fluorescente que van de la mano de alguna de las alucinaciones que vais a ver.

Un atractivo, eso nos pasó desde el principio, es el estilo de dibujo anime clásico que ha empleado Powerhouse Animation para Frederator Studios Inc. Su potencial se explota sobre todo en los compases finales de esta temporada, que son tremendos. Esto ha convertido a ‘Castlevania’ en una serie fija que no puede faltar en el catálogo de Netflix y que ha sido punto de partida para otras muchas series, sobre todo inspiradas en videojuegos.

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