¿Es posible un mundo en blanco y negro como el de Dune: parte 2?

¿Podría la escena en escala de grises responder a una explicación física?

La segunda parte del Dune de Denis Villeneuve está dejando a todos atónitos (crítica aquí). Una de las virtudes de esta película es su capacidad para desarrollar un mundo en el que los mayores extremos de la religión y la tecnología conviven en el mismo ambiente. Por supuesto también está ganándose a los adeptos a las novelas de Frank Herbert por su fidelidad para con el espíritu de la historia. Pero sin duda otra razón por la que nos ha cautivado a los que ya la hemos visto es su poder visual.

Entre desérticas escenas y futuristas escenarios Villeneuve nos ha colado una escena en blanco y negro. Muchos le atribuyen un sentido artístico o poético al más puro estilo Zack Snyder, que es algo que nadie puede negar. Pero otros le encuentran un sentido dentro de la “física de la ciencia ficción”. Y es que en dicha escena que transcurre en el planeta Giedi Prime, propiedad de los Harkonnen y donde el sol es negro, se ve todo en escala de grises. Ahí presenciamos una vibrante escena protagonizada por Austin Butler y Stellan Skarsgård al más puro estilo cine clásico de gladiadores, tan clásico que está en blanco y negro. Pero esto solo sucede cuando los personajes están al aire libre. Por el contrario, cuando en ese planeta se hayan en un interior, bajo la influencia de luz artificial, todo se ve en color. Por lo tanto hay algo en la luz solar, los materiales o la atmósfera que produce este efecto.

Partamos de lo básico. En la Tierra vemos el mundo a todo color gracias a la luz solar. El color real de nuestro astro rey es el blanco. Esa La luz blanca que emite es el resultado de la combinación o superposición de todos los colores, lo que llamamos el espectro visible. Cada color posee un rango de radiación magnética emitida con su característica longitud de onda. Sucede que podemos distinguir colores en los objetos debido a las longitudes de onda que rebotan en ese objeto. En otras palabras, los objetos absorben todas las longitudes (o colores) menos una. Ese color que no atrapan y que rebotan es el color que nuestro ojo capta. Si queréis saber más os lo explica en profundidad CuriosaMente.

Si aceptamos esto como una regla física presente en la saga Dune solo podría existir un mundo en escala de grises si considerásemos algunas remotas posibilidades. Una de ellas es que ese mundo estuviese hecho de materiales que absorban todas las longitudes de onda o ninguna. Habría que asumir que el material biológico, los minerales o los metales de ese planeta están compuestos de sustancias que rebotan toda la luz o que la absorben por completo. Por lo tanto sería un mundo en blanco y negro, no en escala de grises. La segunda hipótesis supondría que los rayos que emite el venerado sol negro de Giedi Prime no portasen el espectro de color dentro de ellos. Por lo tanto los objetos pueden tener propiedades que en otros ambientes emiten color, pero bajo la influencia de esos rayos solo pueden transmitir tonalidades blancas, negras o grisáceas. Podríamos atribuir este triste ambiente a algo más biológico y comprobable. Los encargados de recibir la luz en nuestro ojo son los fotorreceptores, que se dividen entre conos y bastones. Los conos se ocupan de transmitir la información del color, mientras que los bastones registran la intensidad. Si la luz del sol negro fuese capaz de anular nuestros conos solo podríamos distinguir la intensidad de los colores, pero no su tonalidad, veríamos en blanco y negro. Por último, está la opción de la atmósfera. Podría ser que los gases que componen la atmósfera de ese planeta repeliesen todo el espectro de color de nuevo al espacio dejando pasar hasta la superficie solo los tonos más oscuros y claros, hasta tal punto que todo se ve en tonalidades grisáceas. Teniendo en cuenta que en las novelas nos explican que ese planeta es industrial hasta el punto de haber acabado con casi toda la flora y fauna, se antoja como la opción más cercana a los libros. Quizá lo que hemos encontrado oculto en esta escena es un alegato ecologista.

Todo esto es evidentemente es una serie de postulaciones que solo cabe concebir dentro de un mundo de ciencia ficción. A día de hoy no se ha encontrado un mundo, una atmósfera o una luz con similares propiedades, pero no sería la primera vez que una película adelanta un descubrimiento científico ¿verdad?

Crítica: ‘Dune: Parte 2’

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Se adentrará en el viaje mítico de Paul Atreides cuando se une a Chani y a los Fremen en una guerra de venganza contra los conspiradores que destruyeron a su familia. Tendrá que elegir entre el amor de su vida y el destino del universo conocido mientras lucha por evitar un horrible futuro que solo él puede prever.

Crítica

Más completa y espectacular que la primera y pidiendo tercera

Tenemos a un príncipe caído en desgracia al que se le abre un mundo que hasta entonces le era desconocido, la profecía de un elegido y una historia de amor más que pronosticable. Los pasos que sigue ‘Dune’ no dejan de ser arquetípicos y el libro, a mi gusto es más que mejorable. Estamos ante uno de esos casos en los que la película mejora el material original siendo mucho más dinámica, menos espesa y por otro lado mucho más espectacular de lo que podríamos ser capaces de imaginar a través de las líneas de la novela. No estamos hablando de que se amolde más a los gustos actuales, es que es una opinión más que extendida que la primera parte de ‘Dune’ (novela) se hace bola por lo poco que progresa y la narrativa que tiene. Otra razón por lo que esta película se antoja como uno de los mayores logros de Denis Villeneuve es lo beneficiada que sale con las comparativas con la película de David Lynch o la que iba a hacer Jodorowsky. Pero no olvidemos que estas películas no habrían sido lo mismo ni de lejos si no fuese por la música (o sonidos) de Hans Zimmer y la fotografía de Greig Fraser.

La aportación de Zimmer pesa más en la primera parte. En esta continuación el trabajo del compositor se hace notar pero no juguetea tanto con el sonido. Su banda sonora es reconocible completamente pues introduce sus famosos tic tacs y sus efectos sonoros pero la fotografía gana de calle en esta segunda parte. Y es que ‘Dune: parte 2’ tiene fotogramas que son un sueño húmedo para los fans de la ciencia ficción. Sobre todo al mostrar determinados escenarios y principalmente cuando los vehículos Harkonnen llenan la pantalla con formas que recuerdan a las de Giger. El diseño de armamento, atrezo, escenografía y vestuario son impresionantes. Por otro lado está la licencia artística que nos trae una secuencia en escala de grises que además de ser un gustazo estético responde a la hipotética existencia de un sol negro capaz de arrojar luz sin el colorido especto que conocemos, solo con las longitudes de onda blancas y negras. Hablando de estética, los tocados que luce Florence Pugh en el papel de la hija del Emperador recuerdan mucho al que lucía la Emperatriz infantil de ‘La Historia Interminable’, preciosos ambos.

Antes comentaba que esta película es más dinámica que la novela pero con todo y con eso tiene momentos en los que la trama se adormece o redunda en exceso sobre los mismos puntos. Villeneuve ha querido cimentar bien la guerra de guerrillas y toda la parte religiosa de la obra. Probablemente eso le traiga algunos de los pocos malos comentarios que va a tener este filme. En parte por lo que decía, el ritmo se ve perjudicado y en parte porque puede salir más de un islamófobo. Y es que esta es una historia de religión y fanatismos con muchas influencias de oriente medio. Gran parte de los lectores conoce el hecho de que la Revuelta Árabe pudo inspirar a Frank Herbert de igual modo que a R.R. Martin le sirvió de base ‘La Guerra de las Dos Rosas’.

Este filme se siente aún más parte de la saga de Herbert. No solo por todo lo que se desarrolla su parte mediática. También porque se distingue algo más la auténtica magnitud y profundidad. Es la antesala de una saga galáctica llena de personajes, familias y planetas y después de verla cruzo los dedos para que Warner de luz verde a la tercera entrega. Aunque con ‘Dune: parte 2’ se finiquita el primer libro, con unas cuantas licencias argumentales, nos entran ganas de ver una conclusión que cierre absolutamente del todo la trama. También por aprovechar algo más a los gusanos de arena, que al fin y al cabo son la marca de la franquicia.

Además de todo el poder técnico en esta segunda parte se agradece la irrupción de nuevos personajes. Casi todos los partícipes del filme han tenido que trabajar una buena evolución para sus personajes y eso está interesante pero hay aire fresco con incorporaciones como la ya mencionada Florence Pugh, el emperador que interpreta Christopher Walken y sobre todo Austin Butler. El actor ahora archiconocido por su papel como Elvis hace un papel tremendamente físico y además de esos en los que ha de parecer un psicópata, nada fácil. Como válvula de escape hemos tenido a un Bardem imponente que a veces parecía que estaba  parafraseando ‘La Vida de Brian’ o las palabras del Walter Sánchez de Les Luthiers.

Como sorpresa ya destripada por las premieres, Anya Taylor-Joy aparece en esta película antes de figurar en otra desértica película de Warner como es ‘Furiosa’.

Ficha de la película

Estreno en España: 1 de marzo de 2024. Título original: Dune: part 2. Duración: 166 min. País: EE.UU. Dirección: Denis Villeneuve. Guion: Jon Spaihts, Denis Villeneuve, Craig Mazin. Música: Hans Zimmer. Fotografía: Greig Fraser. Reparto principal: Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson, Oscar Josh Brolin, Austin Butler, Florence Pugh, Dave Bautista, Christopher Walken, Léa Seydoux, Stellan Skarsgård, Charlotte Rampling, Javier Bardem, Souheila Yacoub, Alison Halstead. Producción: Legendary Entertainment, Warner Bros. Pictures, Villeneuve. Distribución: Waner Bros. Pictures. Género: ciencia ficción, adaptación. Web oficial: https://www.warnerbros.com/movies/dune-part-two

Crítica: ‘Los osos no existen’

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Dos historias de amor paralelas en las que las parejas se ven frustradas por obstáculos ocultos e inevitables, la fuerza de la superstición y la mecánica del poder.

Crítica

Desde al metaficción Panahi se enfrenta osadamente a la realidad de su país

Se podría decir que Jafar Panahi es o bien un temerario o bien un audaz director. En semiclandestinidad ha rodado ‘Los osos no existen’ pues la actualidad en Irán no hace fácil contar su historia. No por lo menos es difícil hacerlo con total libertad y muestra de ello es que al poco de terminarla Panahi fue condenado a seis años de cárcel. No es fácil ejercer tu arte en un país que te censura, sobre todo cuando realizas cine social y protesta. El director ha sido condenado también a estar veinte años sin rodar películas, dudo mucho que dicha sentencia pueda aplacar el carácter subversivo de este artista alentado con reconocimientos como el recibido al ganar el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia 2022.

Es tremendo que en pleno siglo XXI haya personas condenadas por hacer su arte y expresar lo que piensan, tomemos nota pues esto pasa hasta en España y la gente está como si nada asumiendo la mordaza que nos pusieron en 2015. Curiosamente el mismo día que veo esta película salta la noticia: el director Mohammad Rasoulof, recientemente liberado de prisión por criticar en redes a su país, tiene prohibido salir de Irán para acudir como jurado al Festival de Cannes. Pero eso no preocupa o conmueve a el grueso de la ciudadanía de occidente. Películas como esta han de seguir viajando por el mundo para hacernos ver que el homo digitalis se está deshumanizando al dejar que las máquinas piensen por él. Se supone que con las redes somos una aldea global con la que accedemos a lo que pasa en otros países, pero los algoritmos hacen que nos pongamos una especie de anteojeras para burros y no veamos más allá de lo que cotidianamente nos interesa. ‘Los osos no existen’ nos muestra una vez más que hay historias diferentes e igual de valiosas a lo largo del globo terráqueo.

Jafar Panahi muestra con este filme las dificultades que encuentra en su país. Obstáculos para rodar, para ser artista e incluso para amar. El cineasta se interpreta a sí mismo y con ello genera una especie de metaficción en la que se enfrenta a anticuadas creencias populares y a los recelos de los poderosos. ‘Los osos no existen’ sigue de manera simultánea y paralela dos historias. Por un lado al director que se encuentra en un remoto y fronterizo pueblo intentando rodar a distancia una película pero su comportamiento, más osado y moderno que el de los lugareños, le causa enfrentamientos con los líderes regionales. Y por otro lado el romance de sus protagonistas, que redundando con la situación de Panahi, intentan huir del país. El filme se alza así como un alegato hacia todo lo que se ama y el miedo a ser atrapado por los supuestos osos que vigilan porque ni ames ni escapes.

Curioso es ver todo el folclore iraní y curioso, además de atrevido, es ver como de manera autorreferencial Panahi cuenta su historia. ‘Los osos no existen’ se postula más compleja que acuciante. Sus escenas no retratan con extrema gravedad la problemática de la república islámica pero son suficientemente mordaces como para dejar entrever un clamor por más cambio, por más actualizaciones.

Ficha de la película

Estreno en España: 26 de mayo 2 de junio de 2023. Título original: Khers Nist (No Bears). Duración: 107 min. País: Irán. Dirección: Jafar Panahi. Guion: Jafar Panahi. Fotografía: Amin Jaferi. Reparto principal: Jafar Panahi, Naser Hashemi, Vahid Mobaseri, Bakhtiar Panjei, Mina Kavani, Narjes Delaram, Reza Heydari. Producción: JP Production. Distribución: La Aventura. Género: drama. Web oficial: https://laaventuracine.com/proximamente/

Crítica: ‘Conspiración en el Cairo’

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En el primer día de clases en Al Azhar, la facultad de teología más importante de Egipto y epicentro del islam suní, el gran imán se derrumba y muere frente a sus alumnos. Esto desata una feroz batalla para ocupar su puesto. Adam, un humilde hijo de pescador que acaba de ingresar en la universidad, se ve envuelto en una implacable lucha de poder entre las élites religiosas y políticas del país.

Crítica

Las pasiones y ambiciones humanas dejando en paños menores a las doctrinas de la fe

Tarik Saleh ha realizado con ‘Conspiración en el Cairo’ una nueva obra de suspense político inspirada, según él, en las famosas novelas de John le Carré y en la mítica y ya adaptada obra de Umberto Eco, ‘El nombre de la rosa’. Investigaciones, confabulaciones, muertes, misterio, recelos, peligro… son ingredientes de esas narraciones que el director de origen egipcio ha sabido adoptar muy bien. De la Edad Media a la actualidad, de Europa a Egipto, de un monasterio a una facultad musulmana, del cristianismo al sunismo. Es una traslación que funciona y salvo por comparaciones con Sean Connery y Jean-Jacques Annaud, sale airosa.

Estamos ante una educación patriarcal que aún cree en el castigo físico, que impone el camino preestablecido por las tradiciones y caprichos familiares. Pero sobre todo se impone lo que Dios quiere, o lo que interpreta cada uno que quiere Dios. De nuevo las pasiones y ambiciones humanas dejan en paños menores a las doctrinas de la fe. Sin embargo, ante los errores y deseos del individuo Saleh quiere sacarnos de ese error que nos hace pensar que Allahu Akhbar significa «Dios es grande», cuando realmente significa «Dios es más grande». Una de las cosas que hacía ‘El nombre de la rosa’ era romper las malas interpretaciones y plasmar un choque de corrientes de pensamiento. ‘Conspiración en el Cairo’ se alza como un clamor por mostrar que Egipto está más cerca del siglo XXI que de la Edad Media. Es una visión del islam que busca distanciarse de la más conocida en occidente, la del terrorismo y las guerras fanáticas y territoriales. Eso es lo que se lee entre líneas y de manera inevitable dada la localización en que transcurre. No obstante ‘Conspiración en el Cairo’ no busca un blanqueamiento de imagen y radiografía una cultura que como muchas otras, incluida la nuestra, se mueve a través de maquinaciones en la sombra.

Hay sabor egipcio pero la producción es sueca. De ahí que ‘Conspiración en el Cairo’ fuese a representar al país nórdico en los Oscars. El director que reside allí en calidad de inmigrante tiene vetada la entrada en el país bajo amenaza de arresto pues en 2017 ya causó incomodidad con ‘El Cairo confidencial’ y fue incluido en las listas negras. Es por ello que la película está rodada en su mayoría en Turquía. Todo este truculento conflicto con las autoridades y las susceptibilidades de los islámicos está evidentemente reflejado en el largometraje. Pero está hecho con una marcada influencia y estilo noreuropeo. En este tipo de historias, que al fin y al cabo tienen tintes policíacos (como sabe bien Fares Fares tras su paso por ‘Los casos del departamento Q’), suele ser difícil mantener el interés. La tensión, la cadencia de giros de guión y la incorporación de nuevas pistas tiene que estar cuidada para que las dos horas de película se pasen rápido y ágilmente, como si fuésemos un Tarzán que avanza enganchándose de liana en liana evitando caerse. Como en el cine sueco, la flema pesa más que el ritmo y el espectáculo y si bien hay cierto misterio lo único que le reprocho es que se explaya demasiado y la trama tarda en avanzar a costa de hacer el mencionado retrato de la actualidad del país de los antiguos faraones.

Ficha de la película

Estreno en España: 14 de abril de 2023. Título original: Boy from Heaven. Duración: 126 min. País: Suecia, Francia, Finlandia. Dirección: Tarik Saleh. Guion: Tarik Saleh. Música: Krister Linder. Fotografía: Pierre Aïm. Reparto principal: Tawfeek Barhom, Fares Fares, Mohammad Bakri, Makram J. Khoury, Mehdi Dehbi, Moe Ayoub, Sherwan Haji, Ahmed Laissaoui. Producción: Distribución: La Aventura Audiovisual. Género: suspense, drama. Web oficial: https://www.atmo.se/films/boy-from-heaven

Crítica: ‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’

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Rabiye Kurnaz es una mujer aparentemente corriente, excepto porque es un terremoto. Cuidando de sus hijos y mucho más, es la que lleva la batuta en su casa de Bremen. Poco después de los ataques del 11-S, en 2001, su hijo Murat es acusado de terrorismo y es uno de los primeros enviados a la cárcel de Guantánamo. Esto marca el inicio de un viaje hacia el corazón de la política mundial para esta decidida mujer alemana-turca. Acompañada del abogado de derechos humanos Bernhard Docke, luchará por la liberación de su hijo.

Crítica

Humana, sensible y a su manera, subversiva

Las historias de David contra Goliat, tipo ‘Erin Brockovich’ o ‘Una cuestión de género’, aquellas que ponen al ciudadano de a pie contra el monstruo del sistema o del gobierno, siempre causan simpatía, consiguen empatizar con el espectador y llegar a un punto que, aunque no toque vivencias personales, se siente muy cercana. Al fin y al cabo, todos nos sentimos indefensos ante las grandes corporaciones o instituciones. Si además añadimos el valor que le da a la historia el estar fundamentada en un lance real, el espectador se siente doblemente atraído. Esa es la baza que juega ‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’.

Todos somos humanos y reconocemos una injusticia cuando la vemos. Los casos de Guantánamo derivan en una opinión casi unánime, en un sentimiento de no raciocinio e injusticia que todos detectamos. ‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’ transcurre en los meses y años posteriores al atentado del 11S y pone sobre la palestra una vez más términos como islamofobia o lavado de cerebro. Recrea la lucha de una madre que quiere sacar a su hijo de la cárcel que USA montó en Cuba y que aún hoy en día retiene a personas que no albergan esperanza alguna de juicio.

Este sonado caso representó un problema para Rabiye Kurnaz, la incansable madre del joven preso llamado Murat, pues aunque vivía en Alemania poseía nacionalidad turca y todas las características de una persona que se ha alineado con los terroristas islamistas. Estamos pues ante un brete para las administraciones, en un vacío legal que era un escape para tres países que se lavaban las manos y a la vez una desesperación para unos familiares que vivían presos de la falta de información y la ambigüedad de un mundo legal que no controlaban. No es de extrañar que la película se llevase el premio a mejor guión e interpretación en Berlín. El caso está tratado con mucho tacto y nada de sensacionalismo. El trabajo de Meltem Kaptan como la protagonista es difícil por lo sensible del tema pero ayuda mucho el optimismo de su personaje. No sé si esta era realmente la actitud que tuvo esta mujer durante todo este vía crucis o no, también estoy seguro que a muchos les va a parecer una manera frívola de contar la historia, pero a mi desde luego me ha parecido una manera liviana y a la vez afectuosa de narrar todo.

‘Rabiye Kurnaz contra George W. Bush’ está contada a través de la simpática relación que establece Rabiye con el abogado Bernhard Docke. Ella es un mar de ingenuidad y él vive con los pies en el suelo, pero ambos tienen algo en común, tesón y sentido de la justicia. Si este fuese un título yankee les interpretarían seguro Octavia Spencer y Tom Hanks. La película habría sido de diez si no fuese porque peca de potencia visual, de fuertes discursos y de no tener un desarrollo de personajes más elaborado o al menos acompañado de un montaje más ágil.

Como vemos siempre, el amor de unos padres por un hijo mueve montañas. Este un caso más de tantos padres y madres coraje que no cesan en su empeño y son capaces de cambiar el devenir de los acontecimientos e incluso el funcionamiento de nuestro mundo. Si La película logra remover conciencias habrá sembrado la semilla necesaria para corregir injusticias o producir el cambio que demanda. Os animo a verla.

Ficha de la película

Estreno en España: 3 de febrero de 2023. Título original: Rabiye Kurnaz gegen George W. Bush. Duración: 119 min. País: Alemania. Dirección: Andreas Dresen. Guion: Laila Stieler. Música: Johannes Repka, Cenk Erdogan. Fotografía: Andreas Höfer. Reparto principal: Meltem Kaptan, Alexander Scheer, Charly Hübner, Nazmî Kirik, Abak Safaei-Rad, Alexander Hörbe, Sevda Polat, Abdullah Emre Öztürk, Cornell Adams. Producción: Arte France Cinéma, Cinéma Defacto, Iskremas Filmproduktion, Pandora Filmproduktion. Distribución: Vercine Distribución. Género: drama, política, hechos reales. Web oficial: https://www.pandorafilm.com/filmography/rabiye-kurnaz-gegen-george-w.-bush.html

Finalizado el rodaje del a segunda temporada de ‘La Unidad’

Muy pendientes de la fecha de estreno en Movistar+

El pasado lunes 19 de julio finalizó el rodaje de la segunda temporada de ‘La Unidad’, una serie de entretenimiento global que logró un gran éxito con su primera temporada. Se trata de nuevo de una apuesta de producción original que en esta ocasión irá un paso más allá en la historia de este equipo de la Policía Nacional especializada en la lucha contra el terrorismo yihadista.

Protagonizada por personajes femeninos en posición de responsabilidad y liderazgo, La Unidad continúa teniendo al frente a la comisaria Carla Torres, interpretada por Nathalie Poza (Goya Mejor Actriz de Reparto en 2021 por ‘La boda de Rosa’ y a Mejor Actriz Principal en 2018 por ‘No sé decir adiós’) y a Marian Álvarez (Goya a Mejor Actriz Principal en 2013 por ‘La herida’) como la agente Miriam. Michel Noher es Marcos, expareja de Carla, padre de su hija y jefe de La Unidad; Luis Zahera (Goya a Mejor Actor de Reparto en 2019 por ‘El reino’), es Sergio, el jefe de operaciones. La actriz española de origen persa Fariba Sheikhan es la agente Najwa; Raúl Fernández de Pablo es Roberto y Carlos Blanco es Ramón. La serie cuenta además con la colaboración especial de Fele Martínez como Sanabria.

Todos ellos, como miembros de La Unidad, pagarán un alto precio al convertirse en objetivo directo de los terroristas. La hija de la pareja formada por Carla y Marcos, Lúa, interpretada por la joven actriz Alba Bersabé, será una de las grandes protagonistas de esta segunda temporada.

Junto a Frances Orella y Pepo Oliva, en esta nueva temporada se incorporan al reparto Fran Cantos (Álvaro) y Aroa Rodríguez (Kala) y David M. Santana. Además se une un importante elenco de actores internacionales de más de seis nacionalidades diferentes, entre los que destacan Moussa Echarif, Amina Leony, Mekki Kadiri, Bouzan Hadawi, Kaabil Sekali, Farah Hammed, Amín Hamada, Inti El Meskine, Hamid Krim, Mourad Ouani, Mekki Kadiri, Omar Bentaleb y Said El Mouden.

La dirección de casting ha corrido a cargo de Eva Leira y Yolanda Serrano.

‘La Unidad’ T2 finaliza el rodaje tras 19 semanas en las que han trabajado simultáneamente dos unidades durante más de 13 semanas. La serie orginal Movistar+ mantiene su apuesta de producción y va un paso más allá en la historia de estos héroes anónimos. Oskar Santos (‘Zipi y Zape y la isla del Capitán’, ‘El mal ajeno’, ‘Los favoritos de Midas’, ‘El Ministerio del Tiempo’) se ha incorporado como director de la segunda unidad en esta temporada que sigue apostando por la potencia visual y la acción frenética.

Con Dani de la Torre (‘El desconocido’, ‘La sombra de la ley’) al frente de la dirección, y escrita por Alberto Marini, Amèlia Mora, Alfred Pérez-Farga y Roger Danès, en esta segunda temporada destacan en el equipo técnico los nombres de Josu Inchaustegui en la dirección de fotografía, Juan Pedro de Gaspar en la dirección de arte, Elena de Lorenzo en vestuario, David Machado en sonido y Daniel Villalba en localizaciones. Raúl Romanillos lidera el equipo de FX en colaboración con El Ranchito en efectos visuales. El montaje está a cargo de Juan Galiñanes y Fran Rodríguez y al frente de la dirección de producción están Josep Amorós y Pepe Ripoll.

Manteniendo el ambicioso nivel de producción alcanzado en la primera temporada se ha contado con un equipo técnico de más de 280 personas y se ha rodado en localizaciones de Madrid, Toledo, Granada, Segovia, Guadalajara y Jordania.

Esta gran producción constará de 6 episodios de 50 minutos que se estrenarán, en exclusiva en Movistar+, el próximo 2022.

Sinopsis oficial:

Los miembros de La Unidad se enfrentan a una situación sin precedentes cuando una operación los convierte en objetivo de los terroristas, al mismo tiempo que tratan de averiguar si hay un topo en el equipo liderado por Carla.

Crítica de ‘La unidad’

‘La unidad’ no está falta ni de medios ni de miedos

Hoy tengo el placer de hablaros de ‘La unidad’. El próximo 15 de mayo Movistar+ estrenará otra de sus series originales (realizada junto a Vaca Films), de esas en las que está demostrando la gran salud de las series en España, como hizo hace poco con ‘La línea invisible’ hablándonos de los momentos en los que ETA comenzó a asesinar. Y vuelve a la carga con el tema del terrorismo solo que esta vez es el yihadista el que centra toda la atención.

Es un placer hablar de esta serie porque me ha gustado de cabo a rabo. La he seguido con mucho interés gracias a su ritmo, su buen tratamiento de la historia y sus múltiples localizaciones. Os recomiendo esta serie de Dani de la Torre que retorna a la actualidad con otra historia policíaca tras ‘La sombra de la ley’. Y lo hace además junto a Alberto Marini (‘Summer Camp’, ‘Feedback’), quien suele engancharme con sus giros de guión, nunca le faltan.

‘La unidad’ no está falta ni de medios ni de miedos. Maneja muy bien el temor al terrorismo y a facciones como el Daesh que en su momento debió ser mayor al que se tenía. Todo desde una ficción que muestra nexos con la realidad histórica de España y que tiene como precedente lo sucedido en el 11M. Pisando con pies de plomo pero sin recelos a la hora de tocar ciertos temas. Y también sin complejos a la hora de tener comparaciones con producciones de cualquier rincón del mundo. Aborda correcta y valientemente muchos aspectos que en producciones muy potentes no se atreven y su calidad es innegable.

Podréis ver algunas cosas en común con ‘The unit’, la serie de David Mamet. Seguimos a los protagonistas que tienen que coordinarse de manera simultánea en diferentes partes del mundo y sus parejas a penas pueden saber a qué se dedican.  Son personas secuestradas por su trabajo e implicadas de un modo muy cercano. Suena a secta eso de ‘La unidad’. Pero no va por ahí el título. Hace referencia al grupo de agentes que se encarga de intentar anticiparse a los pasos de los terroristas mientras lidia con sus problemas personales. En esa lucha sí que se encuentran cosas de secta tales como lavados de cerebro o radicalismos, lo cual se aborda también desde una perspectiva completa.

Obviamente ‘La unidad’ trata acerca de muchos personajes, un equipo no lo forma un solo individuo. Pero es cierto afirmar que su principal protagonista es Nathalie Poza, quien ejerce de madre de todos los policías que integran este cuerpo especial y de una niña que le echa de menos, al igual que añora a su padre. Poza hizo un papelón en ’70 binladens’, donde compartía reparto con Emma Suárez. Ahora ambas comparten el haber hecho de jefas en una comisaría pues Emma Suárez hizo lo mismo en ‘Criminal’. En mi opinión y para mi gusto el trabajo de Poza ha sido mucho más creíble y natural. Todos los actores se han esforzado en representar el papel de alguien profesional y analítico. Compro con gusto el rol de Marian Álvarez como Miriam «pepinillo», me gusta verla fuera de un papel en la que no sea una cascada de lágrimas y además haga de una policía de las que da dolores de cabeza. Se nota la colaboración con policías reales y se percibe una extensa preparación en el texto de estos personajes y de otros. Sobre todo en lo procedimental, se ve considerablemente en las palabras de Luis Zahera, a veces trabalenguas llenos de formulismos.

Las secuencias se componen muchas veces de planos que parecen captados por un espía, siempre grabando como a escondidas. Y esas secuencias a veces muestran momentos escalofriantes y otros sumamente tensos. Instantes que revelan que esta serie habla de lo que ha pasado y también de lo que podría pasar. Es una persecución llena de emoción y estrategia en la que no hay faceta que se quede sin explorar, uno de esos casos en los que viene como anillo al dedo el dicho «el que la sigue la consigue».

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