Dos películas han dado a luz a un nuevo anime moderno con tintes clásicos
Tras dos películas en cines, con mayor o peor aceptación, ahora Netflix lanza una serie sobre el universo que Guillermo del Toro ha creado y llamado ‘Pacific Rim’. Un universo en el que robots gigantes y kaijus de otra dimensión luchan para proteger o dominar la Tierra. Una nueva etapa que se llama ‘Pacific Rim: Tierra de nadie (The black)’.
Casi coincidiendo con el cumpleaños de ‘Mazinger Z’ surge esta serie que bebe de esas referencias. Personajes jóvenes que casualmente se ven en la oportunidad de salvar su planeta ayudados de un colosal robot. Taylor y Hayley es como se llaman estos chicos cuya misión realmente es encontrar a sus padres. ‘Pacific Rim: Tierra de nadie’ es una gran aventura en tierras donde impera la ley del más fuerte o avispado.
Del Toro no está involucrado en el proyecto, es Legendary Entertainment, productora de las dos películas de acción real, quien se ha encargado de esta serie. Los episodios han sido escritos por Greg Johnson (‘X-Men: evolution’), Craig Kyle (habitual de Marvel en títulos como ‘Thor: Ragnarok’ o ‘Wolverine and the X-Men’) o Paul Giacoppo (‘La joven Liga de la Justicia’, ‘Star Wars: La resistencia’).
Los fans, yo entre ellos, pensábamos que esta historia iba a acabar teniendo como localización la dimensión enemiga, que los mechas harían un auténtico contraataque y se aventurarían en territorio rival para acabar de una vez por todas con la amenaza. El devenir de los acontecimientos ha hecho que sea al revés, que los humanos hayan perdido y que esta sea una lucha por la no extinción más crítica todavía. Obviamente no se pierde de vista todo lo sucedido en las películas, incluso la banda sonora está en sintonía a la que compuso Ramin Djawadi con riffs de guitarra eléctrica. Ha sido una composición de Brandon Campbell, quién trabajó con Djawadi en ‘Slender man’.
La animación es sumamente digital, con luces y fuegos muy logrados, con movimientos bastante dinámicos. Esta nueva versión de ‘Pacific Rim’ está llena de texturas, efectos y detalles, como por ejemplo el movimiento del pelo. El estudio japonés Polygon Pictures es quien se ha encargado de dar vida a esta historia. Esta subsidiaria de Amana Holdings ha impreso un claro estilo nipón a la serie como ya hizo en otros excelentes trabajos como ‘Human Lost’ o ‘Godzilla: the planet eater’. El diseño de personajes y la mecánica de la serie recuerda mucho a producciones japonesas de nuestra infancia y visualmente sigue la estela de animes tipo ‘Gantz’ o ‘Ghost in the shell’, pero va más allá.
Obviamente al ver ahora esta historia en formato animación es más fácil que tengamos sensaciones similares a las que despertaron en su día ‘Gundam’, ‘Evangelion’ o incluso sucesores o evoluciones como los ‘Power Rangers’.
La serie tiene valores. Eso ya lo hacían las películas, sobre todo cuando nos hablaban de jinetes de jaeger que tenían que encontrar una sintonía entre sus mentes. Además el mecha que tienen que controlar ambos hermanos tiene solo fines formativos, no va armado, a si es que también potencia el ingenio. Este es un drama con hermanos que tienen confrontaciones y catarsis, como lo fue ‘Fullmetal Alchemist’. Además incorpora novedades para darle más jugo a la historia, como un inquietante niño que me ha encantado.
Son siete episodios de veinticinco minutos de media que nos dejan para una segunda temporada que esperemos llegue pronto.