Sinopsis
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Hace dos años que Leo Barnes (Frank Grillo) decidió no cometer un lamentable acto de venganza en “La Noche de las Bestias”. Ahora es el jefe de seguridad de la senadora Charlie Roan (Elizabeth Mitchell) y debe protegerla durante la campaña presidencial, además de sobrevivir el ritual anual en el que pobres e inocentes se convierten en blancos. Pero una traición inesperada les deja en las calles de Washington D.C. durante la única noche en la que nadie puede ayudarlos. Deben sobrevivir hasta el amanecer… o ser sacrificados por el bien del Estado.
Crítica
Adiós al dilema moral, hola a la distopía política.
La saga ha progresado de un modo coherente dentro de la locura que plantea. Aparecen ideas originales (afectando a las altas esferas políticas o al turismo) y la historia evoluciona en algo que le habría encantado a Charlton Heston y su Asociación Nacional del Rifle. El problema es que las anteriores entregas, con sus situaciones y personajes, podían hasta plantear un reto ético para el espectador, además de suponer un novedoso thriller. Pero en este caso ya tenemos muy claro quiénes son buenos y malos, no hay margen para las dudas. Se pierde ese toque que despierta el dilema moral, el morbo y la curiosidad de las personas por ver la maldad y la rabia que puede haber encerrada en los seres humanos. Es menos detallista, definitivamente se pierden pinceladas como el “Safe Night” que se decían unos a otros en la primera.
Esa evolución lógica se ve reflejada en el personaje de Edwin Hodge, el único presente en las tres películas, que comenzó como un vagabundo en “La Purga: La noche de las bestias” y ha pasado a personificar la razón de ser de “Election: La noche de las bestias”. Ese estandarte también se ve materializado con la imagen de Elizabeth Mitchell, que si bien parece más preocupada por colocarse las gafas (he perdido la cuenta por seis), realiza una buena pareja con Grillo, pero no convence como senadora. Frank Grillo repite también tras su trabajo en la segunda parte y deja más que claro que sirve como protagonista y duro del cine. Existen otros personajes secundarios muy correctos que mejoran el casting de la segunda entrega, no de la primera, pero actores como Brittany Mirabile o Kyle Secor rozan lo ridículo.
En líneas generales la nueva película de Universal ofrece lo mismo que las anteriores: muertes, humor negro, lucha de clases, mucho postureo con las máscaras, ciudadanos con complejo de psicokillers jugando con sus víctimas en vez de matarlas yendo al grano… y acción, una pizca más de acción.
James DeMonaco ya se desligó en la segunda parte de Ethan Hawke con quien ha trabajado en varias películas (“La purga: La noche de las bestias”, “Asalto al distrito 13”, “Staten Island”) y tras ello ha logrado lo que muchos directores querrían, dirigir y escribir su propia trilogía. Si, he dicho bien, trilogía. Porque pese a que esta película juega con un efecto cliffhanger en su último compás, podríamos decir que no da para más de sí en el caso de plantearse futuras entregas. Aunque en la producción está Michael Bay y con él nunca se sabe. Eso sí, de materializarse una cuarta, puedo pronosticar que no habrá segundas elecciones.
Ficha de la película
Estreno en España: 15 de julio de 2016. Título original: The purge: Election year. Duración: 109 min. País: EE.UU. Director: James DeMonaco. Guión: James DeMonaco. Música: Nathan Whitehead. Fotografía: Jacques Jouffret. Reparto principal: Elizabeth Mitchell, Frank Grillo, Mykelti Williamson, Edwin Hodge, Joseph Julian Soria, Kyle Secor, Betty Gabriel. Producción: Blumhouse Productions, Platinum Dunes, Universal Pictures. Distribución: Universal Pictures. Género: Thriller. Web oficial: http://www.election-lanochedelasbestias.es/