Nueva sobredosis de salpicaduras de sangre y crítica
Por fin tenemos la cuarta temporada de ‘The Boys’ y la hemos visto con perspectivas de una quinta ya que Prime Video anunció su renovación, así como más ‘Gen V’ cuando resuelvan cómo manejar la ausencia de Chance Perdomo. ‘The Boys’ T4 llega el 13 de junio y además lo hace con estreno de triple episodio. Serán ocho capítulos cuyo final culmina el 18 de julio. Hemos podido ver todos los capítulos salvo el último, pero aún así os garantizamos que no hay ningún spoiler en esta reseña.
Todos los lectores del cómic comentaron que la temporada 3 se había suavizado, si creedme, con respecto al material original. La serie estuvo hardcore pero se cortaron con algunas escenas. Con la temporada 4 de ‘The Boys’ los paños calientes brillan por su ausencia y se mantienen las tradicionales sorpresas sangrientas y sexuales con las que nos tienen acostumbrados y que se mantuvieron también en ‘Gen V’, spin-off con el cual por supuesto ha conectado como esperábamos. Llegan nuevos giros que van más allá de las explosiones hemoglobínicas, que amplían la trama cuando pensábamos que no se podía estirar más el chicle. Nuevas alianzas, unas peligrosas elecciones, detalles del pasado de algunos protagonistas… El tiempo que hemos pasado sin nuevos episodios sin duda ha servido para enriquecer los guiones.
Sin duda un adjetivo que describe a ‘The Boys’ es ofensiva. ‘The Boys’ T4 mantiene el sentido de humor negro y esa sátira que se burla, no solo del mundo de los calzones y más mallas, también del stars-ystem, de todo aquello que es gubernamental, del corporativismo, de los fanatismos y el fandom, de la USA católica y conservadora, de Barrio Sésamo, de la Disney… Es como si los autores de ‘Injustice. Gods among us’ se hubiesen puesto a tope de drogasy diatriba crítica cuando los crearon.
En esta temporada estamos sumergidos en una campaña electoral, con Carnicero intentando recuperar a su hijastro antes de que se le acabe el tiempo, con Patriota aún más loco si puede ser, con Los Siete cambiando su alineación… La temporada está más repartida que nunca y todos los personajes tienen arcos argumentales de peso, protagonismo y giros que les aportan una evolución. Y aún así hay espacio para introducir nuevos personajes, al fin y al cabo hay que llenar los huecos que quedan tras tanta masacre y muertes viscerales. Susan Heyward, ValorieCurry y Jeffrey Dean Morgan, son las nuevas caras en la serie. Alguien con personajes tan comiqueros y cabroncetes como El Comediante y Negan tenía que estar en ‘The Boys’. Pero su papel está más relegado a un segundo plano, Heyward y Curry tienen mucho más que contar con sus personajes. Eso sí, la sensación es como en las últimas temporadas de ‘Juego de Tronos’, que vamos excesivamente rápido de un lugar a otro, sin elipsis o control sobre el tiempo fílmico.
Poco se puede decir ya tras tres temporadas y un spin-off que ha mantenido un nivel apabullante. ¿Qué sigue habiendo muertes brutales? Si. ¿Qué el nivel de sátira es extremo? Si. ¿Qué se aleja del cómic pero sigue siendo tan interesante como malsana? Si. Pero además de eso trae partidas de futbolín, bailes sobre hielo que se mofan de Disney, una ComicCon de conspiranoicos, videojuegos a lo Moral Kombat, escenas violentas psicodélicas… y esto es lo más flojo que vais a ver en esta carnicería de serie. Con ello también nos llega la sensación de que ya no hay espacio para la sorpresa, nos vemos venir los momentos soeces y las masacres, lo cual ya le está quitando algo de gracia.
Ya que os he ahorrado los spoilers permitidme que os ponga los títulos de los ocho episodios de ‘The Boys’ T4 y deje que vuele vuestra imaginación.
TÍTULOS EPISODIOS:
EPISODIO 401: Departamento de juego sucio
EPISODIO 402: Vida en las cloacas
EPISODIO 403: Mantendremos la bandera roja ondeando
Tras ‘Prometeus’ y ‘Covenant’ llega la tercera de las “séquelas precuelas” de la saga ‘Alien’. El próximo 16 de agosto se estrena en cines ‘Alien: Romulus’ y podemos ver ya un tráiler de la película para la cual se había rumoreado que dirigiría Neill Blomkamp, entre otros, pero que finalmente ha llevado a cabo Fede Álvarez.
En este filme nos encontramos con uno de los repartos más jóvenes de toda la franquicia. Se enfrentarán al alien Isabela Merced, Cailee Spaeny, Archie Renaux, David Jonsson, Spike Fearn y Aileen Wu.
Se supone que ‘Alien: Romulus’ no transcurre en la línea de los dos últimos estrenos, sino que tiene lugar entre ‘Alien, el octavo pasajero’ (1979) y ‘Aliens: El regreso’ (1986). Al contrario que en sus dos predecesoras no habrá tanto efecto generado por ordenador, sino que se ha hecho uso de efectos prácticos, contando con el equipo del filme del 86.
Conserva el ADN de ‘The Boys’ pero es una fórmula más diluida
Mientras aguardamos con ansia y expectación el regreso de ‘The Boys’ con una cuarta temporada, que se tomen el tiempo que haga falta para que salga bien y vuelva con el nivel adecuado, llega ‘Gen V’. Con esta serie de ocho episodios que se estrena el 29 de septiembre en Prime Video se expande el mundo iniciado por Garth Ennis y Darick Robertson en los cómics.
Realmente ‘Gen V’ está basada en ‘The Boys Volumen 4: We Gotta Go Now’. Es un arco autoconclusivo de los cómics en los que los autores parodian a los X-Men, llamándoles G-Men. La academia, el mentor que dirige todo y los jóvenes inexpertos y confundidos están presentes. Pero es lo poco que se coge prestado de las viñetas y esta es una adaptación mucho más libre que el resto de lo que hemos visto en ‘The Boys’. Y tal vez habría que dar las gracias pues en esta parte del cómic hay suicidio y pederastia hasta límites desagradables. Adaptarlo al pie de la letra podría haber hecho que los estallidos de violencia y sexo que hemos visto hasta ahora parezcan un episodio de los Osos Amorosos.
Por lo tanto esto está suavizado, no obstante no podemos olvidar en qué universo desfigurado estamos. Como no podría ser de otra manera la serie empieza fuerte, con escena sangrienta, un momento muy sanguinolento y traumático. A partir de ahí nos trasladamos a la facultad en la que ingresan aquellos que han sido inyectados con el V y que cumplen ciertos requisitos. ‘Gen V’ está cargada de sexo y violencia explícita, pero por encima de todo ello está la comedia que desarrolla. Sigue siendo una parodia de Norteamérica y del mundo de los superhéroes. En vez de ser una burla hacia las corporaciones y los principios de Estados Unidos está más centrada en el ámbito de las universidades y sus supuestos valores modernos de inclusión, proyección profesional, diversidad o igualdad.
Tenemos una facultad de lucha contra el crimen y una juventud que podría intuirse como ejemplar. Pero en otro intento de retratar a las generaciones de ahora se muestra como solo se aspira al postureo, los likes o el desfase sin pensar en consecuencias. Como decía ahora más que nunca la serie se parece a X-Men, a esos cómics en los que descubríamos lo que pasa con los alumnos del Profesor X. Pero evidentemente desde un punto de vista sátiro. En ‘Gen V’ hay mutantes entrenando para ser superhéroes y optar a unirse a la élite o al servicio de una corporación, una visión desfigurada y traumática de los superhumanos, una protagonista que ha perdido a sus padres… Si lo acotamos al mundo de los mutantes de Stan Lee a lo que podríamos decir que más se parece es a ‘The New Mutants’. Unos personajes se encojen, otros doblan metales, otros cambian de género, otros empatizan mentalmente con los de su alrededor, otros echan fuego, otros manipulan la sangre… Imaginad el juego que dan estos poderes en un mundo tan retorcido como el de ‘The Boys’.
Evidentemente hay un inmenso ejemplo de luz de gas, y no es por el personaje que se enciende cual esfera de helio ardiente. Esta continúa siendo una narración en la que se intenta desvelar un gran secreto, en la que se busca desvirtuar la imagen de Vaughn. Pero también se postula como la historia de los herederos de Los Siete y como spin-off de ‘The Boys’ que es, como la sucesora de esta. Lástima que pierde con tanto amorío y hormonas adolescentes. Por cierto, por favor, dejad de hacer versiones tan cursis a partir de las canciones de Metallica.
Como curiosidades encontraréis muchos detalles que enlazan con ‘The Boys’ y pormenores que revelan que por aquí pasaron previamente los superhéroes que hemos visto “salvando” el mundo en las tres temporadas. Por supuesto aparecen algunos personajes de ‘The Boys’, pero no os diré cuáles. Como añadido, entre los nuevos protagonistas nos encontramos con Golden Boy, interpretado por Patrick Schwarzenegger, que podréis imaginar de quién es hijo.
Trata bien sus personajes, pero fatal su ciencia ficción
El próximo viernes 29 de julio llega una de las adaptaciones de cómic a serie más esperadas dentro del panorama indie. ‘Paper Girls’ estrena su primera temporada intentando dar vida a la serie de Image Comics creada por Brian K. Vaughan, Cliff Chiang y Matt Wilson. En este primer acercamiento, creado por la guionista de ‘Toy Story 4’ o ‘Los anillos de poder’, Stephany Folsom, se han aproximado a la idea original en solo algunos aspectos, pero quedado muy cortos en otros.
Son ocho episodios que muestran el gran guión de los cómics totalmente de manera alborotada y cortada. Todo lo que sucede en la historia original (reseña aquí) es muy difícil condensar en una sola temporada. Y así es, tras los ocho capítulos de la serie ‘Paper Girls’ nos quedamos en vilo para una nueva tanda de episodios. Pero esto se debe no solo a la complejidad y extensión de la historia, también al ritmo que se ha empleado. La serie de Prime Video me ha aburrido en casi la totalidad de sus episodios. Le sobra charlatanería y le falta ciencia ficción. Ya no es mi frustración como lector al ver que la historia está totalmente desordenada, sino mi hastío como espectador al ver que la aventura progresa a trompicones y dedica la mayoría de su espacio a charlas triviales. Dije que en la reseña que si lo hacían bien sería el nuevo ‘Stranger things’ pero es que además falta gracia, carisma, gancho o como lo queramos llamar.
El que la serie esté repleta de palabrería y muy poca acción se debe a un claro intento de ahorro. Si se hubiese hecho todo tal cual sucede en los cómics la cantidad de efectos especiales necesarios habría encarecido este producto. Eso hace que apenas se perciba que estamos en una historia de ciencia ficción. Se ha modificado la manera en cómo se topan las protagonistas con todos los misterios e incluso se han reducido la cantidad de personajes y eventos extraños, lo cual le quita mucha gracia y emoción. Estos cambios han trastocado el camino de descubrimiento y las correrías tan bien escritas e hiladas por Brian K. Vaughan en las viñetas. El último episodio es el único que tiene el ritmo, la idiosincrasia y el fantástico que hace justicia al cómic.
A este ‘Paper Girls’ le han quitado toda la espectacularidad y la complejidad en cuanto a las paradojas temporales se refiere. Además, han sesgado todo aquello que le puede parecer más extravagante al público más “normal” o comercial. Está tan cambiado que incluso cuestiona el determinismo de la serie de cómics y se perciben muchos menos argumentos de empoderamiento de la mujer. Está más centrada en el paso a la madurez y el autodescubrimiento tan peculiar que plantea esta idea, pero dice casi adiós al feminismo y a la lucha entre generaciones.
Si sois lectores de estos cómics estoy seguro que os va a desencantar el no ver ni los dinosaurios, ni los tardígrados, ni la cápsula del tiempo, ni la catedral, ni esos sueños tan inquietantes… La decisión es arriesgada. Si tardan en incorporar a la serie todos sus elementos fantásticos van a perder a la mayoría de audiencia. Por no hablar de otro factor, que es al que se han tenido que enfrentar como buenamente han podido los artífices de ‘Stranger things’ o ‘Juego de tronos’. No es otro que el del crecimiento de sus protagonistas que muy pronto dejarán de tener aspecto de niñas de doce años.
La música no ayuda nada a darle vidilla a esta visión (que no versión) de ‘Paper Girls’, el poco sentido del suspense de los episodios dirigidos por Georgi Banks-Davies tampoco. Encontrarnos con algún que otro fallo también nos saca de la historia o nos habla del poco cuidado que se ha puesto. No me refiero a lo cutre que aparece el título en cada episodio o a la ausencia del logo de Apple en la historia, algo que entenderán también los lectores y supongo que se debe a un tema de derechos. Hablo de particularidades como el traductor automático. Se supone que unos personajes hablan en otro idioma y gracias a un invento su voz suena en nuestra lengua. Pero no se han percatado al rodarla que los labios de los actores se mueven realmente como si vocalizasen directamente en nuestro idioma. Esa poca atención por los detalles hará que la serie se acabe precipitando al olvido. No entiendo como Vaughan ha dado su «ok», por lo menos el casting de protagonistas se parece a las que dibujó Cliff Chiang.
Unas horas después de la noche de Halloween de 1988, cuatro repartidoras de periódicos de doce años descubren la historia más importante de todos los tiempos.
La vida en la periferia y el suspense sobrenatural se dan cita en esta exitosa serie sobre la nostalgia, el primer trabajo y los últimos coletazos de la infancia.
Reseña
El cómic que podría dar origen al próximo ‘Stranger Things’
En ‘Paper Girls’ acompañamos a unas repartidoras de periódicos de doce años que están distribuyendo el diario local por su barrio la mañana después de Halloween, mientras algunos rezagados disfrazados están aún volviendo a casa o haciendo trastadas. Pero eso no es lo único atemorizante o extraño que se encuentran ese día de 1988 mientras pedalean sobre sus BMX, una jornada que cambiará su futuro… y su pasado.
El barrio de Stony Stream es el centro de esta historia. Un vecindario de clase media estadounidense cuyo significado literal es “arrollo pedregoso”. Precisamente así es la trama del cómic, un flujo, una línea del tiempo inamovible con obstáculos para las protagonistas en la que la dinámica de la corriente determinista se impone. Este cómic indie de Image Comics (editado en España por Planeta Cómic) pertenece a la familia de la ciencia ficción, del tipo contemporáneo, desconcertante y llena de componentes que enrevesan la historia sin hacerla compleja o incomprensible. Aunque hay que decir, sin que con ello estropee ninguna sorpresa, que pasan por él mechas, cavernícolas, armas futurísticas, catedrales voladoras, dinosaurios… Un poco más y se convierte en una ida de olla como la que tuvo Oku Hiroya a la hora de cerrar ‘Gantz’.
El tener a unas protagonistas tan jóvenes es un arma de doble filo de cuyo revés más desfavorecedor hablaré más abajo. No se puede negar que ‘Paper Girls’ es una obra moderna. Los treinta números conclusivos que comenzaron a publicarse en 2015 desarrollan un discurso generacional, LGTBI y sobre todo feminista. Esta es una historia fantástica con mucha rebeldía contra los adultos, no se puede negar tampoco que hay algo de Peter Pan en todo esto. Pero los distintos personajes femeninos, de distintas edades y características nos muestran que la intención del guión es esgrimir argumentos de empoderamiento femenino. Ya desde el comienzo vemos que las cuatro niñas de estas viñetas se abren paso siendo las primeras repartidoras de su ciudad, las primeras monaguillas, las primeras en fumar prematuramente…
Brian K. Vaughan, Cliff Chiang y Matt Wilson son los artífices de esta serie de cómics, que no novela gráfica. Vaughan es bien conocido por tener otro cómic también bastante apocalíptico y bastante feminista, ‘Y, el último hombre’, de cuya adaptación prefiero no hablar. Por supuesto es muy famosa su colección ‘Saga’ o ‘The Runaways’, donde también hay mucho protagonismo de mujeres adolescentes. Al final va a ser un referente en ambas vertientes ya que maneja muy bien las distintas personalidades de sus personajes. A parte de eso el cómic es visualmente original, impactante, cautivador. Es capaz de ser preciosista y grotesco a la vez.
El titular de esta crítica se refiere no solo a lo juvenil del reparto y la propuesta tan fantasiosa que se pone sobre la mesa con ‘Paper Girls’. Transcurre a finales de los ochenta y partiendo de ahí consigue ser nostálgico para varias generaciones. Todas las entregas se abren con una cita, “La nostalgia es muerte”, es la que abre el segundo número. Hay multitud de guiños visuales y referencias a la cultura pop pero la trama no depende de ello para cautivarnos, se moderan bastante al respecto.
Otra virtud que os dejará buen sabor de boca es que cuadran bien todo este galimatías temporal, cosa que satisface siempre a los fans de las historias de viajes en el tiempo. Vais a ver que hay un poco de ‘Dark’, un poco de ‘Regreso al futuro’, de ‘Project Almanac’… Todo ello debido a que es indudablemente una obra juvenil y con enredos o paradojas. No es de extrañar que esta serie tenga tres premios Eisner, uno a su escritura y dos al color.
Si hay que ponerle una pega a ‘Paper Girls’ es la que tienen tantas historias de la infancia que pretenden exponer grandes argumentos. Se acaba ubicando en personajes de muy tierna edad discursos, palabras e ideas demasiado complejas o profundas, lo cual lo hace menos creíble. Películas como ‘Los Goonies’ manejaban mejor la edad de sus protagonistas. No obstante lo que nos quieren mostrar aquí son niñas avanzadas a los suyos, con un grado de madurez por encima de los de su edad y una mentalidad más progresista que la de su época. Están destinadas a romper barreras y literalmente lo hacen gracias a los eventos de ciencia ficción que les suceden.
Con todo y con esto queda claro por qué su adaptación a serie por parte de Amazon Prime Video está llamada a convertirse en el nuevo fenómeno tipo ‘Stranger Things’, si lo hacen bien, claro está. El 29 de julio lo sabremos.
Ficha del cómic
Guion: Brian K. Vaughan. Dibujo: Cliff Chiang. Color: Matt Wilson. Editorial: Image Comics (Planeta Cómic). Datos técnicos: 456 págs., color y blanco y negro, 18,3 x 27,6 cm. Publicación: octubre de 2015. Precio:varía según formato.
Cuatro profesores se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener la tasa de alcohol en su cuerpo al mismo nivel durante su vida diaria, intentando demostrar que de esa manera pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. Pero las consecuencias del experimento les cambiarán para siempre.
Crítica
Un drama etílico con chupitos de simpatía
‘Druk (Another round)’ me ha hecho volver al año 2000, no solo porque en esa época yo era un muchacho de instituto, sino porque fue cuando se estrenó ‘Año Mariano’. En esa película de Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo teníamos a Pepín Tre experimentando con destilaciones alcohólicas y sus posibles efectos sobre el cuerpo. Uno de esos líquidos conseguidos lograba un temporal efecto de elocuencia en su tomador, pero era algo pasajero. Aquella película iba sobre lo engañoso de la vida y esta hace lo mismo.
Thomas Vinterberg (‘Kursk’) se aproxima levemente con ‘Druk’ a su movimiento Dogma 95. Mantiene naturalidad en las escenas y un formato narrativo que intenta no tirar de artificios ni trucajes. Firma en los créditos tras una escena en la que el protagonista, interpretado por Mads Mikkelsen, acaba bailando al estilo Drunken Boxing Kung Fu (ese que hacía Jackie Chan en ‘El mono borracho en el ojo del tigre’). El cineasta danés vuelve a experimentar con sus personajes y también con los espectadores.
La trama de ‘Druk’ nos habla de unos profesores que comienzan a probar una teoría enunciada por un psicoanalista llamado Finn Skårderud. El objetivo es controlar la ingesta de alcohol de tal manera que no se consuma a partir de cierta hora y no se sobrepase cierta graduación. Con ello quieren conseguir ser más elocuentes en sus clases e impactar en sus alumnos.
El protagonista está inmerso en una depresión y en sus primeros compases la película parece un ensayo sobre la crisis de los cuarenta, sobre cómo se derrumban las expectativas. Posteriormente eso queda en segundo plano y rápidamente pone de manifiesto toda una cultura de consumo alcohólico. Se muestran los efectos beneficiosos del alcohol como desinhibidor social. Más grados, más oratoria, más gancho social. Y con todo ello se abre un debate ético, sobre todo sabiendo que los jóvenes daneses son de los que más beben y lo hacen además a más temprana edad.
‘Druk’ ha sido galardonada con cuatro European Film Awards y es la candidata indiscutible por Dinamarca para los Oscar. Bien es cierto que plantea ciertas cuestiones interesantes, tiene momentos divertidos, sabe cambiar el tono y tiene un montaje muy ágil. Pero cabría esperar un poco más de introspección en el tema que pone sobre la mesa.
La película está dedicada a Ida, la hija de Vinterberg, la cual estaba planificado que interpretase a una hija de Mikkelsen pero tristemente falleció en un accidente. Quizá por eso la película tiene una clara inclinación hacia el cuidado de la juventud, el paternalismo y la imagen que dan los progenitores. Además se sabe que Vinterberg ha basado esta película en la obra teatral que creó a partir de testimonios que le dio su hija sobre aquello que sucede cuando se mezcla juventud danesa y alcohol en nuestra era.
La película por otro lado aboga por echar la vista atrás o hacer un poco de conciencia acerca de cómo habría sido el mundo o nuestra vida sin los fluidos etílicos a los que muchas grandes personalidades estaban enganchadas. También sobre cuestionar sesgos y sobre hacernos pensar que jamás podremos controlar ciertos impulsos, en nosotros o en ciertas personas que cara al público parecen distintas.
El mejor trago de esta película es la actuación de Mads Mikkelsen. Él suele estar magnífico, pero lejos de la grandiosidad de ‘Star Wars’ o ‘Doctor Extraño’ tenemos el placer de gozar de sus dotes dramáticas más de cerca. Tras este experimento sociológico ficticio la película lanza la pregunta. ¿Aceptaríais el alcoholismo de alguien sin con eso se convierte en mejor persona o profesional?
Ficha de la película
Estreno en España: 9 de abril de 2021. Título original: Druk. Duración: 115 min. País: Dinamarca. Dirección: Thomas Vinterberg. Guion: Thomas Vinterberg, Tobias Lindholm. Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen. Reparto principal: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe, Susse Wold, Maria Bonnevie, Diem Camille Gbogou, Palmi Gudmundsson, Dorte Højsted, Helene Reingaard Neumann, Martin Greis. Producción: Zentropa Entertainments, Film i Väst, Topkapi Films. Distribución: BTeam Pictures. Género: drama, comedia. Web oficial:http://www.samuelgoldwynfilms.com/another-round/
‘The Bay’ se fundamenta en un guión plagado de mentiras bien aplicadas
El género policíaco es una clase de historias a las que no les cuesta encontrar público. Suele estar muy colindante con la realidad, aunque se adorne con algunos artificios, como sucede bastante en ‘CSI’. En el caso de ‘The Bay’ estamos hablando de una serie dramática y de investigación. Se compara esta serie con ‘Broadchurch’ pero como no la he visto os puedo decir que los tiros van por un tono muy adusto como en ‘Caso abierto’ o ‘Ley y orden’. Es decir, tenemos una historia bastante seria pero los capítulos siguen todos un mismo hilo, no hablamos de casos concluyentes. Además ‘The Bay’ mezcla bastantes personajes que confluyen en sus últimos episodios de algún modo. Personajes adultos y algunos de ellos adolescentes, es un poco la jugada de ‘The accident’ solo que con diferente discurso y con una buena fotografía que os comentaré más adelante.
Esta serie creada por Daragh Carville y Richard Clark trata sobre la desaparición de un chico y una chica que son gemelos. Todo sucede en una pequeña localidad costera llamada Morecambe, ubicada al norte de Mánchester. Su bahía da de comer a muchos de sus habitantes con la pesca y alguno de nuestros protagonistas navegan todos los días en busca de lo que el mar pueda ofrecerles.
En este ambiente marinero de grises paisajes moteados del color de las ropas y el césped transcurre la trama detectivesca. La protagonista es Morven Christie en el papel de la detective Lisa Armstrong. Ella tiene que ser capaz junto a su nuevo, joven y entusiasta compañero, de localizar a los dos desaparecidos.
En sus primeros compases parecía que esta sería una especie de buddy movie pero tiene muy pocos compases que nos conecten con ese tipo de desarrollos. ‘The Bay’ aborda las historias de otros personajes que rodean a la detective. Sus hijos, su madre, los padres de los desaparecidos, sus amigas, los muchachos y muchachas del instituto local… La protagonista se ve fortuitamente implicada de manera personal en el caso y se involucra muchísimo. Es por eso que esta serie conduce bastante y muy bien por el manejo de conflictos: cómo dar una mala noticia, cómo llevar a cabo métodos que pueden incomodar, cómo soportar la presión y exigencia de su puesto de trabajo.
Y es que la detective se compromete incansablemente con la investigación intentando hacer un alarde de profesionalidad, hasta llegar al punto de descuidar a sus propios hijos. ‘The Bay’ aborda muchas situaciones vividas por púberes y las relaciones con sus padres, sobre todo en el caso particular de una madre soltera y muy trabajadora. Por otro lado se fundamenta en un guión plagado de mentiras bien aplicadas y planta semillas para que desarrollemos nuestras propias conjeturas, en mi caso algunas acertadas otras desatinadas. Sabe causar confusión. Además genera un suspense que si bien no nos pone en tensión nos suscita interés. Más aún siendo una de esas series que consigue aportar un buen cliffhanger al final de cada uno de sus seis episodios. En resumen, es una serie con matices familiares y de enredos que causan expectación.
Dado su punto de partida podríamos pensar que es un dramón. Pero no se explota demasiado el dolor, como hacen otras series que hacen del sufrimiento su bandera. Aunque tenemos al personaje de Chanel Cresswell (ganadora del BAFTA por ‘This is England ’90’) que no tiene apenas una escena sin soltar lágrima y eso que tiene muchas, esta es una serie que se centra más en su goteo de pistas y a veces de insensateces.
De la ciudad inglesa en la que se ambienta no han tocado prácticamente ni gramo de arena. Está la estatua del cómico Eric Morecambe, sus pubs, su paseo marítimo… Y el interior de sus feas casas. El olor a moqueta y mueble desgastado casi atraviesa la pantalla. Y aún con toda esa fealdad extrae unas imágenes muy buenas. Sobre todo en los episodios rodados por Lee Haven Jones, director de series como ‘Dr. Who’. De ambientes que pueden ser bastante deprimentes capta imágenes muy bonitas. Mayormente lo consigue tirando de la regla de los tres tercios, de bokeh y de algunos planos simétricos. Con esto sitúa a los personajes en zonas de la imagen algo apartadas o alejadas, pero consiguiendo que nos centremos en ellos.
En Reino Unido ha sido criticada por el cerrado y variado acento de sus personajes. En España si no sois capaces de seguirla ponéis los subtítulos y a correr. Que sus pronunciaciones no sean una barrera para seguir el hilo. En 2019 tanto la actriz de la madre protagonista como uno de sus directores fueron nominados al BAFTA. No es de extrañar y acalla un poco las bocas de los que pueden criticar ‘The Bay’ por algo así.
Estrenada en Reino Unido ya en 2019 ahora Filmin nos la trae a España. Puede verse desde el martes 28 de abril. Se ha confirmado una segunda temporada para este 2020 (podéis ver el anuncio hecho por la protagonista en su Instagram), pero desconozco en qué fecha será. No os preocupéis que no vais a tener una larga espera ya que la serie es buena por todo lo que os he comentado y porque cierra totalmente el caso que plantea, sin dejar cabos sueltos para la nueva temporada.
En ’22 de julio’, Paul Greengrass (‘Jason Bourne’, ‘Capitán Phillips’, ‘Vuelo 93′), cineasta nominado a un Premio Óscar, narra la historia de las consecuencias del ataque terrorista más letal que ha sufrido Noruega. El 22 de julio del 2011, 77 personas murieron cuando un terrorista de extrema derecha detonó una bomba en un automóvil en Oslo, justo antes de llevar a cabo un tiroteo masivo en un campamento para adolescentes. La película original ’22 de julio’ sigue el viaje físico y emocional de uno de los supervivientes para retratar el camino que siguió la nación hacia la reconciliación y la recuperación.
El reparto lo integran Anders Danielsen Lie, Jon Øigarden, Jonas Strand Gravli, Maria Bock, Thorbjørn Harr, Ola G. Furuseth, Seda Witt e Isak Bakli Aglen.
Escrita y dirigida por Paul Greengrass, ’22 de julio’ está basada en el libro ‘One of Us: The Story of an Attack in Norway – and Its Aftermath’ de Åsne Seierstad. La película está producida por Scott Rudin, P.G.A., Paul Greengrass, P.G.A., Gregory Goodman, P.G.A., y Eli Bush, P.G.A.
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