Un aquelarre militar con hormonas brujeriles
Las brujas usadas como armas para la guerra, como soldados de vanguardia. ¿La idea no suena mal verdad? Por lo menos es diferente. ‘Motherland: Fort Salem’ es una realidad alternativa en la que las mujeres son las que dominan el arte de la guerra. Pero más allá de esa marcada diferencia está el detalle de que tiempo atrás las brujas llegaron a un acuerdo con el resto de comunes mortales, un tratado de paz en Salem que fue el germen de un ejército con poderes mágicos.
Las protagonistas son una chica rubia, una morena y una pelirroja (Taylor Hickson, Ashley Nicole Williams, Jessica Sutton). Parece el principio de un chiste malo pero así de típica es la mecánica de la serie y eso que empieza prometiendo con una escena en plan ‘El incidente’. Se basa en personajes arquetípicos, desarrolla los clásicos romances y transita por los manidos pasos de las historias de instituto, academia en este caso. No son pocas, sino más bien predominantes, las escenas de entrenamiento a lo Harry Potter, estando mejor gestionadas en la saga cinematográfica inspirada en la saga de J.K. Rowling.
Lo malo de la serie no es su tono adolescente, para nada. Lo malo es que te puedes ver venir lo que va sucediendo, por mucho que estemos en un presente tremendamente cambiado. Eso y el casting, que peca de ser bastante regulero. Ni que decir tiene que alguna escena es ridícula y casi machista (lo entenderéis cuando veáis a las brujas gritando histéricas ante la aparición de unos brujos que se quitan la camiseta para jugar a Lacrosee).
Brujas y tornados, no hablo de ‘El Mago de Oz’. Esta serie de Eliot Laurence (‘Claws’) es una especie de aquelarre militar con un toque bastante belicista. Goza de espectacularidad en un par de escenas y sus efectos visuales no son nada malos. Pero toda esa vistosidad está a merced de una trama que cada vez es más ‘Jóvenes y brujas’ cuando pretende ser algo más parecido a ‘The Magicians’ o ‘Sabrina’. Extrañamente te mantiene siempre a la espera de algo fastuoso, pero nunca llega, no por lo menos en los tres primeros capítulos que hemos podido ver previo estreno. Quizá su potencial se desarrolle en sus etapas finales o ya en la segunda temporada.
N
Quizá me ha decepcionado porque me esperaba una especie de ‘The Boys’ pero con magia. Pero es que la serie ni siquiera tiene el valor de acercarse a la distopía o a retorcer el modo de vida americano y su patriotismo exacerbado. Si lo que quería hacer Laurence es un retrato de las jóvenes de hoy en día debería haber aprendido más de películas como ‘Nación salvaje’.