Tras su estreno este verano en Estados Unidos por fin podemos ver a través de AMC la nueva temporada de ‘TheTerror’. En ella cambiamos de protagonistas y de época. Una comunidad de japoneses habita en una isla de los Estados Unidos allá por 1941, cuando transcurría la gran guerra y justo cuando se producía el ataque de Pearl Harbor. Ellos son personas alejadas de su país pero que según qué generación, en gran contacto con su folclore. Mientras están confinados pero no obligados a vivir en una pequeña villa una mujer nipona aparece muerta y pronto comienzan las supersticiones y los cargos de conciencia, algo muy propio de la cultura del país oriental.
En ‘The Terror: infamy’ tenemos muchos momentos que tratan sobre el honor, el respeto y el culto a los antiguos espíritus, impuesto por las viejas tradiciones japonesas que guardaban recelo y culto a criaturas tan terroríficas como los yokais o espítirus de campo. En concreto, al menos en su inicio, la serie habla de los bakemonos o los yureis. Fantasmas que mutan de aspecto, desde una persona con pintas horrendas hasta diversos animales. Como podéis comprobar muy en la línea y en sintonía con las historias clásicas de terror japonés y la primera temporada de la serie.
Pronto vais a ver como la fotografía, la sutileza, las costumbres… son componentes muy importantes. Sobre todo está muy presente el aislamiento (tanto físico como social) de los japoneses que vivían en Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. La serie tiene un gran componente relacionado con los prejuicios y la apertura cultural. Para hablarnos de eso, de ahí el tagline de la segunda temporada, se ha llenado de infamias. Injusticias que viven aquellos que están recluidos en algo que es poco más que un gueto y que aspiran a una vida mejor, al sueño americano o al menos a algo que les permita tener una vida más cómoda que la de sus ancestros.
Como era de esperar la temporada arranca con una escena de lo más inquietante, visualmente muy potente. Conserva esos momentos únicos conseguidos a partir de la calma, pero parece que en esta temporada va a haber más muertes y más encuentros con lo inquietante que en la anterior, que la construcción del terror va a ser más precipitada. El primer episodio se llama ‘A Sparrow in a Swallow’s Nest’, literalmente viene a llamarse un gorrión en el nido de una golondrina. Ha sido dirigido por Josef Kubota Wladyka, un habitual de ‘Narcos’. Es el encargado de comenzar la continuidad de este universo de historias aterradoras que están consiguiendo desmarcarse por su tono diferente.
Se podría decir que esta serie ha sido capaz de recuperar el terror japonés mejor que ningún otro remake cinematográfico. En vuestra mente van a volver a estar momentos de ‘The ring’ o ‘La maldición’ pero se ve claramente también que no se intenta copiar títulos tan míticos como esos, si no que se han entremezclado muy bien con el estilo de la serie de AMC.
‘The Terror: infamy’ es la historia de dos mundos. Vivos y muertos, clase baja y clase alta, progreso y tradición, nativos y extranjeros, japoneses en tierra de estadounidenses. Sobre todo protagoniza la serie DerekMio (‘Greek’) que nos va llevando de un personaje a otro. Conocemos así a la enigmática e inquietante joven Yuko (Kiki Sukezane) o al padre anclado en viejas creencias como es el personaje de Shingo Usami o el anciano que se las sabe todas, como el que interpreta George Takei (‘Heroes’, ‘Star Trek’). Pero el reparto no solo es oriental pues los protagonistas tienen que relacionarse con los ciudadanos de California. Por eso hay desde tolerantes militares hasta infames vecinos que se aprovechan de ellos. Esta segunda parte tiene muchos matices que abordar, casi tantos como expectativas que superar y parece que va a estar sobradamente a la altura.
Pasamos del frío hielo al Japón de la Segunda Guerra Mundial
Resulta emocionante la perspectiva de la segunda temporada de ‘The Terror’ pues parece nos devolverá al terror japonés que tanto éxito tuvo en la primera década del siglo XXI. AMC estrenará próximamente una nueva historia ambientada en los campamentos de la Segunda Guerra Mundial. Un espíritu persigue a los protagonistas, unos estadounidenses de origen nipón que viajan desde California hasta las islas del pacífico por culpa de la guerra.
El actor DerekMio (‘Greek’) es el protagonista de esta nueva etapa en la que veremos a otros actores como KikiSukezane (‘Héroes’), LeeShorten (‘The man on the high castle’), AlexShimizu (‘The Blacklist’), CristinaRodlo (‘Miss Bala’), YukiMorita (‘Colony’), JamesSaito (‘Tortugas Ninja’), NaokoMori (‘Everest’), EijiInoue (‘Click’), TeachGrant (‘Van Helsing’), WilliamdeVry (‘Nikita’) o HiraAmbrosino (‘House’).
De películas con Mel Gibson a experimentos japoneses
Durante el día 10 de octubre en el festival de Sitges han sido anunciados los premios Méliès de oro y Méliès de plata que reconocen los mejores trabajos europeos, tanto en largometrajes como en cortos y que se entregarán durante la jornada de hoy jueves 11 de octubre. ‘Climax’, la nueva cinta del argentino GasparNoé ha sido la elegida en la categoría de largometraje, mientras que ‘Clanker Man’, de Ben Steiner, se llevará el premio al mejor cortometraje. A ambos galardones se les suma este año la categoría Méliès de oro a la trayectoria, que recibirá el director Álex de la Iglesia por su aportación al género fantástico.
Hemos tenido un día de lo más diverso con títulos asiáticos, mundos paralelos, buddy movies, terror ochentero o animación rusa. También ha sido variado en cuanto a calidad y satisfacción.
‘Dragged across concrete’
La tercera película de S. Craig Zahler vuelve a reunir un reparto de excepción en el que algunos repiten con el director y guionista: Mel Gibson, Vince Vaughn, JenniferCarpenter, Laurie Holden, Tory Kittles, Michael Jai White, Thomas Kretschmann, Udo Kier…
Para mí ha sido el peor trabajo de Zahler a pesar de que supera el aprobado. Normalmente alarga sus largometrajes y se toma con calma las historias para construir una buena base. Pero en esta ocasión no está tan justificada la duración y nos sobran infinidad de escenas o haría falta acortar secuencias.
Con una composición fotográfica muy elegante, bastante víscera y musicalidad se acerca al estilo de Tarantino. Incluye muchas más dosis de humor de lo habitual, comedia basada en sus personajes racistas por lo general, pero eso tampoco ayuda a llevar mejor tantos minutos de filme. Ni el talento de sus actores ni las capacidades narrativas del cineasta de Miami alcanzan para convertir ‘Dragged across concret’ en una obra maestra.
Una familia se junta en Navidad para cenar con el incómodo ingrediente de que su hijo regresa tras mucho tiempo sin contacto para presentarles a su novia extranjera. El problema es que esta familia es bastante conservadora y todo sucede en pleno debate social con el tema de los inmigrantes. Con esa crispación y tensión en el aire sucede algo desconcertante, la casa se ve envuelta por un extraño material y la televisión emite órdenes, la primera de ellas «no salgan de casa, esperen instrucciones».
El drama familiar de esta película recuerda en tono a obras de Stephen King. Es misteriosa e inquietante y genera debate entre sus protagonistas como sucedía en ‘La niebla’. La primera mitad tiene mucha comedia, sobre todo por parte de David Radley. Pero llega un punto en que la comedia desaparece y un terror intenso y profundo se apodera del filme. Los derroteros por los que va la película recuerdan a películas de Carpenter y ese cambio de dinámica está tan bien gestionado que la cinta nos arrastra con ella y pedimos más.
Sin duda es la película más extraña que he visto en el Festival de Sitges. La cinta nos lleva a un desierto en el que seguimos a un muchacho que va hacia un concierto. En un mundo postapocaliptico la música es lo más importante que tienen.
Como he dicho, extrañísima, con una estética muy minimalista, los blancos y negros son los colores que predominan en la cinta.
No sé, no ha sido mucho de mi agrado, es muy experimental para mi gusto, pero sí que es cierto que en el tema visual tienen un acierto enorme.
Un grupo de amigos en busca de la oportunidad empresarial de sus vidas descubre en la casa donde viven de alquiler un portal hacia mundos paralelos. Entre los protagonistas hay relaciones de todo tipo a si es que podéis imaginar las posibilidades tanto económicas como sentimentales que les ofrece este descubrimiento.
Infinidad de mundos en un multiverso que a cada uno nos sugerirían infinidad de ideas. Lo que nos propone ‘Parallel’ es la serie de consecuencias que emanan de los viajes de estos chicos a diferentes realidades. No es una película de efecto mariposa, pues no trata viajes en el tiempo, si no que aborda más las opciones de la duplicidad.
Tiene un guión que podría formar parte de series como ‘Fringe’ o ‘Salto al infinito’ y por eso, aunque sea episódica y predecible, se deja ver y es disfrutable.
Hoy hemos visto un documental acerca de un guarda de seguridad que se dedica a cazar fantasmas en su tiempo libre.
Yo creo que la gran mayoría del público pensábamos que el documental se iba a centrar en las salidas que hacía para buscar esos fantasmas, pero no, nos encontramos con algo mucho más oscuro. Pedofilia, maltrato, misoginia… algo que para nada era lo que nos íbamos a ver.
El documental está muy bien grabado, nos muestra todas las caras de los protagonistas, la buena y la mala. Los verdaderos monstruos muchas veces somos los humanos y los fantasmas son los recuerdos pasados que nos atormentan durante toda la vida.
El propio Hoffmann (Ernst Theodor Amadeus Hoffmann) protagoniza tres de sus cuentos en esta película animada rusa. A través del stop-motion las historias góticas y «terroríficas» del autor prusiano cobran vida. ‘Klein zaches’, ‘The golden pot’ y ‘El hombre de arena’ son los títulos que Stanislav Sokolov (‘El hombre que hacía milagros’) ha adaptado y entremezclado.
La historia emana mucha ópera y poesía pero es bastante redundante y carente de interés. Los personajes, petimetres y victorianos, no están mal realizados pero hemos visto marionetas mucho mejor animadas. Incluso su doblaje es bastante deficiente en versión original, estando las voces completamente desfasadas con el movimiento de las bocas. En cuanto a la imagen y el diseño de producción es bastante elegante, dentro de la fealdad que se quiere mostrar, pero en algunas escenas contemplamos un bajón de calidad, tanto en resolución como en foco.
Esta es una historia llena de locura y ensoñaciones, basada en que es mejor una mentira imaginativa que una verdad banal. Conceptos que encajan muy bien con la animación con muñecos pero que en este caso se han acoplado a una narración muy torpe.
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