Crítica de ‘Rapa’

El hombre de a pie enfrentándose al thriller novelesco

Movistar Plus+ nos trae ‘Rapa’, una serie de seis episodios de cincuenta minutos cada uno que bien podría continuar más allá de esta primera temporada. El estreno de este nuevo thriller tendrá lugar el 19 de mayo y nos llevará a las cercanías de A Coruña, los parajes y zonas rurales de Cedeira y las calles de Ferrorl.

En ‘Rapa’ una mujer aparece herida de muerte en el monte y es encontrada por un hombre que pasa por allí caminando. La cosa se complica ya que parece que ha sido una agresión y también al descubrir que la víctima es la alcaldesa de la localidad cercana, que lleva más de treinta años en el cargo. Pronto empiezan las conspiraciones políticas, las intrigas familiares, las habladurías de pueblo y las sospechas razonables.

De político, a clérigo, a eminente médico. Javier Cámara últimamente ha interpretado a personajes a los que se les presume mucho renombre, pero ahora se mete en la piel de una persona la mar de sencilla y anodina, eso sí, inteligente como tantos otros personajes que ha encarnado. Aquí es un profesor de instituto que se incorpora como un ingrediente más al misterio no solo por el hecho de haber encontrado a la alcaldesa, también por tener un extraño comportamiento y una curiosidad por lo que ha pasado digna de un metomentodo.

La otra trama sigue a una guardia civil interpretada por Mónica López. Una mujer que habita el municipio de la alcaldesa y a la que se le asigna el caso. Una persona que como el personaje de Cámara ve Galicia con ojos de forastera, con la diferencia de que ya lleva años residiendo allí. Es una agente eficiente, con familia, cuyo principal dilema aparece a mitad de la serie.

Está muy bien trabajada la relación de simbiosis que se establece. Ambos protagonistas se benefician el uno del otro y dentro de la misma situación cada uno encuentra algo con lo que aferrarse a la vida. Pero aún así deben marcar ciertos límites, rozando el romance. ‘Rapa’ es una cruzada vital por encontrar la verdad que viene firmada por Pepe Coira y Fran Araújo, responsables de ‘Hierro’. Entra muy fácil y con mucho gancho esta historia ambientada en la España tradicional deteriorada por las influencias y los oportunistas, en la Galicia que no acaba de cicatrizar las heridas de la droga. La serie tiene un carácter novelesco al introducir en las investigaciones de un crimen a personas mundanales. Individuos en el brete y a la vez la emoción de tener la mayor aventura de su vida.

Entremedias o más bien entremezclado con las pesquisas por resolver el asesinato, hay una lucha por no perder ciertas tradiciones, ciertas raíces. Y es que el nombre de la serie alude a la Rapa das bestas, que es un festejo que consiste en cortar el pelaje de los caballos para, entre otras cosas, desparasitarlos. Al final la serie se convierte en eso, en una lucha por eliminar a los parásitos que se ocultan entre el pelaje de nuestra sociedad. Cada miembro del elenco tiene su sentido de la justicia y su visión de cómo hay que purgar a ese tipo de personas que son dañinas para el resto.

Hay una elipsis de tiempo entre el tercer y el cuarto episodio que le viene muy bien a la serie, sobre todo para darle aire y perspectiva a los dos personajes protagonistas y a alguno más que no conviene mencionar pues desde muy temprano sabemos quién está en el ajo. La pena es que como espectadores sabemos desde el segundo episodio quién es la persona culpable e incluso los motivos para hacer lo que hace. Lo bueno es que hay pormenores enriquecedores por descubrir que si nos hacen ver el resto de episodios, que nos animan a descubrir cómo se conectan todas las piezas.

‘Rapa’ es una serie donde visualmente predomina el blanco. La luz de la puesta en escena parece poblada de niebla, de una claridad cegadora. Lo cual nos viene a decir que a plena luz del día se esconden multitud de misterios que hay que esperar a que se clarifiquen o enfoquen como quien aguarda a que se despeje la bruma. Muchos parece que mienten, muchos parecen tener un móvil para atentar contra la alcaldesa. Cedeira es un pueblo pequeño y la serie juega con lo fácil que es que las piezas del tablero estén interrelacionadas ente si y en secreto.

Esta podría ser una serie protesta, en contra de la destrucción de nuestra naturaleza y abogando por escuchar a nuestros intelectuales. Una de las protagonistas va al cine a ver ‘Mientras dure la guerra’ y por ahí se ven banderas de cuando se entonaba el “nunca mais”. Pero más allá de lo que podamos vislumbrar o leer entrelíneas se percibe que la intención es la de crear un sabor a novela policíaca. Y aunque se ubican bien todas las piezas del puzle parece que hay intención de realizar una segunda temporada o bien nos han querido dejar con un final abierto agridulce y, por ende, cercano a lo que es muchas veces la realidad. Espero que si tenemos más episodios se siga poniendo el foco en que son personajes mundanos con más preocupaciones que el hecho de resolver un crimen y no progrese la trama que parece que nos va a meter el siempre inexplicablemente obligatorio romance.

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