Crítica de ‘1899’

Gran cantidad de misterios como en ‘Perdidos’ o ‘Dark’, pero con mejor ritmo que esta última

Hoy toca hablar de ‘1899’ pues se estrena el próximo 17 de noviembre. Serie de Netflix ambientada a finales del siglo XIX, recién finalizada la Guerra de las Corrientes, cuando Cuba se independiza de España, año en el que nació el AC Milán, el F.C. Barcelona, la Opel y Capone, cuando Freud publicó ‘La interpretación de los sueños’. Efemérides que no tienen nada que ver con la serie salvo que los enigmáticos sueños que tienen los protagonistas tengan al final una interpretación freudiana.

Hemos visto unos cuantos episodios de la nueva serie creada por las mentes que nos sumergieron en aquel enmarañado, cautivador e intrigante universo llamado ‘Dark’, Baran bo Odar y Jantje Friese. Una producción que tendrá ocho episodios y se espera que al igual que ‘Dark’, finalice su historia tras tres temporadas. Una obra de gran factura técnica, sin duda debido a los millones de récord en financiación que ha recibido pues es la primera en ser sustentada con diez millones de euros por parte del German Motion Picture Fund.

La trama sigue a muchos protagonistas que van a bordo del Kerberos, el cual, va rumbo a Nueva York, como aquellos que portaron a tantos inmigrantes y snobs europeos en esa época. Pronto se topan con la señal de un barco gemelo de la misma compañía, el Prometheus. Los sueños de pisar la tierra de las oportunidades se ven aplazados pues el capitán del barco decide que irán en busca de ese crucero, que lleva desaparecido cuatro meses. ‘1899’ es la búsqueda de la solución a un misterio que pronto se convierte en muchos otros. Una obra que obviamente rememora a todas las leyendas en torno al Triángulo de las Bermudas, pero que con los directores que están al timón puede acabar siendo algo diferente a lo ya conocido.

De momento la simbología, incluida en el cartel o el nolaniano opening sugieren misterio en alta mar bajo la influencia del polígono escaleno. Tenemos un barco perdido, una señal de coordenadas (que dan un poco más al norte del famoso triángulo atlántico), un mar en misteriosa calma, niebla, brújulas que se vuelven locas… A eso le sumamos una mezcla heterogénea de personajes interpretados por algunas caras de Dark, el español Miguel Bernardeau y Emily Beecham, que es la clara protagonista. Nos acompaña una tripulación compuesta por una geisha, una comunidad religiosa, un prófugo español con su hermano sacerdote, un matrimonio francés de conveniencia, una médico escapada de un manicomio… la mera presencia de tan variopinto grupo ya es enigmática. ‘1899’ es una Torre de Babel que genera rápido su propia mitología de triángulos y escarabajos.

Siembra desde el primer episodio ingredientes enigmáticos y conexiones que obviamente se tendrán que ir resolviendo. Es fácil poner enigmas y secretos, la cuestión es desenmarañarlos bien y no dejarse ninguno, que no pase como con ‘Perdidos’. ‘1899’ es una serie para fans de series tipo ‘Lost’, ‘Los 4400’ y obviamente ‘Dark’. Con un comienzo un tanto ‘Alien: el octavo pasajero’ u ‘Horizonte final’, en términos casi steampunk, vivimos una historia dotada de la clásica lucha de clases y cierto terror psicológico o sentimental. El suspense flota sobre las aguas del atlántico pues tenemos tantos enigmas como en ‘Dark’, aunque la serie no es de momento tan efectiva. Sin embargo, a los que no les guste la parsimonia, los tempos de la exitosa serie de Netflix encontrarán algo más rítmico en esta producción, tanto en montaje como en cierres de capítulo donde se han aventurado a introducir música contemporánea, a pesar de ser una serie ambientada a finales del siglo XIX. Además, nos resuelven en estos primeros episodios alguno de los misterios, hasta aquí puedo leer, fin del telegrama.

Los creadores de ‘Dark’ ruedan ‘1899’ para Netflix

Serie rodada con una innovadora tecnología

La nueva serie de los creadores de ‘Dark’ está en una fase de rodaje que les ha permitido mostrarnos el primer teaser. En él oímos unas voces en muchos idiomas y bastante halagüeñas mientras nos acercamos a un barco con una creciente tempestad sobre él.

 

Y es que la serie que están preparando Jantje Friese y Baran Bo Odar se considera como “una serie verdaderamente europea, con personajes de diferentes países que hablan en su lengua natal. Nos sentimos muy afortunados de haber encontrado un reparto tan maravilloso, que viene de todas partes del mundo para embarcarse en este viaje tan emocionante con nosotros”.

En ese reparto que agradecen tener están Emily Beecham, Aneurin Barnard, Andreas Pietschmann, Miguel Bernardeau, Maciej Musial, Lucas Lynggaard Tønnesen, Rosalie Craig, Clara Rosager, Maria Erwolter, Yann Gael, Mathilde Ollivier, José Pimentão, Isabella Wei, Gabby Wong, Jonas Bloquet, Fflyn Edwards, Alexandre Willaume y Anton Lesser.

‘1899’ se está rodando en un set virtual completamente nuevo que ha sido construido a medida. Se trata del estudio de tecnología LED más grande de este tipo en Europa, un estudio que permite capturar una cantidad significativa de planos con complejos efectos visuales a partir de decorados y localizaciones virtuales creados con tecnología habitual en los videojuegos. Propiedad de DARK BAY, una empresa creada por DARK WAYS y Studio Babelsberg con el respaldo de Netflix, esta producción virtual de vanguardia permanecerá en los estudios Babelsberg Studios, a las afueras de Berlín y proporciona a los creadores nuevas e innovadoras formas para su narración.

Algo muy a tener en cuenta para ‘1899’ es que Odar y Friese vuelven a contar con un equipo parecido al de ‘Dark’, como por ejemplo el director de fotografía Nikolaus Summerer, el escenógrafo Udo Kramer o el compositor Ben Frost.

Sinopsis oficial:

Los ocho episodios de esta serie, de una hora de duración cada uno, siguen las misteriosas circunstancias que rodean el viaje de un barco de inmigrantes desde el viejo continente al nuevo. A los pasajeros, de diferentes orígenes y nacionalidades, les unen las mismas esperanzas y sueños para el nuevo siglo y su futuro en el extranjero. Pero, cuando descubren otro barco de inmigrantes a la deriva en alta mar, su viaje da un giro inesperado. Lo que descubrirán a bordo convertirá su viaje hacia la tierra prometida en un enigma de pesadilla que conectará el pasado de cada uno de los pasajeros a través de una complicada red de secretos.

Impresiones de la serie ‘The Witcher’

Las novelas de Andrzej Sapkowski que se convirtieron en videojuego ahora son una satisfactoria serie

Allá por 1992 nacía la saga de Geralt de Rivia. El escritor Andrzej Sapkowski ponía en marcha una colección literaria que se ganó centenares de adeptos. Pero quizá fue quince años después con el lanzamiento del videojuego ‘The Witcher’ en 2007 cuando adquirió una relevancia y furor popular. Netflix se hizo eco y cargo del fandom de esta premiadísima saga y ha desarrollado la serie (para mejorar la que surgió previamente en Polonia bajo el nombre ‘The Hexer’) que se estrena hoy día 20 de diciembre de 2019.

En mi caso solo he leído las dos primeras novelas y probado el juego. Puedo entender el hype por la gran calidad de la versión para videoconsolas pero sinceramente, no por las novelas. De buenas a primeras los libros me parecieron una de las cosas más vagas que he leído en mucho tiempo. Se fundamentan excesivamente tanto en cuentos míticos (Aladín, Cenicienta, La Bella y la Bestia…) como en pilares de la fantasía como Dungeons & Dragons. Hasta el punto en que más que una inspiración son una adaptación. Casi te despistas más buscando el punto de interpretación de un clásico que conociendo los nuevos personajes. Sí que es cierto que según avanzas en el segundo libro se va descubriendo ya un nuevo universo, que seguro que se amplía en el resto de las novelas, pero que en su base resulta sobadísimo.

Si hay algo que hace bien la serie de Netflix es intentar eludir la mayor cantidad de referencias posibles a esas historias harto conocidas. Se percibe de dónde salen pero la manera en cómo se ha expuesto la trama hace que no sea tan evidente. La serie creada por Lauren Schmidt (‘The umbrella academy’, ‘Daredevil’) entremezcla las aventuras independientes del primer y segundo libro y consigue que aunque haya hazañas aisladas sí que tengamos una trama central mucho más identificable. Está montado de una manera diferente, al principio parece que ‘The Witcher’ es caótica e inconexa pero en el episodio 4 todo cobra más sentido para los profanos en las novelas o los juegos. En sus inicios parece que todo va a estar compuesto de lances independientes, pero según avanza la serie se va a haciendo ligeramente más compleja y vemos que todo está intrínsecamente relacionado.

La pregunta del millón es… ¿se parece al libro o a los videojuegos? Si que tiene ese aire de juego de rol, con múltiples personajes de diferente índole en un mundo fantástico con los que sentirse identificado. Pero a lo que más se asemeja es a las novelas, adaptando capítulos casi enteros y empleando sus momentos más identificativos.

‘The Witcher’ es una serie de 8 episodios en los que la aventura de capa y espada está muy presente. No sucede como en otras adaptaciones de novelas de fantasía como ‘El Señor de los Anillos’ o ‘Harry Potter’ en las que todos decíamos al unísono que estaba todo calcado. El estilo de Sapkowski es menos descriptivo y da menos lugar a ello. Pero si reconoces a los personajes nada más aparecer. La factura de la serie también se podría decir que varía de un escenario a otro o dependiendo de la trama. Se percibe el gasto económico pero hay momentos de auténtico bajón, sobre todo en lo que se refiere a lo visual y en interiores. Tal es así que podemos pasar de tener la sensación de estar al nivel de producción de ‘Juego de Tronos’ a encontrarnos casi siempre con el tono de series como ‘La leyenda del buscador’ o ‘Merlín’ e incluso a estar viendo un documental barato sobre la Edad Media.

El rodaje ha transcurrido entre Las Palmas y Europa del Este, como no podría ser de otra manera dada su ambientación y orígenes. Nos brinda paisajes muy logrados y adecuadamente manipulados por ordenador para conseguir una atmósfera oscura, medieval, mágica y en ocasiones triste. Se percibe que el dinero de la producción se les ha ido en pagar a Cavill y en muchas de las partes que contienen imágenes realizadas de modo digital. Esto se percibe sobre todo en los lugares que visita Geralt y en los monstruos a los que se enfrenta. Pero no todo es CGI, hay buen maquillaje, tipo ‘Ash Vs Evil Dead’, con criaturas de lo más asquerosas y sanguinarias que los lectores de las novelas o de las historias de fantasía van a reconocer.

Lo que echo en falta en una producción con tanta expectativa es más exigencia a las interpretaciones de protagonistas como Anya Chalotra (Yennefer) e incluso Henry Cavil. Eso y que se puliese la escenografía y los detalles de CGI algo más.

De la serie se salva sobre todo ver a Cavill haciendo salvajadas con la espada, para los que gozamos de la sangre y las contiendas encarnizadas la serie tiene también en todos los episodios buenos momentos. Me ha gustado el cómo se ha adaptado el lenguaje literario a serie, dándole a todo un ritmo más ágil y aportando más detalles según avanzamos. El reparto no tiene actores archiconocidos a parte del actual Hombre de Acero pero gana con personajes como Jaskier (Joey Batey), que me parce el mejor interpretado. Buena elección la de este actor que está versado en este tipo de series y además es capaz de leer idiomas medievales en la vida real. Seguro que la canción que le compone al brujo la vais a tener pegada a la cabeza y van a surgir decenas de covers (espero alguno en modo heavy metal). ¡Toss a coin to your witcher!

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Salir de la versión móvil