Un inicio que promete intrigas, reencuentros y jaleo, mucho jaleo
Este ha sido mi primer ‘Vis a Vis’, mi primer ingreso en Cruz del Norte. Me he incorporado al centro penitenciario de mujeres en el inicio de su recién estrenada cuarta temporada en Fox y lejos de sentirme encerrado o arrepentido me he visto desbordado por su brutalidad y muy contento de haber entrado.
Está claro que ya son tres etapas las que lleva la serie de Globomedia y Fox y que hay cosas que me pierdo. Tras ver la clásica promoción que resume lo anteriormente sucedido me he hecho una idea de la situación reinante en la cárcel. Viendo el episodio me ha quedado constancia de que los capítulos anteriores han servido para hacerla más entramada y enriquecida. Lo que no puedo decir es si ha evolucionado, pero si este es el tono y carácter desde su inicio me parece un logro mantener el nivel y que los personajes aguanten su credibilidad.
Mis referentes principales en lo que se refiere a series penitenciarias son ‘Prison Break’ y ‘Wentworth’. ‘Vis a Vis’ tiene más consistencia, aunque no el mismo carisma, que la primera y la misma rudeza que la segunda.
Presenta todo lo que se requiere en una serie de cárceles: tejemanejes, rencillas, clanes, corruptos… Pero sobre todo tiene mucho salvajismo y chabacanería. Mucha mala sangre veo que recorre las venas de sus protagonistas y supongo que eso es lo que la hace más impredecible y por lo tanto interesante. A cualquier personaje se le pueden cruzar los cables en cualquier momento y producir un giro.
Además en esta temporada se incorpora alguien del cuerpo de funcionarios a la prisión pero en calidad de presa, con el juego que eso supone. También ha comenzado con historia fuera de los muros de la prisión por lo que no hay espacio para la monotonía o el aburrimiento. También me consta que volverá un personaje querido por la auciencia, Maca, interpretada por Maggie Civantos. Y además esta temporada tiene el aliciente de dos cameos anunciados Miriam Rodríguez de OT y Mala Rodríguez.
Lo que más me ha gustado son los testimonios a modo de documental que nos dan una visión algo más real de lo que puede ser el hecho de vivir en un centro penitenciario. También personajes como Zulema interpretado por Najwa Nimri, Goya que como suele ser habitual en Itziar Castro no tiene pelos en la lengua o Alba Flores (Saray) que resulta tan cercana como intimidatoria. También me he encontrado interpretaciones malas. Algún personaje infantil, algún muerto al que se le veía respirar, algún guardia sobreactuado…
Me ha gustado su diseño de producción los colores amarillentos de esta metálica cárcel que parece una fábrica o un almacén rodeado de containers le dan a la serie un toque underground que la hace más ruda.
Me han ganado estas presas que son capaces de devorarse entre ellas como si fuesen zombis de ‘The Walking Dead’. Se llevan tan buenamente mal que la serie tiene gancho y cada personaje está bien matizado o motivado. Creo que no sería una pérdida de tiempo remontarme a las tres primeras temporadas, ver todo lo que tiene que pasar en esta nueva y sumergirme en las historias de estas delincuentes.