Crítica: ‘X’

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En 1979, un grupo de jóvenes cineastas se reúnen en una remota granja en una zona rural de Texas, para rodar una película para adultos. Cuando los dueños del lugar, una solitaria pareja de ancianos, descubren sus intenciones, el rodaje se convierte en una lucha desesperada por sus vidas.

Crítica

‘X’ es una obra de esas que encumbran

La cinta, en lo que se refiere a ‘X’ es mucho más correcto usar el término cinta que cualquier otro que aluda a un soporte físico, empieza con un falso plano en 4:3 que se deshace tras un zoom in. Ya nos adelanta con eso Ti West el homenaje que va a ser ‘X’.

Solo con el attrezzo, los decorados, el color, el vestuario…. El filme te ubica de manera automática en los 70, sin necesidad de letrero alguno. La primera escena en la que vemos a todos los protagonistas juntos consiste en ver al grupo de jóvenes en un furgón, al estilo de ‘La matanza de Texas’ o como tantas otras, me vienen a la cabeza imitaciones más chuscas como ‘Nudist colony of the dead’ o ‘La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos’. Tanto visual como argumentalmente ‘X’ es pura reminiscencia. La música en parte es de Tyler Bates, como si fuese un guiño al protagonista de ‘Psicosis’, película que por cierto se cita en ‘X’. Es un homenaje con multitud de alusiones a títulos de terror setentero y de comienzos de los ochenta, con escena a lo ‘El resplandor’ incluida.

En lo que respecta al tiempo fílmico todo transcurre en 24h. Unos jóvenes libertinos, entre los que hay una chica más que impresionable, viajan a una granja donde han alquilado una choza en la que pretenden grabar una película porno. ‘X’ es muy gráfica en todos los sentidos. Adulta por la sangre, el vicio y el terror. Aunque también es cierto que las he visto bastante más extremas. Nombrar ‘X’ a esta película aparte de atender a razones que tienen que ver con el argumento, es un truco comercial como aquel que hizo que una de las entregas de ‘Saw’ fuese clasificada como X en vez de llevar la categoría +18 o R. Luego fue como tantas otras.

Los ancianos como los villanos de la película, algo visto antes y no muy lejos en el tiempo pues acabamos de ver ‘La abuela’ y hace no mucho ‘La visita’. Inquieta al principio al no mostrar bien el rostro de los lugareños. Quizá sea para inquietar o quizá porque el anciano es Stephen Ure, actor que casi siempre oculta su rostro, como cuando hizo de orco en las adaptaciones de ‘El Señor de los Anillos’. Hay una pugna para el espectador. ¿Estamos hablando de ultraconservacionismo o de senectud? Cuando percibimos que la anciana es una actriz maquillada se nos da una pista grande de por dónde pueden ir los tiros.

En los slashers siempre hay un o una protagonista clara. ‘X’ sabe jugar al despiste en ese sentido. No obstante, pensaba que iba a ver algo un poco más revolucionario. Es un slasher distinto con una idea que esgrimir, pero muchos se quedarán solo con las escenas subidas de tono. Es básico y predecible como cualquier otro survival horror. Pero aun pareciéndome un título menos sorprendente de lo que esperaba creo que esta llamado convertirse en un clásico instantáneo de la serie B. Me quedo con la interesante conexión y paralelismos entre una de las protagonistas y la anciana que habita la granja. Una conexión que termina de aclararse al final, cuando se recupera el discurso del predicador.

No está reñido el ver muy buenos planos con el que nos metamos en un mundo de drogas y porno. El director, el ficticio, quiere innovar en el porno. “Es posible hacer una buena peli sucia”, dice. Sin duda alude al espíritu joven y rompedor de los 70 que vino de las aperturas de los 60 y desembocó en la creatividad de los 80. En esas corrientes innovadoras se mueve Ti West, presente en series como ‘The ABCs of death’, ‘V/H/’S, ‘Scream’ y ‘Them’. ‘X’ es una obra de esas que encumbran. Por sencilla que parezca consigue desarrollar su propio lenguaje y se aleja de lo que sería una parodia e incluso una copia. Ha contado con Mia Goth, actriz de ‘Suspiria’, ‘El secreto de Marrowbone’ y ‘La cura del bienestar’ (viene de desastres). También aparece Martin Henderson, cara conocida en el terror pues salió en la versión yankee de ‘The ring’ o ‘Los extraños’. Y, entre otros, protagoniza también Jenna Ortega, de la nueva versión de ‘Scream’. Como fue hace poco la trilogía ‘Fear Street’ esto es por y para los admiradores del género, pero para los que ya peinan canas.

Ficha de la película

Estreno en España: 29 de abril de 2022. Título original: X. Duración: 105 min. País: EE.UU. Dirección: Ti West. Guion: Ti West. Música: Tyler Bates, Chelsea Wolfe. Fotografía: Eliot Rockett. Reparto principal: Jenna Ortega, Brittany Snow, Mia Goth, Kid Cudi, Martin Henderson, Owen Campbell, Stephen Ure, Geoff Dolan, James Gaylyn, Simon Prast. Producción: A24, BRON Studios, MAD SOLAR. Distribución: eOne Films. Género: terror, gore. Web oficial: https://a24films.com/films/x

Crítica: ‘Utoya. 22 de julio’

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En esta primera película ficticia sobre el ataque, conoceremos a Kaja (18 años) y a sus amigos en su minuto a minuto mientras tratan de sobrevivir a la peor pesadilla de sus vidas.

 

Crítica

‘Utoya. 22 de julio’ es una respetuosa reproducción de los hechos

No solo con resultados en elecciones, sino también con malestar y con alboroto estamos comprobando que la ultraderecha crece de nuevo en Europa. Con ese mismo tema nos encontramos ahora mismo en España y es una de las muchas razones por las que aún no tenemos un gobierno en marcha. Aunque en Noruega las inclinaciones políticas van por otro lado es también una ultraderecha xenófoba la que mantiene preocupados a los ciudadanos, sobre todo desde lo sucedido en Oslo y Utoya.

El 22 de julio de 2011 el país nórdico quedó conmocionado con un atentado en su distrito gubernamental. Lo que no podrían concebir ni en sus peores pesadillas es la fría matanza que sucedería horas después en una isla que está a 40 kilómetros de distancia. En el lacustre terreno de Utoya estaba Kaja (Andrea Berntzen), la ficticia protagonista de la historia que ha rodado Erik Pope y cuya tragedia surge a partir de las verídicas narraciones de los supervivientes de aquel atentado.

Siv Rajendram Eliassen y Anna Bache-Wiig son los guionistas que se han encargado muy bien de plasmar el terror y el desconcierto que el joven armado disfrazado de policía sembró en la pequeña isla tras detonar la bomba de la capital. Los 72 minutos de matanza quedan muy bien explicados en ‘Utoya. 22 de julio’ sin necesidad de ser explícitos, ni si quiera ha hecho falta enseñar sangre, armas o lo que es más, ni de haber tenido que buscar un actor para el terrorista, es mejor no dignarse en darle ese honor. ‘Utoya. 22 de julio’ maneja el temor a lo desconocido, la rabia por la impotencia, el trauma, el desasosiego por los seres queridos… Todo eso con un solo personaje que va guiándonos por una isla boscosa, rodeada de gritos, disparos y tiendas abandonadas.

Errores de la película son no acertar a mostrar que la isla es como un barrio de pequeña por mucho que sus protagonistas se empeñen en decir que es un territorio sin lugar en el que esconderse. También se recrea demasiado tiempo en determinadas fases del atentado y se estanca, precipitándonos a momentos aburridos, y lo de precipitándonos veréis que lo digo con doble sentido cuando lleguéis a más de la mitad del filme.

Al margen de esos detalles ‘Utoya. 22 de julio’ es una persecución a ciegas donde somos el ratón que huye de un gato invisible. Sentimos la incertidumbre en todo momento y tememos por la seguridad de los protagonistas. Nos plantea todo tipo de situaciones y están bien los debates que se ponen sobre la mesa al principio, lástima que no se lleve un poco más allá, pero supongo que se ha impuesto el realismo que se ha querido llevar a cabo a la hora de recrear lo sucedido. Veracidad que ha tenido a bien conseguirse sin banda sonora, sin artificios de sonido extra.

Mérito técnico tiene sobre todo que el largometraje está rodado del tirón, con un solo plano secuencia conseguido en un cuarto día de rodaje. Siempre me acuerdo y me río de Iñárritu y su ‘Birdman’ o su ‘El Renacido’ cuando veo trabajos mucho más auténticos como este. Cámara en mano seguimos a Kaja por el campamento y por los parajes de la isla de Utoya, sin corte alguno. Esto nos hace sentir como uno más de los jóvenes campistas y nos transmite tensión y algo de terror. Hay movimientos difíciles de conseguir por los terrenos que va salvando la protagonista o por los giros tan rápidos o coreografiados que tiene que seguir la cámara para captar el caos que la rodea.

¡Caramba si sirve la película para transmitirnos lo que sufrieron las víctimas! El filme les rinde honor y no se emplea como un panfleto político. Tampoco sirve a fines morbosos y es lo suficientemente escrupulosa a nivel interpretativa como para pensar que haya una intención sensacionalista. Con esto podemos resumir que ‘Utoya. 22 de julio’ es una respetuosa reproducción de los hechos, propia de una cultura como la noruega.

Ficha de la película

Estreno en España: 19 de julio de 2019. Título original: Utøya 22. juli. Duración: 93 min. País: Noruega. Dirección: Erik Pope. Guion: Siv Rajendram Eliassen, Anna Bache-Wiig. Música: Wolfgang Plagge. Fotografía: Einar Egeland. Reparto principal: Andrea Berntzen, Aleksander Holmen, Brede Fristad, Ada Eide, Sorosh Sadat, Elli Rhiannon Müller Osbourne, Solveig Koløen Birkeland, Magnus Moen. Producción: Paradox Film 7, Programme MEDIA de la Communauté Européenne, Nordisk Film, Norsk Filminstitutt. Distribución: Caramel Films. Género: hechos reales, drama, thriller. Web oficial: http://www.caramelfilms.es/site/pelicula/utoya_22_de_julio

Crítica: ‘La tragedia de Peterloo’

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‘La tragedia de Peterloo’ es la representación épica de los hechos ocurridos en la Masacre de Peterloo de 1819, en la que una manifestación pacífica a favor de la democracia en Manchester se convirtió en uno de los episodios más sangrientos y notorios de la historia británica.

Las fuerzas del gobierno británico cargaron contra una multitud de más de 60.000 personas que se habían reunido para exigir una reforma política y para protestar contra el aumento de los niveles de pobreza.

La tragedia de Peterloo fue un momento decisivo en la democracia británica y fue el inicio de la fundación del periódico The Guardian.

Crítica

Minuciosamente recreada pero también extensamente explayada

La historia nos ha enseñado a aprender de nuestros errores y a tratarnos a todos por igual. Mike Leigh nos da un repaso de crónicas inglesas en ‘La tragedia de Peterloo’ muy relacionada con los derechos humanos y con la democracia, algo que entronca con el agitado panorama actual en Europa y en concreto en el Reino Unido. Peterloo no hace referencia a una pugna por la independencia y el famoso Brexit pero si es transcurre tras una guerra de Independencia, la de España.

Tras la guerra contra Napoleón por todo el continente europeo las tropas inglesas comandadas por el Duque de Wellington regresaron a su país. El filme comienza en ese punto en el que vemos como los soldados retornan dificultosamente a pie mientras que los gerifaltes van recibiendo cómoda y rápidamente sus recompensas o nuevos cargos. A la vez observamos como el sistema judicial o la patronal castiga duramente a la clase baja en la crisis que siempre sucede a toda guerra. Tras seguir los pasos de un cansado soldado conocemos a su trabajadora madre y con ella a su marido empleado en una  fábrica que le ha reducido el salario y con él al patrón compinchado con los jueces y la clase alta. Mientras el hambre apremia el pueblo demanda poder de decisión sobre su país y nos presentan a quienes se postulaban como posibles representantes de la clase trabajadora. Se convocó en Manchester, en St. Peter’s Field, una manifestación pacífica para pedir entre otras cosas el sufragio universal. Reunión que como podéis imaginar por el título no acabó muy bien.

Leigh no abandona su costumbre de hacer crítica a la situación de la clase baja o media obrera. Nos aborda con muchas vistas a pie de calle, con un marcado carácter social y de época. Empieza haciendo un buen contraste de clases, donde hasta enfrenta la andrajosa casaca del soldado traumatizado con los elegantes fracs. Pero el filme es tedioso pues supone una concatenación de personajes a cada cual más larga. ‘La tragedia de Peterloo’ no entiende de elipsis o de secuencias resumen. Tiene largas charlas y discursos que se pueden hacer insustanciales a pesar de su contenido universal. Recorre cada estrato de la sociedad y de la ciudad de Manchester hasta el más mínimo detalle. Desde los excesos del príncipe regente hasta las labores de las fábricas textiles, a las cuales irónicamente les aseguró en esos días el trabajo el Duque de Wellington pues les «eliminó la competencia» bombardeando las de Béjar (Salamanca) tras liberarlas de los franceses.

No abandona el director su costumbre de hacer películas largas. Casi siempre que hace un largometraje para cine Mike Leigh sobrepasa las dos horas de duración. Y en ‘La tragedia de Peterloo’ lo hace con creces. Ese es el problema acentuado que tiene esta película. Leigh ha pasado buena parte de su carrera trabajando haciendo telefilms y ‘La tragedia de Peterloo’ puede servir como tal. Nos lo podrían servir en dos partes, sábado y domingo de sobremesa. Al final de la cinta nos quedamos con la sensación de que no nos han contado verdaderamente mucho ni hemos tenido ningún protagonista verdadero.

Miento, algo si nos cuenta. Hay un grupo de personajes que con su imprenta de tipo móvil movilizó a la población y mantuvo informada a las masas. Por entonces no se llamaba así pero el filme cuenta el origen del periódico The Guardian. No se menciona ese hecho como tal, si se remarca la importancia del periodismo en una floreciente democracia. Y fueron los periodistas como pasa casi siempre quienes dieron nombre al suceso allí acaecido, Peterloo, un Waterloo en St. Peter’s Field. Una ironía más acentuada y que a veces tiene Leigh en sus películas, no en este filme que ha estado ausente de su mordacidad.

Lo que sí es excelente es la ambientación. Es magnífica la recreación de la época en la que nos sumerge ‘Peterloo’. Sería de necios negar que el vestuario, los objetos, los exteriores o las armas empleadas en el filme son de primera calidad. Pero no solo eso. Cada personaje tiene su dialecto o su ambiente que también nos habla no solo de la época en la que nos encontramos, si no de la clase en la que nos sumergimos en cada escena. A si es que queda clara que la intencionalidad del filme es recalcar que siempre ha habido categorías.

Leigh ha rodado a cerca del Manchester donde vivió su padre. Ese Manchester industrial repleto de fábricas que llegaba en crisis a finales de la revolución industrial. Hace doscientos años allí se vivió una manifestación que más que una concentración pacífica se convirtió en un encierro de vaquillas donde los perseguidos eran los futuros votantes y las bestias los soldados azuzados por las autoridades. Un hecho que fue definitorio para comenzar a reformar la política británica. Un punto trascendental que para algunos expertos ingleses sentó un antes y un después, no causará ese efecto en nuestro cine ni creo que tampoco lo haga en la carrera de Leigh.

Ficha de la película

Estreno en España: 10 de mayo de 2019. Título original: Peterloo. Duración: 154 min. País: Reino Unido. Dirección: Mike Leigh. Guion: Mike Leigh. Música: Gary Yershon. Fotografía: Dick Pope. Reparto principal: Rory Kinnear, Maxine Peake, Neil Bell, Philip Jackson, Vincent Franklin, Karl Johnson, Tim McInnerny. Producción: BFI Film Fund, Film4, Thin Man Films. Distribución: Diamond Films. Género: hechos reales, drama. Web oficial: https://twitter.com/PeterlooFilm

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