Buceando y oxigenando el Legendarium de Tolkien
Hemos podido ver los dos primeros episodios de ‘El Señor de los Anillos. Los anillos de poder’. La serie que en sus inicios dirige J.A. Bayona y cuenta con la producción de Belén Atienza llega a Prime Video el 2 de septiembre. Los creadores de este arriesgado proyecto (por coste y por exigencias de los que somos lectores) son J.D. Payne y Patrick McKay, quienes pronto nos brindarán un nuevo ‘Flash Gordon’.
Es evidente que las películas han influido en ‘Los anillos de poder’. Sauron viste una armadura similar, los diseños de los trolls y los orcos van en la línea, hay ropajes similares a los de Arwen, Lindon tiene similitudes con el Rivendel que vimos en el cine, el broche que lleva Arondir se asemeja a las hojas de Lothlórien de la capa de Elijah Wood, incluso la tipografía de los títulos tiene trazos similares. Esto puede suceder también por tener como musas a las ilustraciones de los libros, las cuales, han sido siempre impactantes. Todo ello acompañado además de lo tremendamente descriptivo que era J.R.R. Tolkien en sus textos y que su nieto Simon Tolkien ha ejercido de consultor. Pero es que hasta los elfos pelean haciendo acrobacias como las del Legolas de Orlando Bloom.
Entonces, pese a que me ha gustado lo que he visto, ¿por qué no he vivido las mismas sensaciones? Hay dos razones principales. Se diluye mi hype de fan al centrarse la serie en varios personajes y localizaciones inventadas, no os preocupéis, no pasa como en la trilogía de ‘El Hobbit’. Pero la razón más importante por la que no hay una sintonía tan unánime como la que consiguió Jackson es que no estamos viendo algo que pueda estar clavado al milímetro, no es una historia que hayamos leído y esperemos ver recreada conociendo previamente todos y cada uno de los pasos. Los lectores sabemos dónde o cómo va a acabar esto, pero no cómo se llegó hasta ahí de manera específica. Prime Video nos está rellenando huecos entre las historias contadas en el ‘Silmarillion’.
En concreto nos ubican mucho antes de la caída de Númenor, conocida como el Akallabêth, que podría ser el culmen de las cinco temporadas que hay planificadas. Nos ubica unos años después de la caída de Morgoth. En el Legendarium, o como se indica en los créditos, en los apéndices, es en lo que reposa ‘El Señor de los Anillos. Los anillos de poder’. Es una precuela que nos cuenta cómo se ha bajado la guardia en la Tierra Media ante esa inconmensurable y costosa derrota contra el mal. Si la serie se alarga lo suficiente nos podrá servir como precuela a la batalla recreada al comienzo de las películas de Peter Jackson, es decir, todo esto sucede antes de que la alianza entre elfos y humanos lograse, a manos de Elendil e Isildur, arrebatar el anillo a Sauron.
En ‘El Señor de los Anillos. Los anillos de poder’ todo es más luminoso y colorido. Esto nos cuadra pues transcurre en una era de recesión de la oscuridad, cuando muchos reinos estaban en su apogeo. El diseño de producción de la serie si que está a la altura de los live action vistos en el cine, incluso Douglas Trumbull dio su visto bueno tras supervisar el tráiler. Trajes, armas, criaturas, maquillaje, escenarios… El nivel de detalle es máximo y se agradece que algunas criaturas estén recreadas con efectos prácticos. También se nota que veinte años de diferencia con la famosa trilogía han permitido una evolución de la tecnología gráfica que logra alcanzar mayor envergadura en menos tiempo. Por lo que no pasa el tiempo es por la composición musical clásica, en ese sentido la banda sonora de Bear McCreary se antoja muy inferior a la de Howard Shore y eso que el compositor ha estado involucrado.
La riqueza de los textos de Tolkien dio para recrear un mundo entero. En los dos primeros episodios se centran en elfos, enanos y hobbits, pero el reparto nos indica que conoceremos el esplendor del antiguo reino humano de Númenor. Acompañamos a Elrond y a Galadriel a Lindon y a los dominios de Eregion. Fuera del canon iremos con el elfo Arondir (el personaje de tez oscura que tanta polémica ha suscitado) a tierras del sur, donde vemos cómo el bando de la luz se había mantenido vigilante cual templario en ‘Indiana Jones: La última cruzada’. Un lugar inventado que han bautizado como Hordern, quizá en homenaje a Michael Hordern, actor que fue Gandalf en la versión radiofónica de la BBC.
‘Los anillos de poder’ nos lleva también a lugares muy al norte, como el gélido Forodwaith y por otro lado a ambientes acogedores como el de Rhovanion, en los lindes del aún no tan peligroso Bosque Negro donde los hobbits del tipo pelosos se topan con “el extraño”. Como en ‘El hobbit’ o ‘El Señor de los Anillos’ un barbudo mágico llega para romper la quietud de la vida hobbit. Imitan en la serie a Gandalf y el personaje la verdad es que hace cosas de Istari, o de maia… También es un misterio saber quién es el amigo que se echa Galadriel. Todos sabemos quién será uno de esos misteriosos personajes, no creo ni que sea spoiler decirlo, pero me lo callaré.