Crítica: ‘Guardianes en la ópera’

En qué plataforma ver Guardianes en la ópera

Sinopsis

La Ópera Metropolitana de Nueva York, un lugar legendario y de renombre, y Carmen, la obra de ballet más famosa del mundo, son los escenarios de esta aventura en la que Samson, líder de un grupo de perros callejeros, salvará una mítica obra. Un día, huyendo de sus cazadores se esconde en el edificio Met. Allí conoce a la encantadora Margot, la mascota de Anastasia, la primera bailarina del teatro. La trama se complica cuando la única diadema que perteneció a la reina de Gran Bretaña y que Anastasia debe lucir en el cuarto acto, desaparece del camerino. Sin la diadema, el espectáculo no puede continuar y debe cancelarse. Ahora Margot y Samson tienen que encontrar al ladrón y salvar la función al son de la música del gran Georges Bizet.

Crítica

Un noble recordatorio de que la cultura clásica tiene su lugar en la animación y la cultura popular actual

A comienzos de año llegó desde Rusia a nuestros cines la película ‘Guardianes del museo’. Sin que hayamos terminado este 2024 tenemos un nuevo título del mismo director, Vasiliy Rovenskiy, que supone una especie de secuela espiritual. De gatos pasamos a perros, de San Petersburgo a Nueva York, de una pinacoteca a la ópera. ‘Guardianes en la ópera’ viene a contar con el mismo presupuesto pero se nota que hay más cantidad de personajes y escenarios. Aun así, dudo mucho que quienes vayan a ver este título se paren a analizar esos pormenores de la producción.

Con una trama menos museística pero que igualmente apuesta por cultivar el arte, conocemos a una tropa de perros con complejo de Robin Hood en los años en los que Ford ponía en marcha los primeros coches y aún se estilaban artes como el ballet o la ópera. Parece que el filme quiere hacer honor a eso de “servir y proteger” pues los protagonistas velan por la seguridad del resto de animales del barrio y también se convierten en todo unos opera buffs (melómanos de la ópera). Si bien ‘Guardianes en la ópera’ no destaca por su producción de alto presupuesto ni por una animación visualmente impresionante, logra transmitir un mensaje genuino y valioso. En un momento en el que la animación suele enfocarse en historias de ritmo rápido, humor inmediato y sobrecarga de texturas, esta película rusa se distingue por su enfoque en temas clásicos y un sincero amor por las artes.

En términos técnicos, ‘Guardianes en la ópera’ está lejos de las pulidas producciones de estudios como Disney o DreamWorks, de hecho podría decirse que el estilo es similar al de muchos anuncios de juguetes. La animación es más simple, con menor fluidez en los movimientos y un nivel de detalle en los personajes y escenarios que, para una audiencia acostumbrada a las producciones de Hollywood, puede parecer modesto. Sin embargo, estas limitaciones técnicas son compensadas por la esencia de su mensaje. Comparada con películas de animales parlantes como ‘Madagascar’ o ‘Sing’, ‘Guardianes en la ópera’ se aparta del humor rápido y la acción para proponer una narrativa más serena y gags más propios de un show circense.

La película sigue a un grupo de animales que, en lugar de embarcarse en aventuras modernas o extravagantes, se embarcan en la misión de rescatar una valiosa joya y de paso evitarle un problema a uno de ellos. Esto la acerca a otros filmes animalísticos que promueven valores profundos, como ‘Ratatouille’, que explora la pasión por la cocina, o ‘Spirit: El corcel indomable’, que resalta la libertad y la conexión con la naturaleza. En este largometraje, sin embargo, el enfoque en una forma de arte menos popular en el cine infantil, como la ópera, es un recordatorio de que la cultura clásica tiene su lugar en el corazón de la animación y de la cultura popular actual.

Lo más destacable de esta película es que, a pesar de sus limitaciones visuales, transmite un profundo respeto por las artes. Al representar la ópera y la música clásica como algo digno de proteger y preservar, hace una llamada a las nuevas generaciones a apreciar un mundo de expresiones artísticas que pueden parecer distantes en un contexto de entretenimiento rápido y de fácil acceso. Este mensaje podría no impactar tanto a los niños como a los padres y educadores, pero su intención es noble y ofrece una lección valiosa sobre la importancia de valorar la belleza y complejidad de las artes que se disfrutan mejor presencialmente y que valoran la destreza con nuestros cuerpos, sin artificios tecnológicos.

Ficha de la película

Estreno en España: 8 de noviembre de 2024. Título original: Velikolepnaya pyaterka. Duración: 75 min. País: Rusia. Dirección: Vasiliy Rovenskiy. Guion: Vasiliy Rovenskiy. Música: Anton Gryzlov. Reparto principal (doblaje original): Anna Starshenbaum, Diomid Vinogradov, Garik Kharlamov, Pavel Priluchnyy, Aleksandr Gavrilin, Filipp Lebedev, Irina Kireeva, Anastasiya Portnaya, Anton Eldarov, Anastasiya Sorokina. Producción: Kinofirma, Nashe Kino. Distribución: VerCine. Género: aventuras. Web oficial: https://www.vercine.org/ficha/es/734-guardianes-en-la-opera/

Crítica: ‘El 47’

Sinopsis

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En los años 60 y 70, la periferia de Barcelona se ha formado y construido en su mayor parte por inmigrantes extremeños y andaluces que han levantado los barrios con sus propias manos, pero no están considerados como parte de la ciudad. Sus chabolas ni siquiera tienen agua corriente o electricidad. Harto de que el Ayuntamiento diga que el transporte público no puede llegar a la zona porque las calles son demasiado estrechas e inseguras, el conductor de autobús de la TMB Manolo Vital (Eduard Fernández) intentará demostrar, al volante de “El 47”, que las autoridades se equivocan.

Crítica

Un ‘Cuéntame’ a lo barriada catalana

En toda civilización se han constatado éxodos hacia los grandes núcleos urbanos. La protección y abundancia de los ecosistemas artificiales creados por el hombre atraen a los necesitados y a los hambrientos de fortuna como la miel a las moscas. En códigos modernos decimos que el movimiento interno más común dentro de España es aquel que lleva a los llamados provincianos a huir de las crisis y las miserias de su tierra hacia las urbes, presuntamente repletas de oportunidades. Esto perdura hoy en día y un servidor es también testigo y partícipe de ello al haberme visto obligado a migrar por la falta de trabajo en tierras como las salmantinas y las cacereñas, de donde procede también el protagonista interpretado por Eduard Fernández.

La de ‘El 47’ es una historia aún más dramática, quizá germen, desde luego contribuyente, de ese mal que hoy llamamos la “España vaciada”, pues se enmarca en una ciudad creciente como Barcelona que por entonces estaba rodeada de precariedad y no paraba de recibir extremeños, murcianos y andaluces por doquier. Aunque su historia de desahucios y de poblados chabolistas aún se ve hoy en día, nos traslada a un 1958 con muchísimo por mejorar, en el que los ciudadanos estaban evidentemente más desprotegidos. Bien es cierto que el tiempo nos permite establecer una comparativa alentadora, pero ‘El 47’ nos recuerda que hay aún hay mucho por andar a nivel individual, que la rutina de nuestro día a día no nos puede impedir ponernos en la piel de aquellos con los que nos solemos topar.

Torre Baró es el barrio del Nou Barris, del extrarradio de la Ciudad Condal, que ocupa esta narración. Una zona que fue creada de la nada hace poco más de cincuenta años y que hoy en día alberga a casi tres mil habitantes. ‘El 47’ nos recuerda que en el siglo pasado tuvimos nómadas en España, que ellos son los que transformaron realmente nuestras capitales. A penas quedan gatos en Madrid, ¿verdad? Para encarrilar esta historia de evidente carácter social, algo nada raro en la filmografía de Marcel Barrena (‘Mediterráneo’), nos presentan a Manuel Vital, del cual vemos imágenes de archivo al final del filme. Él era un conductor de autobús que tenía que darse buenas palizas para llegar hasta su trabajo en el centro de Barna, al igual que todos sus vecinos. Si queréis marcaros una maratón de cine comprometido y de concienciación podéis ver esta película y la recientemente estrenada, ‘Los indeseables’. Ambas tienen valores y carácter suficiente como para hacer que mires de otra manera a aquellos con los que coincides en el metro, pero que seguramente vienen de mucho más lejos.

Aún hoy en día existen en España barrios con carencias, casi tercermundistas, repletos de jóvenes que sienten vergüenza de sus orígenes y poblados por vecinos impotentes y anulados. No hablo de absolutamente todas las barriadas de España, es cosa de excepciones. Lo mejor que hace ‘El 47’ es recalcar que en esos lugares a los que a priori se achaca un carácter delincuente o cuanto menos peligroso, hay personas de bien consideradas o tratadas como insignificantes a pesar de ser parte de esa base social que cimenta nuestra sociedad. Barrena atina también a mostrar, como en tanas películas de David contra Goliat, que curiosamente el sistema que sustentan les machaca con la burocracia y el ostracismo. Aunque la narración es eficiente y se ve claramente su intencionalidad, hay que reconocer que ‘El 47’ redunda mucho en la miseria de sus personajes, enarbolando reiterativamente un discurso sobre la decencia de aquellos que quieren echar raíces y prosperar, retardando hasta casi una hora la aparición del vehículo que da título al filme.

Si hay que ponerle una pega al filme es el excesivo tiempo que emplea en ponernos en situación. Y hablando de enmarcar la historia, en un par de ocasiones se lleva a cabo una fusión entre imagen de archivo y el metraje rodado, al estilo ‘Cuéntame cómo pasó’. Ese carácter familiar y nostálgico de la serie de TVE está presente también en ‘El 47’. Curiosamente un actor recurrente de esa serie como es Carlos Cuevas está en el reparto y aparece de vez en cuando. Lástima que, aunque como siempre consigue una gran verosimilitud en su personaje, Eduard Fernández tenga también tenga algo intermitente en su personaje, un acento extremeño que pierde en muchas escenas.

Resulta entrañable y es digno de dedicarle una pequeña reflexión esas escenas en las que el conductor habla con sus pasajeros habituales. Hoy en día no dedicamos espacio casi ni a saludar a quien nos lleva a nuestro destino, quizá amparados en el cartel de “Se prohíbe hablar con el conductor”, quizá porque anteponemos nuestros problemas a los suyos considerándole una parte de la máquina motorizada que nos transporta. Es una reflexión casi desesperanzadora, que puede hacer que en cierto sentido te derrumbes, como lo hace la última escena, interpretada por un personaje que parece que tiene una trama un tanto descolgada y resurge al final para brindarnos un momento la mar de emotivo, quizá un tanto alargado.

Ficha de la película

Estreno en España: 6 de septiembre de 2024. Título original: El 47. Duración: 110 min. País: España. Dirección: Marcel Barrena. Guion: Marcel Barrena, Alberto Marini. Música: Arnau Bataller. Fotografía: Isaac Vila. Reparto principal: Eduard Fernández, Clara Segura, Zoe Bonafonte, Carlos Cuevas, Salva Reina, Oscar de la Fuente, Vicente Romero, Betsy Túrnez, David Verdaguer. Producción: The Mediapro Studio, RTVE, 3Cat, Triodos Bank, ICO. Distribución: The Mediapro Studio. Género: drama.

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