Asistimos a la Japan Weekend 2023 (septiembre)

Crece dentro de 4 pabellones de IFEMA pero se estanca en su oferta

Este fin de semana se ha celebrado la Japan Weekend, la segunda de este año tras la celebrada en febrero. Según la organización han acudido unos 176.000 fans de la cultura japonesa a un evento que, al menos para nosotros que llevamos siguiendo su trayectoria desde hace unos diez años sin faltar ninguno, se ha estancado.

La oferta del salón se ha anquilosado y no evoluciona ni alcanza cotas mayores. El nivel y la cantidad de los invitados ha decrecido dejando evidente que la cultura como tal no es el foco del evento. Además, al alcanzar las dimensiones actuales en su sede de IFEMA se ha tornado demasiado caro para ser realmente una especie de centro comercial. Aun así con los años si que se ha podido ver que lo que mantiene al evento es el haber creado o reunido a una gran comunidad de cosplayers y de fans del anime.

Sigue siendo un punto de encuentro para otakus y fans, donde cada vez es más fuerte el apoyo por parte de los asistentes a pequeños artesanos o autores. Es por ello que ha aumentado el número de puestos disponibles. Sigue habiendo poca o nula presencia de autores profesionales del sector del cómic/manga/anime y por supuesto también de editoriales. Se prima más el merchandising que la fuente, están ausentes los padres de todos aquellos personajes sobre los cuales compramos figuras, camisetas o prints. Se echa en falta la presencia de SelectaVisión que servía como grandísimo atractivo pues ha traído en años anteriores desde Japón a diseñadores de personajes o dibujantes de animes.

Nutrida presencia este año de actores de doblaje de animes como Dragon Ball o Chainsaw que no pudimos conocer porque solo estuvieron en la jornada del sábado. El programa del domingo estaba desangelado en cuanto a nuevas propuestas o encuentros, completamente descompensado. De igual modo que podemos decir que es perjudicial que se mantenga la logística de tal manera que haya que salir de un pabellón para entrar en el colindante sin poder usar los accesos que los comunican. Una medida de control de aforo y antiCOVID que está ya de más y causa molestias a los asistentes convirtiendo el salón en una maratón de fondo. Caminata que en el buen sentido nos damos todos los años ya que IFEMA permite a este evento disponer de cuatro pabellones, que no están del todo ocupados por stands o actividades pero que, si ofrecen por sí mismos una oferta, en su mayoría más comercial que cultural. Lo dicho, como lugar donde comprar un dibujo u objeto diferente o en el que quedar con amigos con los que compartimos hobbies está bien, como lugar donde culturizarse o conocer a grandes artistas, deja mucho que desear.

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